La vivienda abrirá una fuente de ingresos para el gobierno
Se espera que exiliados compren casas a través de sus familiares en la isla
Peter Orsi
/ AP
LA HABANA -- En una esquina protegida por la sombra en el centro de La 
Habana, un grupo de cubanos se aglomeran al amanecer y conversan 
animadamente. Se saludan siempre con la misma frase: "¿Qué permutas?".
Se trata del mercado informal de viviendas de Cuba donde, debido a la 
crónica escasez de lugares donde vivir, desde recién casados hasta 
jubilados se reúnen para pactar acuerdos clandestinos que a veces 
alcanzan los miles de dólares. Están violando no sólo la ley sino 
también la doctrina comunista al beneficiarse de la venta de las 
propiedades, y el gobierno se dispone ahora a involucrarse en el asunto.
El presidente Raúl Castro ha prometido legalizar la compra y venta de 
viviendas antes de fin de año, como parte del mismo paquete de reformas 
económicas según el cual los cubanos podrán ser empresarios en 178 
actividades autorizadas como instalar restaurantes, ejercer como 
planificadores de bodas, plomeros y carpinteros.
Si se legaliza el mercado de la vivienda, el gobierno se podría 
beneficiar generosamente. La escasez de vivienda se reduciría, se 
estimularía el empleo en el sector de la construcción y se generarían 
ingresos por concepto de impuestos. Además se combatiría la corrupción 
por parte de funcionarios que reciben sobornos a cambio de aprobar 
acuerdos ilegítimos, y le daría a la gente un marco legal para resolver 
disputas que no pueden ventilarse pues se realizaron en el mercado negro.
Probablemente también atraerá dólares de cubanos en el exterior, quienes 
seguramente enviarán dinero a sus familiares para que compren, amplíen o 
remodelen sus viviendas, especialmente desde que el presidente 
estadounidense Barack Obama relajó el embargo y permitió el envío 
ilimitado de remesas.
"Todas estas cosas están vinculadas", dijo Sergio Díaz-Briquets, un 
experto demógrafo basado en Estados Unidos. "Ellos quieren que los 
cubanos expatriados den dinero al estado cubano, y éste es un gran 
incentivo para que la gente ayude a sus familiares".
Sin embargo, habrá pocos cambios en la economía cubana tan difíciles de 
implementar como una reforma al sector de viviendas.
Desde los primeros días de la revolución, Fidel Castro denunció a los 
arrendadores explotadores, y promulgó una reforma que le daba la 
propiedad a quien esté ocupando el inmueble. Debido a su ausencia, las 
viviendas de la mayoría de los que han salido de Cuba han caído en manos 
del estado. El gobierno, según la prédica de Castro, le suministraría 
todas las necesidades al ciudadano: empleo, alimento, educación y 
vivienda, gratis o casi gratis.
Ya antes de la revolución había escasez de viviendas, construcciones 
defectuosas y mantenimiento insuficiente. Y después de la revolución las 
viviendas continuaron deteriorándose: el embargo estadounidense limitó 
el suministro de materiales de construcción y las nuevas construcciones 
no satisfacían la creciente demanda.
Entre tanto, el efecto de los numerosos temporales, huracanes y el 
salitre del mar mermaron las estructuras de las casas en las zonas 
rurales y en La Habana Vieja. El famoso Malecón de La Habana está 
poblado de terrenos baldíos y otrora majestuosas mansiones que están al 
borde del colapso.
Mientras la nueva ley no sea promulgada, las opciones legales para los 
cubanos son muy limitadas. Pueden inscribirse en proyectos de 
cooperativas de construcción, ampliar las construcciones en propiedades 
ya existentes o inscribirse en la larga lista de espera para viviendas 
del gobierno. O pueden dirigirse al mercado al aire libre con la 
esperanza de negociar una "permuta", que oficialmente es un trueque de 
propiedades de valor similar pero que en realidad usualmente implica el 
intercambio de dinero.
Algunos contratan a "corredores" como Manuel Valdez, un ex militar de 83 
años de edad que ha estado administrando ese tipo de transacciones por 
cuatro décadas. En el bazar al aire libre, Valdez controla las sesiones 
en un banco de concreto y anota las transacciones en un cuaderno 
deshilachado y en una cartulina amarrada a un árbol.
Observando a la gente haciendo negocios a su alrededor, Valdez comenta 
que la escasez de vivienda es un problema tan grande que la legalización 
es inevitable: "Esta es una situación que el estado tenía que quitarse 
de encima de una forma u otra".
Los cubanos también pueden acudir a www.revolico.com, un sitio de 
internet dedicado a cubanos donde las propiedades se ofrecen a veces por 
decenas de miles de dólares. Los operadores del sitio aseguran que sólo 
la sección de bienes raíces recibe 30.000 visitas al mes, aunque los 
isleños tienen que hallar la manera de burlar el bloqueo cibernético 
para poder accederla.
Algunos cubanos contraen matrimonios fraudulentos a fin de facilitar la 
transferencia de propiedades. Otros se mudan a viviendas y dicen que es 
para cuidar a algún anciano que reside allí; se registran en esa 
dirección y, tras pasar suficiente tiempo, pueden legalmente declararse 
"herederos" del inmueble. No hay registros oficiales de intercambio de 
dinero.
Un profesional de La Habana que tiene un cargo con un sueldo mucho mayor 
al cubano promedio relató que cambió su diminuto apartamento en el cual 
vivió 10 años por una casa inmensa de diseño histórico pero en la cual 
el baño se estaba derrumbando y cuyos ocupantes, una pareja de unos 60 
años de edad, ya no podía encargarse de su mantenimiento.
La pareja se mudó a su apartamento que fue remodelado y pintado. Además 
recibieron 1.200 dólares en efectivo, lo cual no sería ilegal si se 
aprueba la reforma que el gobierno está considerando.
El cubano reflexionaba sobre lo anormal de la situación de gente con 
dinero que no tiene vivienda que comprar, y el riesgo que todos corren 
al querer mudarse. Algunas personas han perdido sus viviendas, 
confiscadas por el gobierno cuando se destapó su transacción ilegal.
"Sería valiosísimo que tú pudieras hacerlo legalmente", comentó el 
profesional, que pidió no ser identificado.
"La escasez de vivienda es un problema grave", dijo Díaz-Briquets, quien 
en un trabajo reciente estimó que Cuba, con una población de 11 millones 
de habitantes, sufría una escasez de unas 1,6 millones de "unidades 
habitacionales adecuadas".
"Durante años han tratado de resolver este problema, y al final se 
percataron de que el Estado no podrá resolverlo", comentó.
El gobierno cubano calcula que la escasez es más como 500.000 viviendas. 
Aun así, la situación actual es que hay una gran cantidad de parejas 
divorciadas que siguen bajo el mismo techo; recién casados obligados a 
convivir con hermanos, primos y tíos; gente anciana que no puede reparar 
sus maltrechas viviendas.
Un ejemplo típico es el de Juana Inés Delgado. Ella comparte su pequeño 
estudio en La Habana con su hijo adulto, su hija casada y su nieta de 4 
años, mientras su yerno pasa las noches en la casa de una tía al otro 
lado de la cuadra.
"Es un matrimonio que no es un matrimonio como debe de ser, ¿tú me 
entiendes?", dijo Delgado, de 61 años. "Aspiro a que mis hijos no tengan 
que terminar su vida aquí en esta condición".
Los expertos en temas cubanos advierten que la nueva ley es sólo el 
primer paso hacia la solución del problema habitacional, y destacan que 
intencionalmente no llega a ser un mercado de bienes raíces al estilo 
capitalista.
Raúl Castro declaró que la propiedad de viviendas será limitada a una 
por individuo a fin de evitar la acumulación de riqueza. El gobierno 
anunció planes de otorgar créditos para la compra de materiales de 
construcción, pero no se divulgaron los detalles y no se elaboró un 
mecanismo para hipotecas. Habrá impuestos tanto para compradores como 
vendedores, y si los impuestos son excesivos, ello podrá provocar que la 
gente no reporte la cantidad de dinero acordada.
Sólo cubanos y residentes permanentes podrán adquirir propiedades, pero 
existe por lo menos el potencial de que algún extranjero use el nombre 
de un cubano para comprar por ejemplo una mansión histórica estilo 
art-deco frente al mar.
"Si uno empieza a caminar por la vía de la acumulación de propiedad, 
quién sabe dónde terminará", comenta Rafael Romeu, un experto en 
economía cubana basado en Estados Unidos.
http://www.elnuevoherald.com/2011/07/22/v-fullstory/988995/la-vivienda-abrira-una-fuente.html
 
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