Saturday, August 8, 2015

Familias afectadas por derrumbe son trasladadas a locales del Estado

Familias afectadas por derrumbe son trasladadas a locales del Estado
Las 50 personas residían en el lugar por más de treinta años
viernes, agosto 7, 2015 | Ernesto García Díaz

LA HABANA, Cuba – En la tarde de ayer media decena de familias que
vivían en la azotea del edificio de tres niveles situado en la calle Sol
No. 466 altos, esquina Villegas, comenzaron a trasladarse a vivir para
varios locales del Estado en La Habana Vieja. El gobierno municipal
realizó la mudanza asistido por el cuerpo de bomberos, la Empresa de
Izaje y la Policía.

La medida se tomó a raíz del derrumbe total de la escalera de acceso a
la azotea del inmueble construido a inicio del pasado siglo.

Las cincuenta personas que quedaron en la calle residían en el lugar por
más de treinta años, en pequeñas casitas que construyeron de tabla,
bloque y techo ligero.

La vía permanece acordonada por una veintena de miembros de la Policía
Nacional Revolucionaria (PNR) y agentes civiles custodiaban el lugar. No
permiten a los transeúntes tomar fotos del lugar.

Los moradores, entre ellos mujeres, niños pequeños y varias embarazadas,
permanecieron varios días amotinados en la calle en protesta porque el
gobierno los quería llevar para los albergues que están casi fuera de la
capital. Durmieron en los colchones tirados frente a la edificación. "Le
exigían al gobierno municipal que los reubicaran en los apartamentos que
el Estado construye, no se querían ir para los albergues que utilizan en
estos casos, porque allí están peor y viven hacinados como animales",
dijo un vecino que no quiso identificarse.

Una joven del lugar expresó: "La gente está cansada, ellos hicieron bien
en protestar. Los llevaron para distintos lugares, por el Barrio Jesús
María, Centro Habana y por Prado".

En el agro mercado de Sol y Aguacate, un señor mayor de edad, manifestó:
"Este gobierno no ayuda para nada a los pobres, nos tienen avasallados,
construyen buenos edificios y casas para su gente, los militares viven a
todo meter y el pueblo que se joda. Hicieron bien en protestar, rápido
le buscaron un lugar, todo eso es para evitar que el mundo conozca lo
que está pasando aquí. Y ahora menos que viene el Papa. Ellos quieren
dar una cara y ocultar la otra, la realidad del cubano".

ernestogardiaz@gmail.com

Source: Familias afectadas por derrumbe son trasladadas a locales del
Estado | Cubanet -
https://www.cubanet.org/noticias/familias-afectadas-por-derrumbe-son-trasladadas-a-locales-del-estado/

Friday, August 7, 2015

La taimada práctica del desalojo

La taimada práctica del desalojo
WALDO FERNÁNDEZ CUENCA | La Habana | 7 Ago 2015 - 9:51 am.

Dos casos más, en el Vedado y en El Cerro, de una práctica gubernamental
extendida: el desalojo de familias.

Hace más de un mes que Rafael Mollinedo Reyes, un hombre de 60 años y
con dos isquemias cerebrales vive en la calle. Este señor de raza negra
fue desalojado de la precaria morada donde vivía desde hace 10 años y su
improvisada casucha fue totalmente desmantelada.

A principios del pasado mes de julio las autoridades le dijeron que su
endeble vivienda de la calle C entre 1ra y 3ra iba a ser totalmente
desmantelada porque allí el Gobierno planea hacer un edificio. De
repente se vio en la calle y perdió parte de sus equipos electrodomésticos.

Debido a su delicado estado de salud, Rafael no hizo la menor
resistencia, pero desde ese momento malvive por los alrededores y se
gana la vida como parqueador. Rafael asegura haber sido de la seguridad
personal de Fidel Castro durante diez años en los años 70. Pero hace
décadas que no recibe ninguna ayuda gubernamental y no tiene pensión.

Por esos habituales contrastes tercermundistas, frente a donde vivía
Rafael se alza uno de los residenciales más lujosos de la Habana, el
edificio Atlantic, donde viven muchos extranjeros adinerados y personal
diplomático. Sin embargo, Rafael no piensa moverse de la zona porque no
tiene a dónde ir y culpa de su desgracia al Gobierno. Demanda que aunque
sea le den un albergue, y cuando habla de su situación no logra evitar
que sus ojos se agüen y la tristeza lo invada. Este es un capítulo más
de los muchos desalojos que suceden en Cuba a diario y de los cuales la
prensa oficial nunca se entera.

Bajo amenaza de desalojo forzoso se encuentran también cinco familias
residentes en una edificación en ruinas de la calle Tulipán 410, en El
Cerro. La edificación data de 1828 y los historiadores aseguran que en
ese lugar radicó por un breve tiempo el Héroe Nacional José Martí. Uno
de los afectados señala que antiguamente la edificación tuvo tres pisos
pero una brigada del Gobierno comenzó a demoler los pisos superiores en
octubre de 2014 por encontrarse en muy malas condiciones, y aprovecharon
para vender todas las maderas preciosas que encontraron.

Esa demolición provocó el derrumbe total en la edificación contigua, el
pasado 5 de junio, y desde ese día las familias tuvieron que abandonar
sus viviendas, muchas de las cuales están apuntaladas. Otra de las
afectadas, Regla Milián Martínez, señala que el pasado 28 de julio "vino
la vicepresidenta del Gobierno municipal y la Directora de Albergue
dándonos la noticia que iban a demoler toda la edificación y nos iban a
mandar para un albergue, pero le dijimos que si demolían sería con
nosotros adentro porque no pensamos ir para un albergue a esperar por
casa indefinidamente".

Y agrega: "Hay personas que llevan en albergues 20 o 30 años. O sea, nos
querían desalojar de aquí para que no siguiéramos reclamando".

Desde ese día todas esa familias malviven en la calle, dependiendo de la
caridad de los vecinos para hacer sus necesidades fisiológicas o tomar
agua fría bajo el sofocante calor. Entre ellos hay varias personas
mayores discapacitadas y dos niñas.

María del Carmen Salazar, también afectadaa, señala que "nuestro caso
llegó a oídos de Eusebio Leal, el cual ha dado la orden de que la
edificación debe conservarse y restaurarse por su connotación histórica,
pero a ciencia cierta no sabemos si eso va a suceder. Creemos que hay
muy poca voluntad para resolver nuestro caso. Tiene que haber muertos
para que a los afectados les den casa, como el derrumbe ocurrido en la
Habana Vieja recientemente, pues a todos los afectados enseguida les
dieron casa para callarles la boca y que no hicieran declaraciones a la
prensa".

La grave crisis habitacional del país y la galopante corrupción en todas
las instancias de Vivienda hacen que los expedientes casi siempre, y
como por arte de magia, se extravíen debido a que estas personas no
tienen dinero como para que algún funcionario "pueda ayudarlos".

Para colmo de males, cuenta Regla Milián Martínez que al presentar su
situación en la Oficina de Atención a la Población de la dependencia
municipal del Partido Comunista en El Cerro y decir que estaban
expuestos a un desalojo, la funcionaria le dijo que "desalojo era otra
cosa y que en Cuba no existía el desalojo".

Cuando repite estas palabras, Regla abre los ojos y termina riéndose. Su
risa intenta aliviar la amargura de la desesperanza y la frustración que
la embarga. No teme dar su nombre para que se sepa de su caso y el de
sus vecinos, víctimas de un cruel desamparo que parece no tener fin.

Source: La taimada práctica del desalojo | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1438906189_16187.html

Thursday, August 6, 2015

Un caso de desahucio

Un caso de desahucio
BORIS GONZÁLEZ ARENAS | La Habana | 6 Ago 2015 - 9:21 am.

La odisea burocrática de una familia despojada de su casa en la
carretera a Varadero.

Por estos días se rumora en Cárdenas que numerosas autoridades
territoriales, entre otras las relacionadas con el Instituto de la
Vivienda, han sido retiradas de sus puestos y es posible que alguna de
ellas esté en la cárcel.

La noticia ha movilizado nuevamente los esfuerzos de Bertha Luisa Lamorú
Hernández, vecina de Carretera a Varadero Km 2, No. 1358, en el
municipio matancero de Cárdenas. Ella lleva tres años viviendo fuera de
su casa pues un proceso sorprendente por su arbitrariedad le retiró las
tierras y el inmueble que, construido en ellas, le correspondían.

El día 3 de abril de 2012, aprovechando que su hijo Harold Pérez Lamorú
debió ir a la Habana, pues desde días antes se había concentrado en la
vivienda junto a su madre para enfrentar el inminente despojo, oficiales
del Ministerio del Interior —supuestamente dos tenientes coroneles—
miembros de la policía sin los números que les identifican, autoridades
del Gobierno, el Instituto de la Vivienda y hasta una ambulancia, fueron
dispuestos para la acción.

Terminaba así un proceso de expolio que había comenzado en el 2007,
cuando falleció Carlos Leal Bailez, el esposo de Bertha. Carlos era
dueño absoluto de las tierras y la vivienda que, al casarse con Bertha,
ella había encontrado en un estado ruinoso y entre ambos, pero
principalmente por ella que entonces trabajaba en un restaurante de
Varadero, fue reconstruida.

A los pocos días de fallecer su esposo, Bertha fue citada a la
delegación del Ministerio de la Agricultura de Matanzas para cumplir,
pensó ella, los trámites formales que debían hacerla propietaria. Tenía
en su poder el certificado que acreditaba la pertenencia de la finca a
su esposo y el testamento en el cual Carlos Leal la nombraba heredera
universal de sus bienes, entre otros papeles que debían salvar el
trámite pendiente de un modo favorable.

Sin embargo, Bertha nunca pudo hacerse propietaria. La delegación
provincial del Ministerio de la Agricultura de Matanzas, encabezada por
el ingeniero José Miguel Rodríguez, desconoció la propiedad de Carlos
Leal y dejó a Bertha sin derecho a las tierras ni al inmueble ubicado en
ellas.

La cantidad de documentos en poder de Bertha es considerable y entre
ellos está el que dirigió el Centro Nacional de Control de Tierra,
firmado por su director Pedro Olivera Gutiérrez, al mismo José Miguel
Rodríguez, en octubre de 2008 conminándole a "adoptar las medidas que
sean necesarias para concluir el trámite hereditario y exigir a los
dirigentes y funcionarios de Cárdenas que no permitan injusticias". Más
adelante le demanda el honrado funcionario "trabajar con más agilidad,
un proceso de este tipo jamás puede demorar tanto tiempo, por lo que a
los responsables debe exigirle responsabilidad administrativa e informar
a esta autoridad sobre las medidas tomadas".

Nada, sin embargo, consiguió Bertha y el desahucio fue la consumación de
todas las acciones emprendidas contra ella. Al día siguiente del
desalojo Bertha, su hijo Harold Pérez y su sobrino Víctor Cutiño fueron
a la casa para llevarles comida a sus tres perros, pues en su residencia
provisional no podían estar los animales. Sorprendentemente estaban allí
los nuevos inquilinos, Rafael A. Basulto e Hilda Lídice Zaldívar Bernal.
Días después los perros desaparecieron, sumando la familia a todo el
dolor la pérdida de sus mascotas.

Recientemente, el matrimonio beneficiado con la asignación de la
vivienda la ha puesto en venta. Ello motivó que Bertha se dirigiera al
Bufete Colectivo de Cárdenas en noviembre de 2014 y más tarde, en abril
de 2015, a la Dirección Provincial de Justicia de Matanzas, para que
declare "en litigio" la vivienda e impida realizar su venta.

Pero, para sorpresa de Bertha, en la Dirección Municipal de Vivienda
solo existe un expediente relativo a la propiedad del inmueble, y es el
que adjudicó la vivienda el 31 de julio de 2012 a quienes desde el día
siguiente de su desalojo, tres meses antes, ya la habitaban.

Bertha parece haber agotado todos los recursos para hacer valer la
justicia, pero las groseras manipulaciones legales que orientaron el
despojo del que fue víctima, y la impunidad con que sus disposiciones
fueron realizadas, hacen pensar que en Cuba la justicia no es un
patrimonio general.

Ella reclamó a las instituciones estatales por las vías que establecen,
concibió hacer público el despojo parándose en una acera de La Rampa con
un letrero en que pedía una entrevista con Ricardo Alarcón, entonces una
importante autoridad cubana. Solicitó los servicios de la Asociación
Jurídica Cubana, cuyos abogados, en especial Julio Alfredo Ferrer Tamayo
le dieron toda la asesoría, atención y apoyo que las entidades oficiales
le negaron, pero no obtuvo justicia.

Al conocer Bertha de la suerte que parecen haber corrido algunas
autoridades municipales de Cárdenas, entre ellas las relacionadas con el
Instituto de la Vivienda, se pregunta quiénes habrán sido los afectados
que tan drásticas medidas determinaron, cuando el ultrajante despojo que
contra ella, su hijo y sus perros se practicó, y todas las denuncias que
por ocho años ha hecho, no consiguieron movilizar la justicia y la
correspondiente condena de los criminales implicados.

Source: Un caso de desahucio | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1438816050_16159.html

Wednesday, August 5, 2015

Havana’s Ameijeiras - Hospital or Wholesale Yard?

Havana's Ameijeiras: Hospital or Wholesale Yard?
August 4, 2015
By Fernando Ravsberg

The Hermanos Amejeiras Hospital in Havana. Foto: wikipedia.org
HAVANA TIMES — These days, Havana's Ameijeiras Hospital looks like an
enormous wholesale yard selling building materials. The employees of the
company now repairing the building offer to sell people just about
anything, from cement to wash basins – all new and top quality,
according to the would-be vendors.

If anyone at the Ministry of Health one day begins to wonder why the
repair of health centers proves so costly and dysfunctional, the answer
can be found at Havana's largest hospital, turned today into a veritable
black market hub for building materials.

Just as near tobacco factories, one need only walk near the Ameijeiras
to be showered with offers. You have to be blind – or in on the profits
– not to see how these people pocket the money the country is devoting
to improving public health.

Source: Havana's Ameijeiras: Hospital or Wholesale Yard? - Havana
Times.org - http://www.havanatimes.org/?p=113033

Cuba - la vivienda, las leyes y el hombre

Cuba: la vivienda, las leyes y el hombre
DIMAS CASTELLANOS | La Habana | 5 Ago 2015 - 9:20 am.

La nueva política habitacional tiene que basarse en la combinación
armónica entre intereses individuales y sociales, entre Estado y sociedad.

El pasado 15 de julio se informó en el V Periodo Ordinario de Sesiones
de la Asamblea Nacional del Poder Popular que el PIB creció en 4,7% en
el primer semestre del año. Sin embargo, se supo que dentro del sector
de la construcción, el cual creció en 8,7%, solo se edificarán unas 30
mil viviendas durante todo el año; una cifra que agudizará la crisis
habitacional en Cuba.

En la primera mitad del siglo pasado las necesidades de vivienda se
satisfacían mediante el arrendamiento, la construcción y la compra. La
renta, en dependencia de la calidad, el lugar y la dimensión, podía
pagarse en la mayoría de los lugares con el 10% del salario. La compra
podía realizarse a empresas como la FHA (institución crediticia que
realizaba las operaciones bancarias con el Banco Pujol), que construían
viviendas para trabajadores y clase media en repartos residenciales. Los
que recibían un salario mensual aproximado de 100 pesos podían solicitar
un crédito con un 20% de interés amortizable en varios años. Los que
tenían mayor solvencia podían realizar la compra directa. En 1949 una
casa de mampostería, placa, piso de mosaicos o de terrazo, dos cuartos,
baño intercalado, sala, comedor, cocina, portal y patio, como las que
sorteaba la revista Resumen, costaba unos 4.000 pesos. Y en pueblos del
interior, una casa de madera, techo de tejas, piso de cemento, baño y un
cuarto, se podía adquirir hasta con 1.000 pesos.

El Gobierno que asumió el poder en 1959, ignorando esa experiencia, se
propuso resolver el déficit habitacional existente en aquel momento. Con
el lenguaje militar que caracterizó cada tarea, se emprendió la "batalla
por la vivienda" mediante una secuencia de planes. El primero de 1960 a
1970 intentó construir 32.000 apartamentos anuales, pero no rebasó los
11.000 como promedio. El segundo de 1971 a 1980 subió la meta a 38.000
anuales, pero a duras penas llegó a las 17.000. Para recuperar lo dejado
de producir, a partir de 1981 se planteó edificar 100.000 anuales, pero
durante 25 años no sobrepasó las 40.000.

En el año 2005, cuando se sabía que el 43% del fondo habitacional estaba
en "regular y mal estado"; que hasta abril de ese año la "falta de
liquidez" había impedido resolver 15.889 derrumbes totales y 12.563
parciales; después del paso de cuatro huracanes (Michelle, 2001; Charley
e Iván, 2004; Dennis, 2005), Carlos Lage, entonces secretario ejecutivo
del Consejo de Ministros, anunció que a partir de 2006 se iban a
construir y terminar "no menos de 100.000 viviendas nuevas por año".

En el 2006 se incumplió; en el 2007 se dijo que de las 100.000 se
construirán sólo 52.000. El descenso fue acelerado por otros cuatro
huracanes (Fay, Hanna, Gustav e Ike, 2008) que afectaron alrededor de
medio millón de hogares. En 2008, según la Oficina Nacional de
Estadísticas se construyeron cerca de 45.000; en 2009 la cifra fue de
unas 34.000; en 2012 fueron algo más de 32.000; y en el año 2013 no se
llegó a 26.000 viviendas.

Un cálculo conservador de los incumplimientos en los diversos planes
gubernamentales arroja un déficit de aproximadamente millón y medio de
viviendas, que construyendo a un ritmo de 100.000 anuales se requerirían
unos 15 años para suplir el déficit. Pero al ritmo de 30.000 —que es el
estimado del año 2015— se necesitarían 50 años. Y si a ello se unen las
nuevas necesidades y los continuos derrumbes, entonces se requeriría
aproximadamente de un siglo.

Leyes y más leyes

— La Ley de Reforma Urbana dictada en 1960 confiscó todas las viviendas
arrendadas, con excepción de las habitadas por sus propietarios y
prohibió la compraventa y la hipoteca.

— La Ley General de la Vivienda promulgada en 1984 autorizó la
"transferencia de la propiedad", pero los "propietarios" no podían
vender, arrendar, permutar o alojar libremente a quien consideraran.
Los cubanos pasaron a ser propietarios sin propiedad.

— Una segunda Ley General de la Vivienda, encaminada a reordenar las
regulaciones anteriores, propiciar la solución del déficit habitacional
y fortalecer el control estatal sobre las operaciones, fue aprobada en 1988.

— El Decreto-ley 211, de julio de 2000, reguló las construcciones que
entonces florecían por doquier y los trámites de permuta. Este decreto
contemplaba inspecciones físicas en los inmuebles y exigía autorización
para realizar permutas, algo que había sido permitido por la Ley General
de 1988.

— El Decreto-ley, de febrero de 2001, otorgó al Instituto de la Vivienda
poder para eliminar la compraventa entre particulares y otorgó a las
entidades municipales de la Vivienda el derecho de confiscación.

— Finalmente, el Decreto-Ley 288 de 2011, restableció y reguló la
compraventa de viviendas. Ahora los propietarios pueden permutar, donar,
adjudicar o vender su casa a otros cubanos y las viviendas de cubanos
que abandonen definitivamente la propiedad se traspasa a los
copropietarios o a sus familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad.

El recuento abreviado de las legislaciones dictadas en el último medio
siglo traza el giro de la desaparición del propietario y del control
absoluto e incapacidad del Estado, con un impacto negativo en el interés
por el mantenimiento de inmuebles que no eran suyos. Ese medio siglo de
propietarios sin propiedad explica en buena medida el deterioro
habitacional que se manifiesta en los derrumbes cotidianos,
particularmente en La Habana. Dos ejemplos bastan para ilustrarlo.

1) El 5 de diciembre de 2001, el edificio de cinco plantas situado en la
calle Águila 558, en Centro Habana, que desde 1994 y durante 18 años
sufrió cuatro derrumbes parciales hasta su desplome definitivo, dejando
el doloroso saldo de seis muertos y varios heridos. El derrumbe afectó
al edificio colindante, lo que provocó que sus ocupantes lo abandonaran
inmediatamente, pues algunos de ellos, que habían sufrido un proceso
similar diez años antes, estaban ubicados provisionalmente en el
edificio inmediato al desplomado.

2) El 15 de julio de 2015, el mismo día que Marino Murillo informaba en
la Asamblea Nacional la construcción de 30.000 viviendas para el año en
curso, el edificio ubicado en la calle Habana 409, en La Habana Vieja,
se derrumbó con un saldo de cuatro muertos (un niño, dos jóvenes, una
anciana) y tres heridos.

En los 15 años que separan esos dos trágicos derrumbes, entre los
huracanes que azotaron el país, las lluvias, el envejecimiento la falta
de mantenimiento e insuficiencia de los salarios para acometer
reparaciones, cientos de miles de hogares desaparecieron, muchas veces
con pérdida de vidas humanas.

Y el hombre

La desmovilización ciudadana ocupa el primer lugar entre las causas de
la actual crisis habitacional. Como las viviendas la empezaron a
construir los hombres antes del surgimiento del Estado, se impone ubicar
al ser humano —al margen de criterios políticos o ideológicos— en
primer lugar y desde esa ubicación acometer la solución de la crisis.
Algo que desde hace mucho tiempo los ingleses lo condensaron en una
sucinta frase: "No se puede tratar con la gente y sus viviendas por
separado".

La experiencia nacional y foránea enseña que sin la participación activa
de la ciudadanía es imposible la salida de la crisis. Se impone, pues,
la creación de pequeñas y medianas empresas privadas o cooperativas de
materiales de construcción, de reparaciones, de venta de materiales, de
transporte y de financiamiento alternativo. La nueva política
habitacional que la sociedad cubana requiere tiene que basarse en la
combinación armónica entre intereses individuales y sociales, entre
Estado y sociedad.

La disyuntiva está en que el Estado promueva y respete la autonomía y
las libertades que propicien la participación civil de forma paralela y
subsidiaria, o el Estado se ocupa de todo y con ello paraliza la
potencialidad ciudadana hasta que la vivienda desemboque en tragedia
nacional.

En la recién finalizada sesión de la Asamblea Nacional, el presidente
Raúl Castro planteó: "Entre las principales tareas llevadas a cabo en
interés de la actualización del modelo económico y social se encuentra
la elaboración de la conceptualización teórica del socialismo en Cuba".

Si dicha conceptualización insiste en fortalecer el papel de la empresa
estatal y conservar el sistema de planificación socialista como vías
principales para la dirección de la economía; en encargar al
cuentapropismo y al "cooperativismo" solo las actividades secundarias,
entonces la conceptualización pasará a engrosar la abultada lista de
fracasos. En su lugar se impone reconocer el camino equivocado y
proceder a devolver las libertades confiscadas para que los cubanos
puedan formar pequeñas y medianas empresas y convertirse en empresarios
y trabajadores libres en su país.

Source: Cuba: la vivienda, las leyes y el hombre | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1438628244_16109.html

Detenidos Yasser Rivero y yo mientras cubria una noticia en la Habana Vieja

Monday, August 3, 2015

La ansiedad es incompatible con la construcción

La ansiedad es incompatible con la construcción
[02-08-2015 20:41:07]
Alberto Medina Méndez

(www.miscelaneasdecuba.net).- El mundo se ha vuelto muy vertiginoso. La
velocidad pretende ser un valor y la eficiencia fugaz se ha convertido
en el paradigma del éxito y el fracaso.
La política no es la excepción a la regla y abundan movimientos
partidarios que brotan y aspiran a subirse a esa ola. Pero no menos
cierto es que esos mismos espacios políticos que han nacido como aluvión
y crecido velozmente, tienen demasiado de circunstancial y de efímero.
Así como aparecen con gran rapidez, también se desploman a idéntico
ritmo. Nada bueno puede venir de la mano de hazañas meramente espasmódicas.

Ciertos sucesos casuales pueden ser funcionales a la aparición de un
contexto extraordinario, diferente, que genere gran expectativa dadas
sus singulares características. Pero nada es mágico en esta vida. El
solo hecho de creer en esa fantasía es una muestra de una dudosa
inteligencia.

Las construcciones llevan tiempo, esfuerzo y sacrificio. No se puede
crear algo serio en tan breve lapso. Y en política mucho menos. Se debe
trabajar duro, cultivar relaciones sólidas, articular ámbitos genuinos
de discusión, intercambio y consenso. Pero también son esenciales los
liderazgos criteriosos para lograr que lo que emerge se constituya en
algo respetable.

Lo auténticamente bueno, lo que realmente vale la pena, es siempre el
fruto de una larga serie de aciertos y también de desatinos, pero sobre
todo, de esos cimientos sólidos que se han edificado a lo largo del
tiempo, gracias a la voluntad de aquellos que creen férreamente en esa
posibilidad que permite soñar, bajo la condición de tener los pies sobre
la tierra.

El ilusionismo en política jamás sobrevive. Las campañas proselitistas
profesionales, las brillantes estrategias de marketing especialmente
diseñadas, los candidatos que, desde fuera del sistema aterrizan en la
actividad partidaria, son solo recursos, ardides, que pueden funcionar
en el corto plazo, pero que no garantizan nada suficientemente sustentable.

Los atajos son trucos que sirven para acortar camino, pero hacer
política no es solo lograr eventuales triunfos, ni colarse por un
resquicio. Eso puede ayudar pero nunca dejará de ser un simple hito en
el complejo y prolongado sendero que conduce hacia la realización de
grandes propósitos.

Por eso, cuando se observa el escenario político actual, y se percibe
con tanta claridad la desmesurada ambición de ciertos personajes por
alcanzar el poder a cualquier precio, no se puede menos que anticipar
que esos intentos culminarán sin pena ni gloria. Lo grave no es el final
de esas instancias, la mayoría de las veces, absolutamente predecibles,
sino el desperdicio de energías y el derroche de ilusiones que ello implica.

Sumarse eternamente a nuevos proyectos es una gimnasia demoledora, que
desgasta, corroe la confianza y destruye a quienes deciden hacerlo. En
la política, como en casi cualquier ámbito de la vida, se trata de
construir de a poco, con paciencia, consolidando paso a paso, tropezando
a veces, pero asimilando el resbalón, para capitalizarlo y avanzar
nuevamente desde allí.

Para eso resulta imprescindible disponer de perseverancia para
evolucionar, humildad para comprender el recorrido y capacidad para
rodearse de los mejores. La idea no es transitar un desenfrenado
derrotero, repleto de angustias y premuras, sino más bien dedicarse a
colocar ladrillo sobre ladrillo, con la serenidad que ese trámite
requiere para no empezar de nuevo a cada instante.

Quienes pretenden modificar el curso de los acontecimientos deben
entender el sistema y su detallado funcionamiento. Si ya lo han
descubierto, pues entonces habrán entendido que esto no es para
improvisados seriales y mucho menos para ansiosos crónicos.

Los que están en el juego desde hace mucho saben muy bien como sacarse
de encima a los arribistas de siempre. Es cuestión de tener la templanza
suficiente. Entienden que todo lo que escala rápido, desciende con
similar prontitud. Solo se trata de esperar, porque lo que germina
repentinamente, con personalismos y mezquindad, no tiene chance alguna
de perdurar.

Si realmente se desea cambiar el rumbo, deberán primero comprender que
esta no es una carrera rápida, sino una maratón, una verdadera prueba de
resistencia. En esa disciplina se deben manejar los tiempos con talento,
dosificar los ritmos con creatividad, guardar el aire, apurar el paso
cuando sea necesario, pero también registrar que la meta está bastante
más lejos de lo que parece y que apresurarse es sinónimo de frustración
asegurada.

Es una pena que ciertos líderes que llegaron a la política no lo hayan
comprendido en su momento. No solo ellos perdieron la ocasión de pasar a
la historia al darle prioridad a sus urgencias personales. También
arrastraron a muchos ingenuos ciudadanos que se montaron a esos
espejismos, y cuando todo se derrumbó, no solo fueron derrotados, sino
que en ese trayecto quedaron atrás buena parte de sus esperanzas,
repercutiendo además directamente en cualquier futura oportunidad.

Lamentablemente, el presente reedita esta cuestión y la coloca en el
centro de la escena. Muy pronto se habrá despilfarrado otra chance
concreta de transformar el presente. Como tantas otras veces, se
privilegiaron los intereses del corto plazo y el tren pasará de largo
inexorablemente.

Parece difícil imaginarse un profundo aprendizaje de este nuevo
capítulo. Más bien paree que no faltará quien vuelva a responsabilizar a
los "malos de la película" por los errores propios, sin hacer la
autocrítica indispensable. Nada distinto ocurrirá hasta que no se
comprenda acabadamente que en política también, la ansiedad es
incompatible con la construcción.

Source: La ansiedad es incompatible con la construcción - Misceláneas de
Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/55be64433a682e0fb0cae6fe#.Vb81nG6qqko