Taking Stock of the Flood Damage in Havana / 14ymedio
14ymedio, Luz Escobar, Havana, 24 January 2017 — The hectically busy
residents of the areas bordering Havana's Malecón, on Tuesday, tried to
repair the damages left by seawater flooding over the seawall the
previous day. The strong northwestern winds associated with an extensive
extratropical low pressure over the state of South Carolina have
submerged the dreams of many families.
"It was strong and very fast, not as moderate as they said on
television. There was a lot of water flowing," says Lázaro, a resident
of Arcos Passage on 3rd Avenue and A Street in the Vedado district.
"It was not like other years because this time they did not warn us in
time and the team of people who always help with the evacuation did not
show up."
Victoria, a resident of the same street, is sweeping the sand that
reached to her doorway. At the same time last year there was something
similar in the area, "but not so intense," she says, tired of all the
hustle and bustle.
Wet mattresses, refrigerators damaged by salt and humidity, and the
lamentations of the unprepared state, are part of the scene along the
Malecon.
While taking a break, Victoria tells her neighbor that the water once
again reached Calzada but this year it also got as far as Linea Street.
She says that in her house "all night I couldn't sleep because of the
beating of the waves," and regrets that "they have not cleaned the
streets as they are doing in front of the Meliá Cohiba hotel."
The floods went from moderate to strong in a few hours on the north
coast, including the Havana Malecon, taking many unawares. Just after
four in the afternoon one could see cars drifting on the water, and the
sewers were black holes where the currents swirled.
On A and B Streets water penetrated more than four blocks into the
city. Several warehouses, like the one at 3rd and C, lost part of
their merchandise because the workers did not have time to raise up all
the sacks of rice, sugar or beans.
One family has lost everything because their house was a garage turned
into a home because of the deficit of housing. "We didn't see it coming
and by the time we realized, everything was underwater," was all that
the woman managed to repeat, as she rescued swollen chairs from a
mixture of seawater, mud and garbage.
In front of the Labiofam offices at 1st and B, cars "had all four tires
in the air," explains Ramiro, a resident, while pumping out the water
that entered his garage. The man, who lives in the 110 building behind
the Presidente Hotel, complains that those in charge of decontaminating
the water tanks are "delayed" and in similar situations "they let some
three days go by to force the residents to solve the problems on our own."
In many private businesses the employees were busy from the early hours
of the morning cleaning, getting the water out, and trying to save what
wasn't washed away with the current, while repairing the damage.
A group of people who had approached the seawall to enjoy the waves
breaking over it were alerted by the whistles of police officers who
guarded each block; the law enforcement officials explained to the
reckless that it is very dangerous because "a stone can fly up and hit you."
As reported by the Forecast Center of the Institute of Meteorology,
coastal flooding began to decrease "gradually" from this morning, but in
the early hours of the afternoon there were still heavy tidal waves.
Source: Taking Stock of the Flood Damage in Havana / 14ymedio –
Translating Cuba -
http://translatingcuba.com/taking-stock-of-the-flood-damage-in-havana-14ymedio/
Cuba need lacks adequate housing for it's people. Over 880,000 (official data 07/2017) houses need extensive repairs or have to be built. Houses could only be "exchanged" until recently. Now they can be sold. Often houses are impounded for "infractions". People that leave the country illegally lose their property rights. This site highlights the plight of Cubans. La vivienda: problema Cubana
Saturday, January 28, 2017
Zonas bajas - crónica de las inundaciones en La Habana
Zonas bajas: crónica de las inundaciones en La Habana
26 de enero de 2017 - 16:01 - Por CARLOS MANUEL ÁLVAREZ
Se calcula que, de mantenerse los patrones actuales, para 2050 Cuba
podría haber perdido casi 2700 kilómetros cuadrados de superficie
terrestre y cerca de 9 mil viviendas
Todos los años, Cristina Rodríguez López y su hijo Guillermo Solís se
mudan a la misma casa. Ambos viven en un sótano devenido apartamento
–extremadamente bien cuidado, pero capsular y opresivo como todos los
sótanos–, ubicado en el edificio 458 de la calle 5ta entre la Avenida
Paseo y la calle A, en el Vedado, barrio principal de La Habana.
Como el resto de los vecinos que viven en zonas bajas, por debajo del
nivel del asfalto, y apenas a unos cientos de metros del mar y el
Malecón, Cristina, de 84 años, y Guillermo, de 45 recién cumplidos, son
fieles seguidores del reporte del tiempo en los noticieros de la
televisión, y han aprendido, después de varias amargas experiencias, a
interpretar incluso hasta ciertos eufemismos típicos de los meteorólogos.
–Cuando anuncian ligeras penetraciones del mar, agárrate –dice
Guillermo–. Lo que viene es mucho.
Con cada penetración costera en el Vedado, madre e hijo tienen,
literalmente, que desmontar la casa, dejarla en el puro cemento. No se
trata solo de mudarse de modo convencional –las ropas, los equipos
electrodomésticos, los muebles–, sino también de zafar cada tornillo,
cada lámpara, cada bisagra y cada instalación eléctrica o toma de
corriente. De lo contrario, el salitre –esa plaga casi totalmente
imperceptible, salvo por su sabor salado–, se lo comería todo, lo
oxidaría o descompondría. Cristina y Guillermo cargan con sus bultos y
suben al primer piso del edificio. En el descanso de la escalera capean
el temporal y evitan la evacuación.
Hace solo unos pocos meses, en enero de 2016, el fenómeno climatológico
El Niño –un cambio en el movimiento de las corrientes marinas, con el
subsiguiente aumento de la temperatura en las aguas del Pacífico
ecuatorial y grandes variaciones atmosféricas– le trajo a Cuba, de
golpe, cinco frentes fríos, antecedidos todos por hondonadas
prefrontales. Como consecuencia, en el litoral norte occidental se
reportaron dos importantes penetraciones del mar con apenas seis días de
diferencia entre una y otra.
–Hay una estrecha relación entre la llegada de El Niño y la intensidad
de las inundaciones costeras –dice Yoania Povea, meteoróloga del
departamento de Física de la Atmósfera en el Instituto de Meteorología
(INSMET) de Casa Blanca, el más importante del país.
Aún así, los expertos no dudaron en calificar la consecutividad y la
magnitud de las penetraciones como un evento muy poco usual. El Vedado
ocupó los titulares. Diversos medios de prensa siguieron de cerca la
evacuación de más de un centenar de habitantes y la evolución del
fenómeno: las olas de seis metros rompiendo en el muro del Malecón y
desbordando la avenida, los camiones de rescate de la Defensa Civil, las
máximas acumulaciones.
En Cuba, hasta el presente, las penetraciones del mar ocurren bajo la
estricta influencia de los factores meteorológicos habituales. A saber:
los ciclones tropicales y los sistemas frontales, siendo las costas de
la región occidental las más afectadas. Sin embargo, hay algunas
evidencias concretas del efecto del cambio climático en ciertos
parámetros ambientales del país. La temperatura promedio anual ha
aumentado 0.6 grados Celsius desde mediados del siglo pasado, los
períodos de sequía han crecido desde 1960, y en algunas regiones del
Occidente el nivel medio del mar ha subido hasta casi nueve centímetros
en los últimos cuarenta años. Para 2010, ya se registraba una tendencia
de crecimiento cercano a los 0,2 centímetros anuales.
Si tomamos en cuenta la condición insular del país, y la existencia de
zonas bajas en gran parte del perímetro costero cubano, no resulta
extraño que sea justamente este punto el que más preocupe a los
especialistas. Tanto el ascenso del nivel del mar, como la presencia y
actividad humana, han provocado la retirada de la línea de costa, no
solo en Cuba, sino en gran parte de las islas alrededor del mundo. Esto,
se calcula, viene ocurriendo desde hace quinientos años, pero nunca con
tanta gravedad como ahora, con el aumento de las temperaturas por el
incremento en la concentración de los gases de invernadero.
Con las inundaciones últimas en el Vedado, a pesar de que pasaron de
moderadas a fuertes, y fueron consideradas las más intensas de los
últimos años, Cristina y Guillermo no tuvieron que mudarse del sótano
para, pasada la tempestad, volver a él. Según cuenta Guillermo, justo en
la esquina de 5ta y Paseo hay un generador de bomba y un trabajador de
recursos hidráulicos estuvo bombeando toda la primera madrugada, con lo
cual evitó, al menos en esa cuadra, acumulaciones mayores. Para Cristina
fue un descanso merecido.
–Desde el año 67, yo las he vivido todas, las más grandes y las más
chicas –dice.
La experiencia la ha convertido en una suerte de gurú que los vecinos
del resto de los sótanos no dudan en consultar cada vez que se anuncia
alguna penetración del mar. Que no son pocas.
–En invierno, los frentes fríos –dice Guillermo–, y en verano son los
ciclones, que cuando vienen por el norte, meten lluvia y viento, y
cuando vienen desde el sur, y siguen de largo, tuercen el mar, como si
lo enroscaran, y eso trae marejadas.
Fue, por ejemplo, el caso del huracán Juan, en 1985. Estacionado en la
costa sur de los Estados Unidos, sus vientos provocaron mar de leva en
La Habana, con olas entre cuatro y seis metros durante 72 horas. En la
calle Línea, más allá de la casa de Cristina y Guillermo, la marea
alcanzó los dos metros de altura.
Debido a la particular configuración geográfica de la Isla –alargada,
con amplias zonas de plataforma insular–, el Centro de Meteorología
Marina del INSMET suele clasificar las inundaciones en dependencia de la
altura de la ola. Según informes especializados, este tipo de medición
"es muy conveniente para el área del Malecón habanero, cuya forma
acantilada es favorable a las inundaciones por rompiente de oleaje".
Las inundaciones provocadas por olas de más de cinco metros clasifican
como severas, las inundaciones por olas entre cuatro y cinco metros
clasifican como moderadas, y las inundaciones provocadas por olas de
menos de cuatro metros clasifican como ligeras.
Son las inundaciones ligeras las únicas que no llegan hasta la calle
5ta, aunque, en cualquier caso, Cristina parece habérsele adelantado a
la naturaleza o al menos marcharle a la par, predecirle los movimientos,
porque ya no se muda en vano.
–Cuando desmantelamos el apartamento –dice–, es porque lo teníamos que
desmantelar.
***
Todos los años, Yoandri Marzo, de 34 años, y su esposa Mariusdelvis
Lambert, de 32, quieren mudarse de casa, pero nunca han podido. Oriundos
de Punta de Maisí, en el extremo este del país, ambos viven desde
principios de los 2000 en los Bajos de Santa Ana, una especie de gueto
costero, un barriecillo insalubre construido por emigrantes del Oriente
entre el mangle de Santa Fe, al noroeste de La Habana.
El Consejo Popular Santa Fe, con ocho kilómetros cuadrados y veintiséis
mil habitantes censados, pertenece al municipio Playa, y cuenta con La
Puntilla, una de las playas icónicas de todo el litoral habanero. Es
cosa sabida que, en las últimas décadas, La Puntilla ha sufrido tanto la
pérdida de considerables áreas de arena como el deterioro progresivo de
la vegetación natural.
Se calcula que a mediados del siglo pasado, hacia 1956, el área ocupada
por la vegetación natural sumaba 0.45 kilómetros cuadrados. Para 2010,
ya se había reducido a la mitad. El asentamiento humano es razón
fundamental en ello. En principio, el poblado Santa Fe debería llegar
solo hasta la desembocadura del río Santa Ana, actualmente un terraplén
árido con algunos charquillos fétidos –a veces tornasolados, en los que
el sol se refleja– y montículos revestidos de un musgo amarillento, enfermo.
Alguna vez, todo lo que hubo después del río fue mangle tupido y una
laguna en la que, según Migdalia Hernández, vecina nativa de Santa Fe,
los muchachos de su época –años cincuenta y sesenta– solían bañarse.
Pero ya no. Desde mediados de los noventa, lo que hay es una comunidad,
digamos, paralegal. En los Bajos de Santa Ana viven alrededor de tres
mil personas –Yoandri y Mariusdelvis entre ellas–, todas provenientes de
las provincias orientales. Su estatus es el típico estatus de cada una
de las comunidades de emigrantes que en un inicio, a partir de la crisis
económica que asoló al país tras el colapso soviético, se formaron
clandestinamente en muchos rincones de La Habana –sitios intrincados,
estrictamente marginales– y que luego el Estado no pudo ni desalojar ni
promover.
Declarado barrio insalubre, tienen luz eléctrica, agua, y, si alguien se
enferma, cuenta con atención médica gratuita, pero no les permiten
cambiar la dirección del carné de identidad, no les reconocen otros
derechos legales, están a la merced y el capricho de las autoridades
policiales, no reciben los alimentos de la libreta de abastecimiento, y
los hijos que nacen mantienen la dirección original de las madres, es
decir, se inscriben, si se inscriben, en pueblos en los que esos hijos
jamás han puesto ni pondrán un pie, aunque sí pueden matricular en la
enseñanza primaria y secundaria y estudiar en escuelas de la capital.
Hoy, en la tarde del primer sábado de julio, bajo el calor tiránico que
convierte a La Habana en una gran vela en la que todos crepitan como
insectos, Yoandri cava una zapata para levantar, justo al lado de la
casucha en la que hasta ahora ha vivido, una casa un tanto más prospera.
Trabaja descalzo, con el torso desnudo. Viste apenas un jeans viejo,
remangado a la altura de los tobillos. No es un hombre imponente, ni
alto ni bajo, pero sí recio, sin una gota de grasa. Piel mestiza y pelo
enmarañado. Es el típico hombre moldeado en el gimnasio de la supervivencia.
Tiende cordeles, hace mediciones, vierte piedra y cemento, fija cabillas
y abre huecos en la tierra con un azadón. Mariusdelvis –trigueña y
locuaz– diagrama en el aire una casa que piensa legarles a sus tres
hijos pero que hasta ahora solo existe en su imaginación.
–Aquí va la sala –dice– y aquí la cocina y aquí el cuarto de los niños y
aquí el cuarto de nosotros y allí una terracita.
Pero, independientemente de esta pincelada de ilusión, Mariusdelvis es
–tiene que ser– una mujer pragmática.
–¿En cuánto tiempo creen que puedan terminar la casa?
–Por lo menos en diez años. Con tres hijos nadie puede construir, porque
es calzado y ropa y comida. Hay que echar la zapata y después juntar
cuatro bloques y así. Es poco a poco –dice.
Los dos hijos mayores, uno de 14 años y otro de 9, dos muchachillos
azorados e inofensivos, acaban de llegar de la costa, donde se han
estado bañando desde el mediodía. La hija pequeña, de 6, duerme en la
casa, que, si tiene que ser algo, es un monumento a la tristeza: el piso
de tierra, el techo de zinc y fibrosen, la estructura frontal
ligeramente inclinada, y las paredes de tablones horizontales o cartones
disparejos por cuyos intersticios se cuelan, sobre todo, enfermedades.
–Esta es la segunda vez que tengo a la niña con dengue –dice
Mariusdelvis–. La primera vez me la atendieron en Coco y Rabí (hospital
de La Habana), y todo perfecto, la verdad, de maravillas. Ahora tiene
vómitos y sangre en la nariz. La llevé al (Hospital) Pediátrico y las
plaquetas le dieron bien, pero después fue que vino a salirle la
erupción. Está durmiendo porque se tomó una benadrilina.
Como en un cuadro surrealista, objetos y artefactos dispersos custodian
el sueño de la niña. Afuera, en el patio, un tanto más de lo mismo.
Acumulación de hierros, palanganas y armatostes. En par de ocasiones,
Yoandri ha pretendido rellenar el patio con arena, subirle el nivel para
contrarrestar el embate de las penetraciones costeras, pero la policía
se lo ha impedido.
–El agua nos ha llegado hasta la sala –dice Mariusdelvis–. Y a la altura
de la ventana. En 2005, con el ciclón Wilma, tuvieron que sacarnos los
carros anfibios. Lo perdimos casi todo. El ciclón nos tumbó el baño,
rajó la taza, nos mojó el refrigerador y el televisor.
Los reportes del INSMET señalaron que con el Wilma, al combinarse las
grandes marejadas y el efecto de la surgencia del huracán con el
llenante de marea astronómica, las acumulaciones en los Bajos de Santa
alcanzaron los dos metros y medio de altura.
Con las inundaciones de enero último, el mar llegó apenas hasta la
cocina, un hecho que Mariusdelvis no considera tan grave. En contraste
con el Vedado, los Bajos de Santa Ana –un gueto que existe, pero que no
se puede saber que existe– solo fue mencionado, casi de pasada, por un
reportero de la televisión y por cierta revista quincenal, de improbable
tirada, la cual aseguraba que 130 habitantes del barrio ya habían sido
evacuados.
Con los años, en el patio de Mariusdelvis y Yoandri también se acumulan
objetos y basura que el mar en sus embestidas ha arrastrado, como un
paquete que, de algún momento a otro, va a venir a recoger.
***
Los habitantes de los apartamentos-sótanos en el Vedado, cerca de la
línea del mar, son personas que quisieran irse a otro lado, pero con
quien nadie estaría dispuesto a permutar. Los sótanos del Vedado son
apartamentos solo porque el problema de la vivienda en Cuba –neurálgico,
enquistado– ha hecho creer que casi cualquier techo es bueno para vivir.
Y más en el Vedado: barrio céntrico, activo, hasta cierto punto lujoso,
cosmopolita. Si los habitantes de los apartamentos-sótanos del Vedado se
quejaran por vivir donde viven, es bastante probable que no solo los
habitantes de los Bajos de Santa Ana, sino también los de los solares en
La Habana Vieja, y los de los palacetes derruidos en Centro Habana, y
los de las cuarterías de San Miguel Padrón, y los de los edificios de
microbrigada en Alamar, se les echaran a reír en la cara.
Pero hay, si se mira, una clara diferencia –en la prestancia, en el
confort– entre los apartamentos-sótanos del Vedado y los propios
apartamentos de esos mismos edificios. La diferencia de estatus –por
llamarlo de alguna manera– aquí no se manifiesta como en otros barrios:
norte-sur, o este-oeste, sino arriba-abajo.
Sin embargo, en el apartamento de Cristina y Guillermo saltan a la vista
cierta pulcritud y órdenes básicos, que solo son posibles a partir de
determinada estabilidad económica.
–No te creas –dice Guillermo–, es duro mantener la casa así. Hay que
vivir arriba de ella.
La sala, la cocina y el comedor están pintados de blanco. El baño,
enchapado hasta el techo. Y las paredes de los cuartos son de piedra
Jaimanita, que repelen el salitre. Han logrado atajar la adversidad sin
renunciar al ornamento.
El sótano-apartamento del edificio 462, propiedad de Leonel Ramírez –un
hombre de poco más de 40 años con la cabeza blanca en canas– sí muestra
las cicatrices de las mareas. Los pedazos de cal levantados, las paredes
desconchadas, las marcas de cemento superpuestas como parches, y los
ladrillos –que vienen a ser el esqueleto de la casa– a flor de piel. Hay
un polvillo áspero en el aire, producto de la erosión constante.
–El ladrillo –explica Leonel– es una esponja, chupa y chupa, hasta que
ya no le cabe más agua y el trozo de pared se desmorona.
Leonel sabe de otras casas en que paredes enteras se han derrumbado. Por
eso él, a unos centímetros del piso, justo encima de los rodapiés, ha
roto las paredes a todo lo largo, para que la humedad drene.
–Después que baja el mar, y la inundación se va, es como si la pared
llorara. Tienes que buscarle una salida para que no explote.
Acostumbrado desde hace más de veinte años a las penetraciones costeras,
Leonel ha sabido tomarle el golpe. Y cuenta con un entretenido
repertorio de anécdotas. Él es de los que, en medio de las marejadas,
sale a la calle a cazar lo que aparezca. Una práctica de la que ni
siquiera escapan los rescatistas de la Defensa Civil.
–Hace unos pocos años se les viró una lancha y perdieron no sé cuántas
cajas de cerveza. Además, cuando te evacúan, también te quitan todo lo
que tú recogiste.
Leonel ha visto gente que, con las inundaciones, se ha encontrado aires
acondicionados, muebles, ropas, zapatos, aunque los equipos
electrodomésticos, una vez que entran en contacto con el agua salada,
por lo general no sirven. Leonel acostumbra salir con una bolsa de
nailon que se coloca a la altura del pecho, como un jamo, y con la que
pesca todo lo que pase por su lado.
–Aquí hubo penetraciones que cogieron movido a todo el mundo y que
rompieron los cristales de las tiendas en Paseo. Tú veías las cajas de
comida nadando por la calle.
Leonel asegura que, con las inundaciones provocadas por El Niño del año
1997, un amigo suyo se agenció, provenientes de la tienda de ropa
deportiva de 1era y B, 32 tenis marca Reebok, pero todos del pie derecho.
–Después tuvo que ir y poco a poco robarse los tenis del pie izquierdo.
***
En cuarenta años de penetraciones costeras, Cristina ha sido evacuada en
lancha, ha pasado días en escuelas y albergues, ha visto cómo se han
llevado a vecinas con afectaciones pulmonares, al borde del colapso, ha
visto cómo el agua ha hecho trizas los apartamentos de vecinos que el
día de las inundaciones estaban para el extranjero, ha visto cómo en el
hotel Riviera, ubicado en Avenida Paseo y calle 1era, un contenedor
arrastrado por la fuerza del mar rompió los cristales de la tienda, ha
visto personas, con la marea a la altura del pecho, guiando muebles por
encima de la corriente, tal como se guía al ganado, empujándolos con la
mano, toreándolos, y ha visto cómo la presión del mar, buscando salida,
ha levantado las tazas de los baños, pegándolas al techo.
Luego, Cristina ha tenido que limpiar su casa con chorros de agua a
presión, para quitar la costra del salitre, pero también el petróleo y
los excrementos que las inundaciones traen consigo. Ha tenido que
desinfectar su cisterna durante varios días, un aparte que los
inspectores de Salud Pública, previniendo cualquier tipo de
contaminación, exigen con particular ahínco.
Hoy, para entrar a su casa, hay obligatoriamente que brincar un muro de
unos cincuenta centímetros que Guillermo ha levantado alrededor de la
escalerilla por la que se desciende. Señal ésta de que ambos ya se han
resignado a vivir donde viven. Imposibilitados de mudarse, decidieron
apertrecharse tanto como les fuese posible.
En suma: durante cuarenta años, Cristina ha presenciado y padecido todas
y cada una de las penetraciones costeras que han golpeado a La Habana.
–¿El Estado les ha hablado sobre alguna solución?
–Se ha hablado de distintos proyectos. Hacer un dique en el Malecón,
poner dados de cemento, pero nada –dice Guillermo.
–Y me voy a morir y no lo voy a ver –añade Cristina–. Siempre dicen,
nunca hacen.
Como en tantas otras cuadras del Vedado y de La Habana en general, justo
detrás del edificio de Cristina y Guillermo, en medio de la manzana
formada por la Avenida Paseo y las calles A, 3ra y 5ta, hay un
descampado yermo que ellos sugieren como un posible terreno para
construir un edificio y trasladar a los habitantes de los sótanos.
La idea, que suena descabellada (pedirle al Estado que construya cuando
apenas puede mantener en pie lo que está construido), ha sido manejada
incluso por especialistas, como parte de una estrategia planificada que
busca poner en marcha dieciséis proyectos distintos con el objetivo de
contrarrestar los efectos del cambio climático sobre el país.
El Dr. Eduardo Planos, presidente del Programa Nacional de Ciencia
Cambio Climático en Cuba, ha hablado de ordenamiento territorial en las
zonas costeras, "fundamentado en el conocimiento riguroso de los
peligros, las vulnerabilidades y riesgos, y en escenarios futuros de
ascenso del nivel del mar". Entre los efectos visibles del cambio
climático, es justo ese, el ascenso del nivel medio del mar, el que más
podría afectar a Cuba, por su condición de isla o archipiélago. Hoy,
unos tres millones y medio de personas viven a escasos kilómetros de la
línea de la costa, y hay, en zonas propiamente costeras, la friolera de
246 asentamientos. Se calcula que, de mantenerse los patrones actuales,
para 2050 Cuba podría haber perdido casi 2700 kilómetros cuadrados de
superficie terrestre y cerca de 9 mil viviendas.
–Los frentes fríos se califican en débiles, fuertes y moderados –dice el
Máster Reinaldo Casals, especialista del departamento de Meteorología
Marina, en el Instituto de Meteorología de Casa Blanca–. A partir de los
años cincuenta, el número de frentes fríos débiles ha aumentado, antes
parece haber sido peor, por lo que no hay ninguna razón para pensar que
las inundaciones costeras son una consecuencia del cambio climático,
siempre han estado ahí. Y el fenómeno de El Niño es cíclico,
erráticamente cíclico, es decir, que no tiene una frecuencia fija pero
es cíclico, y tampoco tiene nada que ver con el cambio climático.
Pero, más que desencadenar las inundaciones costeras actuales, lo que el
cambio climático podría hacer, y hace, es acentuarlas. En 2007, el
Consejo de Ministros acordó implementar un "Programa Nacional de
Enfrentamiento al Cambio Climático" que entre sus objetivos se trazaba
concluir lo que llamó el "Macroproyecto Vulnerabilidad Costera" y
desarrollar una red de monitoreo del estado y la calidad de la zona costera.
Varios grupos de estudios científico-técnicos, conformados por más de 17
instituciones y cerca de 150 especialistas, proyectaron "escenarios de
peligros asociados al ascenso del nivel medio del mar para el año 2050",
con resultados francamente alarmantes: un incremento de 27 centímetros
del nivel mar con la pérdida de más de un dos por ciento de superficie y
sus respectivos ecosistemas, el retroceso de un metro de la línea de
costa, y el grave deterioro de casi un 20 por ciento de los manglares
del país.
–En general, –dice Dailys Rodríguez, geógrafa y especialista en asuntos
de manejo costero– ese es el tema del cambio climático en Cuba. Se tiene
aún más miedo por lo que pueda pasar, por lo que pueda provocar, por la
manera en que puede agravar los daños ambientales ya existentes.
En los Bajos de Santa Ana, según cuenta Mariusdelvis, "hasta con cambio
de luna el mar se mete en la casa. Y cuando todo se llena de agua, es un
problema, ni los niños pueden ir a la escuela". Si, efectivamente, el
fenómeno llegara a agravarse aún más, los Bajos de Santa Ana, erigido en
el corazón del manglar, estarían destinados a desaparecer.
El asentamiento trajo consigo la tala furtiva y, como consecuencia, la
pérdida de la cobertura boscosa con una regeneración nula. Las especies
de mangle rojo, mangle prieto y el patabán, en la desembocadura del río,
constituyen ya un reducto de este ecosistema dentro de la zona del
litoral habanero.
–Los manglares están subvalorados –dice Dailys Rodríguez–, pero son una
de las mejores barreras naturales contra los ciclones y absorben la
salinidad, son como filtros. Impiden que el agua de los cultivos se
contamine, que las aguas del manto freático se mezclen. Además, son
supersensibles. Mucha agua los mata. Poca agua los mata. La basura los
mata. Es obvio que un asentamiento en el mangle rompe el equilibrio natural.
Lo que más quieren Mariusdelvis, y el resto de los vecinos, es irse.
Hace tres años, la policía y los oficiales de Guardafronteras le
decomisaron a Yoandri un taller de carpintería que tenía en el patio por
construir un bote con el que pretendía lanzarse al Estrecho de la Florida.
–Hasta las bisagras me llevaron. Me dejaron pelao, sin nada. Tuve que
pasar las de Caín para darles comida a esos muchachos. Me colgaron seis
mil pesos de multa, que pagué a plazos, de diez en diez.
Los Bajos de Santa Ana es también un embarcadero por el que mucha gente
suele lanzarse al mar, intentado llegar a los Estados Unidos. Sobre todo
gente joven. Todo el tiempo. Yoandri mismo no sabe por qué está
construyendo una casa nueva, y, una vez más, en el mangle, en un caserío
que muy probablemente, a mediano plazo, deje de existir. De cualquier
manera, Yoandri espera que para ese entonces algo ya haya sucedido con él.
–Tengo que tirarme. Si llego, bien. Y si no, no. Pero hay que
intentarlo. Todo el mundo lo hace. Y yo soy pobre. Y eso es lo que hace
el pobre. El pobre lo que hace es tratar de sobrevivir.
Esta crónica se escribió en el marco de un proyecto realizado por la
Secretaría de Cultura de Quito, con el apoyo de la Fundación Gabriel
García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano FNPI y CAF Banco
de desarrollo de América Latina. Publicado originalmente en El Estornudo.
Source: Zonas bajas: crónica de las inundaciones en La Habana | Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/america-latina/zonas-bajas-cronica-las-inundaciones-la-habana-n4113403
26 de enero de 2017 - 16:01 - Por CARLOS MANUEL ÁLVAREZ
Se calcula que, de mantenerse los patrones actuales, para 2050 Cuba
podría haber perdido casi 2700 kilómetros cuadrados de superficie
terrestre y cerca de 9 mil viviendas
Todos los años, Cristina Rodríguez López y su hijo Guillermo Solís se
mudan a la misma casa. Ambos viven en un sótano devenido apartamento
–extremadamente bien cuidado, pero capsular y opresivo como todos los
sótanos–, ubicado en el edificio 458 de la calle 5ta entre la Avenida
Paseo y la calle A, en el Vedado, barrio principal de La Habana.
Como el resto de los vecinos que viven en zonas bajas, por debajo del
nivel del asfalto, y apenas a unos cientos de metros del mar y el
Malecón, Cristina, de 84 años, y Guillermo, de 45 recién cumplidos, son
fieles seguidores del reporte del tiempo en los noticieros de la
televisión, y han aprendido, después de varias amargas experiencias, a
interpretar incluso hasta ciertos eufemismos típicos de los meteorólogos.
–Cuando anuncian ligeras penetraciones del mar, agárrate –dice
Guillermo–. Lo que viene es mucho.
Con cada penetración costera en el Vedado, madre e hijo tienen,
literalmente, que desmontar la casa, dejarla en el puro cemento. No se
trata solo de mudarse de modo convencional –las ropas, los equipos
electrodomésticos, los muebles–, sino también de zafar cada tornillo,
cada lámpara, cada bisagra y cada instalación eléctrica o toma de
corriente. De lo contrario, el salitre –esa plaga casi totalmente
imperceptible, salvo por su sabor salado–, se lo comería todo, lo
oxidaría o descompondría. Cristina y Guillermo cargan con sus bultos y
suben al primer piso del edificio. En el descanso de la escalera capean
el temporal y evitan la evacuación.
Hace solo unos pocos meses, en enero de 2016, el fenómeno climatológico
El Niño –un cambio en el movimiento de las corrientes marinas, con el
subsiguiente aumento de la temperatura en las aguas del Pacífico
ecuatorial y grandes variaciones atmosféricas– le trajo a Cuba, de
golpe, cinco frentes fríos, antecedidos todos por hondonadas
prefrontales. Como consecuencia, en el litoral norte occidental se
reportaron dos importantes penetraciones del mar con apenas seis días de
diferencia entre una y otra.
–Hay una estrecha relación entre la llegada de El Niño y la intensidad
de las inundaciones costeras –dice Yoania Povea, meteoróloga del
departamento de Física de la Atmósfera en el Instituto de Meteorología
(INSMET) de Casa Blanca, el más importante del país.
Aún así, los expertos no dudaron en calificar la consecutividad y la
magnitud de las penetraciones como un evento muy poco usual. El Vedado
ocupó los titulares. Diversos medios de prensa siguieron de cerca la
evacuación de más de un centenar de habitantes y la evolución del
fenómeno: las olas de seis metros rompiendo en el muro del Malecón y
desbordando la avenida, los camiones de rescate de la Defensa Civil, las
máximas acumulaciones.
En Cuba, hasta el presente, las penetraciones del mar ocurren bajo la
estricta influencia de los factores meteorológicos habituales. A saber:
los ciclones tropicales y los sistemas frontales, siendo las costas de
la región occidental las más afectadas. Sin embargo, hay algunas
evidencias concretas del efecto del cambio climático en ciertos
parámetros ambientales del país. La temperatura promedio anual ha
aumentado 0.6 grados Celsius desde mediados del siglo pasado, los
períodos de sequía han crecido desde 1960, y en algunas regiones del
Occidente el nivel medio del mar ha subido hasta casi nueve centímetros
en los últimos cuarenta años. Para 2010, ya se registraba una tendencia
de crecimiento cercano a los 0,2 centímetros anuales.
Si tomamos en cuenta la condición insular del país, y la existencia de
zonas bajas en gran parte del perímetro costero cubano, no resulta
extraño que sea justamente este punto el que más preocupe a los
especialistas. Tanto el ascenso del nivel del mar, como la presencia y
actividad humana, han provocado la retirada de la línea de costa, no
solo en Cuba, sino en gran parte de las islas alrededor del mundo. Esto,
se calcula, viene ocurriendo desde hace quinientos años, pero nunca con
tanta gravedad como ahora, con el aumento de las temperaturas por el
incremento en la concentración de los gases de invernadero.
Con las inundaciones últimas en el Vedado, a pesar de que pasaron de
moderadas a fuertes, y fueron consideradas las más intensas de los
últimos años, Cristina y Guillermo no tuvieron que mudarse del sótano
para, pasada la tempestad, volver a él. Según cuenta Guillermo, justo en
la esquina de 5ta y Paseo hay un generador de bomba y un trabajador de
recursos hidráulicos estuvo bombeando toda la primera madrugada, con lo
cual evitó, al menos en esa cuadra, acumulaciones mayores. Para Cristina
fue un descanso merecido.
–Desde el año 67, yo las he vivido todas, las más grandes y las más
chicas –dice.
La experiencia la ha convertido en una suerte de gurú que los vecinos
del resto de los sótanos no dudan en consultar cada vez que se anuncia
alguna penetración del mar. Que no son pocas.
–En invierno, los frentes fríos –dice Guillermo–, y en verano son los
ciclones, que cuando vienen por el norte, meten lluvia y viento, y
cuando vienen desde el sur, y siguen de largo, tuercen el mar, como si
lo enroscaran, y eso trae marejadas.
Fue, por ejemplo, el caso del huracán Juan, en 1985. Estacionado en la
costa sur de los Estados Unidos, sus vientos provocaron mar de leva en
La Habana, con olas entre cuatro y seis metros durante 72 horas. En la
calle Línea, más allá de la casa de Cristina y Guillermo, la marea
alcanzó los dos metros de altura.
Debido a la particular configuración geográfica de la Isla –alargada,
con amplias zonas de plataforma insular–, el Centro de Meteorología
Marina del INSMET suele clasificar las inundaciones en dependencia de la
altura de la ola. Según informes especializados, este tipo de medición
"es muy conveniente para el área del Malecón habanero, cuya forma
acantilada es favorable a las inundaciones por rompiente de oleaje".
Las inundaciones provocadas por olas de más de cinco metros clasifican
como severas, las inundaciones por olas entre cuatro y cinco metros
clasifican como moderadas, y las inundaciones provocadas por olas de
menos de cuatro metros clasifican como ligeras.
Son las inundaciones ligeras las únicas que no llegan hasta la calle
5ta, aunque, en cualquier caso, Cristina parece habérsele adelantado a
la naturaleza o al menos marcharle a la par, predecirle los movimientos,
porque ya no se muda en vano.
–Cuando desmantelamos el apartamento –dice–, es porque lo teníamos que
desmantelar.
***
Todos los años, Yoandri Marzo, de 34 años, y su esposa Mariusdelvis
Lambert, de 32, quieren mudarse de casa, pero nunca han podido. Oriundos
de Punta de Maisí, en el extremo este del país, ambos viven desde
principios de los 2000 en los Bajos de Santa Ana, una especie de gueto
costero, un barriecillo insalubre construido por emigrantes del Oriente
entre el mangle de Santa Fe, al noroeste de La Habana.
El Consejo Popular Santa Fe, con ocho kilómetros cuadrados y veintiséis
mil habitantes censados, pertenece al municipio Playa, y cuenta con La
Puntilla, una de las playas icónicas de todo el litoral habanero. Es
cosa sabida que, en las últimas décadas, La Puntilla ha sufrido tanto la
pérdida de considerables áreas de arena como el deterioro progresivo de
la vegetación natural.
Se calcula que a mediados del siglo pasado, hacia 1956, el área ocupada
por la vegetación natural sumaba 0.45 kilómetros cuadrados. Para 2010,
ya se había reducido a la mitad. El asentamiento humano es razón
fundamental en ello. En principio, el poblado Santa Fe debería llegar
solo hasta la desembocadura del río Santa Ana, actualmente un terraplén
árido con algunos charquillos fétidos –a veces tornasolados, en los que
el sol se refleja– y montículos revestidos de un musgo amarillento, enfermo.
Alguna vez, todo lo que hubo después del río fue mangle tupido y una
laguna en la que, según Migdalia Hernández, vecina nativa de Santa Fe,
los muchachos de su época –años cincuenta y sesenta– solían bañarse.
Pero ya no. Desde mediados de los noventa, lo que hay es una comunidad,
digamos, paralegal. En los Bajos de Santa Ana viven alrededor de tres
mil personas –Yoandri y Mariusdelvis entre ellas–, todas provenientes de
las provincias orientales. Su estatus es el típico estatus de cada una
de las comunidades de emigrantes que en un inicio, a partir de la crisis
económica que asoló al país tras el colapso soviético, se formaron
clandestinamente en muchos rincones de La Habana –sitios intrincados,
estrictamente marginales– y que luego el Estado no pudo ni desalojar ni
promover.
Declarado barrio insalubre, tienen luz eléctrica, agua, y, si alguien se
enferma, cuenta con atención médica gratuita, pero no les permiten
cambiar la dirección del carné de identidad, no les reconocen otros
derechos legales, están a la merced y el capricho de las autoridades
policiales, no reciben los alimentos de la libreta de abastecimiento, y
los hijos que nacen mantienen la dirección original de las madres, es
decir, se inscriben, si se inscriben, en pueblos en los que esos hijos
jamás han puesto ni pondrán un pie, aunque sí pueden matricular en la
enseñanza primaria y secundaria y estudiar en escuelas de la capital.
Hoy, en la tarde del primer sábado de julio, bajo el calor tiránico que
convierte a La Habana en una gran vela en la que todos crepitan como
insectos, Yoandri cava una zapata para levantar, justo al lado de la
casucha en la que hasta ahora ha vivido, una casa un tanto más prospera.
Trabaja descalzo, con el torso desnudo. Viste apenas un jeans viejo,
remangado a la altura de los tobillos. No es un hombre imponente, ni
alto ni bajo, pero sí recio, sin una gota de grasa. Piel mestiza y pelo
enmarañado. Es el típico hombre moldeado en el gimnasio de la supervivencia.
Tiende cordeles, hace mediciones, vierte piedra y cemento, fija cabillas
y abre huecos en la tierra con un azadón. Mariusdelvis –trigueña y
locuaz– diagrama en el aire una casa que piensa legarles a sus tres
hijos pero que hasta ahora solo existe en su imaginación.
–Aquí va la sala –dice– y aquí la cocina y aquí el cuarto de los niños y
aquí el cuarto de nosotros y allí una terracita.
Pero, independientemente de esta pincelada de ilusión, Mariusdelvis es
–tiene que ser– una mujer pragmática.
–¿En cuánto tiempo creen que puedan terminar la casa?
–Por lo menos en diez años. Con tres hijos nadie puede construir, porque
es calzado y ropa y comida. Hay que echar la zapata y después juntar
cuatro bloques y así. Es poco a poco –dice.
Los dos hijos mayores, uno de 14 años y otro de 9, dos muchachillos
azorados e inofensivos, acaban de llegar de la costa, donde se han
estado bañando desde el mediodía. La hija pequeña, de 6, duerme en la
casa, que, si tiene que ser algo, es un monumento a la tristeza: el piso
de tierra, el techo de zinc y fibrosen, la estructura frontal
ligeramente inclinada, y las paredes de tablones horizontales o cartones
disparejos por cuyos intersticios se cuelan, sobre todo, enfermedades.
–Esta es la segunda vez que tengo a la niña con dengue –dice
Mariusdelvis–. La primera vez me la atendieron en Coco y Rabí (hospital
de La Habana), y todo perfecto, la verdad, de maravillas. Ahora tiene
vómitos y sangre en la nariz. La llevé al (Hospital) Pediátrico y las
plaquetas le dieron bien, pero después fue que vino a salirle la
erupción. Está durmiendo porque se tomó una benadrilina.
Como en un cuadro surrealista, objetos y artefactos dispersos custodian
el sueño de la niña. Afuera, en el patio, un tanto más de lo mismo.
Acumulación de hierros, palanganas y armatostes. En par de ocasiones,
Yoandri ha pretendido rellenar el patio con arena, subirle el nivel para
contrarrestar el embate de las penetraciones costeras, pero la policía
se lo ha impedido.
–El agua nos ha llegado hasta la sala –dice Mariusdelvis–. Y a la altura
de la ventana. En 2005, con el ciclón Wilma, tuvieron que sacarnos los
carros anfibios. Lo perdimos casi todo. El ciclón nos tumbó el baño,
rajó la taza, nos mojó el refrigerador y el televisor.
Los reportes del INSMET señalaron que con el Wilma, al combinarse las
grandes marejadas y el efecto de la surgencia del huracán con el
llenante de marea astronómica, las acumulaciones en los Bajos de Santa
alcanzaron los dos metros y medio de altura.
Con las inundaciones de enero último, el mar llegó apenas hasta la
cocina, un hecho que Mariusdelvis no considera tan grave. En contraste
con el Vedado, los Bajos de Santa Ana –un gueto que existe, pero que no
se puede saber que existe– solo fue mencionado, casi de pasada, por un
reportero de la televisión y por cierta revista quincenal, de improbable
tirada, la cual aseguraba que 130 habitantes del barrio ya habían sido
evacuados.
Con los años, en el patio de Mariusdelvis y Yoandri también se acumulan
objetos y basura que el mar en sus embestidas ha arrastrado, como un
paquete que, de algún momento a otro, va a venir a recoger.
***
Los habitantes de los apartamentos-sótanos en el Vedado, cerca de la
línea del mar, son personas que quisieran irse a otro lado, pero con
quien nadie estaría dispuesto a permutar. Los sótanos del Vedado son
apartamentos solo porque el problema de la vivienda en Cuba –neurálgico,
enquistado– ha hecho creer que casi cualquier techo es bueno para vivir.
Y más en el Vedado: barrio céntrico, activo, hasta cierto punto lujoso,
cosmopolita. Si los habitantes de los apartamentos-sótanos del Vedado se
quejaran por vivir donde viven, es bastante probable que no solo los
habitantes de los Bajos de Santa Ana, sino también los de los solares en
La Habana Vieja, y los de los palacetes derruidos en Centro Habana, y
los de las cuarterías de San Miguel Padrón, y los de los edificios de
microbrigada en Alamar, se les echaran a reír en la cara.
Pero hay, si se mira, una clara diferencia –en la prestancia, en el
confort– entre los apartamentos-sótanos del Vedado y los propios
apartamentos de esos mismos edificios. La diferencia de estatus –por
llamarlo de alguna manera– aquí no se manifiesta como en otros barrios:
norte-sur, o este-oeste, sino arriba-abajo.
Sin embargo, en el apartamento de Cristina y Guillermo saltan a la vista
cierta pulcritud y órdenes básicos, que solo son posibles a partir de
determinada estabilidad económica.
–No te creas –dice Guillermo–, es duro mantener la casa así. Hay que
vivir arriba de ella.
La sala, la cocina y el comedor están pintados de blanco. El baño,
enchapado hasta el techo. Y las paredes de los cuartos son de piedra
Jaimanita, que repelen el salitre. Han logrado atajar la adversidad sin
renunciar al ornamento.
El sótano-apartamento del edificio 462, propiedad de Leonel Ramírez –un
hombre de poco más de 40 años con la cabeza blanca en canas– sí muestra
las cicatrices de las mareas. Los pedazos de cal levantados, las paredes
desconchadas, las marcas de cemento superpuestas como parches, y los
ladrillos –que vienen a ser el esqueleto de la casa– a flor de piel. Hay
un polvillo áspero en el aire, producto de la erosión constante.
–El ladrillo –explica Leonel– es una esponja, chupa y chupa, hasta que
ya no le cabe más agua y el trozo de pared se desmorona.
Leonel sabe de otras casas en que paredes enteras se han derrumbado. Por
eso él, a unos centímetros del piso, justo encima de los rodapiés, ha
roto las paredes a todo lo largo, para que la humedad drene.
–Después que baja el mar, y la inundación se va, es como si la pared
llorara. Tienes que buscarle una salida para que no explote.
Acostumbrado desde hace más de veinte años a las penetraciones costeras,
Leonel ha sabido tomarle el golpe. Y cuenta con un entretenido
repertorio de anécdotas. Él es de los que, en medio de las marejadas,
sale a la calle a cazar lo que aparezca. Una práctica de la que ni
siquiera escapan los rescatistas de la Defensa Civil.
–Hace unos pocos años se les viró una lancha y perdieron no sé cuántas
cajas de cerveza. Además, cuando te evacúan, también te quitan todo lo
que tú recogiste.
Leonel ha visto gente que, con las inundaciones, se ha encontrado aires
acondicionados, muebles, ropas, zapatos, aunque los equipos
electrodomésticos, una vez que entran en contacto con el agua salada,
por lo general no sirven. Leonel acostumbra salir con una bolsa de
nailon que se coloca a la altura del pecho, como un jamo, y con la que
pesca todo lo que pase por su lado.
–Aquí hubo penetraciones que cogieron movido a todo el mundo y que
rompieron los cristales de las tiendas en Paseo. Tú veías las cajas de
comida nadando por la calle.
Leonel asegura que, con las inundaciones provocadas por El Niño del año
1997, un amigo suyo se agenció, provenientes de la tienda de ropa
deportiva de 1era y B, 32 tenis marca Reebok, pero todos del pie derecho.
–Después tuvo que ir y poco a poco robarse los tenis del pie izquierdo.
***
En cuarenta años de penetraciones costeras, Cristina ha sido evacuada en
lancha, ha pasado días en escuelas y albergues, ha visto cómo se han
llevado a vecinas con afectaciones pulmonares, al borde del colapso, ha
visto cómo el agua ha hecho trizas los apartamentos de vecinos que el
día de las inundaciones estaban para el extranjero, ha visto cómo en el
hotel Riviera, ubicado en Avenida Paseo y calle 1era, un contenedor
arrastrado por la fuerza del mar rompió los cristales de la tienda, ha
visto personas, con la marea a la altura del pecho, guiando muebles por
encima de la corriente, tal como se guía al ganado, empujándolos con la
mano, toreándolos, y ha visto cómo la presión del mar, buscando salida,
ha levantado las tazas de los baños, pegándolas al techo.
Luego, Cristina ha tenido que limpiar su casa con chorros de agua a
presión, para quitar la costra del salitre, pero también el petróleo y
los excrementos que las inundaciones traen consigo. Ha tenido que
desinfectar su cisterna durante varios días, un aparte que los
inspectores de Salud Pública, previniendo cualquier tipo de
contaminación, exigen con particular ahínco.
Hoy, para entrar a su casa, hay obligatoriamente que brincar un muro de
unos cincuenta centímetros que Guillermo ha levantado alrededor de la
escalerilla por la que se desciende. Señal ésta de que ambos ya se han
resignado a vivir donde viven. Imposibilitados de mudarse, decidieron
apertrecharse tanto como les fuese posible.
En suma: durante cuarenta años, Cristina ha presenciado y padecido todas
y cada una de las penetraciones costeras que han golpeado a La Habana.
–¿El Estado les ha hablado sobre alguna solución?
–Se ha hablado de distintos proyectos. Hacer un dique en el Malecón,
poner dados de cemento, pero nada –dice Guillermo.
–Y me voy a morir y no lo voy a ver –añade Cristina–. Siempre dicen,
nunca hacen.
Como en tantas otras cuadras del Vedado y de La Habana en general, justo
detrás del edificio de Cristina y Guillermo, en medio de la manzana
formada por la Avenida Paseo y las calles A, 3ra y 5ta, hay un
descampado yermo que ellos sugieren como un posible terreno para
construir un edificio y trasladar a los habitantes de los sótanos.
La idea, que suena descabellada (pedirle al Estado que construya cuando
apenas puede mantener en pie lo que está construido), ha sido manejada
incluso por especialistas, como parte de una estrategia planificada que
busca poner en marcha dieciséis proyectos distintos con el objetivo de
contrarrestar los efectos del cambio climático sobre el país.
El Dr. Eduardo Planos, presidente del Programa Nacional de Ciencia
Cambio Climático en Cuba, ha hablado de ordenamiento territorial en las
zonas costeras, "fundamentado en el conocimiento riguroso de los
peligros, las vulnerabilidades y riesgos, y en escenarios futuros de
ascenso del nivel del mar". Entre los efectos visibles del cambio
climático, es justo ese, el ascenso del nivel medio del mar, el que más
podría afectar a Cuba, por su condición de isla o archipiélago. Hoy,
unos tres millones y medio de personas viven a escasos kilómetros de la
línea de la costa, y hay, en zonas propiamente costeras, la friolera de
246 asentamientos. Se calcula que, de mantenerse los patrones actuales,
para 2050 Cuba podría haber perdido casi 2700 kilómetros cuadrados de
superficie terrestre y cerca de 9 mil viviendas.
–Los frentes fríos se califican en débiles, fuertes y moderados –dice el
Máster Reinaldo Casals, especialista del departamento de Meteorología
Marina, en el Instituto de Meteorología de Casa Blanca–. A partir de los
años cincuenta, el número de frentes fríos débiles ha aumentado, antes
parece haber sido peor, por lo que no hay ninguna razón para pensar que
las inundaciones costeras son una consecuencia del cambio climático,
siempre han estado ahí. Y el fenómeno de El Niño es cíclico,
erráticamente cíclico, es decir, que no tiene una frecuencia fija pero
es cíclico, y tampoco tiene nada que ver con el cambio climático.
Pero, más que desencadenar las inundaciones costeras actuales, lo que el
cambio climático podría hacer, y hace, es acentuarlas. En 2007, el
Consejo de Ministros acordó implementar un "Programa Nacional de
Enfrentamiento al Cambio Climático" que entre sus objetivos se trazaba
concluir lo que llamó el "Macroproyecto Vulnerabilidad Costera" y
desarrollar una red de monitoreo del estado y la calidad de la zona costera.
Varios grupos de estudios científico-técnicos, conformados por más de 17
instituciones y cerca de 150 especialistas, proyectaron "escenarios de
peligros asociados al ascenso del nivel medio del mar para el año 2050",
con resultados francamente alarmantes: un incremento de 27 centímetros
del nivel mar con la pérdida de más de un dos por ciento de superficie y
sus respectivos ecosistemas, el retroceso de un metro de la línea de
costa, y el grave deterioro de casi un 20 por ciento de los manglares
del país.
–En general, –dice Dailys Rodríguez, geógrafa y especialista en asuntos
de manejo costero– ese es el tema del cambio climático en Cuba. Se tiene
aún más miedo por lo que pueda pasar, por lo que pueda provocar, por la
manera en que puede agravar los daños ambientales ya existentes.
En los Bajos de Santa Ana, según cuenta Mariusdelvis, "hasta con cambio
de luna el mar se mete en la casa. Y cuando todo se llena de agua, es un
problema, ni los niños pueden ir a la escuela". Si, efectivamente, el
fenómeno llegara a agravarse aún más, los Bajos de Santa Ana, erigido en
el corazón del manglar, estarían destinados a desaparecer.
El asentamiento trajo consigo la tala furtiva y, como consecuencia, la
pérdida de la cobertura boscosa con una regeneración nula. Las especies
de mangle rojo, mangle prieto y el patabán, en la desembocadura del río,
constituyen ya un reducto de este ecosistema dentro de la zona del
litoral habanero.
–Los manglares están subvalorados –dice Dailys Rodríguez–, pero son una
de las mejores barreras naturales contra los ciclones y absorben la
salinidad, son como filtros. Impiden que el agua de los cultivos se
contamine, que las aguas del manto freático se mezclen. Además, son
supersensibles. Mucha agua los mata. Poca agua los mata. La basura los
mata. Es obvio que un asentamiento en el mangle rompe el equilibrio natural.
Lo que más quieren Mariusdelvis, y el resto de los vecinos, es irse.
Hace tres años, la policía y los oficiales de Guardafronteras le
decomisaron a Yoandri un taller de carpintería que tenía en el patio por
construir un bote con el que pretendía lanzarse al Estrecho de la Florida.
–Hasta las bisagras me llevaron. Me dejaron pelao, sin nada. Tuve que
pasar las de Caín para darles comida a esos muchachos. Me colgaron seis
mil pesos de multa, que pagué a plazos, de diez en diez.
Los Bajos de Santa Ana es también un embarcadero por el que mucha gente
suele lanzarse al mar, intentado llegar a los Estados Unidos. Sobre todo
gente joven. Todo el tiempo. Yoandri mismo no sabe por qué está
construyendo una casa nueva, y, una vez más, en el mangle, en un caserío
que muy probablemente, a mediano plazo, deje de existir. De cualquier
manera, Yoandri espera que para ese entonces algo ya haya sucedido con él.
–Tengo que tirarme. Si llego, bien. Y si no, no. Pero hay que
intentarlo. Todo el mundo lo hace. Y yo soy pobre. Y eso es lo que hace
el pobre. El pobre lo que hace es tratar de sobrevivir.
Esta crónica se escribió en el marco de un proyecto realizado por la
Secretaría de Cultura de Quito, con el apoyo de la Fundación Gabriel
García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano FNPI y CAF Banco
de desarrollo de América Latina. Publicado originalmente en El Estornudo.
Source: Zonas bajas: crónica de las inundaciones en La Habana | Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/america-latina/zonas-bajas-cronica-las-inundaciones-la-habana-n4113403
Friday, January 27, 2017
En Ciego de Ávila, constructores indios reemplazan a los cubanos
En Ciego de Ávila, constructores indios reemplazan a los cubanos
enero 26, 2017
Rosa Tania Valdés
Periodistas independientes y activistas de derechos humanos denunciaron
a mediados del pasado año un hecho similar en La Habana. Las autoridades
del sector dijeron, por ejemplo, que los obreros indios son más
productivos que los cubanos.
Una vez más obreros de la construcción cubanos están siendo
discriminados y reemplazados por trabajadores indios que laboran en el
hotel Pullman Cayo Coco, dijeron periodistas independientes de Morón,
Ciego de Avila.
Un empleado del hotel confirmó por teléfono que "una brigada de obreros
indios está trabajando en el hotel desde hace unos 20 días".
La contratación de albañiles y otros técnicos de la construcción
procedentes de la India saltó a mediados del pasado año, cuando se supo
que decenas de estos habían sido contratados por intermedio del grupo
francés Bouygues para trabajar en el montaje de un hotel en la Manzana
de Gómez, en La Habana.
Directivos cubanos vinculados al asunto dijeron entonces a Juventud
Rebelde que los obreros indios eran "muy disciplinados" y más
productivos" que los locales.
La historia se repite en el Polo Turístico de Cayo Coco, en la central
provincia de Ciego de Avila, en el hotel administrado por la Cadena
Accor de Francia, que también gestiona los hoteles Mercure Sevilla, en
La Habana, y Mercure Playa de Oro, en Varadero, Matanzas.
"Los trabajadores indios están en el hotel, llevan días ahí, están
construyendo en el Pullman un bloque, ampliando el hotel", dijo el
periodista independiente Nilo Alejandro, al periodista Adriel Reyes de
Radio Martí.
El también reportero independiente, Oscar Ayala, basado en el municipio
Morón, corroboró la presencia de constructores indios en Cayo Coco. Les
están pagando unos 3.000 dólares al mes, aseguró.
Ayala explicó que constructores de provincias orientales quedaron sin
contrato y debieron regresar a sus provincias porque "no había dinero"
para pagarles. No precisó cuándo concluyeron sus contratos.
"Es como dice la gente del Cayo, si se van los cubanos que estaban
trabajando ahí porque tú no les pagas, cómo tú vas a traer indios aquí
para que trabajen como albañiles y eso y vas a pagarles 3.000 dólares",
comentó Ayala.
"La gente no se explica eso", agregó.
El hotel Pullman tiene categoría de 5 estrellas, tiene un bloque de 522
habitaciones de lujo , 8 restaurantes, 10 bares y 7 piscinas.
Autoridades de la construcción en la isla se refieren a los obreros
indios como "monitores-operarios".
Además de argumentar que los indios son más productivos y mejor
calificados, los directivos cubanos han dicho que la contratación de
obreros extranjeros en las obras del turismo "es totalmente coherente
con lo estipulado en la legislación que regula este tipo de contrato".
La francesa Bouygues, a cargo del hotel Manzana de Gómez, firmó en
agosto de 2016 un contrato para las obras de ampliación del Aeropuerto
Internacional de La Habana y la construcción de dos hoteles, uno en
Varadero y otro en La Habana.
Un reporte de la agencia Reuters indicó meses atrás que estos obreros
indios ganan entre 1.500 y 2.000 dólares al mes. Los cubanos, por
realizar el mismo trabajo, ganan entre 30 y 40 dólares mensuales.
Funcionarios de la isla dijeron el pasado año que el rendimiento de los
trabajadores de la India en las obras "es tres o cuatro veces superior
al registrado como media en el país". Además explicaron que "el
resultado de su trabajo es de muy alta calidad" e impregna "un alto
aprovechamiento de la jornada laboral".
Pero otra cosa sienten algunos cubanos.
"Es un tipo de discriminación contra el cubano, dicen que lo que hace el
cubano es robar y no trabaja bien. Bueno, el cubano roba y no trabaja
bien porque no le pagan tampoco, si tú le pagas los salarios que le
pagas a los indios de seguro que el cubano no te va a robar y va a
trabajar porque aquí hay gente calificada por ellos mismo", dijo Ayala.
(Con información de Adriel Reyes, periodista de Radio Martí)
Source: En Ciego de Ávila, constructores indios reemplazan a los cubanos
-
http://www.martinoticias.com/a/cuba-construccion-contratacion-extranjera-discriminacion-/137960.html
enero 26, 2017
Rosa Tania Valdés
Periodistas independientes y activistas de derechos humanos denunciaron
a mediados del pasado año un hecho similar en La Habana. Las autoridades
del sector dijeron, por ejemplo, que los obreros indios son más
productivos que los cubanos.
Una vez más obreros de la construcción cubanos están siendo
discriminados y reemplazados por trabajadores indios que laboran en el
hotel Pullman Cayo Coco, dijeron periodistas independientes de Morón,
Ciego de Avila.
Un empleado del hotel confirmó por teléfono que "una brigada de obreros
indios está trabajando en el hotel desde hace unos 20 días".
La contratación de albañiles y otros técnicos de la construcción
procedentes de la India saltó a mediados del pasado año, cuando se supo
que decenas de estos habían sido contratados por intermedio del grupo
francés Bouygues para trabajar en el montaje de un hotel en la Manzana
de Gómez, en La Habana.
Directivos cubanos vinculados al asunto dijeron entonces a Juventud
Rebelde que los obreros indios eran "muy disciplinados" y más
productivos" que los locales.
La historia se repite en el Polo Turístico de Cayo Coco, en la central
provincia de Ciego de Avila, en el hotel administrado por la Cadena
Accor de Francia, que también gestiona los hoteles Mercure Sevilla, en
La Habana, y Mercure Playa de Oro, en Varadero, Matanzas.
"Los trabajadores indios están en el hotel, llevan días ahí, están
construyendo en el Pullman un bloque, ampliando el hotel", dijo el
periodista independiente Nilo Alejandro, al periodista Adriel Reyes de
Radio Martí.
El también reportero independiente, Oscar Ayala, basado en el municipio
Morón, corroboró la presencia de constructores indios en Cayo Coco. Les
están pagando unos 3.000 dólares al mes, aseguró.
Ayala explicó que constructores de provincias orientales quedaron sin
contrato y debieron regresar a sus provincias porque "no había dinero"
para pagarles. No precisó cuándo concluyeron sus contratos.
"Es como dice la gente del Cayo, si se van los cubanos que estaban
trabajando ahí porque tú no les pagas, cómo tú vas a traer indios aquí
para que trabajen como albañiles y eso y vas a pagarles 3.000 dólares",
comentó Ayala.
"La gente no se explica eso", agregó.
El hotel Pullman tiene categoría de 5 estrellas, tiene un bloque de 522
habitaciones de lujo , 8 restaurantes, 10 bares y 7 piscinas.
Autoridades de la construcción en la isla se refieren a los obreros
indios como "monitores-operarios".
Además de argumentar que los indios son más productivos y mejor
calificados, los directivos cubanos han dicho que la contratación de
obreros extranjeros en las obras del turismo "es totalmente coherente
con lo estipulado en la legislación que regula este tipo de contrato".
La francesa Bouygues, a cargo del hotel Manzana de Gómez, firmó en
agosto de 2016 un contrato para las obras de ampliación del Aeropuerto
Internacional de La Habana y la construcción de dos hoteles, uno en
Varadero y otro en La Habana.
Un reporte de la agencia Reuters indicó meses atrás que estos obreros
indios ganan entre 1.500 y 2.000 dólares al mes. Los cubanos, por
realizar el mismo trabajo, ganan entre 30 y 40 dólares mensuales.
Funcionarios de la isla dijeron el pasado año que el rendimiento de los
trabajadores de la India en las obras "es tres o cuatro veces superior
al registrado como media en el país". Además explicaron que "el
resultado de su trabajo es de muy alta calidad" e impregna "un alto
aprovechamiento de la jornada laboral".
Pero otra cosa sienten algunos cubanos.
"Es un tipo de discriminación contra el cubano, dicen que lo que hace el
cubano es robar y no trabaja bien. Bueno, el cubano roba y no trabaja
bien porque no le pagan tampoco, si tú le pagas los salarios que le
pagas a los indios de seguro que el cubano no te va a robar y va a
trabajar porque aquí hay gente calificada por ellos mismo", dijo Ayala.
(Con información de Adriel Reyes, periodista de Radio Martí)
Source: En Ciego de Ávila, constructores indios reemplazan a los cubanos
-
http://www.martinoticias.com/a/cuba-construccion-contratacion-extranjera-discriminacion-/137960.html
Necesidad, la ‘corriente arquitectónica’ que impera en Cuba
Necesidad, la 'corriente arquitectónica' que impera en Cuba
La gente remienda su casa como puede
Viernes, enero 27, 2017 | María Matienzo Puerto
LA HABANA, Cuba.- La "necesidad" es la corriente arquitectónica que más
se ha visto en los últimos 30 años mezclada con el eclecticismo que
caracteriza a La Habana. La gente remienda su casa como puede: con
ladrillos si no encuentra quien le arregle el ventanal o la puerta de
madera, o si no tiene dinero para comprar balaustres nuevos; con retazos
de rejas de parque si quiere ganar en seguridad; combina la madera con
bloques para apuntalar la pudrición de años sin restaurar; o construye
dentro de la construcción original a falta de autorizaciones legales.
El decreto Ley No 322 de enero de 2015 de la Ley General de la Vivienda
se encarga de regular y controlar las modificaciones que los cubanos
tienen derecho a hacer en sus viviendas. Desde su publicación, el
Gobierno ha tratado el tema de manera casi ininteligible. Se habla de
cifras, pero no se especifica qué tipo de ilegalidades tratan
concretamente, y lo que es peor, si pueden darle alguna solución.
Lo que todos suponen es que si se modifica una fachada, por ejemplo, sin
la autorización de la Oficina de Vivienda Municipal y del Instituto
Planificación Física, la multa es de al menos 500 pesos o la demolición
de lo que se haya construido.
Melba vive en Playa y está tratando de que la multen desde hace años
para no tener que demoler el portal que cerró para su comodidad. Marisel
se divorció de su esposo, y para reconstruir su vida dividió el
apartamento en Alamar en dos: para ella quedó la mitad de la sala, un
pasillo donde hizo la cocina, un cuarto y la mitad del patio del
apartamento donde tuvo que construirse un baño. Pascao vivió toda su
vida en el balcón de su casa en el reparto Camilo Cienfuegos, cerrado y
acomodado para que tuviera algo de privacidad con una cama personal, una
mesita de noche y una percha para la ropa.
Durante años la gente modificaba, ampliaba y sobrevivía en el espacio
que le tocaba, pero solo los multaban y no pasaba nada más. Ahora multan
y demuelen.
En Planificación Física del municipio de Plaza de la Revolución los
funcionarios no dudan en ser radicales.
"Primero debes ir a Vivienda, que te autoricen allá y después regresas y
nosotros lo valoramos, pero si es un balcón lo que quieres modificar
solo lo puedes cerrar con marquetería de aluminio y cristal", recuerda
Juana que le dijeron cuando fue a averiguar y cuenta que, sin preguntar,
agregaron a su explicación, "y si lo haces sin autorización vamos te
ponemos la multa y te demolemos lo que hayas hecho".
Juana supone que el maltrato estaba relacionado con que la misma oficina
en que trabajaban estos funcionarios estaba llena de "rosetones de
humedad, el techo que antiguamente debió ser una belleza, ahora era de
planchas de aluminio con unas vigas. Y ve tú a saber si ellos mismos
tienen casas propias", agrega, refiriéndose a la oficina de
planificación física que está en la esquina de 12 y Calzada en el Vedado.
Esa oficina es el reflejo de la realidad física de toda la ciudad. Cada
quien "arregla su casa como puede", dicen algunos. En el Vedado,
estatuas originales de los palacetes o de quienes quieren simular que
están ganando algo de dinero, son sustituidas por fuentes, sirenas,
leones, gnomos y delfines que se producen en San Miguel del Padrón por
un grupo de cuentapropistas. Otras de las modificaciones ilegales es
enchapar las fachadas con ladrillos o trozos de piedra Jaimanita para
evitar que la humedad derrumbe el inmueble.
"En la Habana Vieja o en Centro Habana es frecuente ver cómo entre un
edificio neoclásico y otro se levanta una mole prefabricada por esfuerzo
propio con celosías que sustituyen el trabajo de herrería, o balcones
para disimular que el patio del apartamento da para la avenida; y esas
atrocidades, por haber sido autorizadas por el gobierno, no son ilegales
aunque se vean monstruosas", apunta un arquitecto de la comunidad que,
como tiene algunas ganancias extras, prefiere que no se sepa su nombre.
Y agrega: "Camina y mira para adentro de algunas casa y verás cómo las
familias, para solucionar sus problemas, han hecho baños y habitaciones
extras. La pregunta es: ¿Quién puede contra eso? ¿Quién se atreve a
señalarlos con un dedo si no han tenido durante años otra opción que
vivir como perros y gatos? Y si son tantos como son, por mucha voluntad
política que tenga el gobierno, ¿quién se atreve a demolerles la casa o
multarlos? ¿Quién?"
Source: Necesidad, la 'corriente arquitectónica' que impera en Cuba |
Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/necesidad-la-corriente-arquitectonica-que-impera-en-cuba/
La gente remienda su casa como puede
Viernes, enero 27, 2017 | María Matienzo Puerto
LA HABANA, Cuba.- La "necesidad" es la corriente arquitectónica que más
se ha visto en los últimos 30 años mezclada con el eclecticismo que
caracteriza a La Habana. La gente remienda su casa como puede: con
ladrillos si no encuentra quien le arregle el ventanal o la puerta de
madera, o si no tiene dinero para comprar balaustres nuevos; con retazos
de rejas de parque si quiere ganar en seguridad; combina la madera con
bloques para apuntalar la pudrición de años sin restaurar; o construye
dentro de la construcción original a falta de autorizaciones legales.
El decreto Ley No 322 de enero de 2015 de la Ley General de la Vivienda
se encarga de regular y controlar las modificaciones que los cubanos
tienen derecho a hacer en sus viviendas. Desde su publicación, el
Gobierno ha tratado el tema de manera casi ininteligible. Se habla de
cifras, pero no se especifica qué tipo de ilegalidades tratan
concretamente, y lo que es peor, si pueden darle alguna solución.
Lo que todos suponen es que si se modifica una fachada, por ejemplo, sin
la autorización de la Oficina de Vivienda Municipal y del Instituto
Planificación Física, la multa es de al menos 500 pesos o la demolición
de lo que se haya construido.
Melba vive en Playa y está tratando de que la multen desde hace años
para no tener que demoler el portal que cerró para su comodidad. Marisel
se divorció de su esposo, y para reconstruir su vida dividió el
apartamento en Alamar en dos: para ella quedó la mitad de la sala, un
pasillo donde hizo la cocina, un cuarto y la mitad del patio del
apartamento donde tuvo que construirse un baño. Pascao vivió toda su
vida en el balcón de su casa en el reparto Camilo Cienfuegos, cerrado y
acomodado para que tuviera algo de privacidad con una cama personal, una
mesita de noche y una percha para la ropa.
Durante años la gente modificaba, ampliaba y sobrevivía en el espacio
que le tocaba, pero solo los multaban y no pasaba nada más. Ahora multan
y demuelen.
En Planificación Física del municipio de Plaza de la Revolución los
funcionarios no dudan en ser radicales.
"Primero debes ir a Vivienda, que te autoricen allá y después regresas y
nosotros lo valoramos, pero si es un balcón lo que quieres modificar
solo lo puedes cerrar con marquetería de aluminio y cristal", recuerda
Juana que le dijeron cuando fue a averiguar y cuenta que, sin preguntar,
agregaron a su explicación, "y si lo haces sin autorización vamos te
ponemos la multa y te demolemos lo que hayas hecho".
Juana supone que el maltrato estaba relacionado con que la misma oficina
en que trabajaban estos funcionarios estaba llena de "rosetones de
humedad, el techo que antiguamente debió ser una belleza, ahora era de
planchas de aluminio con unas vigas. Y ve tú a saber si ellos mismos
tienen casas propias", agrega, refiriéndose a la oficina de
planificación física que está en la esquina de 12 y Calzada en el Vedado.
Esa oficina es el reflejo de la realidad física de toda la ciudad. Cada
quien "arregla su casa como puede", dicen algunos. En el Vedado,
estatuas originales de los palacetes o de quienes quieren simular que
están ganando algo de dinero, son sustituidas por fuentes, sirenas,
leones, gnomos y delfines que se producen en San Miguel del Padrón por
un grupo de cuentapropistas. Otras de las modificaciones ilegales es
enchapar las fachadas con ladrillos o trozos de piedra Jaimanita para
evitar que la humedad derrumbe el inmueble.
"En la Habana Vieja o en Centro Habana es frecuente ver cómo entre un
edificio neoclásico y otro se levanta una mole prefabricada por esfuerzo
propio con celosías que sustituyen el trabajo de herrería, o balcones
para disimular que el patio del apartamento da para la avenida; y esas
atrocidades, por haber sido autorizadas por el gobierno, no son ilegales
aunque se vean monstruosas", apunta un arquitecto de la comunidad que,
como tiene algunas ganancias extras, prefiere que no se sepa su nombre.
Y agrega: "Camina y mira para adentro de algunas casa y verás cómo las
familias, para solucionar sus problemas, han hecho baños y habitaciones
extras. La pregunta es: ¿Quién puede contra eso? ¿Quién se atreve a
señalarlos con un dedo si no han tenido durante años otra opción que
vivir como perros y gatos? Y si son tantos como son, por mucha voluntad
política que tenga el gobierno, ¿quién se atreve a demolerles la casa o
multarlos? ¿Quién?"
Source: Necesidad, la 'corriente arquitectónica' que impera en Cuba |
Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/necesidad-la-corriente-arquitectonica-que-impera-en-cuba/
Escasez de materiales genera corrupción en el Oriente cubano
Escasez de materiales genera corrupción en el Oriente cubano
Los rastros siguen vacíos y los revendedores aprovechan la alta demanda
Jueves, enero 26, 2017 | Roberto Rodríguez Cardona
GRANMA, Cuba.- La escasez de materiales de construcción afecta
actualmente casi toda la zona oriental. En los establecimientos
estatales de Bayamo, destinados a la venta "liberada" y por subsidios,
el panorama es deprimente, mientras en sus alrededores un floreciente
mercado ilegal prospera, encareciendo los productos y generando
descontento en la población.
Aun sin entrar a los puntos de venta se detecta la ausencia de
productos, por la pizarra informativa que les da la "malvenida",
mostrando los elevados precios de los casi nulos productos ofertados.
Una vez dentro, patios vacíos, estantería y almacenes ociosos ofrecen un
espectáculo desolador.
Según el Breve Balance de las Violaciones a los Derechos Humanos en Cuba
2016, el Gobierno cubano viola los derechos sociales, citados y
ratificados por Cuba en las convenciones de Naciones Unidas (y la propia
Constitución de la República), al no garantizar vivienda adecuada a sus
ciudadanos, ni satisfacer la demanda de materiales de la construcción,
dejando en la indefensión a gran parte de la población más vulnerable.
La caída en la importación, ha obligado al Gobierno a recurrir a
alternativas nacionales de fabricación y redistribución de materiales de
construcción, para satisfacer la demanda popular. Pese a su voluntad
política, la escasez y las necesidades aumentan.
Otros factores agravan la crisis actual. Destacando la interminable
cadena de corrupción, que incluye algunos funcionarios que desvían los
recursos de que disponen, priorizan ilegalidades, justifican contratos
fantasmas, manipulan vales de ventas y precios en las facturas y las más
disímiles artimañas para burlar cualquier fiscalización,
acostumbradamente superficial.
Según indicadores económicos locales, en la Ciudad de Bayamo, el índice
de habitabilidad es de 3,9 habitantes por vivienda. Más del 47% de ellas
han sido catalogadas entre regulares y malas, por lo que el
mantenimiento y conservación del fondo habitacional demanda atención
priorizada, incluyendo la disponibilidad de materiales de construcción.
Actualmente el proceso inversionista para impulsar la rehabilitación de
viviendas, no avanza acorde a las exigencias, ni a las necesidades
propias del desarrollo del territorio, arrastrándose año tras año, sin
un adecuado y sistemático accionar de los implicados en su ejecución y
control, tendiendo al decrecimiento e incidiendo negativamente en la
venta de dichos materiales.
Un custodio del punto de venta de materiales "El Bosque" informó a
CubaNet que "el último trimestre (de 2016) casi no vendimos nada por
desabastecimiento, porque la prioridad era la zona de Guantánamo y
Holguín (afectada por el huracán Matthew). Este año todavía no tenemos
nada en oferta y la pizarra tiene los precios desactualizados".
Y aclara: "Ahora es que los inversionistas están haciendo
contrataciones, a ver si por lo menos resuelven cemento, áridos y acero;
el resto de los materiales se tratará de conseguir después, pero eso
demora un poco y no tenemos ni idea de cuándo comenzaremos a vender a la
población".
Paradójicamente, en las cercanías de esos establecimientos, el mercado
negro florece. Multitud de personas, la mayoría jóvenes, ofrecen todo
tipo de materiales constructivos, desde cemento y áridos hasta tanques
de agua, incluyendo herrajes, tuberías, cabillas, vigas o tejas de
fibrocemento.
¿Cómo y dónde lo obtienen? "Tengo socios que trabajan allí, me avisan
con antelación cuando van a traer y vender los materiales y ese día
amanezco en la cola para poder alcanzar, invierto en lo que más falta le
hace a la gente y apenas el producto se acaba, ahí es donde yo comienzo
la venta", confesó un revendedor habitual, luego de negar ser
identificado, alegando: "Si no, me traban por venta ilegal y actividad
económica ilícita".
En la realidad sui géneris cubana, el Estado intenta controlar una
economía de subsistencia, plagada de restricciones y carente de
oportunidades para obtener un salario decoroso, lo que inclina a muchos
a corromperse y violar la ley para sobrevivir.
Otro joven revendedor, que no quiso revelar su nombre, explica: "Este
negocio es más complicado de lo que parece", dice mientras enumera con
los dedos: "Primero tienes que pagar por el aviso y la información,
luego amanecer en la cola o comprar un turno, pagar a sobreprecio para
comprar bastante y sin papeles de subsidio, luego pagar transporte y
donde guardar el material y después salir a ver quién te lo compra… todo
eso a riesgo de perder… eso hace que los precios se disparen".
Como resultado, la modalidad de construcción por esfuerzo propio se
convierte en esfuerzo colosal, afectando a los que ansían mejorar sus
viviendas con limitados recursos económicos y deben pagar por encima de
los ya elevados precios estatales, y que no pueden darse el lujo de
sobornar los funcionarios y empleados, que aunque realizan sus
operaciones fraudulentas a la vista y conocimiento público, continúan
ocupando indefinidamente sus puestos, al parecer inmunes a enfrentar
cargos por corrupción.
Source: Escasez de materiales genera corrupción en el Oriente cubano |
Cubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/escasez-de-materiales-genera-corrupcion-en-el-oriente-cubano/
Los rastros siguen vacíos y los revendedores aprovechan la alta demanda
Jueves, enero 26, 2017 | Roberto Rodríguez Cardona
GRANMA, Cuba.- La escasez de materiales de construcción afecta
actualmente casi toda la zona oriental. En los establecimientos
estatales de Bayamo, destinados a la venta "liberada" y por subsidios,
el panorama es deprimente, mientras en sus alrededores un floreciente
mercado ilegal prospera, encareciendo los productos y generando
descontento en la población.
Aun sin entrar a los puntos de venta se detecta la ausencia de
productos, por la pizarra informativa que les da la "malvenida",
mostrando los elevados precios de los casi nulos productos ofertados.
Una vez dentro, patios vacíos, estantería y almacenes ociosos ofrecen un
espectáculo desolador.
Según el Breve Balance de las Violaciones a los Derechos Humanos en Cuba
2016, el Gobierno cubano viola los derechos sociales, citados y
ratificados por Cuba en las convenciones de Naciones Unidas (y la propia
Constitución de la República), al no garantizar vivienda adecuada a sus
ciudadanos, ni satisfacer la demanda de materiales de la construcción,
dejando en la indefensión a gran parte de la población más vulnerable.
La caída en la importación, ha obligado al Gobierno a recurrir a
alternativas nacionales de fabricación y redistribución de materiales de
construcción, para satisfacer la demanda popular. Pese a su voluntad
política, la escasez y las necesidades aumentan.
Otros factores agravan la crisis actual. Destacando la interminable
cadena de corrupción, que incluye algunos funcionarios que desvían los
recursos de que disponen, priorizan ilegalidades, justifican contratos
fantasmas, manipulan vales de ventas y precios en las facturas y las más
disímiles artimañas para burlar cualquier fiscalización,
acostumbradamente superficial.
Según indicadores económicos locales, en la Ciudad de Bayamo, el índice
de habitabilidad es de 3,9 habitantes por vivienda. Más del 47% de ellas
han sido catalogadas entre regulares y malas, por lo que el
mantenimiento y conservación del fondo habitacional demanda atención
priorizada, incluyendo la disponibilidad de materiales de construcción.
Actualmente el proceso inversionista para impulsar la rehabilitación de
viviendas, no avanza acorde a las exigencias, ni a las necesidades
propias del desarrollo del territorio, arrastrándose año tras año, sin
un adecuado y sistemático accionar de los implicados en su ejecución y
control, tendiendo al decrecimiento e incidiendo negativamente en la
venta de dichos materiales.
Un custodio del punto de venta de materiales "El Bosque" informó a
CubaNet que "el último trimestre (de 2016) casi no vendimos nada por
desabastecimiento, porque la prioridad era la zona de Guantánamo y
Holguín (afectada por el huracán Matthew). Este año todavía no tenemos
nada en oferta y la pizarra tiene los precios desactualizados".
Y aclara: "Ahora es que los inversionistas están haciendo
contrataciones, a ver si por lo menos resuelven cemento, áridos y acero;
el resto de los materiales se tratará de conseguir después, pero eso
demora un poco y no tenemos ni idea de cuándo comenzaremos a vender a la
población".
Paradójicamente, en las cercanías de esos establecimientos, el mercado
negro florece. Multitud de personas, la mayoría jóvenes, ofrecen todo
tipo de materiales constructivos, desde cemento y áridos hasta tanques
de agua, incluyendo herrajes, tuberías, cabillas, vigas o tejas de
fibrocemento.
¿Cómo y dónde lo obtienen? "Tengo socios que trabajan allí, me avisan
con antelación cuando van a traer y vender los materiales y ese día
amanezco en la cola para poder alcanzar, invierto en lo que más falta le
hace a la gente y apenas el producto se acaba, ahí es donde yo comienzo
la venta", confesó un revendedor habitual, luego de negar ser
identificado, alegando: "Si no, me traban por venta ilegal y actividad
económica ilícita".
En la realidad sui géneris cubana, el Estado intenta controlar una
economía de subsistencia, plagada de restricciones y carente de
oportunidades para obtener un salario decoroso, lo que inclina a muchos
a corromperse y violar la ley para sobrevivir.
Otro joven revendedor, que no quiso revelar su nombre, explica: "Este
negocio es más complicado de lo que parece", dice mientras enumera con
los dedos: "Primero tienes que pagar por el aviso y la información,
luego amanecer en la cola o comprar un turno, pagar a sobreprecio para
comprar bastante y sin papeles de subsidio, luego pagar transporte y
donde guardar el material y después salir a ver quién te lo compra… todo
eso a riesgo de perder… eso hace que los precios se disparen".
Como resultado, la modalidad de construcción por esfuerzo propio se
convierte en esfuerzo colosal, afectando a los que ansían mejorar sus
viviendas con limitados recursos económicos y deben pagar por encima de
los ya elevados precios estatales, y que no pueden darse el lujo de
sobornar los funcionarios y empleados, que aunque realizan sus
operaciones fraudulentas a la vista y conocimiento público, continúan
ocupando indefinidamente sus puestos, al parecer inmunes a enfrentar
cargos por corrupción.
Source: Escasez de materiales genera corrupción en el Oriente cubano |
Cubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/escasez-de-materiales-genera-corrupcion-en-el-oriente-cubano/
El Gobierno impuso 5.471 multas en La Habana en 2016 por remodelaciones exteriores
El Gobierno impuso 5.471 multas en La Habana en 2016 por remodelaciones
exteriores
DDC | La Habana | 27 de Enero de 2017 - 08:50 CET.
En 2016 el Gobierno impuso en La Habana 5.471 multas por "ilegalidades
urbanísticas del territorio" casi todas a personas naturales, de acuerdo
con el Instituto de Planificación Física (IPF), según dio a conocer el
oficialista Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Estas medidas forman parte del programa de reordenamiento territorial
del país, según señaló el IPF.
Sin embargo, las "infracciones" en la capital, según un reciente informe
del Consejo de la Administración Provincial, también se encontraron en
el sector estatal, con unos 4.840 casos, mientras que entre los
particulares indican las autoridades que fueron mayor el número de
"casos erradicados": 8.434.
De esta forma lograron "eliminar el 39% de las ilegalidades urbanísticas
del territorio".
De acuerdo con el informe, los organismos estatales habaneros con mayor
cantidad de erradicaciones fueron los ministerios de la Agricultura, de
la Construcción y del Interior, así como Servicios Comunales, Recursos
Hidráulicos y la Empresa Correos de Cuba.
Yunet Feria Barrero, jefa del Grupo de Información e Inspección Estatal
del IPF, informó este jueves en conferencia de prensa que en 2016
estaban previstas eliminar 42 mil 454, y el plan se incumplió por falta
de presupuesto para enfrentar casos con situaciones complejas.
Asimismo, explicó que las principales ilegalidades en reordenamiento
territorial y urbano corresponden a aspectos de la construcción, y están
relacionadas con la edificación de muros, la ejecución de remodelaciones
exteriores y violaciones de espacios públicos.
Además, cerca de 23.000 nuevas infracciones se detectaron, de las cuales
fueron erradicadas el 93%, advirtió.
La situación de la vivienda y el estado de las edificaciones en el país
es preocupante.
Conseguir materiales para la construcción es bastante difícil o suelen
tener precios demasiado elevados que el cubano de a pie no puede pagar
con el salario.
No existe una política ni estrategia nacional para remodelar las
edificaciones ni para la conservación de las viviendas.
Los cubanos tienen que improvisar e ir solucionando los problemas
constructivos de sus viviendas con medios propios y muchas veces caen en
lo que el Gobierno califica de "ilegalidades urbanísticas".
Source: El Gobierno impuso 5.471 multas en La Habana en 2016 por
remodelaciones exteriores | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1485503423_28467.html
exteriores
DDC | La Habana | 27 de Enero de 2017 - 08:50 CET.
En 2016 el Gobierno impuso en La Habana 5.471 multas por "ilegalidades
urbanísticas del territorio" casi todas a personas naturales, de acuerdo
con el Instituto de Planificación Física (IPF), según dio a conocer el
oficialista Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Estas medidas forman parte del programa de reordenamiento territorial
del país, según señaló el IPF.
Sin embargo, las "infracciones" en la capital, según un reciente informe
del Consejo de la Administración Provincial, también se encontraron en
el sector estatal, con unos 4.840 casos, mientras que entre los
particulares indican las autoridades que fueron mayor el número de
"casos erradicados": 8.434.
De esta forma lograron "eliminar el 39% de las ilegalidades urbanísticas
del territorio".
De acuerdo con el informe, los organismos estatales habaneros con mayor
cantidad de erradicaciones fueron los ministerios de la Agricultura, de
la Construcción y del Interior, así como Servicios Comunales, Recursos
Hidráulicos y la Empresa Correos de Cuba.
Yunet Feria Barrero, jefa del Grupo de Información e Inspección Estatal
del IPF, informó este jueves en conferencia de prensa que en 2016
estaban previstas eliminar 42 mil 454, y el plan se incumplió por falta
de presupuesto para enfrentar casos con situaciones complejas.
Asimismo, explicó que las principales ilegalidades en reordenamiento
territorial y urbano corresponden a aspectos de la construcción, y están
relacionadas con la edificación de muros, la ejecución de remodelaciones
exteriores y violaciones de espacios públicos.
Además, cerca de 23.000 nuevas infracciones se detectaron, de las cuales
fueron erradicadas el 93%, advirtió.
La situación de la vivienda y el estado de las edificaciones en el país
es preocupante.
Conseguir materiales para la construcción es bastante difícil o suelen
tener precios demasiado elevados que el cubano de a pie no puede pagar
con el salario.
No existe una política ni estrategia nacional para remodelar las
edificaciones ni para la conservación de las viviendas.
Los cubanos tienen que improvisar e ir solucionando los problemas
constructivos de sus viviendas con medios propios y muchas veces caen en
lo que el Gobierno califica de "ilegalidades urbanísticas".
Source: El Gobierno impuso 5.471 multas en La Habana en 2016 por
remodelaciones exteriores | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1485503423_28467.html
Inmobiliarias - entre cierres y restricciones
Inmobiliarias: entre cierres y restricciones
WALDO FERNÁNDEZ CUENCA | La Habana | 27 de Enero de 2017 - 07:52 CET.
Fue a mediados del pasado año que la actividad —en pleno auge— empezó a
ser escrutada y fiscalizada por las autoridades. En ese momento, varios
de los organismos estatales encargados de controlar el llamado
"cuentapropismo" se ensañaron con los gestores de compraventa de
viviendas, una actividad que, a pesar de las limitaciones, iba camino de
consolidarse.
Estos emprendedores comenzaban a desperezar el mercado inmobiliario en
Cuba, pues solamente en la capital existían —antes de la intervención
gubernamental— más de diez oficinas de gestores. En la actualidad solo
operan alrededor de cinco.
El negocio de bienes raíces es uno de los más lucrativos a nivel
mundial, de ahí la importancia que para el Gobierno tiene poder conocer
y controlar el desenvolvimiento de ese mercado, que ya mueve decenas de
miles de dólares en la Isla.
Los gestores inmobiliarios y sus empleados fueron sometidos a una
exhaustiva auditoría en la que participaron desde la Fiscalía General
hasta el Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) del Ministerio
del Interior. El resultado fue el cierre de varias inmobiliarias, como
Espacio Cuba, Planeta Cuba y Adisa, por supuestas "irregularidades en su
funcionamiento".
En la actualidad la entrega de licencias de gestor de compraventa de
casas se encuentra "suspendida" y algunas de las oficinas que quedan en
pie, como Casas Cubanas, están —según una fuente cercana a esa
inmobiliaria— "bajo investigación" y sus computadoras en manos de las
autoridades.
¿Qué alegaron las autoridades para el cierre de oficinas inmobiliarias?
Hace solo tres meses, la Dirección Provincial de Trabajo de la capital
convocó una reunión donde se dieron a conocer las "violaciones"
cometidas por los cuentapropistas y funcionarios advirtieron que no se
permitirían esas infracciones.
Según un participante en esa reunión, quien pidió el anonimato, los
funcionarios mencionaron "irregularidades" como las siguientes:
—Inversión de capital de "dudoso proceder" (la inmensa mayoría, como es
obvio, procedente del exterior)
—Asociación ilegal: Varias de las casas gestoras contrataban
arquitectos, abogados, diseñadores, entre otros profesionales, para
ofrecer un servicio lo más completo posible, algo no permitido dentro de
la licencia.
—Distorsión del alcance de la actividad: Según la fuente, los gestores
no pueden ofrecer servicios que gestionan inmobiliarias en otros países,
como consultoría jurídica, tasaciones de la vivienda, reparaciones del
inmueble y transportación de los clientes. Estas actividades se
consideran "violaciones".
—Evasión fiscal: Algunas inmobiliarias aconsejaban a sus clientes
reflejar en los papeles un precio por debajo de aquel al cual realmente
se vendía el inmueble, para así evitar tener que pagar impuestos más altos.
—Violaciones urbanísticas: En este punto las autoridades mencionaron que
en los carteles colocados en la calle estos emprendedores se anuncian
con un nombre que no corresponde a la actividad, al utilizar el término
de "inmobiliario" y no el de "gestor de compraventa de casas".
—Los gestores o sus empleados no pueden realizar contratos con el
cliente donde se refleje el nombre comercial de la oficina inmobiliaria,
pues eso solo es posible para aquellas entidades con personalidad jurídica.
—Los gestores no pueden tener varias oficinas o sucursales en la ciudad,
ni oficinas en el exterior.
—Tampoco es posible que los gestores acudan a las notarías para agilizar
los trámites de compraventa de un inmueble.
En las auditorias y fiscalizaciones las autoridades investigaron también
el uso de internet, en especial de antenas WiFi, y las páginas web de
las casas inmobiliarias, las cuales en su mayoría utilizan un servidor
en el exterior. Además, encontraron que muchos empleados ejercían sin
licencia de cuentapropista y habrían detectado también falsificación de
documentos.
El escrutinio no habría afectado a todos por igual. Si bien varias
oficinas inmobiliarias cerraron por "violar lo establecido" o funcionan
hoy con un perfil muy bajo debido a la coacción gubernamental, otras no
han sufrido inspección alguna a pesar de que incumplen muchas de las
restricciones que imponen las autoridades, como prestar asesoría
jurídica, poseer sucursales o colocar carteles donde se dice claramente
que realizan una "gestión inmobiliaria".
Según la camisa de fuerza estatal, el gestor de compraventa de inmuebles
debe limitar su trabajo a presentar a comprador y vendedor y cobrar una
comisión por la venta. Hasta ahí.
Una vez más el raulismo bajo la concepción de "no regresar jamás al
capitalismo" busca mediante la coacción maniatar la iniciativa privada
para impedir que prospere y traspase los límites de su control.
Source: Inmobiliarias: entre cierres y restricciones | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1485293737_28400.html
WALDO FERNÁNDEZ CUENCA | La Habana | 27 de Enero de 2017 - 07:52 CET.
Fue a mediados del pasado año que la actividad —en pleno auge— empezó a
ser escrutada y fiscalizada por las autoridades. En ese momento, varios
de los organismos estatales encargados de controlar el llamado
"cuentapropismo" se ensañaron con los gestores de compraventa de
viviendas, una actividad que, a pesar de las limitaciones, iba camino de
consolidarse.
Estos emprendedores comenzaban a desperezar el mercado inmobiliario en
Cuba, pues solamente en la capital existían —antes de la intervención
gubernamental— más de diez oficinas de gestores. En la actualidad solo
operan alrededor de cinco.
El negocio de bienes raíces es uno de los más lucrativos a nivel
mundial, de ahí la importancia que para el Gobierno tiene poder conocer
y controlar el desenvolvimiento de ese mercado, que ya mueve decenas de
miles de dólares en la Isla.
Los gestores inmobiliarios y sus empleados fueron sometidos a una
exhaustiva auditoría en la que participaron desde la Fiscalía General
hasta el Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) del Ministerio
del Interior. El resultado fue el cierre de varias inmobiliarias, como
Espacio Cuba, Planeta Cuba y Adisa, por supuestas "irregularidades en su
funcionamiento".
En la actualidad la entrega de licencias de gestor de compraventa de
casas se encuentra "suspendida" y algunas de las oficinas que quedan en
pie, como Casas Cubanas, están —según una fuente cercana a esa
inmobiliaria— "bajo investigación" y sus computadoras en manos de las
autoridades.
¿Qué alegaron las autoridades para el cierre de oficinas inmobiliarias?
Hace solo tres meses, la Dirección Provincial de Trabajo de la capital
convocó una reunión donde se dieron a conocer las "violaciones"
cometidas por los cuentapropistas y funcionarios advirtieron que no se
permitirían esas infracciones.
Según un participante en esa reunión, quien pidió el anonimato, los
funcionarios mencionaron "irregularidades" como las siguientes:
—Inversión de capital de "dudoso proceder" (la inmensa mayoría, como es
obvio, procedente del exterior)
—Asociación ilegal: Varias de las casas gestoras contrataban
arquitectos, abogados, diseñadores, entre otros profesionales, para
ofrecer un servicio lo más completo posible, algo no permitido dentro de
la licencia.
—Distorsión del alcance de la actividad: Según la fuente, los gestores
no pueden ofrecer servicios que gestionan inmobiliarias en otros países,
como consultoría jurídica, tasaciones de la vivienda, reparaciones del
inmueble y transportación de los clientes. Estas actividades se
consideran "violaciones".
—Evasión fiscal: Algunas inmobiliarias aconsejaban a sus clientes
reflejar en los papeles un precio por debajo de aquel al cual realmente
se vendía el inmueble, para así evitar tener que pagar impuestos más altos.
—Violaciones urbanísticas: En este punto las autoridades mencionaron que
en los carteles colocados en la calle estos emprendedores se anuncian
con un nombre que no corresponde a la actividad, al utilizar el término
de "inmobiliario" y no el de "gestor de compraventa de casas".
—Los gestores o sus empleados no pueden realizar contratos con el
cliente donde se refleje el nombre comercial de la oficina inmobiliaria,
pues eso solo es posible para aquellas entidades con personalidad jurídica.
—Los gestores no pueden tener varias oficinas o sucursales en la ciudad,
ni oficinas en el exterior.
—Tampoco es posible que los gestores acudan a las notarías para agilizar
los trámites de compraventa de un inmueble.
En las auditorias y fiscalizaciones las autoridades investigaron también
el uso de internet, en especial de antenas WiFi, y las páginas web de
las casas inmobiliarias, las cuales en su mayoría utilizan un servidor
en el exterior. Además, encontraron que muchos empleados ejercían sin
licencia de cuentapropista y habrían detectado también falsificación de
documentos.
El escrutinio no habría afectado a todos por igual. Si bien varias
oficinas inmobiliarias cerraron por "violar lo establecido" o funcionan
hoy con un perfil muy bajo debido a la coacción gubernamental, otras no
han sufrido inspección alguna a pesar de que incumplen muchas de las
restricciones que imponen las autoridades, como prestar asesoría
jurídica, poseer sucursales o colocar carteles donde se dice claramente
que realizan una "gestión inmobiliaria".
Según la camisa de fuerza estatal, el gestor de compraventa de inmuebles
debe limitar su trabajo a presentar a comprador y vendedor y cobrar una
comisión por la venta. Hasta ahí.
Una vez más el raulismo bajo la concepción de "no regresar jamás al
capitalismo" busca mediante la coacción maniatar la iniciativa privada
para impedir que prospere y traspase los límites de su control.
Source: Inmobiliarias: entre cierres y restricciones | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1485293737_28400.html
Thursday, January 26, 2017
Los cubanos siguen planeando emigrar y la venta de la vivienda es la principal fuente de financiación
Los cubanos siguen planeando emigrar y la venta de la vivienda es la
principal fuente de financiación
JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ | La Habana | 26 de Enero de 2017 - 09:21 CET.
"La venta de casas va a continuar porque en este país la situación no
mejora… la caña se pondrá a tres trozos y el cubano, asfixiado, emigrará
así sea para el Himalaya", afirmó María Elena, de Santo Suárez y con más
de 10 años de experiencia en la compraventa de inmuebles.
"Tengo clientes que no se han desanimado con la derogación de la ley
[pies secos/pies mojados] y planean, con la plata de la venta, sacar
pasaje hacia Rusia, que no pide visado, para desde ahí intentar cruzar a
la Unión Europea con destino a España".
El pasado 12 de enero, la Administración de Barack Obama, tras un
acuerdo con el Gobierno de Raúl Castro, puso fin a la política "pies
secos/pies mojados".
Ambas partes ratificaron "la decisión (…) de impedir las salidas
ilegales vía marítima".
El acuerdo bilateral también implica la deportación "de los cubanos que
intenten ingresar a los Estados Unidos ilegalmente".
"Es cierto que la mayoría de los cubanos que emigran tienen como
objetivo radicarse en Estados Unidos, pero simplificar el hecho a que la
derogación de la ley detendrá la estampida migratoria es no comprender
la realidad que vivimos dentro de Cuba", opinó Luis Carlos Navas,
ingeniero civil que recientemente vendió su propiedad.
"Cuando el Gobierno de Raúl quitó el permiso de salida con la reforma
migratoria y autorizó la compraventa de viviendas entre particulares, el
mundo entero pudo ver que los cubanos ya no aguantábamos vivir en Cuba.
La estampida fue de vértigo. La gente empezó no solo a vender sus casas,
sino cuanta cosa de valor pudiera proporcionarle un billete de avión",
recordó.
Navas piensa como alternativa viajar hacia Trinidad y Tobago y esperar
allí con la esperanza de "que [Donald] Trump revierta el acuerdo". De lo
contrario, probará suerte en España, "pero en Cuba no me quedo un minuto
más".
Para Laura Natividad la derogación de la ley "pies secos/pies mojados"
representó "un trauma y bastante rabia contra Obama".
"Había concluido la venta de mi casa el día anterior y tenía concertada
una cita en la Embajada de Panamá que otorga visas por tres años con
entradas múltiples, pero en cada viaje solo puedes permanecer 30 días.
Mi propósito era salir de allí hacia Estados Unidos, que me había negado
la visa en La Habana. Estoy a la espera del visado panameño, porque me
largo de Cuba a como dé lugar".
José Víctor es "gestor de compraventa de inmuebles" y radica en el Paseo
del Prado "desde los tiempos en que todo este asunto de vender y comprar
casas era ilegal y los corredores teníamos que hacer piruetas" para no
ser detectados por la Policía.
"Desde que legalizaron este giro he cerrado 100 veces más ventas de
casas que hace 20 años. En la mayoría de las ocasiones eran personas que
habían decido emigrar a otro país. Con esta nueva situación se cierra
una vía de escape que había sido natural para los cubanos, pero no va a
cambiar en nada que la avalancha continúe… solo que el destino no serán
los Estados Unidos", declaró.
"Para atrás ni para coger impulso", dijo Zule Izquierdo, una joven de 38
años que, a pesar de la derogación de la "pies secos/pies mojados",
decidió poner en venta su apartamento del Reparto Martí con los
corredores de Prado.
"Insistiré nuevamente con Finlandia, que el año pasado me negó el visado
al igual que Estados Unidos. A muchos que vendieron sus casas, con
planes de brincar para el 'yuma', los veo alicaídos. El tema es salir de
esta olla de presión, que se pondrá peor cuando empiecen a llegar los
deportados, no importa si es vía Rusia, Bahamas o Serbia".
Gestores de la inmobiliaria privada La Isla declararon que "el pacto del
12 de enero no ha cambiado, ni cambiará los planes" de quienes quieren
vender sus propiedades con el fin de migrar hacia otros países.
"Aquí siguen llegando personas que buscan más seguridad en tramitar a
través de nuestras empresas y que ya en confianza nos confiesan que
quieren irse a vivir a otro país. Un detalle curioso es que más de la
mitad de ellos nunca tuvieron como destino los Estados Unidos, sino la
zona europea".
Otro de los gestores dijo que llamó a "un colega" de otra empresa,
"preocupado porque el negocio pudiera experimentar una baja". Sin
embargo, añadió, el colega le respondió: "tranquilo, Estados Unidos no
es el único país al que los cubanos quieren irse".
Source: Los cubanos siguen planeando emigrar y la venta de la vivienda
es la principal fuente de financiación | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1485293219_28399.html
principal fuente de financiación
JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ | La Habana | 26 de Enero de 2017 - 09:21 CET.
"La venta de casas va a continuar porque en este país la situación no
mejora… la caña se pondrá a tres trozos y el cubano, asfixiado, emigrará
así sea para el Himalaya", afirmó María Elena, de Santo Suárez y con más
de 10 años de experiencia en la compraventa de inmuebles.
"Tengo clientes que no se han desanimado con la derogación de la ley
[pies secos/pies mojados] y planean, con la plata de la venta, sacar
pasaje hacia Rusia, que no pide visado, para desde ahí intentar cruzar a
la Unión Europea con destino a España".
El pasado 12 de enero, la Administración de Barack Obama, tras un
acuerdo con el Gobierno de Raúl Castro, puso fin a la política "pies
secos/pies mojados".
Ambas partes ratificaron "la decisión (…) de impedir las salidas
ilegales vía marítima".
El acuerdo bilateral también implica la deportación "de los cubanos que
intenten ingresar a los Estados Unidos ilegalmente".
"Es cierto que la mayoría de los cubanos que emigran tienen como
objetivo radicarse en Estados Unidos, pero simplificar el hecho a que la
derogación de la ley detendrá la estampida migratoria es no comprender
la realidad que vivimos dentro de Cuba", opinó Luis Carlos Navas,
ingeniero civil que recientemente vendió su propiedad.
"Cuando el Gobierno de Raúl quitó el permiso de salida con la reforma
migratoria y autorizó la compraventa de viviendas entre particulares, el
mundo entero pudo ver que los cubanos ya no aguantábamos vivir en Cuba.
La estampida fue de vértigo. La gente empezó no solo a vender sus casas,
sino cuanta cosa de valor pudiera proporcionarle un billete de avión",
recordó.
Navas piensa como alternativa viajar hacia Trinidad y Tobago y esperar
allí con la esperanza de "que [Donald] Trump revierta el acuerdo". De lo
contrario, probará suerte en España, "pero en Cuba no me quedo un minuto
más".
Para Laura Natividad la derogación de la ley "pies secos/pies mojados"
representó "un trauma y bastante rabia contra Obama".
"Había concluido la venta de mi casa el día anterior y tenía concertada
una cita en la Embajada de Panamá que otorga visas por tres años con
entradas múltiples, pero en cada viaje solo puedes permanecer 30 días.
Mi propósito era salir de allí hacia Estados Unidos, que me había negado
la visa en La Habana. Estoy a la espera del visado panameño, porque me
largo de Cuba a como dé lugar".
José Víctor es "gestor de compraventa de inmuebles" y radica en el Paseo
del Prado "desde los tiempos en que todo este asunto de vender y comprar
casas era ilegal y los corredores teníamos que hacer piruetas" para no
ser detectados por la Policía.
"Desde que legalizaron este giro he cerrado 100 veces más ventas de
casas que hace 20 años. En la mayoría de las ocasiones eran personas que
habían decido emigrar a otro país. Con esta nueva situación se cierra
una vía de escape que había sido natural para los cubanos, pero no va a
cambiar en nada que la avalancha continúe… solo que el destino no serán
los Estados Unidos", declaró.
"Para atrás ni para coger impulso", dijo Zule Izquierdo, una joven de 38
años que, a pesar de la derogación de la "pies secos/pies mojados",
decidió poner en venta su apartamento del Reparto Martí con los
corredores de Prado.
"Insistiré nuevamente con Finlandia, que el año pasado me negó el visado
al igual que Estados Unidos. A muchos que vendieron sus casas, con
planes de brincar para el 'yuma', los veo alicaídos. El tema es salir de
esta olla de presión, que se pondrá peor cuando empiecen a llegar los
deportados, no importa si es vía Rusia, Bahamas o Serbia".
Gestores de la inmobiliaria privada La Isla declararon que "el pacto del
12 de enero no ha cambiado, ni cambiará los planes" de quienes quieren
vender sus propiedades con el fin de migrar hacia otros países.
"Aquí siguen llegando personas que buscan más seguridad en tramitar a
través de nuestras empresas y que ya en confianza nos confiesan que
quieren irse a vivir a otro país. Un detalle curioso es que más de la
mitad de ellos nunca tuvieron como destino los Estados Unidos, sino la
zona europea".
Otro de los gestores dijo que llamó a "un colega" de otra empresa,
"preocupado porque el negocio pudiera experimentar una baja". Sin
embargo, añadió, el colega le respondió: "tranquilo, Estados Unidos no
es el único país al que los cubanos quieren irse".
Source: Los cubanos siguen planeando emigrar y la venta de la vivienda
es la principal fuente de financiación | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1485293219_28399.html
Tuesday, January 24, 2017
Una realidad que parece nunca termina
Una realidad que parece nunca termina
24 enero, 2017 7:52 pm por Daudy Hermelo Lago
Pinar del Rio, Cuba, Daudy Hermelo, (PD) A pesar de que los medios
repiten una y otra vez que "la "Revolución no deja desamparado a nadie"
y que este es un régimen de justicia social, la verdad es otra y se hace
evidente por dondequiera que usted vaya en Cuba.
Cada vez es menor la atención a los casos sociales.
Para que se pueda tener una idea de cuán dolorosa y difícil es la
situación de algunas personas, incluso su total desatención, los remito
a Nelvis López Rodríguez, de 34 años, una discapacitada que vive con su
madre, nombrada Vivian Rodríguez, en una casa que no tiene condiciones
para ser habitada, en Pinar del Río, en la calle Isidro de Armas No.261
entre Avellaneda y Pepe Portilla.
Esta familia ha presentado numerosas quejas y solicitudes de ayuda en
los diferentes niveles de dirección sin que haya recibido respuesta y
mucho menos apoyo.
Nelvis López permanece todo el tiempo acostada, no camina porque debido
a la enfermedad que padece tiene una afectación ósea desde su nacimiento.
En su casa no tienen agua potable para poder mantener la higiene que
requiere por su delicado estado.
Al lugar donde reside no se le puede llamar vivienda, por sus
condiciones tan malas: hasta el techo está lleno de huecos.
El régimen –que mientras lo necesitó fue paternalista- se ha
desentendido de todas estas situaciones con la entrega de créditos para
la reparación de viviendas.
Pero hay familias, como la que nos concierne, que no tienen recursos
para realizar reparaciones.
La pequeña chequera que tiene la minusválida, apenas le alcanza para
comprar los medicamentos, que en estos momentos son difíciles de
conseguir. Su alimentación no es buena, solo cuenta con una dieta que le
permite adquirir 720 gramos de carne de res, lo que le alcanza para tres
o cuatro comidas, estirándola. El resto del tiempo la familia tiene que
inventar para ver de qué forma pueden alimentar a la joven.
Como están acostumbrados a conformarse con poco y viven a solo 800
metros del acueducto, piden que una pipa les lleve agua a su casa, para
solucionar los problemas más acuciantes. El cubano promedio está
habituado a vivir mal: esta mujer, con un deplorable estado de salud, no
aspira siquiera a tener una casa digna, solo quiere que le llegue el
agua, aunque sea en pipas.
comuni.red.comunitaria@gmail.com; Daudy Hermelo; Móvil 52486892
*Red Cubana de Comunicadores Comunitarios
Source: Una realidad que parece nunca termina | Primavera Digital -
https://primaveradigital.org/cubaprimaveradigital/una-realidad-que-parece-nunca-termina/
24 enero, 2017 7:52 pm por Daudy Hermelo Lago
Pinar del Rio, Cuba, Daudy Hermelo, (PD) A pesar de que los medios
repiten una y otra vez que "la "Revolución no deja desamparado a nadie"
y que este es un régimen de justicia social, la verdad es otra y se hace
evidente por dondequiera que usted vaya en Cuba.
Cada vez es menor la atención a los casos sociales.
Para que se pueda tener una idea de cuán dolorosa y difícil es la
situación de algunas personas, incluso su total desatención, los remito
a Nelvis López Rodríguez, de 34 años, una discapacitada que vive con su
madre, nombrada Vivian Rodríguez, en una casa que no tiene condiciones
para ser habitada, en Pinar del Río, en la calle Isidro de Armas No.261
entre Avellaneda y Pepe Portilla.
Esta familia ha presentado numerosas quejas y solicitudes de ayuda en
los diferentes niveles de dirección sin que haya recibido respuesta y
mucho menos apoyo.
Nelvis López permanece todo el tiempo acostada, no camina porque debido
a la enfermedad que padece tiene una afectación ósea desde su nacimiento.
En su casa no tienen agua potable para poder mantener la higiene que
requiere por su delicado estado.
Al lugar donde reside no se le puede llamar vivienda, por sus
condiciones tan malas: hasta el techo está lleno de huecos.
El régimen –que mientras lo necesitó fue paternalista- se ha
desentendido de todas estas situaciones con la entrega de créditos para
la reparación de viviendas.
Pero hay familias, como la que nos concierne, que no tienen recursos
para realizar reparaciones.
La pequeña chequera que tiene la minusválida, apenas le alcanza para
comprar los medicamentos, que en estos momentos son difíciles de
conseguir. Su alimentación no es buena, solo cuenta con una dieta que le
permite adquirir 720 gramos de carne de res, lo que le alcanza para tres
o cuatro comidas, estirándola. El resto del tiempo la familia tiene que
inventar para ver de qué forma pueden alimentar a la joven.
Como están acostumbrados a conformarse con poco y viven a solo 800
metros del acueducto, piden que una pipa les lleve agua a su casa, para
solucionar los problemas más acuciantes. El cubano promedio está
habituado a vivir mal: esta mujer, con un deplorable estado de salud, no
aspira siquiera a tener una casa digna, solo quiere que le llegue el
agua, aunque sea en pipas.
comuni.red.comunitaria@gmail.com; Daudy Hermelo; Móvil 52486892
*Red Cubana de Comunicadores Comunitarios
Source: Una realidad que parece nunca termina | Primavera Digital -
https://primaveradigital.org/cubaprimaveradigital/una-realidad-que-parece-nunca-termina/
Vecinos impiden desalojo en Contramaestre, Santiago de Cuba
Vecinos impiden desalojo en Contramaestre, Santiago de Cuba
enero 23, 2017
Luis Felipe Rojas
Efectivos de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) intentaron el
pasado viernes 20 de enero desalojar a varias familias en el barrio La
Filomena, en Contramaestre, provincia Santiago de Cuba.
La protesta de los vecinos impidió la acción policial, pero tres hombres
fueron arrestados mientras filmaban los hechos y luego detenidos y multados.
Martí Noticias pudo conversar conversar con Ernesto Visuña Castellanos,
hermano de dos de los tres arrestados, y este ofreció detalles del suceso.
Según la versión del entrevistado, el propietario de un terreno vendió
una parte y cedió otra para que construyeran viviendas rústicas y otras
de mejores condiciones, por lo que fueron todos notificados por las
autoridades y amenazados con la demolición y desalojo del lugar.
"Cuando llego allí encuentro una fuerte represión policiaca y me dicen
que a dos hermanos míos los golpearon y los apresaron para la policía",
indicó Visuña Castellanos.
Los arrestados fueron Ramón Queralta Castellanos (1000 pesos de multa),
Leandro Gómez Castellanos (300) y Daniel Ortega (300).
"Las casas ya están construidas, otras están a medias. Ellos (la
policía) fueron allí a demoler con un tractor, la gente empezó a gritar,
a llorar, y ahí están las imágenes, que (se ve que) empiezan a darles
golpes a mis hermanos.
Este lunes los vecinos dijeron a Visuña Castellanos que aún seguía la
amenaza de desalojo, y según les han dicho la policía buscaría refuerzas
en la capital provincial, pero las filmaciones hechas por los allí
presente y hoy en manos del pueblo pudo haber retrasado la medida.
"A raíz de los videos en las redes sociales, se ha parado la amenaza un
un poco", conluyó Visuña.
Source: Vecinos impiden desalojo en Contramaestre, Santiago de Cuba -
http://www.martinoticias.com/a/cuba-contramaestre-desalojo-/137734.html
enero 23, 2017
Luis Felipe Rojas
Efectivos de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) intentaron el
pasado viernes 20 de enero desalojar a varias familias en el barrio La
Filomena, en Contramaestre, provincia Santiago de Cuba.
La protesta de los vecinos impidió la acción policial, pero tres hombres
fueron arrestados mientras filmaban los hechos y luego detenidos y multados.
Martí Noticias pudo conversar conversar con Ernesto Visuña Castellanos,
hermano de dos de los tres arrestados, y este ofreció detalles del suceso.
Según la versión del entrevistado, el propietario de un terreno vendió
una parte y cedió otra para que construyeran viviendas rústicas y otras
de mejores condiciones, por lo que fueron todos notificados por las
autoridades y amenazados con la demolición y desalojo del lugar.
"Cuando llego allí encuentro una fuerte represión policiaca y me dicen
que a dos hermanos míos los golpearon y los apresaron para la policía",
indicó Visuña Castellanos.
Los arrestados fueron Ramón Queralta Castellanos (1000 pesos de multa),
Leandro Gómez Castellanos (300) y Daniel Ortega (300).
"Las casas ya están construidas, otras están a medias. Ellos (la
policía) fueron allí a demoler con un tractor, la gente empezó a gritar,
a llorar, y ahí están las imágenes, que (se ve que) empiezan a darles
golpes a mis hermanos.
Este lunes los vecinos dijeron a Visuña Castellanos que aún seguía la
amenaza de desalojo, y según les han dicho la policía buscaría refuerzas
en la capital provincial, pero las filmaciones hechas por los allí
presente y hoy en manos del pueblo pudo haber retrasado la medida.
"A raíz de los videos en las redes sociales, se ha parado la amenaza un
un poco", conluyó Visuña.
Source: Vecinos impiden desalojo en Contramaestre, Santiago de Cuba -
http://www.martinoticias.com/a/cuba-contramaestre-desalojo-/137734.html
El Gobierno dice haber recuperado el 70% de las viviendas afectadas por Matthew en Guantánamo
El Gobierno dice haber recuperado el 70% de las viviendas afectadas por
Matthew en Guantánamo
DDC | Guantánamo | 23 de Enero de 2017 - 20:16 CET.
El Gobierno dice que alrededor de 29.600 viviendas, el 70% de las 42.338
afectadas por el huracán Matthew, han sido recuperadas hasta el momento,
un resultado que el diario oficial Granma atribuye al "esfuerzo
gigantesco del Estado cubano en el suministro de materiales y del
desempeño de las diversas fuerzas constructoras".
Según la información que ofreció a los delegados de la Asamblea
Provincial del Poder Popular, Nancy Acosta Hernández, presidenta de ese
órgano, en los cinco municipios azotados por el fenómeno continúan los
trabajos de recuperación.
Señaló que las casas rehabilitadas corresponden en su gran mayoría a las
que sufrieron daño en sus cubiertas, ya sea parcial o total, pero
admitió un "avance mucho más lento en las destruidas en su totalidad"
por "la mayor demanda de recursos y la disponibilidad de estos".
En la provincia 8.413 casas sufrieron derrumbe total. Según el periódico
estatal a la gran mayoría de las familias que habitaban estos inmuebles
se les entregó un módulo para la construcción temporal "hasta tanto sea
posible redimir su vivienda".
La presidenta del Gobierno dijo que otras 6.000 familias disponen de
recursos constructivos para continuar recuperando inmuebles.
El huracán Matthew, de categoría cuatro, azotó el pasado 4 de octubre la
zona más oriental de Cuba, donde causó considerables estragos en los
municipios de Baracoa, Imías, Maisí, San Antonio del Sur y Yateras, de
la provincia de Guantánamo.
En los municipios afectados, el meteoro derrumbó total o parcialmente
viviendas, además de provocar graves pérdidas en la agricultura y en los
servicios eléctricos y de comunicaciones.
La Defensa Civil cuantificó los estragos causados en la Isla por el peor
huracán del Caribe en los últimos nueve años en más de 63 millones de
dólares.
Source: El Gobierno dice haber recuperado el 70% de las viviendas
afectadas por Matthew en Guantánamo | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1485198963_28365.html
Matthew en Guantánamo
DDC | Guantánamo | 23 de Enero de 2017 - 20:16 CET.
El Gobierno dice que alrededor de 29.600 viviendas, el 70% de las 42.338
afectadas por el huracán Matthew, han sido recuperadas hasta el momento,
un resultado que el diario oficial Granma atribuye al "esfuerzo
gigantesco del Estado cubano en el suministro de materiales y del
desempeño de las diversas fuerzas constructoras".
Según la información que ofreció a los delegados de la Asamblea
Provincial del Poder Popular, Nancy Acosta Hernández, presidenta de ese
órgano, en los cinco municipios azotados por el fenómeno continúan los
trabajos de recuperación.
Señaló que las casas rehabilitadas corresponden en su gran mayoría a las
que sufrieron daño en sus cubiertas, ya sea parcial o total, pero
admitió un "avance mucho más lento en las destruidas en su totalidad"
por "la mayor demanda de recursos y la disponibilidad de estos".
En la provincia 8.413 casas sufrieron derrumbe total. Según el periódico
estatal a la gran mayoría de las familias que habitaban estos inmuebles
se les entregó un módulo para la construcción temporal "hasta tanto sea
posible redimir su vivienda".
La presidenta del Gobierno dijo que otras 6.000 familias disponen de
recursos constructivos para continuar recuperando inmuebles.
El huracán Matthew, de categoría cuatro, azotó el pasado 4 de octubre la
zona más oriental de Cuba, donde causó considerables estragos en los
municipios de Baracoa, Imías, Maisí, San Antonio del Sur y Yateras, de
la provincia de Guantánamo.
En los municipios afectados, el meteoro derrumbó total o parcialmente
viviendas, además de provocar graves pérdidas en la agricultura y en los
servicios eléctricos y de comunicaciones.
La Defensa Civil cuantificó los estragos causados en la Isla por el peor
huracán del Caribe en los últimos nueve años en más de 63 millones de
dólares.
Source: El Gobierno dice haber recuperado el 70% de las viviendas
afectadas por Matthew en Guantánamo | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1485198963_28365.html
Monday, January 23, 2017
Tenemos mucho miedo
"Tenemos mucho miedo"
Mientras el médico cubano Nelson Cabrera se encuentra en misión en A.
Saudita, su familia está a punto de ser desalojada
Lunes, enero 23, 2017 | Augusto César San Martín y Rudy Cabrera
LA HABANA, Cuba.- En el 2014, el médico cubano Nelson Cabrera Quinta, su
esposa y dos hijos adolescentes fueron declarados ocupantes ilegales de
su casa situada en la calle 200 No. 1705, en el habanero reparto
Siboney. La vivienda forma parte del patrimonio familiar por 40 años y
desde hace 12 residen en ella de forma permanente.
Seis meses después que el doctor Cabrera marchara a una misión médica de
colaboración oficial en Arabia Saudita, su esposa Bisaida Azahares
recibió una notificación del Ministerio de la Construcción para
desalojar la casa de inmediato.
"En la resolución dice: Salir de la casa a su lugar de origen. No
tenemos opciones y menos para dónde ir (…) Tenemos miedo, nos han dicho
tantas cosas del desalojo, que son personas muy violentas que te abren
las puertas, te las rompen, te entran y sacan así nada más. Imagínate
tú, yo sola con dos niños", comenta Bisaida.
Al doctor Cabrera le advirtieron que cuando viajara al extranjero como
colaborador de la salud, iban a desalojar su familia de la casa. Ese fue
por mucho tiempo el motivo por el que rechazó varias misiones de
colaboración mientras dirigía una de las policlínicas del municipio
Playa. El médico bajó la guardia cuando la presidenta municipal del
Poder Popular le aseguró que mientras estuviera en una misión del
gobierno, no existiría "extracción forzosa" en su casa.
El derecho a residir en un garaje
La resolución de "extracción forzosa", el "neodesalojo" cubano, es
fruto de la demanda establecida desde hace cinco años por la Universidad
de Ciencias Médicas de La Habana (UCMH), contra el Nelson Cabrera
Quintana y su familia. Según la institución residen en una de las 17
casas propiedad del centro educativo en el reparto residencial de
Siboney, considerado "zona congelada", que indica una verificación
oficial para el registro de residencia en ella.
La familia Cabrera reside en el garaje de una mansión, dividida en tres
casas. El tercio de vivienda fue otorgada, en 1979, como medio vinculado
al trabajo a su abuelo Gilberto Falcón Darriba, fundador de la UCMH,
entonces Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, donde
laboró por más de 40 años.
A Falcón le faltó salud mental y física para exigir su derecho de
propiedad cuando arribó al término de 15 años residiendo en el garaje.
Según las disposiciones del Ministerio de Salud Pública, las casas
vinculadas al mismo se conceden al arribar a los 15 años arrendadas por
la persona a la que fue entregada, cediendo la propiedad al
arrendatario. Librada Arancibia, la esposa de Falcón estuvo a las
puertas de lograr la titularidad después que su esposo falleció en
Estados Unidos, aquejado del Mal de Parkinson.
"A mi abuela no se le reconoció la titularidad a pesar de que inició el
proceso. Tengo documentos de varios jurídicos de la UCMH que dicen
explícitamente que le desvincularían la casa que vivió por más de 20
años, y pagó íntegramente al banco", expresa Nelson.
No obstante, la UCMH reconoció el derecho a la anciana de residir hasta
el último día de su vida en la residencia transformada en ciudadela.
Siboney, residencial cotizado
Los tercios de la residencia tienen historias diferentes, que se unen
por ser propiedad de la UCMH. En la planta principal de la vivienda
residió de forma vinculada la doctora Caridad Dovale, jubilada del UCMH,
quien emigró en el 2012 a los Estados Unidos. Según consta en un
documento del centro universitario, su esposo se quedó en Cuba, logrando
obtener la propiedad de la vivienda. En el 2016 Dovales se repatrió y
recuperó la titularidad de la casa, otrora medio básico de la
universidad médica.
La llamada parte de atrás, perteneciente al tercio, fue reclamada por la
institución educativa en el 2013. Nelson afirma que por estos vecinos
intercedieron Armando Hart Dávalos (exministro de Educación y de
Cultura) y su esposa, quienes lograron cancelar el proceso de desalojo.
La familia Cabrera pregunta: ¿Por qué si Falcón emigró a los EEUU, su
esposa no obtuvo el beneficio de la vivienda, al igual que los vecinos
de arriba? ¿Qué tiene más valor en Cuba, el derecho ciudadano o un buen
padrino en el gobierno?
Las respuestas circulan en la zona de Siboney, un espacio lleno de
mansiones construidas antes de 1959 por la llamada "burguesía", pero que
a día de hoy se encuentra dominado por la clase alta gubernamental.
Video:
https://youtu.be/AApDzgN3NKQ
Source: "Tenemos mucho miedo" | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/tenemos-mucho-miedo/
Mientras el médico cubano Nelson Cabrera se encuentra en misión en A.
Saudita, su familia está a punto de ser desalojada
Lunes, enero 23, 2017 | Augusto César San Martín y Rudy Cabrera
LA HABANA, Cuba.- En el 2014, el médico cubano Nelson Cabrera Quinta, su
esposa y dos hijos adolescentes fueron declarados ocupantes ilegales de
su casa situada en la calle 200 No. 1705, en el habanero reparto
Siboney. La vivienda forma parte del patrimonio familiar por 40 años y
desde hace 12 residen en ella de forma permanente.
Seis meses después que el doctor Cabrera marchara a una misión médica de
colaboración oficial en Arabia Saudita, su esposa Bisaida Azahares
recibió una notificación del Ministerio de la Construcción para
desalojar la casa de inmediato.
"En la resolución dice: Salir de la casa a su lugar de origen. No
tenemos opciones y menos para dónde ir (…) Tenemos miedo, nos han dicho
tantas cosas del desalojo, que son personas muy violentas que te abren
las puertas, te las rompen, te entran y sacan así nada más. Imagínate
tú, yo sola con dos niños", comenta Bisaida.
Al doctor Cabrera le advirtieron que cuando viajara al extranjero como
colaborador de la salud, iban a desalojar su familia de la casa. Ese fue
por mucho tiempo el motivo por el que rechazó varias misiones de
colaboración mientras dirigía una de las policlínicas del municipio
Playa. El médico bajó la guardia cuando la presidenta municipal del
Poder Popular le aseguró que mientras estuviera en una misión del
gobierno, no existiría "extracción forzosa" en su casa.
El derecho a residir en un garaje
La resolución de "extracción forzosa", el "neodesalojo" cubano, es
fruto de la demanda establecida desde hace cinco años por la Universidad
de Ciencias Médicas de La Habana (UCMH), contra el Nelson Cabrera
Quintana y su familia. Según la institución residen en una de las 17
casas propiedad del centro educativo en el reparto residencial de
Siboney, considerado "zona congelada", que indica una verificación
oficial para el registro de residencia en ella.
La familia Cabrera reside en el garaje de una mansión, dividida en tres
casas. El tercio de vivienda fue otorgada, en 1979, como medio vinculado
al trabajo a su abuelo Gilberto Falcón Darriba, fundador de la UCMH,
entonces Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, donde
laboró por más de 40 años.
A Falcón le faltó salud mental y física para exigir su derecho de
propiedad cuando arribó al término de 15 años residiendo en el garaje.
Según las disposiciones del Ministerio de Salud Pública, las casas
vinculadas al mismo se conceden al arribar a los 15 años arrendadas por
la persona a la que fue entregada, cediendo la propiedad al
arrendatario. Librada Arancibia, la esposa de Falcón estuvo a las
puertas de lograr la titularidad después que su esposo falleció en
Estados Unidos, aquejado del Mal de Parkinson.
"A mi abuela no se le reconoció la titularidad a pesar de que inició el
proceso. Tengo documentos de varios jurídicos de la UCMH que dicen
explícitamente que le desvincularían la casa que vivió por más de 20
años, y pagó íntegramente al banco", expresa Nelson.
No obstante, la UCMH reconoció el derecho a la anciana de residir hasta
el último día de su vida en la residencia transformada en ciudadela.
Siboney, residencial cotizado
Los tercios de la residencia tienen historias diferentes, que se unen
por ser propiedad de la UCMH. En la planta principal de la vivienda
residió de forma vinculada la doctora Caridad Dovale, jubilada del UCMH,
quien emigró en el 2012 a los Estados Unidos. Según consta en un
documento del centro universitario, su esposo se quedó en Cuba, logrando
obtener la propiedad de la vivienda. En el 2016 Dovales se repatrió y
recuperó la titularidad de la casa, otrora medio básico de la
universidad médica.
La llamada parte de atrás, perteneciente al tercio, fue reclamada por la
institución educativa en el 2013. Nelson afirma que por estos vecinos
intercedieron Armando Hart Dávalos (exministro de Educación y de
Cultura) y su esposa, quienes lograron cancelar el proceso de desalojo.
La familia Cabrera pregunta: ¿Por qué si Falcón emigró a los EEUU, su
esposa no obtuvo el beneficio de la vivienda, al igual que los vecinos
de arriba? ¿Qué tiene más valor en Cuba, el derecho ciudadano o un buen
padrino en el gobierno?
Las respuestas circulan en la zona de Siboney, un espacio lleno de
mansiones construidas antes de 1959 por la llamada "burguesía", pero que
a día de hoy se encuentra dominado por la clase alta gubernamental.
Video:
https://youtu.be/AApDzgN3NKQ
Source: "Tenemos mucho miedo" | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/tenemos-mucho-miedo/
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