Directora de policlínico decide a quién otorga viviendas
Viernes, Agosto 23, 2013 | Por Michel Iroy Rodríguez
LA HABANA, Cuba, 23 de agosto de 2013, Michel Iroy/ www.cubanet.org.-
Xiomara Iglesias Brea, directora del policlínico 27 de Noviembre, en el
municipio Marianao, decide quién vivirá y durante cuánto tiempo en las
casas otorgadas por la dirección de Salud Pública.
A la trabajadora de la lucha anti-vectorial de ese policlínico, Liett
Zulueta Aldama, amenazan con desalojarla del local en el reparto Toledo,
que le fue entregado por la dirección de Salud por sus méritos laborales
y porque no tenía donde vivir con su hijo de 13 años, Dayán Francisco
Zulueta. Luego de casi cuatro años viviendo allí, la PNR le ha
comunicado que debe abandonar el inmueble por encontrarse residiendo
allí de forma ilegal.
Zulueta Aldama refiere que esto es debido a que el pasado 26 de marzo
renunció a su cargo, pasando a ser una operaria común de la brigada,
decisión que disgustó a la directora.
Liett Zulueta trabaja desde hace más de 10 años en el policlínico 27 de
Noviembre.
La PNR, la directora del policlínico y la Dirección Municipal de
Vivienda le han advertido que "debe abandonar el local o será desalojada
a como dé lugar."
Xiomara Iglesias Brea, además de directora del policlínico, al parecer
es la dueña de las viviendas que les deben ser entregadas a los
empleados. Dispone de la facultad de dar y quitar las casas a quien le
venga en ganas.
Hace un tiempo, Xiomara Iglesias fue sancionada a tres meses de rebaja
del cargo por estos motivos, pero luego fue repuesta en su cargo por la
Dirección de Salud-
Varios pacientes se han quejado del maltrato de la directora del
policlínico. En una ocasión, abofeteó a un enfermo que reclamaba sus
medicamentos.
Liett Zuleta se halla en espera de una "extracción", que es como llaman
oficialmente al desalojo. Tendrá que regresar a la casa de su madre, que
también trabaja en el policlínico. En un apartamentico de una sala y un
cuarto, Liett y su hijo tendrán que convivir con 6 familiares más.
Y Xiomara Iglesias Brea sigue de directora del policlínico disponiendo a
su antojo de los bienes del estado y dando órdenes a la Dirección de
Vivienda para que desaloje a quien ella entienda. Al parecer, existe
algún tipo de relación bien estrecha entre ella, la Dirección de
Vivienda de Marianao y la PNR del municipio.
yeikosuri11@gmail.com
Source: "Directora de policlínico decide a quién otorga viviendas |
Cubanet" -
http://www.cubanet.org/noticias/directora-de-policlinico-decide-a-quien-otorga-viviendas/
Cuba need lacks adequate housing for it's people. Over 880,000 (official data 07/2017) houses need extensive repairs or have to be built. Houses could only be "exchanged" until recently. Now they can be sold. Often houses are impounded for "infractions". People that leave the country illegally lose their property rights. This site highlights the plight of Cubans. La vivienda: problema Cubana
Saturday, August 24, 2013
Fosa destapada
Fosa destapada
[23-08-2013]
Marta Domínguez Calero
Red Cubana de Comunicadores Comunitarios
(www.miscelaneasdecuba.net).- Lisandra Rodríguez Sosa de 28 años de
edad, vecina de Calle 84 No. 10118 entre 103 y 101, Municipio Güira de
Melena, Provincia de Artemisa, atraviesa por una triste crisis sanitaria
dentro de su domicilio.
En su dormitorio hay una fosa destapada que en un momento determinado
abrieron con el propósito de destupirla, pero no lo han podido realizar
pues no cuentan con los recursos constructivos y monetarios, se han
dirigido a distintas organizaciones gubernamentales y de masas, sin
recibir ninguna ayuda hasta el momento.
Es de destacar que Lisandra está muy preocupada porque en la habitación
junto con ella se encuentran sus tres hijos de dos, cuatro y ocho años
respectivamente los que padecen de asma bronquial y debido a la fetidez
y las malas condiciones higiénicas teme sus crisis sean más frecuentes y
ellos puedan agravarse.
Ella ha acudido a los locales destinados a la venta de materiales de
construcción pero la entrada de los mismos es muy limitada y
preferencial, además conspiran los precios con su precaria economía.
Source: "Fosa destapada - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/521723993a682e11cc2d6a0d
[23-08-2013]
Marta Domínguez Calero
Red Cubana de Comunicadores Comunitarios
(www.miscelaneasdecuba.net).- Lisandra Rodríguez Sosa de 28 años de
edad, vecina de Calle 84 No. 10118 entre 103 y 101, Municipio Güira de
Melena, Provincia de Artemisa, atraviesa por una triste crisis sanitaria
dentro de su domicilio.
En su dormitorio hay una fosa destapada que en un momento determinado
abrieron con el propósito de destupirla, pero no lo han podido realizar
pues no cuentan con los recursos constructivos y monetarios, se han
dirigido a distintas organizaciones gubernamentales y de masas, sin
recibir ninguna ayuda hasta el momento.
Es de destacar que Lisandra está muy preocupada porque en la habitación
junto con ella se encuentran sus tres hijos de dos, cuatro y ocho años
respectivamente los que padecen de asma bronquial y debido a la fetidez
y las malas condiciones higiénicas teme sus crisis sean más frecuentes y
ellos puedan agravarse.
Ella ha acudido a los locales destinados a la venta de materiales de
construcción pero la entrada de los mismos es muy limitada y
preferencial, además conspiran los precios con su precaria economía.
Source: "Fosa destapada - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/521723993a682e11cc2d6a0d
Friday, August 23, 2013
De Cierta Manera - La Habana
De Cierta Manera: La Habana
Viernes, Agosto 23, 2013 | Por Juan Antonio Madrazo Luna
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Otra vez he tenido la
paciencia de acercarme a De Cierta Manera (1974), el filme de la
cineasta cubana y afrofeminista Sara Gómez. Es un filme maldito que
desnuda demasiadas cosas a la vez, continúa siendo un espacio de la
memoria que constantemente nos recuerda la marginalidad que habita la
sociedad cubana y el precio de la desigualdad que aun con la Revolución
están pagando muchas personas.
39 años han pasado y el filme nos alerta que todavía los negros y
mestizos en su mayoría continuamos con desventaja social, que aun la
herida de la desigualdad es un tatuaje que nos marca y la humedad del
látigo no ha dejado de filtrarnos los huesos.
La Habana no ha dejado de ser la gran incubadora de la marginalidad y lo
primero que violenta, al ver el filme, es un cartel que reza: "La
Revolución ha terminado con la marginalidad".
Hoy la Habana suele ser más insegura que cuando se exhibió esta joya de
la antropología audiovisual. Ni la marginalidad ni las ciudadelas o
barrios insalubres, como Las Yaguas, desaparecieron. Hoy Las Yaguas es
una gran maqueta que se reproduce en los más íntimos escenarios de esta
ciudad.
Mientras el Plan Maestro, de la Oficina del Historiador de la Ciudad,
que dirige Eusebio Leal Spengler, está empeñado en la restauración de la
Habana Borbónica e impone en su franja de acción económica mediante
boutiques con precios del primer mundo, las ciudadelas y las cuarterías
crecen hacia adentro, siempre distantes de la geografía donde están las
oportunidades.
La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) solo reconoce la existencia de
60 barrios marginales y 114 focos insalubres, pero son cifras que no
responden a la realidad. Desde hace mucho tiempo, la Habana está
sintiendo que sus músculos están fatigados, la Habana no aguanta más y
los asentamientos son juegos de cinturas que flotan sobre sus ruinas.
En esta ciudad, solo basta con asomarse a lugares como La Isla del
Polvo, Alturas del Diezmero, El Tropical, Ruta 11, Indaya, Los Pocitos,
Carraguao, El Canal, El Plátano, Las Cañas, Atarés, El Casino, Los
Bloques y un sinnúmero de asentamientos que se dibujan sobre un mapa de
muchísimo silencio para darse cuenta como los seres humanos viven
hacinados en cuarterías, como cucarachas, y se reproducen como conejos,
mientras la Dirección Provincial de Vivienda cuenta con un fondo
habitacional envidiable echándose a perder por más de 20 años.
Los asentamientos son lugares sin brillo, donde la administración del
Poder Popular siempre tiene garantizada la pipa de ron o de cerveza,
para anestesiar el alma de quienes habitan estos sótanos en los que, ni
la pedagogía revolucionaria, ni los llamados Talleres de Transformación
Integral del Barrio, han logrado modificar el paisaje, pues la guapería
es una carta de triunfo. Son paisajes donde el `precio de la desigualdad
naturaliza las enfermedades psíquicas, el consumo de drogas y la
violencia intrafamiliar.
Estos son algunos de los demonios que habitan nuestra ecología social,
demonios alimentados por la ortodoxia revolucionaria que también
apuntaló la marginalidad, al poner fuera del juego a figuras como el
cineasta Nicolás Guillen Landrián, a la artista de la plástica Clara
Morera, a los escritores Reinaldo Arenas, Lidia Cabrera y Carlos
Victoria, a los investigadores Walterio Carbonell y Carlos Moore, al
escultor Agustín Cárdenas, a Ediciones el Puente; reprimió las
sexualidades disidentes, desmanteló la narrativa discursiva del hip hop
para imponer el reggaetón, y hoy continúa penalizando la ecología política.
De Cierta Manera, Barrio Cuba, del desaparecido Humberto Solás, y
Buscándote Havana, de la joven realizadora Alina Rodríguez, son algunos
de los testimonios audiovisuales que incomodan al poder, pues le dan voz
a la otra ciudadanía; desnudan su naturaleza pornográfica y descubren
sus límites apenas interrogados por la sociología revolucionaria.
Mientras tanto, La Habana no deja de besar sus propias heridas y de
enseñar sus partes más escandalosas.
madrazoluna@gmail.com
Source: "De Cierta Manera: La Habana | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/de-cierta-manera-la-habana/
Viernes, Agosto 23, 2013 | Por Juan Antonio Madrazo Luna
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Otra vez he tenido la
paciencia de acercarme a De Cierta Manera (1974), el filme de la
cineasta cubana y afrofeminista Sara Gómez. Es un filme maldito que
desnuda demasiadas cosas a la vez, continúa siendo un espacio de la
memoria que constantemente nos recuerda la marginalidad que habita la
sociedad cubana y el precio de la desigualdad que aun con la Revolución
están pagando muchas personas.
39 años han pasado y el filme nos alerta que todavía los negros y
mestizos en su mayoría continuamos con desventaja social, que aun la
herida de la desigualdad es un tatuaje que nos marca y la humedad del
látigo no ha dejado de filtrarnos los huesos.
La Habana no ha dejado de ser la gran incubadora de la marginalidad y lo
primero que violenta, al ver el filme, es un cartel que reza: "La
Revolución ha terminado con la marginalidad".
Hoy la Habana suele ser más insegura que cuando se exhibió esta joya de
la antropología audiovisual. Ni la marginalidad ni las ciudadelas o
barrios insalubres, como Las Yaguas, desaparecieron. Hoy Las Yaguas es
una gran maqueta que se reproduce en los más íntimos escenarios de esta
ciudad.
Mientras el Plan Maestro, de la Oficina del Historiador de la Ciudad,
que dirige Eusebio Leal Spengler, está empeñado en la restauración de la
Habana Borbónica e impone en su franja de acción económica mediante
boutiques con precios del primer mundo, las ciudadelas y las cuarterías
crecen hacia adentro, siempre distantes de la geografía donde están las
oportunidades.
La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) solo reconoce la existencia de
60 barrios marginales y 114 focos insalubres, pero son cifras que no
responden a la realidad. Desde hace mucho tiempo, la Habana está
sintiendo que sus músculos están fatigados, la Habana no aguanta más y
los asentamientos son juegos de cinturas que flotan sobre sus ruinas.
En esta ciudad, solo basta con asomarse a lugares como La Isla del
Polvo, Alturas del Diezmero, El Tropical, Ruta 11, Indaya, Los Pocitos,
Carraguao, El Canal, El Plátano, Las Cañas, Atarés, El Casino, Los
Bloques y un sinnúmero de asentamientos que se dibujan sobre un mapa de
muchísimo silencio para darse cuenta como los seres humanos viven
hacinados en cuarterías, como cucarachas, y se reproducen como conejos,
mientras la Dirección Provincial de Vivienda cuenta con un fondo
habitacional envidiable echándose a perder por más de 20 años.
Los asentamientos son lugares sin brillo, donde la administración del
Poder Popular siempre tiene garantizada la pipa de ron o de cerveza,
para anestesiar el alma de quienes habitan estos sótanos en los que, ni
la pedagogía revolucionaria, ni los llamados Talleres de Transformación
Integral del Barrio, han logrado modificar el paisaje, pues la guapería
es una carta de triunfo. Son paisajes donde el `precio de la desigualdad
naturaliza las enfermedades psíquicas, el consumo de drogas y la
violencia intrafamiliar.
Estos son algunos de los demonios que habitan nuestra ecología social,
demonios alimentados por la ortodoxia revolucionaria que también
apuntaló la marginalidad, al poner fuera del juego a figuras como el
cineasta Nicolás Guillen Landrián, a la artista de la plástica Clara
Morera, a los escritores Reinaldo Arenas, Lidia Cabrera y Carlos
Victoria, a los investigadores Walterio Carbonell y Carlos Moore, al
escultor Agustín Cárdenas, a Ediciones el Puente; reprimió las
sexualidades disidentes, desmanteló la narrativa discursiva del hip hop
para imponer el reggaetón, y hoy continúa penalizando la ecología política.
De Cierta Manera, Barrio Cuba, del desaparecido Humberto Solás, y
Buscándote Havana, de la joven realizadora Alina Rodríguez, son algunos
de los testimonios audiovisuales que incomodan al poder, pues le dan voz
a la otra ciudadanía; desnudan su naturaleza pornográfica y descubren
sus límites apenas interrogados por la sociología revolucionaria.
Mientras tanto, La Habana no deja de besar sus propias heridas y de
enseñar sus partes más escandalosas.
madrazoluna@gmail.com
Source: "De Cierta Manera: La Habana | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/de-cierta-manera-la-habana/
Thursday, August 22, 2013
Ruinas de la amistad Cubano-soviética
Ruinas de la amistad Cubano-soviética
Jueves, Agosto 22, 2013 | Por David Canela Piña
LA HABANA, Cuba, 22 de agosto 2013, www.cubanet.org.- Descubrí el
Instituto Politécnico Amistad Cubano-Soviética por una torre, con arcos
ojivales y guisa de campanario, que parecía el vestigio de una
institución religiosa. Siempre me han interesado esas construcciones,
pues a medida que el ateísmo se fue radicalizando en Cuba como ideología
de Estado, muchas instituciones fueron disueltas, y sus inmuebles se
convirtieron en las más disímiles cosas. En este caso, donde hubo un
templo, llamado inicialmente Leland Memorial, que sirvió de capilla para
estudiantes, y de iglesia comunitaria, hay en la actualidad un salón de
reuniones, y un Comité Militar Municipal (Área de Atención No. 17 de Playa).
Un vecino me dijo que esa manzana (situada entre las calles 43, 54, 45A
y 52) había pertenecido a la Iglesia Metodista de Marianao, que aún
funciona como templo cristiano, en la esquina de 43 y 58.
En aquellos terrenos estuvo el Candler College, un colegio metodista,
fundado en octubre de 1912, que enseñaba desde el kindergarten hasta el
preuniversitario. Un viejo católico, que ha vivido en Playa desde antes
de 1959, comentó que era una escuela privada, en donde estudiaban
familias de clase media para arriba. Fue uno de los 22 colegios
metodistas que se nacionalizaron en junio de 1961, cuando el gobierno
revolucionario promulgó una ley sobre educación.
El nombre del colegio proviene del Reverendo Warren Aiken Candler, un
misionero norteamericano, que fue el primer Obispo de una iglesia
metodista en Cuba, la cual se inauguró en 1899, en una esquina de las
calles Industria y Virtudes (Centro Habana), bajo el nombre La Trinidad,
que aún conserva. Al parecer, este líder religioso es pariente de Asa G.
Candler, el fundador y propietario de la Compañía Coca Cola.
Frente a una puerta clausurada, que tiene un aviso: Local sellado, yace
aún la insignia del colegio, sobre un piso de granito: un rombo
alargado, dividido en rojo y negro por una flecha horizontal, con dos
letras C distintas en el centro. Tal vez muy pocos conocen su origen.
Desde hace años, este lugar se identifica como el Tecnológico Amistad
Cubano Soviética, que es un nombre anticuado. En esta escuela de grado
medio-superior, además de las asignaturas comunes a todo ese nivel de
enseñanza (Matemática, Física, Química, Español, Educación Física,
Preparación militar), se imparten clases de mecánica.
Al lado, en 45 y 54, existe un taller de igual nombre (S.C. Técnico
Industrial Amistad Cubano Soviética), en donde los alumnos hacen
prácticas del oficio. De las cuatro naves del complejo, actualmente
operan sólo la 2 y la 3. Durante el Período Especial, en los años 90,
los profesores y alumnos del instituto ensamblaban bicicletas chinas en
esas naves.
Hacia la esquina de 43 y 52, han dispuesto una Escuela Secundaria Básica
Urbana (ESBU), cuyo nombre es Juan Francisco Noyola Vázquez. Las otras
entradas del perímetro no tienen carteles que indiquen su función,
aunque deben ser locales y oficinas de las dos escuelas.
Frente a la Secundaria está ubicado un parque, donde se erige un busto
con la efigie del Dr. Harry B. Bardwell, primer director del Colegio
Candler, y además pastor de la congregación de Marianao (de 1912 a 1921,
y de 1928 a 1946), la cual radicó en la Capilla Leland Memorial, hasta
que se construyó la iglesia actual de 43 y 58. Ésta última abrió en
junio de 1956. Bajo el busto, se han colocado tres tarjas diferentes,
pero han sido robadas, o han desaparecido.
El campo deportivo
A ojos vistas, lo más deteriorado es el área deportiva que está al fondo
del conjunto de edificios, en 45A, entre 52 y 54. Allí se juntan un
campo de pelota, una cancha de baloncesto, dos campos de fútbol (uno
visible, el otro no), y una cancha de pelota vasca, o frontenis. Aunque
oficialmente es el área deportiva de las escuelas, los niños y jóvenes
de la comunidad la utilizan.
Gracias a una placa de mármol –que por esas huellas milagrosas ha
perdurado sobre una de las paredes que soporta las gradas del campo de
pelota– se sabe que el estadio se creó en 1952, mientras dirigía este
centro educativo el Dr. C. Pérez, y que sus constructores fueron Arasán
y Amador.
Un muchacho que jugaba en el área, dijo que las gradas del campo de
béisbol (por sus dimensiones, se usaba para juegos de categorías
infantiles) habían tenido paneles de madera, y que las tejas del techo
(las que le quedan) eran originales. Quizás estuviese exagerando, pues
él no pudo ser testigo de su primera etapa. Pero el destrozo era
evidente. Los baños interiores –y aun la zona bajo las gradas–, son un
muladar. Sobre el campo han colocado unas pilas de tierra o de arena,
para nivelarlo quién sabe cuándo. Este muchacho, ex-alumno del
instituto, recuerda que antes se veía el terreno con el césped cortado.
La cancha de fútbol que aún se distingue, muestra dos porterías sin
redes. Dicen que todo se lo llevan. En la cancha de básquet, algunos
jóvenes del barrio, que solían jugar de noche, pusieron un poste de
alumbrado, con un reflector de luz, y un interruptor. Primero, rompieron
el interruptor. Luego, se llevaron hasta el poste. Estos jóvenes
voluntarios han pintado los tableros de las canastas, y han arreglado
los aros –según declaró el muchacho. Pero ya se han robado las mallas, y
solamente queda un aro.
Al parecer, no hay custodios que vigilen el área deportiva, ni de día ni
de noche. Una parte de sus muros exteriores fue derribada. Otra parte se
cayó.
No sé si el instituto volverá a ser un colegio religioso, privado
(quizás con becas), o si acogerá otro tipo de enseñanza. Si este campo
deportivo será su anexo natural, como era antes, o un espacio
independiente –en el mejor de los casos, un área pública, atendida por
la alcaldía municipal. Tal vez sea ambas cosas: un terreno del colegio,
con un horario específico para el libre ocio de la comunidad. Y mientras
tanto, ¿habrá que esperar por Santa Claus?
Source: "Ruinas de la amistad Cubano-soviética | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/ruinas-de-la-amistad-cubano-sovietica/
Jueves, Agosto 22, 2013 | Por David Canela Piña
LA HABANA, Cuba, 22 de agosto 2013, www.cubanet.org.- Descubrí el
Instituto Politécnico Amistad Cubano-Soviética por una torre, con arcos
ojivales y guisa de campanario, que parecía el vestigio de una
institución religiosa. Siempre me han interesado esas construcciones,
pues a medida que el ateísmo se fue radicalizando en Cuba como ideología
de Estado, muchas instituciones fueron disueltas, y sus inmuebles se
convirtieron en las más disímiles cosas. En este caso, donde hubo un
templo, llamado inicialmente Leland Memorial, que sirvió de capilla para
estudiantes, y de iglesia comunitaria, hay en la actualidad un salón de
reuniones, y un Comité Militar Municipal (Área de Atención No. 17 de Playa).
Un vecino me dijo que esa manzana (situada entre las calles 43, 54, 45A
y 52) había pertenecido a la Iglesia Metodista de Marianao, que aún
funciona como templo cristiano, en la esquina de 43 y 58.
En aquellos terrenos estuvo el Candler College, un colegio metodista,
fundado en octubre de 1912, que enseñaba desde el kindergarten hasta el
preuniversitario. Un viejo católico, que ha vivido en Playa desde antes
de 1959, comentó que era una escuela privada, en donde estudiaban
familias de clase media para arriba. Fue uno de los 22 colegios
metodistas que se nacionalizaron en junio de 1961, cuando el gobierno
revolucionario promulgó una ley sobre educación.
El nombre del colegio proviene del Reverendo Warren Aiken Candler, un
misionero norteamericano, que fue el primer Obispo de una iglesia
metodista en Cuba, la cual se inauguró en 1899, en una esquina de las
calles Industria y Virtudes (Centro Habana), bajo el nombre La Trinidad,
que aún conserva. Al parecer, este líder religioso es pariente de Asa G.
Candler, el fundador y propietario de la Compañía Coca Cola.
Frente a una puerta clausurada, que tiene un aviso: Local sellado, yace
aún la insignia del colegio, sobre un piso de granito: un rombo
alargado, dividido en rojo y negro por una flecha horizontal, con dos
letras C distintas en el centro. Tal vez muy pocos conocen su origen.
Desde hace años, este lugar se identifica como el Tecnológico Amistad
Cubano Soviética, que es un nombre anticuado. En esta escuela de grado
medio-superior, además de las asignaturas comunes a todo ese nivel de
enseñanza (Matemática, Física, Química, Español, Educación Física,
Preparación militar), se imparten clases de mecánica.
Al lado, en 45 y 54, existe un taller de igual nombre (S.C. Técnico
Industrial Amistad Cubano Soviética), en donde los alumnos hacen
prácticas del oficio. De las cuatro naves del complejo, actualmente
operan sólo la 2 y la 3. Durante el Período Especial, en los años 90,
los profesores y alumnos del instituto ensamblaban bicicletas chinas en
esas naves.
Hacia la esquina de 43 y 52, han dispuesto una Escuela Secundaria Básica
Urbana (ESBU), cuyo nombre es Juan Francisco Noyola Vázquez. Las otras
entradas del perímetro no tienen carteles que indiquen su función,
aunque deben ser locales y oficinas de las dos escuelas.
Frente a la Secundaria está ubicado un parque, donde se erige un busto
con la efigie del Dr. Harry B. Bardwell, primer director del Colegio
Candler, y además pastor de la congregación de Marianao (de 1912 a 1921,
y de 1928 a 1946), la cual radicó en la Capilla Leland Memorial, hasta
que se construyó la iglesia actual de 43 y 58. Ésta última abrió en
junio de 1956. Bajo el busto, se han colocado tres tarjas diferentes,
pero han sido robadas, o han desaparecido.
El campo deportivo
A ojos vistas, lo más deteriorado es el área deportiva que está al fondo
del conjunto de edificios, en 45A, entre 52 y 54. Allí se juntan un
campo de pelota, una cancha de baloncesto, dos campos de fútbol (uno
visible, el otro no), y una cancha de pelota vasca, o frontenis. Aunque
oficialmente es el área deportiva de las escuelas, los niños y jóvenes
de la comunidad la utilizan.
Gracias a una placa de mármol –que por esas huellas milagrosas ha
perdurado sobre una de las paredes que soporta las gradas del campo de
pelota– se sabe que el estadio se creó en 1952, mientras dirigía este
centro educativo el Dr. C. Pérez, y que sus constructores fueron Arasán
y Amador.
Un muchacho que jugaba en el área, dijo que las gradas del campo de
béisbol (por sus dimensiones, se usaba para juegos de categorías
infantiles) habían tenido paneles de madera, y que las tejas del techo
(las que le quedan) eran originales. Quizás estuviese exagerando, pues
él no pudo ser testigo de su primera etapa. Pero el destrozo era
evidente. Los baños interiores –y aun la zona bajo las gradas–, son un
muladar. Sobre el campo han colocado unas pilas de tierra o de arena,
para nivelarlo quién sabe cuándo. Este muchacho, ex-alumno del
instituto, recuerda que antes se veía el terreno con el césped cortado.
La cancha de fútbol que aún se distingue, muestra dos porterías sin
redes. Dicen que todo se lo llevan. En la cancha de básquet, algunos
jóvenes del barrio, que solían jugar de noche, pusieron un poste de
alumbrado, con un reflector de luz, y un interruptor. Primero, rompieron
el interruptor. Luego, se llevaron hasta el poste. Estos jóvenes
voluntarios han pintado los tableros de las canastas, y han arreglado
los aros –según declaró el muchacho. Pero ya se han robado las mallas, y
solamente queda un aro.
Al parecer, no hay custodios que vigilen el área deportiva, ni de día ni
de noche. Una parte de sus muros exteriores fue derribada. Otra parte se
cayó.
No sé si el instituto volverá a ser un colegio religioso, privado
(quizás con becas), o si acogerá otro tipo de enseñanza. Si este campo
deportivo será su anexo natural, como era antes, o un espacio
independiente –en el mejor de los casos, un área pública, atendida por
la alcaldía municipal. Tal vez sea ambas cosas: un terreno del colegio,
con un horario específico para el libre ocio de la comunidad. Y mientras
tanto, ¿habrá que esperar por Santa Claus?
Source: "Ruinas de la amistad Cubano-soviética | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/ruinas-de-la-amistad-cubano-sovietica/
Sin alimentos para mis hijos
Sin alimentos para mis hijos
[21-08-2013]
Juliet Michelena Diaz
Movimiento Juvenil del Barrio, un proyecto de la Red de Comunicadores
Comunitarios
(www.miscelaneasdecuba.net).- Mairolis de la Caridad Madrazo Cabrera,
madre de cinco niños pequeños es desempleada y enfrenta necesidades
económicas. Trabajaba Mairolis en la Escuela Primaria José Mick como
maestra, y en marzo de 2012, por motivos personales pidió una licencia
sin sueldo a la directora del centro, de nombre Margarita, como
respuesta a su solicitud obtuvo el despido.
Ella vivía en la casa de sus padres, un apartamento en malas condiciones
donde cohabitaban catorce personas. Se dirigió a varias instituciones
gubernamentales como Seguridad Social, Vivienda Municipal, Poder Popular
del Municipio de San Miguel del Padrón, sin obtener respuesta.
Al nacer su quinta hija, en mayo de 2013, se negó a marcharse del
Hospital Gineco-Obstétrico Hijas de Galicia, ya que no cabían en su
domicilio, siendo obligada al abandono del centro hospitalario, y
ubicada en un albergue de forma temporal, en calle Guanina entre Primera
y Segunda, Reparto Barrio Obrero, San Miguel del Padrón.
Aunque –en estos momentos- ya tiene donde vivir con su descendencia, no
se han resuelto sus problemas, pues Seguridad Social del municipio
continúa evadiéndola, para darle una ayuda monetaria que necesita para
su manutención y la de sus hijos.
Source: "Sin alimentos para mis hijos - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/52147edd3a682e10d0bd72f2
[21-08-2013]
Juliet Michelena Diaz
Movimiento Juvenil del Barrio, un proyecto de la Red de Comunicadores
Comunitarios
(www.miscelaneasdecuba.net).- Mairolis de la Caridad Madrazo Cabrera,
madre de cinco niños pequeños es desempleada y enfrenta necesidades
económicas. Trabajaba Mairolis en la Escuela Primaria José Mick como
maestra, y en marzo de 2012, por motivos personales pidió una licencia
sin sueldo a la directora del centro, de nombre Margarita, como
respuesta a su solicitud obtuvo el despido.
Ella vivía en la casa de sus padres, un apartamento en malas condiciones
donde cohabitaban catorce personas. Se dirigió a varias instituciones
gubernamentales como Seguridad Social, Vivienda Municipal, Poder Popular
del Municipio de San Miguel del Padrón, sin obtener respuesta.
Al nacer su quinta hija, en mayo de 2013, se negó a marcharse del
Hospital Gineco-Obstétrico Hijas de Galicia, ya que no cabían en su
domicilio, siendo obligada al abandono del centro hospitalario, y
ubicada en un albergue de forma temporal, en calle Guanina entre Primera
y Segunda, Reparto Barrio Obrero, San Miguel del Padrón.
Aunque –en estos momentos- ya tiene donde vivir con su descendencia, no
se han resuelto sus problemas, pues Seguridad Social del municipio
continúa evadiéndola, para darle una ayuda monetaria que necesita para
su manutención y la de sus hijos.
Source: "Sin alimentos para mis hijos - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/52147edd3a682e10d0bd72f2
Tuesday, August 20, 2013
Las casas que nunca tuvo
Las casas que nunca tuvo
Lunes, Agosto 19, 2013 | Por Odelín Alfonso Torna
Elsa Velázquez Mata deambula entre delirios y aflicciones. Siempre se le
ve con un portafolio acuesta, en el que conserva varios expedientes de
viviendas que nunca recibió como caso de Seguridad Social, cartas de
ministros emitidas a su favor, certificados médicos que avalan la
cardiopatía congénita de su hijo menor y un diario (libreta) que recoge
sus lamentos durante 17 años.
Elsa, ingeniera agrónoma con 43 años de edad, ha sufrido maltratos
físicos, desalojos, prisión, y lo peor de todo, la burla de un gobierno
que dice defender los derechos de la mujer.
Elsa Velázquez vive agregada con su hijo en casa de una tía, en el
barrio Santa María del Rosario, municipio habanero del Cotorro. "Alguien
vive por mí y come por mí, no tengo registro de identidad ni
residencial", dice mientras muestra un carnet de identidad hecho por
ella: un pedazo de cartulina blanca en el que aparecen sus datos
personales en letra corrida, la foto y una huella dactilar plasmada con
azul de metileno.
Cinco años de prisión "por quemar al marido"
Su vida dio un giro brusco en 1997, cuando fue víctima de violencia
familiar en reiteradas ocasiones. Fue acusada a cinco años de privación
de libertad por propinarle quemaduras con agua caliente a su ex
conyugue. Pero Velázquez Mata siempre negó aquel incidente. Dice que su
ex marido, ayudado por el hermano, un ex oficial de la policía, se auto
agredió para encausarla y quedarse con la vivienda.
Esta cubana ha estado bajo la mira de las autoridades durante 17 años.
En 2004, después de cumplir cinco años de prisión y con su hijo de dos
meses, el director del Palacio de las Convenciones de La Habana, Abrahán
Maciques, se comprometió que antes que el bebé empezara a comer ella iba
a tener un apartamento con todas las de la ley. Maciques la encaminó en
la Dirección Provincial de la Vivienda y bajo el amparo del funcionario
Rafael Martínez, inició su primer expediente de vivienda para casos
priorizados, el 290 de 2004.
Ocupa una oficina de correos abandonada
Después de un año de espera sin recibir la vivienda prometida, el Poder
Popular de La Habana abrió dos nuevos expedientes para Elsa, el 6000 y
6017 de 2005. Dos años después, el 15 de septiembre de 2007, el caso es
trasladado para el Poder Popular del municipio Guanabacoa, y Elsa
aparece en los aspirantes a vivienda con los números de expedientes
05272 y 1146. En 23 de diciembre de 2009, el municipio Cotorro asume el
caso y abre otros dos expedientes (061285 y 04568), este último
correspondiente a un local inhabilitado en el poblado de Santa María del
Rosario. Todos estos expedientes se negociaron (vendieron), porque según
Elsa, "en el registro civil ella aparecía con otra identidad".
Agobiada de tanto peloteo, en enero de 2008 Elsa decidió ocupar con su
hijo una oficina de correos abandonada, ubicada en la localidad de Santa
María del Rosario. Consciente de la violación, decide enviarle una carta
al entonces director de Correos de Cuba, Luís Enrique Blanco Prieto,
para que este le cediera legalmente el local. El 28 de ese mismo mes es
desalojada por la fuerza. Cuenta que en su ausencia, la policía rompió
el candado del local con pólvora y se llevó el techo, las ventanas y una
olla arrocera donada por Seguridad Social.
El 24 de mayo de 2010 Elsa recibe respuesta de Luís Enrique para valorar
el caso. Pero ya era demasiado tarde, dicha oficina de correo estaba en
poder de un jefe de policía nombrado Daniel.
Las casas que nunca tuvo
El 13 de febrero de 2010, fue su último intento por exigir a una
vivienda "confortable", tal y como rezaba en cada uno de los
expedientes. Lo hizo ante Juan Contino, por entonces Presidente del
Poder Popular en La Habana. Al revisar en los registros de "casos
sociales", Liudmila Mejía y Orlando Núñez, este último segundo del Poder
Popular en la capital, detectaron que Elsa Velázquez Mata aparecía como
propietaria de seis apartamentos.
Hoy Elsa, entre sus delirios, exige "indemnización" por las casas que
nunca tuvo. Tal vez por eso conserva minuciosamente todos los
expedientes de viviendas, las fechas de las citas con funcionarios,
cartas, ocho libretas de abastecimiento, recortes de periódicos con
discursos de Fidel Castro y hasta la donación oficial de una oficina de
correo abandonada.
odelinalfonso@yahoo.com
Source: "Las casas que nunca tuvo | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/?p=48168
Lunes, Agosto 19, 2013 | Por Odelín Alfonso Torna
Elsa Velázquez Mata deambula entre delirios y aflicciones. Siempre se le
ve con un portafolio acuesta, en el que conserva varios expedientes de
viviendas que nunca recibió como caso de Seguridad Social, cartas de
ministros emitidas a su favor, certificados médicos que avalan la
cardiopatía congénita de su hijo menor y un diario (libreta) que recoge
sus lamentos durante 17 años.
Elsa, ingeniera agrónoma con 43 años de edad, ha sufrido maltratos
físicos, desalojos, prisión, y lo peor de todo, la burla de un gobierno
que dice defender los derechos de la mujer.
Elsa Velázquez vive agregada con su hijo en casa de una tía, en el
barrio Santa María del Rosario, municipio habanero del Cotorro. "Alguien
vive por mí y come por mí, no tengo registro de identidad ni
residencial", dice mientras muestra un carnet de identidad hecho por
ella: un pedazo de cartulina blanca en el que aparecen sus datos
personales en letra corrida, la foto y una huella dactilar plasmada con
azul de metileno.
Cinco años de prisión "por quemar al marido"
Su vida dio un giro brusco en 1997, cuando fue víctima de violencia
familiar en reiteradas ocasiones. Fue acusada a cinco años de privación
de libertad por propinarle quemaduras con agua caliente a su ex
conyugue. Pero Velázquez Mata siempre negó aquel incidente. Dice que su
ex marido, ayudado por el hermano, un ex oficial de la policía, se auto
agredió para encausarla y quedarse con la vivienda.
Esta cubana ha estado bajo la mira de las autoridades durante 17 años.
En 2004, después de cumplir cinco años de prisión y con su hijo de dos
meses, el director del Palacio de las Convenciones de La Habana, Abrahán
Maciques, se comprometió que antes que el bebé empezara a comer ella iba
a tener un apartamento con todas las de la ley. Maciques la encaminó en
la Dirección Provincial de la Vivienda y bajo el amparo del funcionario
Rafael Martínez, inició su primer expediente de vivienda para casos
priorizados, el 290 de 2004.
Ocupa una oficina de correos abandonada
Después de un año de espera sin recibir la vivienda prometida, el Poder
Popular de La Habana abrió dos nuevos expedientes para Elsa, el 6000 y
6017 de 2005. Dos años después, el 15 de septiembre de 2007, el caso es
trasladado para el Poder Popular del municipio Guanabacoa, y Elsa
aparece en los aspirantes a vivienda con los números de expedientes
05272 y 1146. En 23 de diciembre de 2009, el municipio Cotorro asume el
caso y abre otros dos expedientes (061285 y 04568), este último
correspondiente a un local inhabilitado en el poblado de Santa María del
Rosario. Todos estos expedientes se negociaron (vendieron), porque según
Elsa, "en el registro civil ella aparecía con otra identidad".
Agobiada de tanto peloteo, en enero de 2008 Elsa decidió ocupar con su
hijo una oficina de correos abandonada, ubicada en la localidad de Santa
María del Rosario. Consciente de la violación, decide enviarle una carta
al entonces director de Correos de Cuba, Luís Enrique Blanco Prieto,
para que este le cediera legalmente el local. El 28 de ese mismo mes es
desalojada por la fuerza. Cuenta que en su ausencia, la policía rompió
el candado del local con pólvora y se llevó el techo, las ventanas y una
olla arrocera donada por Seguridad Social.
El 24 de mayo de 2010 Elsa recibe respuesta de Luís Enrique para valorar
el caso. Pero ya era demasiado tarde, dicha oficina de correo estaba en
poder de un jefe de policía nombrado Daniel.
Las casas que nunca tuvo
El 13 de febrero de 2010, fue su último intento por exigir a una
vivienda "confortable", tal y como rezaba en cada uno de los
expedientes. Lo hizo ante Juan Contino, por entonces Presidente del
Poder Popular en La Habana. Al revisar en los registros de "casos
sociales", Liudmila Mejía y Orlando Núñez, este último segundo del Poder
Popular en la capital, detectaron que Elsa Velázquez Mata aparecía como
propietaria de seis apartamentos.
Hoy Elsa, entre sus delirios, exige "indemnización" por las casas que
nunca tuvo. Tal vez por eso conserva minuciosamente todos los
expedientes de viviendas, las fechas de las citas con funcionarios,
cartas, ocho libretas de abastecimiento, recortes de periódicos con
discursos de Fidel Castro y hasta la donación oficial de una oficina de
correo abandonada.
odelinalfonso@yahoo.com
Source: "Las casas que nunca tuvo | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/?p=48168
La Habana, una capital subyugada y ruinosa
La Habana, una capital subyugada y ruinosa
Martes, Agosto 20, 2013 | Por Miriam Celaya
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -La Habana y sus habitantes
duelen mucho. Aquella ciudad alegre en constante expansión en 1959 solo
se encuentra en los cuentos de los abuelos. Las joyas de la arquitectura
colonial y las más novedosas corrientes de la primera mitad del siglo XX
brotaban rápidamente del fértil beneficio del azúcar y el inquieto
puerto acunado por la formidable bahía de bolsa en la ruta de tránsito
entre América y Europa, entre Cuba y Estados Unidos. En el regazo de la
república entorpecida por apetencias nacionales y foráneas, la población
de La Habana era laboriosa, honesta, decente y considerada con sus
vecinos, como la del resto de Cuba.
De pronto había que erradicar todo lo de la "seudo república", para
construir una capital y un país como merecíamos los cubanos. Por ilusión
sincera o fe ciega la mayoría de la población creyó y apoyó las
expropiaciones que con el pretexto de recuperar el patrimonio nacional
comenzó con las empresas extranjeras, fundamentalmente norteamericanas,
y hasta abarcó a ciudadanos laboriosos que habían mejorado su situación
económica o hecho fortunas, así como las instituciones religiosas como
la Iglesia Católica. Sus bienes supuestamente pasaron al pueblo, pero en
realidad se convirtieron en propiedad del Estado. Las mansiones fueron
ocupadas por el grupo que llegó al poder, que se cubría destinando
cierta cantidad a los planes de becas y las residencias de protocolo.
Formidables edificios y casas se destinaron a ministerios, empresas
estatales, oficinas del Partido Comunista, sus organizaciones juveniles
y de masas (UJC, CDR, FMC, ANAP), el Poder Popular y otras
instituciones, hasta nivel de barrio. El ¨Estado¨ no se ocupó del
mantenimiento y prohibió a los moradores reparar y adquirir materiales
–como en todo el país. Tampoco se preocupó por el estado de las vías,
las conductoras de agua y electricidad, con el resultado del deterioro
progresivo de calles anegadas, y la pérdida de agua y electricidad a
raudales. Sólo antes de los grandes aniversarios y congresos de la
llamada revolución se asfaltaban las calles y pintaban los edificios por
donde circularían las delegaciones y los dirigentes cubanos, costumbre
mantenida también en las áreas de turismo.
Al unísono progresaron las prohibiciones para todo lo humanamente
concebible, sobre todo desde la Ofensiva Revolucionaria de 1968, que
confiscó hasta la chaveta del zapatero y el cepillo del limpiabotas. El
calor de La Habana ya no permitía la risa espontánea habitual, pues no
había donde adquirir ni agua, aunque los paseantes caminaran sobre
charcos. Según se fue deteriorando el valor adquisitivo de los salarios
y pensiones, proliferó la ¨bolsa negra¨ junto a la degradación ética, de
valores y buenas costumbres ciudadanas. Durante decenios la vida de sus
habitantes, población flotante y visitantes de todo el país transcurrió
entre la simulación y la ilegalidad, pues hay que hablar lo que dicta la
¨revolución socialista irrevocable¨ y luchar para sobrevivir.
La asamblea del Poder Popular de La Habana analizó las irregularidades
en el cumplimiento de las normas establecidas, el 9 de agosto, según el
periódico Juventud Rebelde. Entre ellas se mencionaron ilegalidades en
la circulación de autos o camiones sin licencia operativa y en lugares
sin permiso y sitios no autorizados, contratación de trabajadores sin
licencia, subdeclaración de ingresos, arrendamiento ilegal, no pago de
espacios autorizados y evasión de impuestos, acaparamiento de productos,
cadenas de reventa y venta de ropa importada. Las deudas a la ONAT
llegaron a 49 300, las mulatas a 19 400, de ellas 7 000 por el mal uso
del transporte privado, 2 000 boteros y bicitaxis ilegales, y se
retiraron 929 licencias.
Asimismo se abordaron las transgresiones de las normas de convivencia,
tranquilidad y bienestar de la población, para lo que se orientó la
realización de juicios públicos ejemplarizantes en los casos connotados
de indisciplinas, ilegalidades y corrupción, así como la profundización
de los controles y la fiscalización. Entre los problemas citados se
encuentran robo de contenedores de basura, microvertederos, salideros de
agua y ruidos, transitar sin camisa por la vía pública en centros de
servicios, actos impúdicos y maltratos. Según la información, se
pusieron 57 600 multas, ascendentes a 11 millones de pesos con el
objetivo de enfrentar la indisciplina social en los sectores estatal y
privado, hechos vandálicos contra el ornato público y la higiene
comercial, el ruido por encima de lo permitido, y propagación de
epidemias, en lo que se destaca negativamente el vertedero de Avenida
100 y Autopista.
Con los años se ha incrementado la atronadora bulla del vecino, que
impone al barrio su música preferida, habla a gritos o termina una
discusión con una bronca a piñazos. Debido a la endémica carencia de
transporte público se ha podido llegar al trabajo a tiempo durante
decenios gracias a los particulares taxis-almendrones, y actualmente
hasta distinguidos funcionarios utilizan sus autos privados y a veces
estatales para botear, porque el mísero salario no alcanza a nadie. En
los últimos años ha sido posible comprar frutas y vegetales porque los
jóvenes han sacado sus licencias y venden en carretillas, pero no pueden
detenerse, tienen que caminar empujando la pesada carga bajo el fuerte
sol, con deterioro de la mercancía, so pena de recibir una multa, perder
los productos o la licencia, ante el delirio de persecución del
gobierno, ventajosa para la nube de inspectores y policías acompañantes.
Muchos de ellos llevaban años sin estudiar, vagaban por las esquinas
tomando ron de pésima calidad y jugando dominó, o han perdido sus
trabajos por las restricciones de plantilla del casi único empleador, el
Estado.
Las deformaciones sociales y morales ocasionadas por el gobierno de 54
años pueden comenzarse a enmendar si se reconoce sus causas y la
responsabilidad de quienes las originaron. Resulta muy difícil y llevará
mucho tiempo recomponer la sociedad cubana, y deberá partirse del
empoderamiento de los ciudadanos para que expresen sus opiniones y
ejerzan sus responsabilidades ciudadanas. Asimismo, se requiere la
apertura económica en un contexto jurídico adecuado que permita el
ejercicio de la iniciativa personal, entendida la propiedad privada y la
libre creatividad.
Source: "La Habana, una capital subyugada y ruinosa | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/la-habana-una-capital-subyugada-y-ruinosa/
Martes, Agosto 20, 2013 | Por Miriam Celaya
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -La Habana y sus habitantes
duelen mucho. Aquella ciudad alegre en constante expansión en 1959 solo
se encuentra en los cuentos de los abuelos. Las joyas de la arquitectura
colonial y las más novedosas corrientes de la primera mitad del siglo XX
brotaban rápidamente del fértil beneficio del azúcar y el inquieto
puerto acunado por la formidable bahía de bolsa en la ruta de tránsito
entre América y Europa, entre Cuba y Estados Unidos. En el regazo de la
república entorpecida por apetencias nacionales y foráneas, la población
de La Habana era laboriosa, honesta, decente y considerada con sus
vecinos, como la del resto de Cuba.
De pronto había que erradicar todo lo de la "seudo república", para
construir una capital y un país como merecíamos los cubanos. Por ilusión
sincera o fe ciega la mayoría de la población creyó y apoyó las
expropiaciones que con el pretexto de recuperar el patrimonio nacional
comenzó con las empresas extranjeras, fundamentalmente norteamericanas,
y hasta abarcó a ciudadanos laboriosos que habían mejorado su situación
económica o hecho fortunas, así como las instituciones religiosas como
la Iglesia Católica. Sus bienes supuestamente pasaron al pueblo, pero en
realidad se convirtieron en propiedad del Estado. Las mansiones fueron
ocupadas por el grupo que llegó al poder, que se cubría destinando
cierta cantidad a los planes de becas y las residencias de protocolo.
Formidables edificios y casas se destinaron a ministerios, empresas
estatales, oficinas del Partido Comunista, sus organizaciones juveniles
y de masas (UJC, CDR, FMC, ANAP), el Poder Popular y otras
instituciones, hasta nivel de barrio. El ¨Estado¨ no se ocupó del
mantenimiento y prohibió a los moradores reparar y adquirir materiales
–como en todo el país. Tampoco se preocupó por el estado de las vías,
las conductoras de agua y electricidad, con el resultado del deterioro
progresivo de calles anegadas, y la pérdida de agua y electricidad a
raudales. Sólo antes de los grandes aniversarios y congresos de la
llamada revolución se asfaltaban las calles y pintaban los edificios por
donde circularían las delegaciones y los dirigentes cubanos, costumbre
mantenida también en las áreas de turismo.
Al unísono progresaron las prohibiciones para todo lo humanamente
concebible, sobre todo desde la Ofensiva Revolucionaria de 1968, que
confiscó hasta la chaveta del zapatero y el cepillo del limpiabotas. El
calor de La Habana ya no permitía la risa espontánea habitual, pues no
había donde adquirir ni agua, aunque los paseantes caminaran sobre
charcos. Según se fue deteriorando el valor adquisitivo de los salarios
y pensiones, proliferó la ¨bolsa negra¨ junto a la degradación ética, de
valores y buenas costumbres ciudadanas. Durante decenios la vida de sus
habitantes, población flotante y visitantes de todo el país transcurrió
entre la simulación y la ilegalidad, pues hay que hablar lo que dicta la
¨revolución socialista irrevocable¨ y luchar para sobrevivir.
La asamblea del Poder Popular de La Habana analizó las irregularidades
en el cumplimiento de las normas establecidas, el 9 de agosto, según el
periódico Juventud Rebelde. Entre ellas se mencionaron ilegalidades en
la circulación de autos o camiones sin licencia operativa y en lugares
sin permiso y sitios no autorizados, contratación de trabajadores sin
licencia, subdeclaración de ingresos, arrendamiento ilegal, no pago de
espacios autorizados y evasión de impuestos, acaparamiento de productos,
cadenas de reventa y venta de ropa importada. Las deudas a la ONAT
llegaron a 49 300, las mulatas a 19 400, de ellas 7 000 por el mal uso
del transporte privado, 2 000 boteros y bicitaxis ilegales, y se
retiraron 929 licencias.
Asimismo se abordaron las transgresiones de las normas de convivencia,
tranquilidad y bienestar de la población, para lo que se orientó la
realización de juicios públicos ejemplarizantes en los casos connotados
de indisciplinas, ilegalidades y corrupción, así como la profundización
de los controles y la fiscalización. Entre los problemas citados se
encuentran robo de contenedores de basura, microvertederos, salideros de
agua y ruidos, transitar sin camisa por la vía pública en centros de
servicios, actos impúdicos y maltratos. Según la información, se
pusieron 57 600 multas, ascendentes a 11 millones de pesos con el
objetivo de enfrentar la indisciplina social en los sectores estatal y
privado, hechos vandálicos contra el ornato público y la higiene
comercial, el ruido por encima de lo permitido, y propagación de
epidemias, en lo que se destaca negativamente el vertedero de Avenida
100 y Autopista.
Con los años se ha incrementado la atronadora bulla del vecino, que
impone al barrio su música preferida, habla a gritos o termina una
discusión con una bronca a piñazos. Debido a la endémica carencia de
transporte público se ha podido llegar al trabajo a tiempo durante
decenios gracias a los particulares taxis-almendrones, y actualmente
hasta distinguidos funcionarios utilizan sus autos privados y a veces
estatales para botear, porque el mísero salario no alcanza a nadie. En
los últimos años ha sido posible comprar frutas y vegetales porque los
jóvenes han sacado sus licencias y venden en carretillas, pero no pueden
detenerse, tienen que caminar empujando la pesada carga bajo el fuerte
sol, con deterioro de la mercancía, so pena de recibir una multa, perder
los productos o la licencia, ante el delirio de persecución del
gobierno, ventajosa para la nube de inspectores y policías acompañantes.
Muchos de ellos llevaban años sin estudiar, vagaban por las esquinas
tomando ron de pésima calidad y jugando dominó, o han perdido sus
trabajos por las restricciones de plantilla del casi único empleador, el
Estado.
Las deformaciones sociales y morales ocasionadas por el gobierno de 54
años pueden comenzarse a enmendar si se reconoce sus causas y la
responsabilidad de quienes las originaron. Resulta muy difícil y llevará
mucho tiempo recomponer la sociedad cubana, y deberá partirse del
empoderamiento de los ciudadanos para que expresen sus opiniones y
ejerzan sus responsabilidades ciudadanas. Asimismo, se requiere la
apertura económica en un contexto jurídico adecuado que permita el
ejercicio de la iniciativa personal, entendida la propiedad privada y la
libre creatividad.
Source: "La Habana, una capital subyugada y ruinosa | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/la-habana-una-capital-subyugada-y-ruinosa/
Locales inhabitables para víctimas de derrumbes
Locales inhabitables para víctimas de derrumbes
Domingo, Agosto 18, 2013 | Por Augusto Cesar San Martin
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org - La noche del pasado 21 de
marzo los vecinos del edificio ubicado en San Lázaro 672, Centro
Habana, quedaron sin hogar. Los bomberos decretaron la evacuación del
inmueble después que se derrumbara de forma parcial. El edificio
construido en 1992 tenía orden de desalojo desde 1961 por el deficiente
estado técnico que nunca tuvo mantenimiento.
Después de dormir en la calle con su hija y el nieto de un año y medio,
Mirta Menéndez Rodríguez una de las damnificadas, se decidió a denunciar
a través de Cubanet, la inmovilidad de las autoridades locales.
Publicada la noticia, Mirta fue acusada por los funcionarios públicos de
¨formar foco¨. Aun así, no fue hasta el 26 de marzo que le entregaron el
local de una antigua bodega en San Lázaro y Espada, en el mismo municipio.
Entrega de locales inhabitables.
El núcleo de Mirta estaba constituido por 14 personas que dividieron una
casa en cuatro, convirtiéndola en ¨cuartería¨. Denominación utilizada
por el Instituto de la Vivienda para una propiedad dividida entre varias
familias.
Ante la negativa de las víctimas de albergarse en un policlínico, las
dirigentes municipales Susana Acea, presidenta del Poder Popular y Olga
Lidia Miller, vice presidenta de construcciones encontraron una
solución. Entregar de forma transitoria, locales inhabitables.
A Mirta le correspondió compartir espacio con su ex marido, su hija y el
nieto. El regreso a la convivencia con el padre de su hija reanudó
episodios de violencia doméstica evidentes en la fractura de un dedo y
contusiones.
El resto del núcleo fue situado en locales con filtraciones y peligro
de derrumbe, en Zanja y Chávez, y Animas y Escobar.
En el transcurso de los meses, salieron a la luz los antecedentes del
local entregado a Mirta Menéndez. El sitio perteneciente a la Empresa
de Gastronomía y Comercio fue clausurado por tupición en el desagüe que
requiere reparaciones subterráneas.
Mirta asegura que ¨el agua está contaminada, llega turbia. Tenemos que
buscar agua potable en otras casas¨.
Sin dejarse vencer por la decepción, Menéndez solicitó al gobierno un
subsidio para realizar reparaciones y dividir el lugar con el ex marido.
Pero la mitad del local no abarca los 25 metros cuadrados necesarios
para otorgar dos titularidades. De hacer divisiones internas el Estado
podría confiscar una de las partes.
Además le informaron en la Vivienda que no puede recibir ayuda mientras
no legalice su permanencia en el local que fue entregado como
transitorio. Para lograrlo, los funcionarios públicos consultados le
recomiendan construir por sus medios para hacerlo habitable y poder
recibir el subsidio.
La solución, contraria a las regulaciones establecidas por las
instituciones de vivienda y arquitectura parece fácil, si Mirta
contara con recursos. Ella perdió su empleo de modelista ¨A¨ en la
Televisión, cuando quedó sin casa. Su hija padece de desórdenes
autonómicos. Eduardo, su ex marido se niega a invertir en la
construcción de un local de tránsito.
¨Cuando pongo un bloque, motiva una agresión del padre de mi hija¨,
comenta Mirta
Contra molinos de viento, Mirta vendió sus muebles y siguió los consejos
de los dirigentes locales. Sin licencia de construcción, fabricó la
meseta de la cocina, un baño y comenzó a levantar la fachada de la
casa., pero se detuvo por falta de recursos.
En el Instituto de la Vivienda le habían dicho que la meseta de la
cocina era requisito indispensable para la instalación del servicio de
gas para cocinar. De esta forma reduciría los 400 pesos mensuales por
el servicio eléctrico y podría reintentar la construcción.
Pero la empresa del gas se negó a instalar el servicio porque el local
no tiene ventilación. El patio de la bodega fue cedido a otra familia
que hermetizó el área entregada a Mirta.
Construcción ilegal, única solución.
Un funcionario del Instituto de la Vivienda, que solicitó no ser
identificado, declaró que ¨los dirigentes que hoy le dicen que construya
pueden no estar mañana y cualquiera puede sacarla del lugar, que es
transitorio. Eso ha pasado muchas veces¨.
Taimi empleada de la Unidad Municipal de Albergues de Transito (UMAT)
que intervino en el caso declaró a Cubanet que la entrega de esos
locales era responsabilidad del gobierno municipal. Acepto como única
salida, ¨la construcción para el cambiar de concepto¨.
Neri López Jefa de Zona de Gastronomía de Cayo Hueso, señaló la
pertenencia de la bodega a su empresa.
Según la funcionaria de gastronomía, Susana Acea, solicitó la bodega
para ubicar de forma transitoria a las víctimas del derrumbe. La
dirigente considera que de entregar los locales en forma de vivienda
priorizarían al personal de la empresa que solicitaron el lugar.
Mirta Menéndez escribió al Departamento de Atención a la Población del
Consejo de Estado y no obtuvo respuesta. Ella es evadida por Olga Lidia
Miller, quien manifiesta que ya terminó con su caso. El pasado mes,
Susana Acea, le ofreció una entrevista, después de agosto.
Source: "Locales inhabitables para víctimas de derrumbes | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/?p=48069
Domingo, Agosto 18, 2013 | Por Augusto Cesar San Martin
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org - La noche del pasado 21 de
marzo los vecinos del edificio ubicado en San Lázaro 672, Centro
Habana, quedaron sin hogar. Los bomberos decretaron la evacuación del
inmueble después que se derrumbara de forma parcial. El edificio
construido en 1992 tenía orden de desalojo desde 1961 por el deficiente
estado técnico que nunca tuvo mantenimiento.
Después de dormir en la calle con su hija y el nieto de un año y medio,
Mirta Menéndez Rodríguez una de las damnificadas, se decidió a denunciar
a través de Cubanet, la inmovilidad de las autoridades locales.
Publicada la noticia, Mirta fue acusada por los funcionarios públicos de
¨formar foco¨. Aun así, no fue hasta el 26 de marzo que le entregaron el
local de una antigua bodega en San Lázaro y Espada, en el mismo municipio.
Entrega de locales inhabitables.
El núcleo de Mirta estaba constituido por 14 personas que dividieron una
casa en cuatro, convirtiéndola en ¨cuartería¨. Denominación utilizada
por el Instituto de la Vivienda para una propiedad dividida entre varias
familias.
Ante la negativa de las víctimas de albergarse en un policlínico, las
dirigentes municipales Susana Acea, presidenta del Poder Popular y Olga
Lidia Miller, vice presidenta de construcciones encontraron una
solución. Entregar de forma transitoria, locales inhabitables.
A Mirta le correspondió compartir espacio con su ex marido, su hija y el
nieto. El regreso a la convivencia con el padre de su hija reanudó
episodios de violencia doméstica evidentes en la fractura de un dedo y
contusiones.
El resto del núcleo fue situado en locales con filtraciones y peligro
de derrumbe, en Zanja y Chávez, y Animas y Escobar.
En el transcurso de los meses, salieron a la luz los antecedentes del
local entregado a Mirta Menéndez. El sitio perteneciente a la Empresa
de Gastronomía y Comercio fue clausurado por tupición en el desagüe que
requiere reparaciones subterráneas.
Mirta asegura que ¨el agua está contaminada, llega turbia. Tenemos que
buscar agua potable en otras casas¨.
Sin dejarse vencer por la decepción, Menéndez solicitó al gobierno un
subsidio para realizar reparaciones y dividir el lugar con el ex marido.
Pero la mitad del local no abarca los 25 metros cuadrados necesarios
para otorgar dos titularidades. De hacer divisiones internas el Estado
podría confiscar una de las partes.
Además le informaron en la Vivienda que no puede recibir ayuda mientras
no legalice su permanencia en el local que fue entregado como
transitorio. Para lograrlo, los funcionarios públicos consultados le
recomiendan construir por sus medios para hacerlo habitable y poder
recibir el subsidio.
La solución, contraria a las regulaciones establecidas por las
instituciones de vivienda y arquitectura parece fácil, si Mirta
contara con recursos. Ella perdió su empleo de modelista ¨A¨ en la
Televisión, cuando quedó sin casa. Su hija padece de desórdenes
autonómicos. Eduardo, su ex marido se niega a invertir en la
construcción de un local de tránsito.
¨Cuando pongo un bloque, motiva una agresión del padre de mi hija¨,
comenta Mirta
Contra molinos de viento, Mirta vendió sus muebles y siguió los consejos
de los dirigentes locales. Sin licencia de construcción, fabricó la
meseta de la cocina, un baño y comenzó a levantar la fachada de la
casa., pero se detuvo por falta de recursos.
En el Instituto de la Vivienda le habían dicho que la meseta de la
cocina era requisito indispensable para la instalación del servicio de
gas para cocinar. De esta forma reduciría los 400 pesos mensuales por
el servicio eléctrico y podría reintentar la construcción.
Pero la empresa del gas se negó a instalar el servicio porque el local
no tiene ventilación. El patio de la bodega fue cedido a otra familia
que hermetizó el área entregada a Mirta.
Construcción ilegal, única solución.
Un funcionario del Instituto de la Vivienda, que solicitó no ser
identificado, declaró que ¨los dirigentes que hoy le dicen que construya
pueden no estar mañana y cualquiera puede sacarla del lugar, que es
transitorio. Eso ha pasado muchas veces¨.
Taimi empleada de la Unidad Municipal de Albergues de Transito (UMAT)
que intervino en el caso declaró a Cubanet que la entrega de esos
locales era responsabilidad del gobierno municipal. Acepto como única
salida, ¨la construcción para el cambiar de concepto¨.
Neri López Jefa de Zona de Gastronomía de Cayo Hueso, señaló la
pertenencia de la bodega a su empresa.
Según la funcionaria de gastronomía, Susana Acea, solicitó la bodega
para ubicar de forma transitoria a las víctimas del derrumbe. La
dirigente considera que de entregar los locales en forma de vivienda
priorizarían al personal de la empresa que solicitaron el lugar.
Mirta Menéndez escribió al Departamento de Atención a la Población del
Consejo de Estado y no obtuvo respuesta. Ella es evadida por Olga Lidia
Miller, quien manifiesta que ya terminó con su caso. El pasado mes,
Susana Acea, le ofreció una entrevista, después de agosto.
Source: "Locales inhabitables para víctimas de derrumbes | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/?p=48069
Esplendor de ayer, decadencia de hoy
Esplendor de ayer, decadencia de hoy
ORLANDO DELGADO | La Habana | 20 Ago 2013 - 10:00 am.
La Institución Inclán y la sede del desaparecido periódico 'El Mundo',
dos edificios testigos de la devastación castrista.
La Habana es una ciudad envejecida. Abrigo de edificaciones zombies, en
un estado de depauperación permanente. Al caminar, resulta inevitable
tropezar con inmuebles imponentes, piezas arquitectónicas olvidadas que
actúan como mudos testigos de la odisea castrista, de la desidia y la
inoperancia de todo un sistema.
Una de estas ruinas gigantes está ubicada en la barriada de la Víbora y
sobresale por ser de las poquísimas edificaciones de la zona que ocupa
toda una manzana, con una altura de tres pisos. Su nombre original ha
resistido los embates del tiempo y todavía puede leerse de forma muy
borrosa: Institución Inclán, una antigua Escuela de Artes y Oficios para
niños pobres nacida de la fortuna personal de los hermanos Manuel y
Cayetano Inclán y que fuera administrada por la orden religiosa de los
Hermanos Salesianos hasta la llegada de Castro al poder.
Revisar las fotos de su fundación en la década del 20 del siglo pasado y
los recuerdos de los vecinos más antiguos es duro para quien observe el
deplorable estado actual del inmueble. La transformación es dantesca.
Ubicado en la calle Carmen no.355, el colegio poseía varios talleres
especializados donde los alumnos aprendían carpintería, mecánica,
zapatería, corte y costura, y encuadernación. De la carpintería salían
juegos de cuarto de un rancio estilo inglés y juegos de comedor
inspirados en el renacimiento español. En la moderna imprenta se
confeccionaban libretas rayadas y blocks, se encuadernaban libros en
tela holandesa, diversos tipos de álbumes y obras con fines litúrgicos,
repujadas en cuero.
Como el régimen de la escuela era interno, a sus educandos se les
hospedaba en cómodas habitaciones; la institución contaba además con un
comedor, una biblioteca exquisitamente amueblada, una enfermería, un
teatro y una hermosa capilla, esta última mantenida por la familia
Rivero, dueña del periódico Diario de la Marina.
En 1952 se creó allí una Escuela Pública que combinó la docencia
matutina y la enseñanza práctica en las tardes. Muchos de los alumnos de
la escuela se quedarían como obreros en los magníficos talleres de "la
Inclán".
Pero todo cambiaría a partir de 1959. Con la intervención por parte del
nuevo Gobierno de todos los colegios, tanto públicos como privados, a
principios de la década del 60 la edificación se rebautizaría con el
nombre de "Pedro María Rodríguez" y cambiaría su régimen de interno a
seminterno, para convertirse en una escuela primaria. En aquellos años
habría sido difícil imaginar su irreversible declive.
De esa fecha a la actualidad, la antigua Escuela de Artes y Oficios
"Manuel Inclán" solo conoció una muy superficial reparación en 1980,
incapaz de detener su actual condición de inmueble "inhabitable" por su
pésimo estado. A mediado de los años 90, cuando los síntomas del
deterioro eran evidentes y la economía nacional padecía una de las
peores crisis de su historia, se decidió cerrar la edificación y
trasladar la escuela primaria hacia otros locales.
La imponente manzana quedó entonces en una especie de limbo, a la espera
de tiempos mejores. Pero la grave crisis habitacional del país y el
abandono del lugar provocaron la invasión de varias familias que
comenzaron a percnotar allí en condiciones precarias y de manera ilegal.
En 2007 se planeó remodelar la edificación y construir 64 apartamentos.
Con ese objetivo se empezaron a trasladar al lugar materiales como
cemento, cabillas y arena, pero la inexistente protección de esos
recursos los hizo presa fácil de ladrones, lo que obligó al Gobierno
municipal a volverse a llevar los materiales y suspender la promesa de
reparar la inmensa edificación, aludiendo que los removidos cimientos
del terreno, por donde en tiempos pretéritos pasaba un manantial, no
permiten las obras.
Una vecina del lugar refiere que en todos estos años el inmueble ha sido
saqueado despiadadamente, tanto por personas residentes en el mismo como
por otras provenientes de zonas aledañas. Le han sustraído rejas,
cristales, puertas de maderas preciosas, losas del suelo y de los
pasillos y cualquier pieza de utilidad. De la desaparecida biblioteca se
llevaron mesas de dos aguas y lámparas preciosas. A un costado del
edificio herrumbrosos cables dan fe de la existencia de un elevador que
ha sido desnudado completamente.
En donde décadas atrás estuvo la capilla, el comedor, las habitaciones y
otros espacios de maestros y alumnos, hoy solo hay montañas de escombros
y un hedor insoportable. De aquella escuela calificada de "preciosa" por
quienes la conocieron, apenas si queda el recuerdo. Aunque el Gobierno
planea la demolición del edificio, su mayor problema es poder ofrecerle
vivienda a los doce núcleos familiares que allí malviven. Desde hace
muchos años y en varias ocasiones se les ha prometido casa a esas
personas, pero el engorroso proceso se traba porque los necesitados nada
pueden ofrecer a cambio de salir de ese infierno. La corrupción de
muchos funcionarios impide también resolver la situación.
La fealdad del lugar ha sido aprovechada por el Instituto de Artes e
Industrias Cinematográficas para la filmación de videoclips y
largometrajes, y en el espacioso patio interior a diario los más
pequeños juegan fútbol, pintando las mugrosas paredes con los símbolos
de sus clubes favoritos.
En el antiguo vestíbulo del edificio, existió durante algunos años una
oficina de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, dedicada al
reclutamiento de jóvenes para el Servicio Militar Obligatorio. Dicha
oficina hubo de ser trasladada a un lugar cercano, pero las huellas
dejadas por los militares hicieron de fuente de inspiración a un
escritor en ciernes. En una de las descascaradas paredes puede leerse la
siguiente frase: "La defensa de la Patria Socialista es el más grande
honor y el deber supremo de cada cubano"; al pie, la firma de Fidel
Castro, y a pocos metros, la respuesta: "¡Miedo! ¡Hipocresía! ¡Droga!
¡Evasión!".
'El Mundo'
La antigua "Institución Inclán" es todo un símbolo de la decadencia del
actual régimen, pero lamentablemente no es el único. Bien lejos de allí,
en La Habana Vieja, estuvo la sede de uno de los diarios más célebres de
la Cuba republicana, El Mundo, nacido en 1901 y quizás el único al cual
un prestigioso historiador como Herminio Portell Vilá le dedicó un libro
en 1951, en homenaje a su rica historia y medio siglo de existencia.
El Mundo era uno de los diarios cubanos puntero en innovaciones
tecnológicas, y contó siempre con excelentes plumas y una política
editorial centrada en la defensa de los valores democráticos, la cultura
cívica y la libertad de expresión, por ello en 1943 fue agasajado con el
prestigioso premio periodístico "María Moors Cabot" de la Universidad de
Columbia. Fue el primer diario de América Latina en insertar en sus
páginas publicitarias el olor de los productos anunciados, muestra
inequívoca de su poderío económico y gran prestigio. El moderno edificio
de Virtudes y Águila, su sede, se inauguró a principios de la década del 50.
No es difícil imaginar el antiguo glamour de la edificación, pues aún es
posible apreciar en el destruido vestíbulo, colmado de sucias paredes,
cientos de escombros y cables caídos, el nombre del diario en letras
doradas junto a dos manos gigantes que sostienen una esfera planetaria.
El Mundo fue el primero de los grandes periódicos habaneros en ser
intervenido por Castro en febrero de 1960, y desapareció definitivamente
víctima de un voraz incendio exactamente nueve años después. A partir de
esa fecha la edificación nunca ha sido reparada ni remodelada, su
paulatino deterioro denota la incapacidad gubernamental para conservar
lo que arrebató a sus legítimos dueños. El inmueble perteneció por
muchos años a la Empresa Poligráfica de La Habana y allí surgió, en
1980, el diario provincial Tribuna de la Habana, el cual posteriormente
tuvo que mudarse de esa instalación.
En la actualidad la fachada principal del edificio se encuentra llena de
mugre debido a sus numerosas filtraciones, sus locaciones internas están
en paupérrimas condiciones, el polvo y los escombros son los nuevos
dueños del lugar en donde décadas atrás estuvieron modernas rotativas y
cómodas oficinas. A un costado del edificio, en la calle Águila no.257,
existe una pequeña ciudadela donde habitan varias familias en
condiciones de hacinamiento desde hace décadas. Algunos de esos vecinos
(con una hoja de servicios impecable ya sea como líderes sindicales o
cargos en el CDR) han pedido al Gobierno autorización para construir por
esfuerzo propio en el abandonado inmueble, las autoridades hacen oídos
sordos y responden que en ese lugar harán una escuela o un tribunal.
Aunque nada se concreta.
Debido a la solidez de su estructura, en épocas de huracanes los vecinos
de zonas aledañas son evacuados hacia allí. En algunos espacios del
edificio se guardan los muebles y otras pertenencias de personas que se
han quedado sin vivienda por derrumbes o ciclones, a la espera de una
nueva casa, que en ocasiones nunca llega. Con la muerte de El Mundo
también feneció su sede, que metafóricamente se resiste a reconocer a
sus nuevos inquilinos. Es como si el edificio luchara contra el tiempo,
autoaniquilándose lentamente.
Mientras, un anciano negro, sentado a la entrada del edificio, un
conocedor de historias ocultas de esa esquina habanera, rehúsa conversar
con este reportero. Trata de espantarme y me dice que no sabe nada. No
desea revelar anécdotas comprometedoras. Al parecer su único deseo es
llevárselas a la tumba. Tal vez solo espera, en el más allá (lo
confiesan sus ojos), ajustar cuentas con los culpables que en vida
destruyeron sus esperanzas y las de todo un pueblo.
Source: "Esplendor de ayer, decadencia de hoy | Diario de Cuba" -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1376896943_4691.html
ORLANDO DELGADO | La Habana | 20 Ago 2013 - 10:00 am.
La Institución Inclán y la sede del desaparecido periódico 'El Mundo',
dos edificios testigos de la devastación castrista.
La Habana es una ciudad envejecida. Abrigo de edificaciones zombies, en
un estado de depauperación permanente. Al caminar, resulta inevitable
tropezar con inmuebles imponentes, piezas arquitectónicas olvidadas que
actúan como mudos testigos de la odisea castrista, de la desidia y la
inoperancia de todo un sistema.
Una de estas ruinas gigantes está ubicada en la barriada de la Víbora y
sobresale por ser de las poquísimas edificaciones de la zona que ocupa
toda una manzana, con una altura de tres pisos. Su nombre original ha
resistido los embates del tiempo y todavía puede leerse de forma muy
borrosa: Institución Inclán, una antigua Escuela de Artes y Oficios para
niños pobres nacida de la fortuna personal de los hermanos Manuel y
Cayetano Inclán y que fuera administrada por la orden religiosa de los
Hermanos Salesianos hasta la llegada de Castro al poder.
Revisar las fotos de su fundación en la década del 20 del siglo pasado y
los recuerdos de los vecinos más antiguos es duro para quien observe el
deplorable estado actual del inmueble. La transformación es dantesca.
Ubicado en la calle Carmen no.355, el colegio poseía varios talleres
especializados donde los alumnos aprendían carpintería, mecánica,
zapatería, corte y costura, y encuadernación. De la carpintería salían
juegos de cuarto de un rancio estilo inglés y juegos de comedor
inspirados en el renacimiento español. En la moderna imprenta se
confeccionaban libretas rayadas y blocks, se encuadernaban libros en
tela holandesa, diversos tipos de álbumes y obras con fines litúrgicos,
repujadas en cuero.
Como el régimen de la escuela era interno, a sus educandos se les
hospedaba en cómodas habitaciones; la institución contaba además con un
comedor, una biblioteca exquisitamente amueblada, una enfermería, un
teatro y una hermosa capilla, esta última mantenida por la familia
Rivero, dueña del periódico Diario de la Marina.
En 1952 se creó allí una Escuela Pública que combinó la docencia
matutina y la enseñanza práctica en las tardes. Muchos de los alumnos de
la escuela se quedarían como obreros en los magníficos talleres de "la
Inclán".
Pero todo cambiaría a partir de 1959. Con la intervención por parte del
nuevo Gobierno de todos los colegios, tanto públicos como privados, a
principios de la década del 60 la edificación se rebautizaría con el
nombre de "Pedro María Rodríguez" y cambiaría su régimen de interno a
seminterno, para convertirse en una escuela primaria. En aquellos años
habría sido difícil imaginar su irreversible declive.
De esa fecha a la actualidad, la antigua Escuela de Artes y Oficios
"Manuel Inclán" solo conoció una muy superficial reparación en 1980,
incapaz de detener su actual condición de inmueble "inhabitable" por su
pésimo estado. A mediado de los años 90, cuando los síntomas del
deterioro eran evidentes y la economía nacional padecía una de las
peores crisis de su historia, se decidió cerrar la edificación y
trasladar la escuela primaria hacia otros locales.
La imponente manzana quedó entonces en una especie de limbo, a la espera
de tiempos mejores. Pero la grave crisis habitacional del país y el
abandono del lugar provocaron la invasión de varias familias que
comenzaron a percnotar allí en condiciones precarias y de manera ilegal.
En 2007 se planeó remodelar la edificación y construir 64 apartamentos.
Con ese objetivo se empezaron a trasladar al lugar materiales como
cemento, cabillas y arena, pero la inexistente protección de esos
recursos los hizo presa fácil de ladrones, lo que obligó al Gobierno
municipal a volverse a llevar los materiales y suspender la promesa de
reparar la inmensa edificación, aludiendo que los removidos cimientos
del terreno, por donde en tiempos pretéritos pasaba un manantial, no
permiten las obras.
Una vecina del lugar refiere que en todos estos años el inmueble ha sido
saqueado despiadadamente, tanto por personas residentes en el mismo como
por otras provenientes de zonas aledañas. Le han sustraído rejas,
cristales, puertas de maderas preciosas, losas del suelo y de los
pasillos y cualquier pieza de utilidad. De la desaparecida biblioteca se
llevaron mesas de dos aguas y lámparas preciosas. A un costado del
edificio herrumbrosos cables dan fe de la existencia de un elevador que
ha sido desnudado completamente.
En donde décadas atrás estuvo la capilla, el comedor, las habitaciones y
otros espacios de maestros y alumnos, hoy solo hay montañas de escombros
y un hedor insoportable. De aquella escuela calificada de "preciosa" por
quienes la conocieron, apenas si queda el recuerdo. Aunque el Gobierno
planea la demolición del edificio, su mayor problema es poder ofrecerle
vivienda a los doce núcleos familiares que allí malviven. Desde hace
muchos años y en varias ocasiones se les ha prometido casa a esas
personas, pero el engorroso proceso se traba porque los necesitados nada
pueden ofrecer a cambio de salir de ese infierno. La corrupción de
muchos funcionarios impide también resolver la situación.
La fealdad del lugar ha sido aprovechada por el Instituto de Artes e
Industrias Cinematográficas para la filmación de videoclips y
largometrajes, y en el espacioso patio interior a diario los más
pequeños juegan fútbol, pintando las mugrosas paredes con los símbolos
de sus clubes favoritos.
En el antiguo vestíbulo del edificio, existió durante algunos años una
oficina de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, dedicada al
reclutamiento de jóvenes para el Servicio Militar Obligatorio. Dicha
oficina hubo de ser trasladada a un lugar cercano, pero las huellas
dejadas por los militares hicieron de fuente de inspiración a un
escritor en ciernes. En una de las descascaradas paredes puede leerse la
siguiente frase: "La defensa de la Patria Socialista es el más grande
honor y el deber supremo de cada cubano"; al pie, la firma de Fidel
Castro, y a pocos metros, la respuesta: "¡Miedo! ¡Hipocresía! ¡Droga!
¡Evasión!".
'El Mundo'
La antigua "Institución Inclán" es todo un símbolo de la decadencia del
actual régimen, pero lamentablemente no es el único. Bien lejos de allí,
en La Habana Vieja, estuvo la sede de uno de los diarios más célebres de
la Cuba republicana, El Mundo, nacido en 1901 y quizás el único al cual
un prestigioso historiador como Herminio Portell Vilá le dedicó un libro
en 1951, en homenaje a su rica historia y medio siglo de existencia.
El Mundo era uno de los diarios cubanos puntero en innovaciones
tecnológicas, y contó siempre con excelentes plumas y una política
editorial centrada en la defensa de los valores democráticos, la cultura
cívica y la libertad de expresión, por ello en 1943 fue agasajado con el
prestigioso premio periodístico "María Moors Cabot" de la Universidad de
Columbia. Fue el primer diario de América Latina en insertar en sus
páginas publicitarias el olor de los productos anunciados, muestra
inequívoca de su poderío económico y gran prestigio. El moderno edificio
de Virtudes y Águila, su sede, se inauguró a principios de la década del 50.
No es difícil imaginar el antiguo glamour de la edificación, pues aún es
posible apreciar en el destruido vestíbulo, colmado de sucias paredes,
cientos de escombros y cables caídos, el nombre del diario en letras
doradas junto a dos manos gigantes que sostienen una esfera planetaria.
El Mundo fue el primero de los grandes periódicos habaneros en ser
intervenido por Castro en febrero de 1960, y desapareció definitivamente
víctima de un voraz incendio exactamente nueve años después. A partir de
esa fecha la edificación nunca ha sido reparada ni remodelada, su
paulatino deterioro denota la incapacidad gubernamental para conservar
lo que arrebató a sus legítimos dueños. El inmueble perteneció por
muchos años a la Empresa Poligráfica de La Habana y allí surgió, en
1980, el diario provincial Tribuna de la Habana, el cual posteriormente
tuvo que mudarse de esa instalación.
En la actualidad la fachada principal del edificio se encuentra llena de
mugre debido a sus numerosas filtraciones, sus locaciones internas están
en paupérrimas condiciones, el polvo y los escombros son los nuevos
dueños del lugar en donde décadas atrás estuvieron modernas rotativas y
cómodas oficinas. A un costado del edificio, en la calle Águila no.257,
existe una pequeña ciudadela donde habitan varias familias en
condiciones de hacinamiento desde hace décadas. Algunos de esos vecinos
(con una hoja de servicios impecable ya sea como líderes sindicales o
cargos en el CDR) han pedido al Gobierno autorización para construir por
esfuerzo propio en el abandonado inmueble, las autoridades hacen oídos
sordos y responden que en ese lugar harán una escuela o un tribunal.
Aunque nada se concreta.
Debido a la solidez de su estructura, en épocas de huracanes los vecinos
de zonas aledañas son evacuados hacia allí. En algunos espacios del
edificio se guardan los muebles y otras pertenencias de personas que se
han quedado sin vivienda por derrumbes o ciclones, a la espera de una
nueva casa, que en ocasiones nunca llega. Con la muerte de El Mundo
también feneció su sede, que metafóricamente se resiste a reconocer a
sus nuevos inquilinos. Es como si el edificio luchara contra el tiempo,
autoaniquilándose lentamente.
Mientras, un anciano negro, sentado a la entrada del edificio, un
conocedor de historias ocultas de esa esquina habanera, rehúsa conversar
con este reportero. Trata de espantarme y me dice que no sabe nada. No
desea revelar anécdotas comprometedoras. Al parecer su único deseo es
llevárselas a la tumba. Tal vez solo espera, en el más allá (lo
confiesan sus ojos), ajustar cuentas con los culpables que en vida
destruyeron sus esperanzas y las de todo un pueblo.
Source: "Esplendor de ayer, decadencia de hoy | Diario de Cuba" -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1376896943_4691.html
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