Saturday, August 27, 2016

Guantánamo, donde las viviendas tampoco alcanzan

Guantánamo, donde las viviendas tampoco alcanzan
La situación en la provincia más oriental de Cuba es bastante similar a
la del resto del país
Viernes, agosto 26, 2016 | RCCC

GUANTÁNAMO, Cuba.- Los pobladores de la oriental provincia de
Guantánamo, al igual que los del resto del país, se quejan de la
situación de sus viviendas y las pocas probabilidades que poseen para
repararlas e incluso algunos edificarlas.

Uno de los principales problemas son los "rastros", que es como se le
conoce de forma popular a los almacenes dedicados a la venta de
materiales de la construcción. Además del enorme papeleo que conlleva
adquirir materiales con un crédito bancario, hay que esperar a que haya,
para separarlos y entonces comenzar la parte burocrática de conseguir la
autorización de compra; a lo que hay que añadir que el costo que tienen
está por encima del poder adquisitivo del cubano común.

En muchas ocasiones, si no los encuentra allí tiene que ir a buscarlos
"por fuera", porque si está en medio de una reparación u obra no la
puede parar y tiene que caer en el "mercado negro" que es el único con
verdadera eficiencia en el país. Pero si ya los precios de los productos
son caros cuando se le compra al Estado, lo son más aún cuando pasa por
segundas o terceras manos.

En el municipio cabecera de Guantánamo existen varios casos de personas
que han solicitado al Gobierno Provincial subsidios para reparar sus
casas, pero se quejan de que lejos de tener esperanza en dicha
"solución" gubernamental, son maltratados por los funcionarios
encargados de los trámites; con todo y que esta forma de pago se anuncia
como estrategia de la dirección del país para resolver los problemas de
viviendas e incluso para establecer algunos pequeños negocios privados.

Una señora de 58 años de edad que no quiso revelar su identidad por
temor a salir perjudicada, comentó: "Mira mi casa para que veas que da
lástima. La semana pasada fui a la oficina de Vivienda Municipal y allí
no me supieron dar respuesta, porque la persona que me atendió dice que
no está informada del asunto; sin embargo estaba atendiendo la
recepción, lo que consideré como una falta de respeto. Luego de eso he
ido ya al Gobierno y al Partido, pero uno me manda para un lugar, y
luego de estar allí ese otro me manda a ver al mismo que me orientó ir a
ese sitio".

Aún están en estas condiciones algunos de los perjudicados por fenómenos
meteorológicos como los huracanes Ike, en septiembre de 2008, y Sandy en
octubre de 2012; esperando los llamados "módulos de materiales de la
construcción", prometidos por el gobierno de la Isla.

Una de estas afectadas refiere que desde que su pequeña casa fue
devastada por el huracán Sandy, ha estado esperando el tan comentado
módulo, pero no ha obtenido respuesta, por lo que se ha visto en la
obligación de presentarse en reiteradas ocasiones a la oficina de
Vivienda para indagar sobre su situación, allí se ha encontrado con
otros con un caso similar.

Explicó la perjudicada: "Me dirigí a Vivienda y la funcionaria que me
atendió me dijo que con esa propiedad no procede un subsidio, pues se
trata de una vivienda incondicionada. Según esa persona, se aplica la
Ley 77 de 2013, por lo que no me quedó más remedio que decirle en su
cara que la ley que me había mencionado era para quitarse un poco de
gente de arriba".

(Manuel Alejandro León Velázquez/RCCC)

Source: Guantánamo, donde las viviendas tampoco alcanzan | Cubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/guantanamo-adonde-las-viviendas-tampoco-llegan/

Las aguas de Jaimanitas no tienen adónde irse

Las aguas de Jaimanitas no tienen adónde irse
Un desagüe construido hace cien años ha desaparecido casi por completo
Sábado, agosto 27, 2016 | Frank Correa

LA HABANA, Cuba.- Casi nadie conoce del antiguo desagüe de Jaimanitas,
construido poco después de fundado el pueblo, hace cien años. Una larga
y sinuosa zanja de un metro y cincuenta de profundidad, que aprovechaba
la topografía del terreno para evacuar las aguas de las lluvias hasta el
mar.

Con el paso del tiempo aquel desagüe desapareció poco a poco, debido al
irrespeto de autoridades y moradores, que con los movimientos de tierra
para construcciones de viviendas y la urbanización del pueblo fueron
tapándolo por tramos. Sobrevivió solamente en su curso final, en la
calle Primera desde 234 a 236, el sitio más bajo del relieve
jaimanitense, pero desde hace varias décadas se ha convertido en un
problema para los habitantes de la zona.

Las viviendas de la calle Primera se construyeron en la ribera izquierda
del desagüe y para acceder a la calle y el tránsito de peatones
construyeron una acera sobre la zanja. La basura acumulada por años y la
falta de limpieza del desagüe, provocaron que el agua dejara de correr,
se convirtiera en foco de vectores y propiciara inundaciones del área.

Para este reportaje se contaba, en sus inicios, con la colaboración de
vecinos decididos a sacar el problema a la luz. Ellos poseen constancia
de las múltiples cartas enviadas al gobierno municipal y provincial,
donde reclamaron una solución efectiva al problema, y también evidencia
de las respuestas proporcionadas por las empresas Aguas de La Habana, de
Alcantarillado Público y de Planificación Social, que evaden la
responsabilidad en su solución. Además, certificados médicos de niños y
ancianos enfermos, residentes en las viviendas aledañas al desagüe, y
viejas fotos donde se puede apreciar el desagüe en tiempos más felices.
Pero al momento de recogerlas para incorporarlas en el texto, los
vecinos habían cambiado de opinión, al ser intimidados con represalias
por colaborar con la prensa independiente.

"Pero yo no tengo miedo", dice William Perdomo, uno de los afectados por
la tupición. "Cuando llueve esto se vuelve un mar y tengo que dar un
rodeo por el patio. Por la puerta solo podría salir en un bote".

Otro damnificado por las inundaciones productos de las lluvias es
Alfredo Sánchez, trabajador de la Empresa Comunales, quien aclara: "Se
han realizado varias reparaciones, es cierto, pero casi siempre a la
acera y no a la zanja. El desagüe original tenía metro y medio cuando se
construyó hace cien años, hoy está repleto de basura. Recuerdo una noche
que un hombre se cayó y se hundió hasta el cuello".

María Beltrán, costurera particular y promotora de este reportaje, dice
que son un verdadero misterio las roturas de la acera, porque siempre
han sido producidas por camiones. "Vivo aquí desde 1991 y he contado más
de diez camiones que han roto la acera y caído en la zanja. El más
recordado fue una pipa llena de petróleo, que rompió la acera y se
hundió en la zanja. Toda la noche la pasaron tratando de sacarla con una
grúa".

No solo la calle Primera se afecta con la atascada del desagüe. La calle
236, por ser la más baja, acumula gran cantidad del agua que debería
confluir al mar, y ha sido bautizada por los jaimanitenses como "La
calle del charco".

También, en Tercera, algunas viviendas se inundan parcialmente cuando
llueve, pues las fosas se desbordan con la acometida del agua desde
Primera. Los vecinos tienen que recurrir a soluciones con medios
propios para evacuar el agua hacia la calle.

Alfredo Sánchez asegura que solo una inversión capital puede resolver
este problema, que afecta a tantos vecinos.

"La solución es levantar completamente la acera, limpiar la zanja,
levantar la altura de la calle y construir una acera nueva. Eso lleva un
presupuesto grande. Pero, ¿y el resto del viejo desagüe que recorría el
pueblo hasta el mar, acopiando las aguas que corren por gravedad? Ese no
tiene remedio. Se perdió para siempre, por la indolencia de los
responsables de la urbanidad del pueblo".

Source: Las aguas de Jaimanitas no tienen adónde irse | Cubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/las-aguas-de-jaimanitas-no-tienen-adonde-irse/

Thursday, August 25, 2016

El régimen amenaza con multa y desalojo al rapero El Invasor

El régimen amenaza con multa y desalojo al rapero El Invasor
JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ | La Habana | 24 de Agosto de 2016 - 19:54 CEST.

Funcionarios de la dirección de Planificación Física del municipio Cerro
amenazaron el lunes al rapero Ramón López Díaz (El Invasor) con multa de
2.000 pesos y el desalojo de la vivienda que alquila temporalmente.

El músico, miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y residente de
Bayamo, Granma, se encuentra en La Habana para concluir la grabación de
sus dos últimas producciones: Recontra fuego y Reportando la resistencia.

"No tengo ninguna duda de que todo este circo es una instrumentación de
la policía política", denunció López Díaz.

"Se personaron unos individuos identificándose como funcionarios de
Planificación Física, pero uno de ellos me dijo: 'yo soy el Estado'.
Exigieron la propiedad de la casa, que colinda con un terreno baldío
que, según ellos, pertenece a una antigua maestra de unos de los hijos
de Fidel Castro", relató.

"Les expliqué que la dueña de la vivienda no se encontraba, ante lo cual
me advirtieron que esta debía presentarse en la oficina, o de lo
contrario me pondrían una multa de 2.000 pesos y me aplicarían el
desalojo inmediato".

Según declaraciones del músico, estos funcionarios le informaron que
llevan "años en la disputa de ese terreno", y de inmediato registraron
todos sus datos personales en una planilla donde lo declaraban "ilegal".

El terreno, que se encuentra en calle Serafines y Calzada de Buenos
Aires, Cerro, "nunca ha sido ocupado por nadie en particular, y solo se
utiliza para sembrar plátanos o como vertedero", señalaron varios
vecinos del lugar.

"Si la supuesta querella es por el terreno que colinda con la casa, no
entiendo por qué razón me declaran ilegal y me amenazan con el desalojo.
Cuando se fueron los supuestos funcionarios, un vecino me informó que
había sido un 'chivatazo' por las canciones que estamos grabando en
contra del régimen", aseguró López Díaz.

"En Bayamo la historia conmigo es igual, con frecuencia a mis familiares
los llaman por teléfono amenazando con meterme preso", agregó.

La propietaria de la vivienda se presentó al día siguiente con la
documentación exigida en las oficinas de Planificación Física. Al
regresar de la gestión, le informó al artista que tenía dos semanas para
buscar otro alquiler.

"Esa fue la evidencia de que nunca se trató de ninguna disputa por el
terreno, y que aquellos individuos no eran funcionarios de Planificación
Física, sino agentes de la Seguridad", consideró López Díaz.

"No puedo culpar a la dueña de la casa; me ayudó hasta donde pudo, pero
tengo que entender que no quiere meterse en problemas porque ella
trabaja para el Estado", agregó.

El rapero dijo que esta es la segunda vez que le ocurre algo por el
estilo. "En mi primer alquiler, en la Habana Vieja, también presionaron
a la dueña y tuve que irme", recordó.

López Díaz ha sufrido el aumento de la censura y del acoso de la
Seguridad del Estado a raíz de su disco Al machete, donde acusa
directamente al régimen de la Isla en canciones como "Otro SMS",
"Pinocho" y "Silencio".

"Vine a La Habana a grabar mis dos últimos discos, hacer tres o cuatro
vídeos y un par de conciertos. No me iré hasta que termine mi trabajo y
estoy dispuesto a asumir los riesgos y el precio que esta dictadura
totalitaria quiera imponerme por expresar la verdad y por exigir la
libertad para todos los cubanos", concluyó.

Source: El régimen amenaza con multa y desalojo al rapero El Invasor |
Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1472061294_24847.html

Wednesday, August 24, 2016

Al rey de las flores se lo llevó un derrumbe

Al rey de las flores se lo llevó un derrumbe
"Aquí una no sabe cuándo se va a morir, a cualquiera le puede caer la
casa encima", dice una vecina de Centro Habana
Martes, agosto 23, 2016 | Vicente Morín Aguado

LA HABANA, Cuba.- Pasadas las nueve y treinta de la noche, Jorge Desilva
Burgos cortó la conversación con un amigo. Tenía que trabajar. Siempre
era así, salvo las ocasiones de una mujer o el sueño obligado. Entró al
local que ocupaba en el número 110 de la calle Salud y, sin mediar
tiempo alguno, vino el desplome del techo, que literalmente le cayó encima.

Aquel era un sitio privilegiado si del comercio de flores se trataba,
porque colinda con la iglesia habanera consagrada a Nuestra Señora de la
Caridad del Cobre, patrona de Cuba. El local del derrumbe estaba
considerado inhabitable desde años atrás, sin embargo, los cubanos
enfrentan el obligado riesgo porque hay pocas opciones para montar un
negocio, menos aún locales en una ciudad con decenas de miles de
personas albergadas por los derrumbes.

Bien se ganó la reputación de ser un auténtico rey en el comercio de las
flores. Su especialidad eran los ramos, dedicados casi siempre a las
celebraciones asociadas a la santería: Oshún (la Caridad), Yemayá (La
virgen negra de Regla), Changó (Santa Bárbara), Babalú Ayé (San Lázaro)
y Orula (adivino patrón de los Babalaos) exigían de su arte.

Cada santo tiene sus atributos; entre muchos de ellos, las combinaciones
de colores que la maestría del florista enseñó a sus trabajadores
ayudantes, regularmente ocho a tiempo completo cada jornada. No
alcanzaba para tantos encargos. También distribuía flores a otras
vendedoras, todas mujeres, ubicadas en la esquina de Manrique y Salud,
rezando cada mañana por "hacer la cruz" —la primera venta— y seguir el
día con buen paso.

Una nube de polvo, residuos de mampostería con un siglo de plantada,
impidió entrar de inmediato al local donde Jorge quedó aplastado. De
cualquier forma nada podía hacerse porque el golpe resultó mortal desde
el primer momento.

El Rey de las Flores de Centro Habana abandonó a sus clientes, amigos y
familiares. El día después de su muerte, a mediados de mes, nadie
trabajó en la calle Salud. Solamente dos piquetes de policías
custodiaban la cuadra, y la pregunta es qué estaban cuidando después del
desplome. ¿Tal vez los escombros? Negativo, porque había personas
cargando material para las nuevas construcciones.

La razón es otra: los curiosos que intentaban fotografiar una vergüenza
más de la inmensa lista que conforma el fracaso, sencillamente eran
requeridos, impidiéndoles eternizar el testimonio de un país que se
viene abajo.

Siempre hubo atrevidos capaces de burlar lo absurdo, mientras el cadáver
de Jorge viajaba a su Santiago de Cuba natal; de donde vino, como
muchos, procurando fortuna y la hizo, pero a riesgo mortal.

Una vieja amiga, florista también, balbuceó con lágrimas en los ojos:
"Aquí una no sabe cuándo se va a morir, a cualquiera le puede caer la
casa encima".

Source: Al rey de las flores se lo llevó un derrumbe | Cubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/al-rey-de-las-flores-se-lo-llevo-un-derrumbe/

De la construcción y la corrupción

De la construcción y la corrupción
CUBAENCUENTRO continúa su sección de narrativa cuyo tema central es lo
que se podría catalogar de "memorias de la revolución"
Alejandro Armengol, Miami | 23/08/2016 12:44 pm

Era a mediados de la década de 1970 y ese día me había tocado ir a la
microbrigada. "Él es buena gente. Yo he estado en su casa", dijo de
pronto uno que trabajaba a mi lado. Se refería a quien era entonces
ministro del Trabajo, un sujeto desagradable y distante, de baja
estatura, que siempre asistía a las reuniones enfundado en una chaqueta
de cuero negro, para que a ninguno de los asistentes le quedara duda de
que vivía en un clima refrigerado.
"¿Y qué tú hacías en casa del ministro?", le preguntó otro, mientras la
capa de relleno en la pared seguía aumentando de volumen
innecesariamente ("A mí qué me importa, no voy a vivir aquí", había
respondido antes, cuando le advirtieron que todo esa mezcla de cemento y
arena, mal hecha y lanzada sin cuidado, terminaría rajándose a los pocos
meses).
"Fuimos a hacer un trabajo", y no había orgullo, pero tampoco pena o
bochorno en sus palabras.
"Así que el ministro mandó a hacer una reparación en su casa a miembros
de la microbrigada. Yo jamás hubiera ido", afirmó el que seguía tirando
mezcla contra la pared, aunque la mitad de cada paletada caía al suelo.
"No fue un arreglo, fue una ampliación", dijo el primero, que comenzaba
a arrepentirse de sus palabras.
Lo peor, lo verdaderamente malsano, es que ninguno de nosotros, de los
que esa mañana hacíamos labores de construcción —muchos sin saber nada
de cómo se levantaba una pared o se hacía un encofrado— estábamos
realmente asombrados de lo escuchado.
Que un ministro utilizara una fuerza laboral, supuestamente dedicada a
la labor ejemplar de edificar viviendas para ellos y sus compañeros de
trabajo ("los gloriosos cascos blancos", como los había llamado Fidel
Castro), era una prerrogativa más que podían permitirse los que estaban
por arriba en la jefatura de mando, como vivir encerrados en
habitaciones con el aire acondicionado al máximo y tener a su
disposición una flotilla de automóviles, mientras afuera, en la otra
realidad del país, lo único disponible eran ómnibus viejos y
destartalados, que nunca llegaban a tiempo y calor, mucho calor.
¿La estará emprendiendo el gobierno de Raúl Castro contra los miles de
corruptos que existen en Cuba? No sé si dispone de la fuerza necesaria
para ello. Ojalá y así sea, pero lo pongo en duda. En primer lugar
porque los procesos que se conocen hasta el momento tienen que ver con
algunos desmedidos, que en un momento dado pensaron que podían obrar
"por la libre". En segundo, porque la corrupción es inherente al sistema
implantado en la Isla: algo endémico, pero que a la vez trata de
aparecer como ajeno, impostado.
Más que un gobierno propiamente dicho, Fidel Castro estableció una forma
de mando, que en buena medida aún se mantiene en pie en el país, donde
logró aunar una apariencia protofacista en lo ideológico; consignas,
grandes concentraciones, marchas y discursos, con una administración
nacional ―casi doméstica―, más cercana a un estilo mafioso, gansteril,
donde el reparto de cuotas de poder a determinadas familias quedaba
siempre supeditado a la voluntad del jefe, que era a la vez padrino y
líder; dispensador de prebendas y castigos. Así, durante su mandato, el
destape de un corrupto era más bien una pérdida de la gracia otorgada
por el jefe ("cayó en desgracia") que el resultado de una verdadera
operación de rastreo, denuncia y castigo de lo mal hecho.
Al parecer Raúl Castro ha modificado esta ecuación, y ha hecho de
perseguir diversos tipos de corrupción una prioridad de su Gobierno.
Pero más allá de la consideración ―que no debe pasarse por alto― de que
estas investigaciones son en primer lugar una fórmula para sacar del
camino a los partidarios de su hermano mayor, queda la interrogante de
si el sistema administrativo que se quiere mantener en Cuba es capaz de
existir sin la corrupción; si ese mecanismo de desvío de recursos,
latrocinio y desorden no es también una fuente de estabilidad para el
Gobierno.
Lo que resulta muy difícil, casi imposible, es eliminar toda esa
corrupción sin dar al mismo tiempo formas alternativas de obtención de
recursos, ingresos e incluso de enriquecimiento.
Ya los ministros no pueden utilizar a los microbrigadistas para arreglar
o ampliar sus viviendas, sencillamente porque las microbrigadas han
desaparecido. Ello no le impide a cualquiera que tiene un puesto más o
menos importante en Cuba el buscar alguna forma de obtener beneficios de
forma fraudulenta. Le va la vida ―o al menos la vida fuera de la cárcel―
cuando lo hace. También pierde una vida ―mejor, más privilegiada― cuando
no lo hace.

Source: De la construcción y la corrupción - Artículos - Cultura - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cultura/articulos/de-la-construccion-y-la-corrupcion-326370