Miércoles, 20 de Julio de 2011 00:24
Moisés Leonardo Rodríguez
Cabañas, Artemisa, 20 de julio de 2011, (PD) Por lo último que les ha 
dado a las autoridades cubanas es por combatir las violaciones de las 
normas urbanísticas.
En la emisión del mediodía del Noticiero Nacional de Televisión del 2 de 
julio una periodista mostró algunas violaciones de este tipo cometidas 
en El Vedado y Centro Habana. Zonas de jardines devenidas en viviendas, 
pavimentadas o convertidas en comercios, alteraciones de los estilos 
arquitectónicos originales, sobre todo de fachadas, colores de pinturas 
mal combinados, fueron algunas de las violaciones mostradas.
  Lo que omitió la periodista es que estos violadores son realidad 
víctimas de las desacertadas políticas seguidas por los organismos 
estatales encargados del problema de la vivienda.
No dice que todo el país está lleno de acometidas de agua desde las 
conductoras maestras hasta las viviendas, y que en muchos casos 
obstaculizan el paso de los peatones por las calles y aceras.
Oculta que los registros eléctricos del sistema soterrado tienen los 
cables por fuera, forrados con cinta aislante, pero ello no elimina el 
peligro de que los peatones se electrocuten.
No tuvo en cuenta la reportera oficialista que la política estatal no 
incluye la creación de zonas urbanizadas para las nuevas construcciones 
y en su lugar se reparan cuarterías y otros lugares que no reúnen los 
requisitos de una vivienda adecuada.
En enero de 2008 se presentó a la Asamblea Nacional del Poder Popular, 
el Consejo de Estados y de Ministros, el Instituto Nacional de la 
Vivienda y el Ministerio de la Construcción, la propuesta denominada 
"Petición de ciudadanos cubanos sin el derecho a una vivienda adecuada 
satisfecho", en la que se incluía la sugerencia de: "Crear el propio 
Estado, con capital compartido o con donaciones, zonas residenciales con 
la urgencia requerida y sin descuidar por ello la calidad, para hacer 
posible la venta, o asignación en los casos sociales, de terrenos 
destinados y aptos para la construcción de viviendas decorosas y 
conforme a planes de urbanización que detengan el actual caos en este 
asunto".
Aparte de respuestas formales al proponente y haber dedicado un programa 
de Mesa Redonda al asunto posteriormente a la solicitud, nada ha hecho 
el gobierno cubano al respecto.
La improvisación y los planes de contingencia predominan en este asunto. 
La prioridad de los gobernantes es la reparación de cuarterías y la 
conversión de locales en desuso en viviendas que en casi ningún caso 
reúnen los requisitos de una vivienda adecuada según las normas 
internaciones. Se trata de bajar el déficit habitacional 
cuantitativamente sin tener en cuenta las exigencias de la calidad de 
vida de las personas. Nada de políticas serias, previsoras, sostenibles 
y sustentables. Pura irracionalidad con el objetivo de poner parches 
donde se demanda una cura radical.
Toca a los estados establecer las normas legales y velar por su 
cumplimiento. Toca también a ellos crear las condiciones para que los 
individuos puedan satisfacer sus necesidades sin recurrir a la violación 
de las normas establecidas. En esto de la vivienda, como en tantas otras 
cuestiones, los reales culpables tratan de presentar como tales a sus 
víctimas.
Reprimir ha sido la opción preferente de los gobernantes cubanos cuando 
pretenden solucionar algún problema que daña su imagen. Ahora les ha 
dado por exigir la observancia de las normas urbanísticas sin dar ellos 
los pasos que deben anteceder a la exigencia.
Multar por botar papeles y otros deshechos al piso es inmoral si no se 
colocan primeramente suficientes recipientes para ello; multar por 
orinar en los rincones es inmoral por parte de quienes durante 52 años 
han hecho desparecer prácticamente los baños públicos en las ciudades 
del país.
Los que interpretan el "perfeccionamiento del sistema", concebido, 
diseñado y ejecutado por los culpables de todo lo malo que existe en el 
país, como algo dirigido realmente a la solución de los problemas de los 
de a pie, se equivocan.
Todo está bien calculado para mejorar la imagen hacia el exterior, 
mantener sus posiciones y las fuentes que les suministran la "miel del 
poder". El fin supremo es libar a toda costa, sin los riesgos asociados 
a las soluciones reales. Por eso, los culpables seguirán culpando a sus 
víctimas.
corrientemartiana2004@yahoo.com
http://www.primaveradigital.org/primavera/sociedad/sociedad/1815-culpables-que-culpan
 
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