Pura especulación la venta de casas en Cuba
La compra y venta de viviendas y automóviles, es, para el gobierno
cubano, una manera de insertarse en un mercado negro que no puede
eliminar ni obviar.
martinoticias.com 28 de abril de 2011
Faltaría por saber quiénes serían o no autorizados para la compra/venta
de inmuebles y cuántas propiedades se podrían tener.
La abogada cubana Laritza Diversent opina que el anuncio hecho por el
gobierno cubano al concluir VI Congreso del Partido Comunista, de que
por primera vez en cincuenta años permitirá a los cubanos comprar y
vender viviendas y automóviles, es una manera de insertarse en un
mercado negro que no puede eliminar ni obviar.
En un artículo publicado en el diario español El País, el periodista
Andrés Oppenheimer afirma que el tal anuncio sólo demuestra la sabiduría
del viejo chascarrillo, según el cual, "el comunismo es el camino más
largo entre el capitalismo y el capitalismo".
Sin embargo, el periodista cubano Reinaldo Escobar, en una columna
publicada en el sitio digital Diario de Cuba, reseña que "la prohibición
de la compra-venta de casas no ha sido en modo alguno un capricho de
Fidel Castro, carente de motivos sólidos, como pudiera creerse en un
análisis superficial del asunto. Hay que haber estado presente en una
asamblea de distribución de viviendas para comprender cabalmente el
profundo significado ideológico que ha tenido en nuestra sociedad el
hecho de que a una persona "le dieran", "le entregaran", "le asignaran"
una vivienda, en el lugar que le tocaba y con la cantidad de dormitorios
que le correspondía.
Para Diversent, quien conversara con martinoticias.com, todo cuanto se
diga hasta ahora es pura especulación. "Hasta que el anuncio no se
convierta en Ley y se publique en La Gaceta Oficial, sigue siendo
únicamente lo que se dijo en el Congreso", puntualizó la abogada.
Coincide Oppenheimer en su artículo en que "los detalles aún no se han
publicado al momento de escribirse estas líneas, pero algunos cubanos
bien informados dicen que es probable que los nuevos lineamientos
marquen el inicio de una apertura económica similar al proceso de
reformas económicas que se inició en China en 1978, o en Vietnam en 1986.
Diversent, por su parte, afirma que tanto ella como muchos cubanos miran
con cierta desconfianza "esas libertades" que propone en estos momentos
el gobierno" y que habría que esperar por el articulado y las
especificaciones de la Ley.
"Omar Everleny Pérez, subdirector del Centro de Estudios Cubanos de la
Universidad de La Habana, -asegura Oppenheimer- me dijo en un e-mail
enviado desde la isla que "estamos en presencia de una actualización del
modelo económico cubano, tan profunda como las experiencias de China y
Vietnam, con las diferencias existentes en cada modelo".
Que ahora, de la noche a la mañana, -relata Reinaldo Escobar- un
ciudadano cubano pueda elegir dónde vivir y adquirir una casa sin haber
hecho compromisos políticos ni horas de trabajo voluntario, sin misiones
internacionalistas ni zafras cañeras, sin mítines de repudio ni marchas
del pueblo combatiente, sin haber denunciado nunca a nadie ni haberse
machucado varios años en una microbrigada, solamente porque tiene el
dinero que va a pedirle el vendedor, eso, sin dudas, es un cambio
trascendental.
Hasta ahora, -explica Oppenheimer- los cubanos solo podían permutar sus
viviendas propiedad del Estado, un mecanismo que ha dado lugar a un
enorme mercado negro inmobiliario porque la gente que se quiere mudar a
una casa más grande tiene que pagar dinero extra de manera clandestina a
la persona que le cede la propiedad.
Diversent explicó a martinoticias.com que hasta ahora hay muchas
cuestiones que pueden ponerse en duda hasta que se divulgue la Ley pues
no conciben cómo el gobierno podrá deshacerse de su actitud
controladores, que hasta para una simple permuta, imponía un rígida
reglamentación y tramitación burocrática que lastraba cualquier gestión.
Señaló asimismo la abogada que faltaría por saber quiénes serían o no
autorizados para la compra/venta de inmuebles y cuántas propiedades se
podrían tener, ya que entre las resoluciones del Congreso también se
habló de la prohibición de la acumulación de propiedades.
Carmelo Mesa Lago, un economista de la Universidad de Pittsburgh quien
es uno de los más respetados analistas de la economía cubana, -apunta
Oppenheimer- se muestra más escéptico. Y parece coincidir con Laritza
Diversent cuando explica al periodista: "Si no hay sorpresas cuando se
publiquen las resoluciones del Congreso, el cambio no es comparable con
las aperturas económicas de China o Vietnam hace algunas décadas".
Entonces Reinaldo Escobar se da el lujo de soñar y -no sin cierta
ironía- se aventura a decir: "Puede ocurrir que a quienes decidan
marcharse de la Isla para siempre les permitan ahora vender su casa para
sufragar los gastos del viaje y con eso se dé por terminada la
abominable práctica de penalizar la emigración con la confiscación de
bienes. Quién quita que, una vez eliminado ese escollo, desaparezca el
concepto de "salida definitiva" y con él el absurdo Permiso de Salida.
Al ser interrogada por martinoticias.com sobre los posibles precios y el
tipo de moneda que se usaría para las supuestas futuras transacciones,
Diversent detalló que de todos modos los precios serían astronómicos y
que cualquier moneda sería válida ya que se partiría de la posible
convertibilidad, así un apartamento de 7000 dólares podría venderse en
140 000 pesos, y el gobierno sería un astuto intermediario que ganaría
mucho dinero en un mercado en el cual pretende insertarse.
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