Saturday, March 7, 2015

Vertederos que ayer fueron derrumbes

Vertederos que ayer fueron derrumbes
La pérdida de gran cantidad de edificaciones del fondo patrimonial de la
nación, provoca improvisados vertederos, a costa de la indisciplina
social y la falta de recogida periódica de la basura
viernes, marzo 6, 2015 | Reinaldo Emilio Cosano Alén

LA HABANA, Cuba. -Ibán Guerra Hernández, fotógrafo particular residente
en Boca de Jaruco, provincia Mayabeque, cuenta que los trabajadores de
una carpintería estatal en el capitalino municipio San Miguel del Padrón
habían manifestado a las autoridades el peligro de derrumbe de este
inmueble. Pero "la cómoda actitud oficial consistió en extraer los
equipos de trabajo y cerrar el centro, sin intentar salvar el inmueble.
El edificio, construido en la primera década del siglo pasado,
abandonado a su (mala) suerte sucumbió inevitablemente", dice Guerra.

Igual amenaza de desplome tenía la carnicería en Calzada de Güines, San
Miguel del Padrón, curiosamente llamada "La Maravilla" -que lo fue hasta
1958, cuando aún no faltaba ningún producto cárnico para la venta.

"Los vecinos y consumidores de la carnicería denunciaron en muchas
reuniones con el delegado del Poder Popular el estado del inmueble con
amenaza de desplome, por falta de mantenimiento constructivo. Se vino
abajo en enero del pasado año. Nada hizo el gobierno local para salvar
la construcción de los primeros años del siglo XX. La caída quebrantó la
vivienda contigua, ahora en inminente peligro de derrumbe".

La carpintería y carnicería fueron confiscadas a sus legítimos
propietarios tras la avalancha de confiscaciones entre 1959 y 1968.

Una vecina, bolsa en mano, camino de "La Piedra", refunfuña: "Nosotros,
antiguos consumidores de 'La Maravilla' tenemos que quejarnos porque no
se hizo nada por salvar nuestra carnicería. La solución fácil del
gobierno fue re-ubicarnos en la carnicería en calle Piedra. Ahora
estamos agregados los consumidores de dos carnicerías. Nosotros, que
vivimos mucho más lejos, tenemos que caminar una larga distancia. Las
colas son peores cuando sacan algún producto, gastamos demasiado tiempo
en ida y regreso a nuestras casas, hacer cola, comprar. No tenemos
esperanza de que se resuelva la situación, que parece será eterna,
porque dicen que no hay recursos para reparar la carnicería malograda.
Habría que hacerla nueva, empezando desde los cimientos, y no hay
presupuestos, según ellos."

Otra queja del vecindario es que, en los espacios donde estuvieron
enclavadas carpintería y carnicería, hoy se levantan sendos basurales.
Han reclamado esos espacios para la construcción de un parque,
especialmente para niños, o un parqueo para autos, motos y bicicletas,
pero los dirigentes niegan el permiso.

Mientras, continúan creciendo los improvisados vertederos, a costa de la
indisciplina social y la falta de recogida periódica de la basura.

La pérdida de gran cantidad de edificaciones del fondo patrimonial de la
nación, en circunstancias semejantes a las descritas, se refleja
irremediablemente a lo largo de la isla.

Source: Vertederos que ayer fueron derrumbes | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/vertederos-que-ayer-fueron-derrumbes/

Friday, March 6, 2015

Las mezclas aparte

Las mezclas aparte
VÍCTOR ARIEL GONZÁLEZ, La Habana | Marzo 05, 2015

El hombre era de los primeros en llegar a la obra. Sus botas lucían
manchas de color gris y llevaba la pala dentro de una vieja carretilla,
cuya rueda gemía con un lastimoso chirrido al andar. Sin Tomás la
jornada no comenzaba para nadie, porque en una construcción de puro
bloque y mortero quien hace la mezcla es el obrero más importante.

Tomás trabajaba rápido. Podía preparar, en un par de minutos y a base de
paletadas, la cantidad de mortero que servía para levantar todo un muro.
Pero fabricar también a mano un hormigón estructural era algo que ni
siquiera él hubiese podido lograr, pese a su vasta práctica. Y, sin
embargo, eso era lo que le habían ordenado aquella mañana. "Técnico, no
coja mezcla de aquí, que yo le voy a preparar a usted una aparte", dijo
Tomás al responsable de controlar el proceso.

El "técnico" era en realidad el ingeniero civil que, a la postre,
terminaría escribiendo esta historia. Había llegado donde estaba Tomás,
con los moldes listos para sacar muestras del hormigón y enviarlas a un
laboratorio. La mezcla "aparte" –que jamás se preparó, por indicaciones
del mismo ingeniero– hubiese contenido mucho más cemento de lo normal
para que las probetas consiguieran la resistencia requerida en los planos.

Ningún hormigón estructural puede prepararse con una pala mezclando
vagones de áridos con cemento. Es técnicamente imposible. Y en esta
obra, ni siquiera el agua para elaborarlo cumplía con los estándares
mínimos. Pero las órdenes fueron emitidas "desde arriba" y ya unos
albañiles –no carpinteros– habían preparado malamente los encofrados
para fundir unas columnas.

Tomás nunca entendió por qué el ingeniero no estaba dispuesto a
adulterar la muestra, faltando a su ética profesional y a su
responsabilidad. A fin de cuentas, durante sus años como constructor
muchas veces vio hacer lo mismo y cada vez las cosas se ponían incluso
peor. "Técnico, no va a dar la resistencia", pronosticó. "Claro que no
va a dar", respondió el ingeniero.

En efecto, 28 días después de elaborada la probeta de hormigón, una
enorme prensa la fracturó antes de que los indicadores marcaran siquiera
la mitad de la resistencia deseable. Pero las columnas hechas con aquel
débil material no se demolieron.

De alguna forma, los jefes de la obra lograron bajar los estándares del
proyecto. Se trataba de futuras viviendas para albergados y no de
lujosas habitaciones de un hotel, así que no importaba mucho. Pero el
incumplimiento de la empresa constructora no podía seguir aumentando.

Para evitar malos entendidos en el futuro, el ingeniero jamás volvió a
ser llamado para supervisar un hormigonado. A partir de entonces,
mágicamente, todo el concreto que se utilizó en la obra calificó de
"excelente", como siempre había ocurrido.

La anécdota no constituye una excepción, sino una regla. La industria de
la construcción en Cuba ha pasado de estar a la vanguardia –en 1956 se
completó el Focsa, segundo edificio de hormigón más alto del mundo para
su época– a convertirse en un peligro potencial por las malas prácticas.

No se trata de la calidad estética, golpeada por décadas de prefabricado
extensivo y acabados descuidados, sino que hoy no hay un control
efectivo sobre la calidad estructural de la mayoría de las edificaciones
en el país. Por alguna razón se construía tan bien antes de los años 60,
cuando no era necesario que un tal Tomás preparase "mezclas aparte".

Source: Las mezclas aparte -
http://www.14ymedio.com/nacional/mezclas-aparte_0_1736826305.html

Un oriental asombrado, en el barrio de Nuevo Vedado

Un oriental asombrado, en el barrio de Nuevo Vedado
Llegó a La Habana hace 15 años. Se pregunta quiénes son esos nuevos
ricos de Nuevo Vedado, desconocidos, que viven tan bien que parece un
barrio de otro país
jueves, marzo 5, 2015 | Iris Lourdes Gómez García

LA HABANA, Cuba. -Tengo un amigo que es cubano como yo, pero nacido en
las provincias orientales; concretamente en la provincia Granma. Vino a
La Habana hace unos quince años como albañil, y aquí se mantiene hasta hoy.

Gracias a su profesión, comenzó a conocer cómo vivían los habaneros y se
sorprendió: hay personas que viven en Nuevo Vedado que pareciera que
están en otro país. Se levantan por las mañanas a regar, con unas
mangueras que no venden en Cuba un césped, que parece extranjero.
Agrandan sus baños para instalar un jacuzzi. Tienen en sus garajes
varios carros de distintas marcas, tamaños y precios, pagan la entrada
de ellos y sus parejas en centros nocturnos cuyos espectáculos pueden
costar varias decenas de dólares, y almuerzan y comen en lugares que él
pensaba que estaban destinados solamente a los turistas.

Lo que más le sorprende de estas personas, que constituyen una clase
aparte de cubanos, es que cuando los ve bajarse de sus enormes carros
con chapa particular, marca Mercedes Benz, BMW, Audi y hasta Ferrari, no
logra reconocerlos como alguien famoso, y tiene que preguntarse quiénes son.

No se trata de músicos que se hayan pasado la vida viajando; no son
pintores de éxito que vendan grandes cuadros en el extranjero; tampoco
especialistas de la medicina que por sus grandes aportes hayan recibido
un carro como premio. Ni siquiera se trata de deportistas poseedores de
récords mundiales. Los médicos y otros trabajadores de la salud, al
terminar su misión fuera de Cuba, lo que han hecho hasta ahora es
comprarse un carrito chiquito de uso; los músicos famosos, la mayoría de
las veces lo que tienen es un Hyundai pequeño.

Sin embargo, en Oriente…

El asunto es que en Oriente la mayoría de los trabajadores tiene como
gran aspiración tener su propia bicicleta, armada con piezas viejas. No
se atreven ni a aspirar a comprar una nuevecita, con cambios de
velocidad. También, la mayoría de las veces, sueñan con tener su propio
cuarto en una casa, y al no lograrlo, se enrolan en esos llamados
contingentes de la construcción, donde al principio se trabajaba duro
pero con condiciones favorables y buena remuneración, y donde ahora ya
ambas cosas se han deteriorado. En los trabajos les piden que se
sacrifiquen un poquito más, que por causa del bloqueo no es posible
tener mejores condiciones de vida.

Mi amigo me cuenta que, antes de venir a la capital, pasó el Servicio
Militar en su provincia, donde tuvo buen comportamiento y no presentó
ningún problema; después se acercó a las oficinas de Trabajo y Seguridad
Social, y allí conoció que solo podía aspirar uno de los dos trabajos
siguientes: de sereno cuidando un bodega por 109 pesos al mes o
construyendo túneles populares por 150.

Se decidió por lo segundo, pero al llegar al túnel en cuestión, le
explicaron que debía traer sus propios medios, es decir, su pico, su
pala o su carretilla. Como no pudo decidirse qué era peor (si dar pico
todo el día, dedicarse a la pala o cargar la carretilla), prefirió
enrolarse en un contingente de la construcción.

Así llegó a Varadero primero y a La Habana después. Como vio que en los
contingentes los trabajadores se pasaban el día tratando de ver qué se
robaban y los jefes buscando cómo despojar del estímulo mensual a los
obreros, decidió que mejor trabajaba por su cuenta y se hizo albañil
particular, especialista en enchapar cocinas y baños.

Mi amigo se pregunta: ¿quiénes son estos que manejan los Audis y los
Mercedes Benz y que en la mayoría de los casos son muchachos jóvenes?
¿Cómo lograron importar estos carros? Si nadie los conoce, ¿a qué se
dedican? O tal vez más importante: ¿Quiénes son sus padres?

Source: Un oriental asombrado, en el barrio de Nuevo Vedado | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/un-oriental-asombrado-en-el-barrio-de-nuevo-vedado/

Sunday, March 1, 2015

Metas y miserias en Santiago

Metas y miserias en Santiago
DARIELA AQUIQUE LUNA | La Habana | 1 Mar 2015 - 10:11 am.

Los santiagueros viven sin agua, pero las obras por el medio milenio de
la ciudad no dejan de estar bien abastecidas.

Metas, como sustantivo, tiene entre sus acepciones las de finalidades,
intenciones, objetivos, propósitos. Miserias, por su parte, significa
pobrezas, infortunios, desgracias, escaseces, penurias y otros males.
Obviamente, desde las miserias es paradójico trazarse metas. Pero como
en nuestra Isla lo irracional es un lugar común, vivimos entre metas y
miserias.

Un ejemplo que bien lo ilustra son las tantas obras de construcción que
a contrarreloj y por disposición del Partido y el Gobierno se llevan a
cabo actualmente en la ciudad de Santiago de Cuba. Pues resulta que este
año se cumple medio milenio de la fundación de la villa y se pretende
engalanarla. A lo que habría que sumarle la ya tradicional conmemoración
del asalto al Cuartel Moncada.

Desde principios de año la sequía ha estado afectando el oriente del
país, principalmente a Santiago, donde los embalses han estado muy por
debajo de sus capacidades, y en consecuencia se han alargado los ciclos
de bombeo. Si caminamos por cualquier calle de la ciudad, encontraremos
gente arrastrando carretillas con tanques o cargando cubos desde lugares
distantes. Hay quienes se aprovechan de la escasez y venden barriles
traídos de manantiales. Y hasta quienes se asean en sitios públicos.

El ciclo de abastecimiento, que ahora es cada siete días, trae como loca
a la gente que, independientemente de la hora a la que le llegue el
agua, se pondrán a lavar y a llenar cubos, cubetas y hasta pomitos de
reserva. "¡Llegó el agua!" , es un grito de aviso entre los vecinos,
todas las semanas. "¡Ay Dios mío, que llueva!", es la frase más oída el
resto de los días.

En los hospitales, escuelas de becados, penitenciarias y otros centros
de concentración de personas, el agua se pone diariamente durante una
hora. En ese corto tiempo habrá que asearse, lavar, fregar y hasta hacer
del cuerpo, como decía mi abuela. Mientras que en las instalaciones
turísticas sí está garantizado el suministro diario, pero eso ya sabemos
por qué.

Lo incomprensible en este asunto es que no hay actividad que necesite
más del agua que la construcción y, sin embargo, ninguna de las
numerosas obras que se están efectuando se ha parado por este contratiempo.

Para que la ciudad luzca fastuosa en su onomástica se rescatan
emblemáticos edificios citadinos como el Hotel Imperial, una bella y
céntrica construcción de estilo neoclásico que llevaba más de 20 años en
total deterioro.

También se restaura el Museo Provincial Emilio Bacardí. Asimismo, se
reconstruyen otras obras de interés patrimonial como Botino, una
singular farmacia ubicada en el casco histórico de la ciudad. El antiguo
Club San Carlos, el Ateneo Cultural Antonio Bravo Correoso, elegante
vivienda de apariencia ecléctica con influencia de la arquitectura árabe
y gótica. Y no deja de recibir sus acicates la Catedral, que fue muy
dañada desde el paso del huracán Sandy.

No solo hay reparaciones, también hay fabricaciones de nuevos proyectos
como una serie de hostales destinados al turismo en toda la avenida
Manduley del residencial reparto Vista Alegre. Se erige un malecón en el
litoral, que incluye tres parques. Un Museo de la Música, una Casa del
Tabaco, un complejo gastronómico-cultural, así como varios complejos
habitacionales en diferentes sitios de la ciudad, que serán entregados
en saludo al 26 de julio.

Pero quizás la obra más ambiciosa de todas sea la nueva avenida Juan
Gualberto Gómez que irá desde la Plaza de la Revolución Antonio Maceo
hasta el cementerio Santa Ifigenia, y que tendrá entre sus objetivos
servir de escenario para desfiles militares.

Para colmo de males, las construcciones viales de la nueva avenida que
comprende los repartos Yarayó y San Pedrito han provocado roturas en las
tuberías que han agravado la situación de la llegada del suministro de
agua a estos lugares.

Que se atavíe la ciudad me parece genial, lo que resulta ilógico es que
sea en estas condiciones climatológicas nada propicias para fines de esa
envergadura. Sin embargo, "las metas hay que cumplirlas" aunque los
santiagueros dejen de bañarse. Tendrán una ciudad engalanada en sus 500
años de fundada y, aunque sea con ropas sucias, irán a gritar consignas
el 26 de julio junto al antiguo cuartel.

Es una orientación del Partido y el Gobierno y hay que consumarla,
aunque las metas sean a costa de la miseria.

Source: Metas y miserias en Santiago | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1424971885_13106.html