Saturday, November 22, 2014

Veterano cubano de la guerra de Angola en extrema pobreza

Thursday, November 20, 2014

Una Villa abandonada a su suerte

Una Villa abandonada a su suerte
Los vecinos de "Villa La Granjita" ya no saben qué hacer. Fueron mudados
a esa comunidad, supuestamente recibían viviendas nuevas y confortables.
Con el paso del tiempo han descubierto el mal estado de las
construcciones en que viven.

miércoles, noviembre 19, 2014 | José Luis León Pérez

VILLA CLARA, Cuba. -En el Km 3 de la carretera a Camajuaní, radica el
reparto "Villa La Granjita", pero que todos conocen como "ECOA 13". A
principios de los años 2000, allí se construyeron viviendas de "bajo
costo" para personas sin hogar, casos de Seguridad Social, entre otros.

Debido al gran descontrol de los materiales durante la edificación de la
villa, hoy se evidencian defectos en la construcción de la mayoría de
las viviendas.

Se filtran techos y paredes en más de 45 casas. Esto se evidencia cuando
llueve o se desbordan los tanques de agua ubicados en las azoteas. A
causa de estas filtraciones, el agua pasa por registros eléctricos, con
el consiguiente peligro de que alguien pueda electrocutarse por los
charcos que se forman en escaleras y pisos.

Las paredes muestran evidencias de deterioro por la humedad y la mala
calidad de los trabajos allí realizados. Las instalaciones sanitarias,
de varios domicilios, presentan tupiciones y roturas de alta complejidad
para su reparación, que la mayoría de los vecinos no pueden sufragar.

"Cualquier día nos caen las casas en las cabezas, nadie hace nada", se
queja Vivian Hernández, de 43 años y residente del lugar.

Pero los problemas que sufren los "villareños" no paran ahí. Por
ejemplo, en la calle 8, la Empresa Comunales arrancó el pavimento y
construyó un hueco con la intención de limpiar y destupir un registro,
pero al terminar dichos trabajos, no taparon el hueco. Va a pasar un año
desde que esto sucedió.

A su vez, la cisterna de uso doméstico que utiliza uno de los edificios
presenta graves filtraciones. Cuando llueve, las aguas pluviales se
mezclan con la potable y ésta se contamina.

En la panadería existente en la villa, los vecinos se quejan en
ocasiones de la pudrición existente bajo de ella, provocado por varias
viviendas contiguas al inmueble. Estas cuarterías no poseen
instalaciones sanitarias y los desechos son arrojados muy cerca de la
panadería. "Por ese motivo, fue cerrada una vez por Salud Pública",
afirma Yolanda Suárez, de 24 años.

Dicha situación ha sido denunciada en varias ocasiones por los
residentes del lugar, pero no se ha resuelto nada. Esta situación exige
responsabilidad del Gobierno local, por la situación crítica en que se
encuentra la provincia y el municipio, por las epidemias del cólera y el
dengue.

"Esta situación se ha planteado en todas partes y nadie ha venido por
acá a darnos una respuesta. Estamos desesperados porque el único
suministro de agua que tenemos es desde la cisterna, sin contar que el
agua nos llega una vez al mes. Y si además se contamina, imagínese
usted", precisó Sandra Cabello, mujer de 42 años de edad y madre soltera
con tres hijos menores.

Ante tantos problemas que sufren los de la "Villa La Granjita", ningún
dirigente facultado se ha personado en la comarca para procurar los
reclamos de los vecinos hasta la fecha. Así, crece la incredulidad y la
decepción de estos pobladores, cuando leen el mural que está enclavado
en la entrada del lugar: "Tenemos y tendremos: Socialismo".

Source: Una Villa abandonada a su suerte | Cubanet -
<http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/una-villa-abandonada-a-su-suerte/>

Wednesday, November 19, 2014

Cuba - más promesas de reconstrucción tras paso de desastres

Cuba: más promesas de reconstrucción tras paso de desastres
Cuba dice reafirmar su compromiso con la reducción de riesgos y
desastres, aunque asegura no disponer de la capacidad de respuestas
necesarias.
Martinoticias.com
noviembre 18, 2014

A solo dos años del desastre que causó el huracán Sandy en Cuba, el
General de División del Estado Nacional de la Defensa Civil de Cuba,
Ramón Pardo Guerra, dio lectura en el Palacio de las Naciones en Ginebra
a un comunicado oficial en la tercera Conferencia Mundial de Naciones
Unidas sobre la Reducción de Desastres.

El comunicado leído por el militar cubano incluye críticas a la política
de Estados Unidos hacia el Gobierno de la isla, enuncia la voluntad
política de La Habana para afrontar los desastres y afirma que hay una
política de cumplir con la población en casos de desastres naturales.

Pardo Guerra hizo caso omiso a la cantidad de críticas y denuncias de la
población cubana por la incapacidad de sus funcionarios para resolver
los problemas que dejó el huracán a su paso por la zona oriental de Cuba.

Las Redes Sociales están inundadas de fotografías y denuncias con la
etiqueta #HuracanSandy, que la sección "Reporta Cuba" de
Martinoticias.com ha reportado recientemente, en la que activistas de la
región oriental de Cuba publicaron fotos de los lugares afectados por el
paso del meteoro hace dos años.

Alexis Bazalo destaca #HuracanSandy: "A dos años de un pueblo sumido en
la miseria y la incapacidad de Castro resolver los problemas". "A dos
años de vivir bajos los índices de la pobreza...de la inseguridad total...

http://www.youtube.com/watch?v=ZgyTZIrtYrU

Source: Cuba: más promesas de reconstrucción tras paso de desastres -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-compromiso-para-combatir-desastres-naturales/80467.html

El edificio basurero

El edificio basurero
[19-11-2014 01:39:25]
Misael Aguilar Hernández
Red Cubana de Comunicadores Comunitarios

(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana Vieja es un sitio asediado por
fotógrafos profesionales y aficionados. Cada uno de ellos quiere atrapar
en su lente la imagen de una ciudad que se deteriora y se esfuma ante
los ojos impávidos de sus habitantes.
Una de las cosas que más llama la atención de quienes fotografían este
sitio de la ciudad es el inocultable deterioro de las casas y los
edificios. Algunos de estos inmuebles son sitios de peligro evidente
para sus habitantes, pues a simple vista se puede observar que esos
balcones donde se ven tendidas ropas y sábanas pueden ser -de un momento
a otro- protagonistas de un ruidoso derrumbe.

Uno de esos edificios que presenta condiciones pésimas para ser habitado
es el que se encuentra frente al Tribunal Provincial de Justicia de la
Habana, a la vez frente al Capitolio y además comparte la misma manzana
que el cine Payret, en la calle Prado.

Una parte de este edificio no está habitada, pero en el resto se pueden
ver personas y sus pertenencias colgando de rústicas tendederas.

Debajo del edificio el régimen ha colocado unas vallas metálicas con
viejas imágenes de la Habana adornándolas. Sin dudas una atracción para
los turistas que retratan estas vallas hasta la fatiga. Lo que al
parecer nadie retrata, pues se ha ocultado con algo de sutileza a la
vista de todos -incluyendo a los turistas- es el basurero que hay detrás
de estas vallas, donde se mezclan los deshechos que lanzan desde arriba
sus habitantes y los que agregan los que por allí pasan en pleno día, de
noche o de madrugada; pues en el espacio que hay entre estas vallas y la
calle pulula una gran cantidad de excrementos y orines; aprovechado
muchas veces como improvisado y urgente baño público, debido a la
ausencia de estos en un área tan concurrida de la capital.

Ellas logran ocultar la mugre, pero no su olor que se esparce por esta
zona, justo frente al Capitolio, imagen y símbolo de la vieja República.

Los cubanos conviven con la ruina y la falta de higiene. Los turistas
retratan esas ruinas y se van contentos con esos testimonios
pintorescos, los más visibles, de 55 años de socialismo.

Source: El edificio basurero - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/546be6bd3a682e13cc639dc3#.VGyKt_nF9HE

40 años de olvido

40 años de olvido
[19-11-2014 01:22:42]
Miladys Carnel González

(www.miscelaneasdecuba.net).- Son diversas las formas en las que un
periodista independiente obtiene una noticia. En este caso mi agencia de
prensa fue contactada por uno de los afectados en un desalojo, en busca
de "la gente de los derechos humanos".
Y es que a punto de ser despojados de sus viviendas se encuentran ocho
familias que residen en igual número de apartamentos, y suman un total
de 36 personas. El edificio está ubicado en calle San Lázaro, esquina a
Perseverancia en el municipio Centro Habana, y está en estado crítico, a
la vista es algo espeluznante.

El pasado día 10 de noviembre le fue notificado a los residentes del
edificio, por los funcionarios de vivienda, a través del licenciado Juan
Carlos Sandres Borrego, director de la Oficina de la Vivienda municipal,
que en 72 horas serian extraídos, una forma virtual de decir "desalojados".

Los vecinos se encuentran en una encrucijada sin salida, ya que iban a
instalarlos en unos locales en "La Jata", municipio de Guanabacoa y
cuando fueron a ver la ubicación, se encontraron que el lugar está en
pésimas condiciones, sin baños, sin cocina, interruptores de la
electricidad; y lo único que lo desiguala del edificio en que residen,
es que está considerado como inhabitable pero reparable, a diferencia
del de ellos que está catalogado como inhabitable e irreparable.

La señora que vive en la azotea, llamada Edita Lores, de 73 años de
edad, explicó que están en estas condiciones desde el año 1976 y que
desde entonces se encuentran en espera de una nueva vivienda. También
refirió que en el año 2005 fueron los trabajadores de demolición con una
orden para desbaratar el inmueble, pero al llegar se encontraron que
estaban viviendo personas.

Allí residen en la actualidad niños como: Cheila González Carrillo, de 7
años; Yoemi de 9; Amanda Carrillo, de 3 años, con su mamá que se
encuentra embarazada de 8 meses, casi al parir. También viven varios
ancianos.

Es notable a simple vista que los techos de la última planta han cedido
11 pulgadas, los vecinos hicieron la medición. Están pandeados y bajo
esta amenaza de muerte duerme una bebé de 3 meses de nacida.

En estas condiciones infrahumanas habitan todas estas personas, que han
sido olvidadas por casi 40 años, aunque Carlos Gardel dijo -en uno de
sus famosos tangos- que 20 años no es nada, ya el doble es mucho. Hasta
el momento no habían ido los actores del Poder Popular a realizar la mal
llamada extracción.

Source: 40 años de olvido - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/546be2d23a682e13cc639dc1#.VGyKvPnF9HE

Tuesday, November 18, 2014

Habana ¡cómo me dueles!

Habana ¡cómo me dueles!
YOANI SÁNCHEZ, La Habana | 16/11/2014

Ser habanero no es haber nacido en un territorio, es llevar ese
territorio a cuestas, no poder desprenderse de él. La primera vez que
caí en la cuenta de que pertenecía a esta ciudad, tenía siete años.
Estaba en un pueblito de Villa Clara, tratando de alcanzar unas guayabas
en una rama, cuando un montón de chiquillos de aquel lugar nos rodearon
a mi hermana y a mi. "¡Son de La Habana! ¡Son de La Habana!" chillaban.
En ese momento no entendíamos tanto alboroto, pero con el tiempo nos
dimos cuenta que nos había tocado un triste privilegio. El haber nacido
en esta urbe venida a menos, en esta ciudad cuyo mayor atractivo es lo
que pudo ser, no lo que es.

Soy totalmente urbana, citadina. Me crié en una zona del barrio de Cayo
Hueso donde los árboles más cercanos quedaban a más de quinientos
metros. Me siento hija del asfalto, del olor a queroseno, de las
tendederas que gotean desde los balcones y las tuberías albañales que se
desbordan de tanto en tanto. Esta nunca ha sido una ciudad fácil. Ni
siquiera en las postales para turistas, con sus colores retocados, se
puede ver una Habana cómoda y comprensible.

A veces ya no quiero caminarla, porque me duele. Voy subiendo por
Belascoaín, a mis espaldas me queda el mar con esa brisa que conozco tan
bien. Llego a la esquina con la calle Reina. Hay una Iglesia estilo
gótico, que cuando niña tenía la impresión que se perdía entre las
nubes. Allí vi por primera vez un árbol de Navidad cuando tenía
diecisiete años. Avanzo por los portales, dando un salto aquí y otro
salto allá. Hilillos de agua corren de algunas escaleras y una señora
intenta venderme unas cremitas de leche que tienen el mismo color de la
calle.

Ya veo el semáforo de Galiano, pero el paso se hace más lento porque hay
mucha gente. Un policía dobla la esquina y algunos se esconde detrás de
las puertas o entran a las tiendas como si fueran a comprar algo. Cuando
el guardia se haya ido, volverán a ofrecer sus mercancías en un
murmullo. Porque La Habana es una ciudad de gritos y de susurros. El que
se queda con su algarabía, nunca podrá escuchar sus cuchicheos. Lo más
importante siempre se dice con una seña, un gesto o un simple estirón de
los labios que te advierte, "cuidado", "ahí viene", "sígueme". Un
lenguaje desarrollado en décadas de clandestinaje e ilegalidad.

La calle Neptuno está cerca. He escuchado a una pareja de ancianos decir
frente a una fachada "¿Eh, aquí no era donde estaba…?" pero no he
alcanzado a oír el final de la frase. Mejor así, porque La Habana es una
secuencia de nostalgias, de recuerdos. Cuando uno la camina, es como si
transitara por el sendero de las pérdidas. Donde se derrumba un edificio
se mantienen los escombros por días, por semanas. Después hacen un
parqueo en el hueco que ha quedado, o colocan un quiosco metálico para
vender jabones, chucherías y ron. Mucho ron, porque esta es una ciudad
que ahoga sus penas en alcohol.

esta es una ciudad que ahoga sus penas en alcohol
Llego hasta el malecón. En menos de media hora he recorrido el trozo de
ciudad que en mi infancia me parecía que contenía toda la urbe. Porque
fui una "guajira de Centro Habana", de esas que piensan que después de
la calle Infanta comienzan "las zonas verdes". Con el tiempo comprendí
que esta capital es demasiado grande para conocerla. También supe que la
misma sensación de dolor la tienen quienes nacieron en Diez de Octubre,
el Cerro, el Vedado o Marianao. Da igual, La Habana muestra sus heridas
en cualquier barrio.

Toco el muro que nos separa del mar. Es áspero y cálido. ¿Dónde estarán
aquellos chiquillos que en mi niñez –y en un pueblo diminuto– me miraban
con asombro porque era habanera? ¿Querrán cargar con este fardo? ¿Habrán
terminado también en esta urbe, viviendo entre sus basureros y sus
luces? ¿Les duele a ellos tanto como a mi? Estoy segura que sí, porque
La Habana no es sólo esa ubicación escrita en nuestro documento de
identidad. Esta ciudad es una cruz que se lleva a todas partes, un
territorio que una vez que los has vivido ya no te abandona.

Source: Habana ¡cómo me dueles! -
http://www.14ymedio.com/blogs/generacion_y/Habana-dueles_7_1671502834.html

Maintenance - The Bad Word of Cuban Economics

Maintenance: The Bad Word of Cuban Economics
November 17, 2014
Yenisel Rodriguez Pérez

HAVANA TIMES – Why do Cuban investors constantly suspend the allocation
of funds for planned maintenance work? So many things have been done
wrong in this sense that no one believes that story about lack of
experience, poor training or insufficient resources any more.

There is no doubt that behind this widespread ill lies the personal
interest of investors and political decision-makers. How much money is
saved when a project does not include a maintenance budget? A lot.

This money can be used to create a dozen other projects and to create a
climate of governability: it means doing a lot with little.

There are also fraudulent investments that make many government
investors rich. In both cases, the results are economic disasters that
are presented to public opinion as errors in judgment.

A project that has been suspended for lack of maintenance is also a kind
of magic word that gives access to the national budget anew. Like
commercial brands of extremely poor quality, designed in complicity with
the pragmatism of sweat shops in China, Vietnam and other parts of the
world, it establishes fluid and renewed commercial itineraries that drip
illegal dividends little by little.

This is the way in which a Third World economy based on the rendering of
services manages to design its own patterns of planned obsolescence – in
a rather unrefined manner but with greater, monopolistic scope.

The official discourse about "unforeseen mistakes", the "this time we
will succeed, thanks to the experience accumulated," insults the common
sense of Cuban consumers.

We have the case of failed productive maintenance, in which quality
ceases to constitute a constant process of improvement, but rather
retains the conception of subsidized products that do not abide by
quality standards, even though such products are sold in the domestic
market at international (or higher) prices and are of lesser quality
than imported products.

Preventive maintenance exists only in the form of inoperative norms and
commissions. Very few such protocols lead to any real action. No defect,
no matter how repetitive, is ever detected – these rather multiply in
the absence of a sense of belonging among those involved in this "State"
task, shortening the life of all appliances produced. The cost of
repairs and maintenance skyrockets this way.

Lastly, we have predictive maintenance, the most precarious and
counterproductive for decision-makers and investors. Anticipating
maintenance work is politically nonsensical for an authoritarian regime
where power is preserved through force and not through persuasive
mechanisms or strategies.

What sense is there in detecting symptoms before these become evident or
give rise to an economic catastrophe? Why take preventive measures when
the political present and profits are already guaranteed?

The coming New Year announces new disasters. These will be called
"unforeseen incidents", and promising lessons will surely be drawn from
them. Hundreds of buses used for inter-provincial trips will be out of
circulation for lack of maintenance, a whole lot of super-modern Chinese
locomotives will rust in underequipped workshops and a new harvest
season for political and market entrepreneurs will start anew.

Source: Maintenance: The Bad Word of Cuban Economics - Havana Times.org
- http://www.havanatimes.org/?p=107390

Monday, November 17, 2014

Odisea cubana tras salir de un albergue

Odisea cubana tras salir de un albergue
La estancia en un albergue en Cuba puede durar de diez a veinte años y
al final la vivienda "asignada" puede que no esté terminada, sin puertas
y tuberías defectuosas, pero prefieren esas condiciones a vivir en un
albergue.
Agencias
noviembre 17, 2014

Después de más de veinte años esperando en un albergue que el Gobierno
cubano le asignara una vivienda, Teresa Hermán, de 74 años, se llevó
"una gran decepción" cuando se trasladó a su nuevo hogar: "Estaba sin
acabar, el piso (suelo) sin tirar, la cocina y el baño sin azulejos".

Teresa, su hija, nieta y bisnieta son una de las 1.100 familias que han
obtenido una vivienda desde que se puso en marcha en 2013 un programa
para la construcción de 13 asentamientos en La Habana para personas sin
recursos que necesitan un hogar en la capital y que son más de 132.600
según datos oficiales.

Muchas de estas personas han vivido durante diez o incluso veinte años
en albergues o "comunidades de tránsito", a la espera de que el Estado
les entregue una vivienda.

A principios de este año, la familia de Teresa se trasladó a la
urbanización del distrito habanero de Marianao, el único de esos 13
asentamientos totalmente terminado y enteramente asignado a familias de
escasos recursos, aunque vio con tristeza cómo el ansiado hogar que
llevaba dos décadas esperando no cumplía con sus modestas expectativas.

Tanto Teresa como sus vecinos se quejaron a Efe de las "malas
condiciones" de las casas, entregadas sin pintar, sin puertas, con baños
y cocinas sin alicatar, suelo de mortero (cemento), sin línea telefónica
y con las tuberías defectuosas, problemas que algunos han solventado
poco a poco asumiendo los gastos de las mejoras.

En Cuba el fondo habitacional asciende a más de tres millones de
inmuebles, de los que casi un 40 % está en mal estado, mientras el
déficit general se calcula en unas 600.000 casas.
Las casas se han levantado bajo el concepto de viviendas económicas, por
las que el Estado garantiza las "condiciones mínimas de funcionalidad y
habitabilidad", explicó al diario oficial "Granma" uno de los
responsables de este plan del Ministerio de Construcción.

"Desde que llegué aquí, he tenido que hacer una serie de arreglos e
inversiones, cuando en realidad no tengo ni donde caerme muerta",
lamentó Teresa.

Esa queja es generalizada en la urbanización de Marianao, según constató
Efe, y la mayoría de los vecinos no se pueden permitir ni siquiera los
gastos necesarios para acondicionar mínimamente su nuevo hogar. "Yo todo
lo que he podido hacer es pasarle una manita de pintura a las paredes,
que eran todo cemento", cuenta Daylenis Serrano, mujer jubilada que vive
con su marido y su padre enfermo, después de haber pasado 23 años en un
albergue.

Daylenis confiesa que la alegría de tener por fin un hogar quedó
empañada a los tres días de la mudanza, cuando se le atascó todo el
sistema de tuberías y desagües de la casa, que quedó inundada de aguas
residuales. La mujer, que padece asma y ha sufrido dos infartos
cerebrales, afirma que esas condiciones de insalubridad han agravado su
salud: "Desde que vivo aquí no he salido del hospital. Cogí una
infección de garganta y un hongo en el oído producto del polvo que se
levanta por el suelo de cemento", explica.

Otro motivo de malestar entre los vecinos es el régimen de ocupación de
la vivienda, ya que según dicen el Estado les prometió una vivienda en
propiedad, sin embargo se las han asignado en concepto de "arrendamiento
permanente". "Eso quiere decir que la casa nunca será mía y la voy a
tener que pagar hasta que me muera", lamenta Alexis Cruz, un hombre de
70 años que vive con su madre, de 91 años y con una discapacidad física.

la alegría de tener por fin un hogar quedó empañada a los tres días de
la mudanza, cuando se le atascó todo el sistema de tuberías y desagües
de la casa, que quedó inundada de aguas residuales.
Según el testimonio de los vecinos, el precio del alquiler mensual por
una casa de dos habitaciones es de 43 pesos cubanos (1,8 dólares), y de
55 (2,2 dólares) en el caso de una de tres dormitorios. Algunas de estas
familias viven de exiguas pensiones que rondan los 200 o 300 pesos
cubanos (entre 8 y 12 dólares), por lo que el pago de estos costes
implica un esfuerzo titánico para cubrir sus necesidades.

A pesar de las dificultades, la mayoría de los vecinos están satisfechos
de tener por fin un hogar, después de las "pésimas condiciones" en las
que han vivido durante años en las llamadas "comunidades de tránsito",
más conocidas como albergues. Además de las 1.100 viviendas sociales ya
entregadas en La Habana entre 2013 y 2014, el Ministerio de la
Construcción tiene previsto edificar otras 1.480 casas para 2015.

En la concesión de las viviendas se da prioridad a aquellas personas que
llevan residiendo en las "comunidades de tránsito" más de 20 años, a
quienes habitan inmuebles en estado crítico o tienen alguna discapacidad.

El objetivo es que para 2016 no queden en los albergues de tránsito
familias con más de diez años de permanencia.

La vivienda es uno de los principales problemas sociales de Cuba, donde
el fondo habitacional asciende a más de tres millones de inmuebles, de
los que casi un 40 % está en mal estado, mientras el déficit general se
calcula en unas 600.000 casas.

Para paliar la situación, en 2010 el Gobierno abrió la concesión de
licencias de construcción y liberó la venta de materiales, además de
impulsar un plan de créditos y subsidios para reparar edificios el año
pasado.

En noviembre de 2011, se dio luz verde a la compraventa de viviendas
entre particulares, una posibilidad prohibida durante décadas y que ha
sido una de las medidas más populares del plan de reformas emprendido
por Raúl Castro, para "actualizar" el modelo económico socialista de la
isla.

Source: Odisea cubana tras salir de un albergue -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-vivienda-albergue-odisea-/80317.html

Caímos en una trampa

"Caímos en una trampa"
El edificio al cual se trasladaron 16 familias con necesidad de vivienda
no da abasto para tanta gente. Las autoridades les dieron gato por
liebre prometiéndoles que construirían apartamentos dentro
lunes, noviembre 17, 2014 | Ernesto García Díaz

LA HABANA, Cuba – Hace dos años, dieciséis familias recibieron de las
autoridades los espacios del edificio 454 altos de la calle Galiano y
San José, en el municipio de Centro Habana, para construir sus
apartamentos de viviendas. El inmueble se encontraba en desuso desde
2012. Se suponía que el gobierno les ayudase en esa empresa, algunas
familias lo consiguieron, más la mayoría aún vive en cuartos de madera y
zinc.

La falta de un orden adecuado para la construcción de los dieciséis
apartamentos previstos y la desatención de las instituciones del Estado
al proyecto, originó que algunos de los beneficiarios construyeran sus
habitaciones de materiales endebles, en espera de una solución a su
situación.

Hablan los "trampeados"

La situación en el 454 de Galiano es tensa. Los nuevos residentes se
quejan porque no han podido legalizar sus viviendas, el techo de tejas
traslúcidas les filtra agua cuando llueve.

María, residente del edificio y una de las continúa sin apartamento,
expresó: "Caímos en una trampa, nos dieron cerca de 42 metros cuadrados,
un espacio pequeño para nuestras familias. Tan solo una habitación donde
hemos tenido que hacer el baño, la cocina, un cuartico y el comedor.
Esto no es vida. La necesidad y premura para evitar irnos a un albergue,
nos llevó a cometer esta locura. Fíjese usted, nuestros hijos aquí ni
pueden jugar. Es un hacinamiento, se quitaron un problema, que les viene
de nuevo encima, porque esto, en unos años, si no lo arreglan se
derrumbará".

Otro vecino a la espera, de nombre Rogelio, se sumó a opinar: "El asunto
es complicado, la Dirección de Vivienda debió construir estos
apartamentos con las garantías técnicas que lleva una obra. Finalmente
de aquí, nos sacarán con certeza. Este edificio es viejo, tiene cerca de
100 años, nunca le han dado mantenimiento, ni revisado sus estructuras".

Antonio, en cambio, beneficiario de uno de los pocos apartamentos
finalizados, dijo: "Vivo con mi mujer, ya nos hicieron los papeles.
Dicen los del gobierno municipal que nos entregarán la propiedad del
lugar cuando terminen con todos los que faltan por apartamento. No es
correcto. No sé qué nos pasara más adelante, creo que este viejo
edificio está sobrecargado de personas."

En tanto, las autoridades…

Nos dirigimos a las autoridades locales para obtener argumentos acerca
de este hecho. Ibón, funcionaria de la Dirección Municipal de la
Vivienda de Centro Habana, asintió a declarar: "Ese edificio en sus
inicios constituía un proyecto estatal, el cual finalmente no se entregó
en su totalidad. Al parecer ha quedado en manos de los que allí viven,
te puedes imaginar, ¿no?"

Sin darnos tiempo a entender algo, Ibón finaliza su argumento: "No tengo
idea de quien controla el expediente de ese edificio. Si los edificios
no se reparan debidamente, de nada vale entregarlos a las familias, pero
eso no lo decidimos nosotros. Para evitar problemas lo correcto sería
repararlos bien o demolerlos, así evitamos se conviertan en cuarterías".

ernestogardiaz@gmail.com

Source: "Caímos en una trampa" | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/caimos-en-una-trampa/

La Habana se derrumba y él cantando

La Habana se derrumba y él cantando
Hoy se echan de menos las brigadas de albañiles que mantenían en pie los
solares habaneros, porque parodiando al trovador "la ciudad se
derrumba", y él cantando
lunes, noviembre 17, 2014 | Luis Cino Álvarez

LA HABANA, Cuba. — Desde inicios de la década del 60 y durante casi 30
años, las brigadas de albañiles, carpinteros, electricistas y plomeros
de la Empresa de Mantenimiento de Inmuebles Urbanos (ENMIU) se
encargaron –más mal que bien– de la atención y reparación –subsidiada
por el Estado- de los edificios y cuarterías.

Con el advenimiento de las microbrigadas, y luego cuando al Máximo Líder
le dio por construir túneles y refugios para enfrentar los ataques
aéreos que -según él- Ronald Reagan estaba a punto de ordenar, los
materiales de construcción, y particularmente el cemento, empezaron a
escasear.

Llegó un momento, en los años 80, en que el papel de la ENMIU se limitó
a poner parches en las fachadas, apuntalar con palos o vigas de acero
los techos que estaban al desplomarse, demoler a mandarriazos lo que
quedaba de las casas que se derrumbaban y después recoger los escombros.

Pero con la llegada del Periodo Especial, ni eso, porque se acabó la ENMIU.

Hoy se echan de menos los trabajadores de aquellas mal pagadas brigadas
que hacían lo que podían para tener en pie los edificios y solares
habaneros, porque como cantara en una de sus más conocidas canciones el
inefable Silvio Rodríguez, "la ciudad se derrumba"…

Los viejos edificios han quedado abandonados a su (mala) suerte. A cada
rato, un derrumbe nos recuerda que vivir entre ruinas puede resultar
letal. Quiero decir, nos lo recuerda a nosotros los de abajo. A los
gobernantes, plín.

Con la venta liberada de materiales de construcción y la concesión de
créditos para reparar y construir casas, el gobierno se desentendió de
los inmuebles multifamiliares. También han pasado a ser parte del
sálvese el que pueda.

Con lo caros que están los materiales, incluso luego de que tuvieran que
rebajarles el precio, ¿cómo se las arreglarán para reparar sus
cuartuchos y apartamentos los que viven en edificios y solares, que
precisamente son los más desfavorecidos de la sociedad? ¿Se aprietan más
el cinto, y hacen una colecta? ¿Alcanzará esta para pagar la mano de
obra? Pueden ponerse de acuerdo y organizar una brigada entre vecinos,
como aquellas microbrigadas que tanto gustaban al Comandante, pero sin
ningún tipo de ayuda estatal, que aquí del socialismo queda sólo el
discurso.

¿No sería más fácil privatizar estos inmuebles y que los nuevos dueños,
como hacían los de antes de 1959, se ocupen del mantenimiento y las
reparaciones?

Según datos del censo de población, alrededor del 13% de los habitantes
de la capital viven en cuarterías. En Habana Vieja y Centro Habana, se
triplica la proporción de los que habitan en casas de vecindad. El 14%
de los habaneros vive en esos dos municipios. En ellos, casi la mitad de
las casas presentan serios daños estructurales.

Se calcula que en todo el país, de cada 10 casas, más de 8 necesitan
reparaciones, casi siempre capitales. Eso, por no hablar de que muchas
ya no tienen otro remedio que no sea demolerlas. Sólo que no hay donde
alojar a sus moradores. El gobierno, que sólo ofrece inmundos albergues,
no está dispuesto a ceder a los sin casa las mansiones que emplea en
cuestiones de burocracia y represión.

Según datos oficiales, el déficit habitacional en Cuba es de 600 000
viviendas. Nosotros, siempre mal pensados, estamos seguros que la cifra
es mucho mayor.

luicino2012@gmail.com

Source: La Habana se derrumba y él cantando | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/la-habana-se-derrumba-y-el-cantando/

El Gobierno arrienda viviendas sin terminar a personas que pasaron más de 20 años en albergues

El Gobierno arrienda viviendas sin terminar a personas que pasaron más
de 20 años en albergues
AGENCIAS | La Habana | 17 Nov 2014 - 12:05 pm.

Muchos se han llevado 'una gran decepción' tras encontrarse casas sin
puertas, con suelo de cemento, baños sin alicatar y graves problemas en
las tuberías.

Después de más de 20 años esperando en un albergue que el Gobierno
cubano le asignara una vivienda, Teresa Hermán, de 74 años, se llevó
"una gran decepción" cuando se trasladó a su nuevo hogar: "Estaba sin
acabar, el piso (suelo) sin tirar, la cocina y el baño sin azulejos",
reporta EFE.

Teresa, su hija, nieta y bisnieta son una de las 1.100 familias que han
obtenido una vivienda desde que se puso en marcha en 2013 un programa
para la construcción de 13 asentamientos en La Habana para personas sin
recursos que necesitan un hogar en la capital y que son más de 132.600,
según datos oficiales.

Muchas de estas personas han vivido durante diez o incluso veinte años
en albergues o "comunidades de tránsito", a la espera de que el Estado
les entregue una vivienda.

A principios de este año, la familia de Teresa se trasladó a la
urbanización del municipio habanero de Marianao, el único de esos 13
asentamientos totalmente terminado y enteramente asignado a familias de
escasos recursos, aunque vio con tristeza como el ansiado hogar que
llevaba dos décadas esperando no cumplía con sus modestas expectativas.

Tanto Teresa como sus vecinos se quejaron a EFE de las "malas
condiciones" de las casas, entregadas sin pintar, sin puertas, con baños
y cocinas sin alicatar, suelo de mortero (cemento), sin línea telefónica
y con las tuberías defectuosas, problemas que algunos han solventado
poco a poco asumiendo los gastos de las mejoras.

Las casas se han levantado bajo el concepto de viviendas económicas, por
las que el Estado garantiza las "condiciones mínimas de funcionalidad y
habitabilidad", justificó al diario oficial Granma uno de los
responsables de este plan del Ministerio de Construcción.

"Desde que llegué aquí, he tenido que hacer una serie de arreglos e
inversiones, cuando en realidad no tengo ni donde caerme muerta",
lamentó Teresa.

Esa queja es generalizada en la urbanización de Marianao, según constató
EFE, y la mayoría de los vecinos no se pueden permitir ni siquiera los
gastos necesarios para acondicionar mínimamente su nuevo hogar.

"Yo todo lo que he podido hacer es pasarle una manita de pintura a las
paredes, que eran todo cemento", contó Daylenis Serrano, mujer jubilada
que vive con su marido y su padre enfermo, después de haber pasado 23
años en un albergue.

Daylenis confesó que la alegría de tener por fin un hogar quedó empañada
a los tres días de la mudanza, cuando se le atascó todo el sistema de
tuberías y desagües de la casa, que quedó inundada de aguas residuales.

Esta mujer, que padece asma y ha sufrido dos infartos cerebrales, afirmó
que esas condiciones de insalubridad han agravado su salud: "Desde que
vivo aquí no he salido del hospital. Cogí una infección de garganta y un
hongo en el oído producto del polvo que se levanta por el suelo de
cemento", explicó.

'La casa nunca será mía'

Otro motivo de malestar entre los vecinos es el régimen de ocupación de
la vivienda, ya que según dicen el Estado les prometió una vivienda en
propiedad y, sin embargo, se las han asignado en concepto de
"arrendamiento permanente".

"Eso quiere decir que la casa nunca será mía y la voy a tener que pagar
hasta que me muera", lamentó Alexis Cruz, un hombre de 70 años que vive
con su madre, de 91 años y con una discapacidad física.

Según el testimonio de los vecinos, el precio del alquiler mensual por
una casa de dos habitaciones es de 43 pesos cubanos (1,8 dólares), y de
55 (2,2 dólares) en el caso de una de tres dormitorios.

Algunas de estas familias viven de exiguas pensiones que rondan los 200
o 300 pesos cubanos (entre 8 y 12 dólares), por lo que el pago de estos
costes implica un esfuerzo titánico para cubrir sus necesidades.

A pesar de las dificultades, muchos vecinos están satisfechos de tener
por fin un hogar, después de las "pésimas condiciones" en las que han
vivido durante años en las llamadas "comunidades de tránsito", más
conocidas como albergues.

Además de las 1.100 viviendas sociales ya entregadas en La Habana entre
2013 y 2014, el Ministerio de la Construcción tiene previsto edificar
otras 1.480 casas para 2015.

En la concesión de las viviendas se da prioridad a aquellas personas que
llevan residiendo en las "comunidades de tránsito" más de 20 años, a
quienes habitan inmuebles en estado crítico o tienen alguna discapacidad.

El objetivo es que para 2016 no queden en los albergues de tránsito
familias con más de diez años de permanencia.

La vivienda es uno de los principales problemas sociales de Cuba, donde
el fondo habitacional asciende a más de tres millones de inmuebles, de
los que casi la mitad está en mal estado, mientras el déficit general se
calcula en unas 600.000 casas.

Para intentar paliar la situación, en 2010 el Gobierno abrió la
concesión de licencias de construcción y liberó la venta de materiales,
además abrió créditos (aunque de muy baja cuantía) y subsidios para
reparar edificios.

En noviembre de 2011, se dio luz verde a la compraventa de viviendas
entre particulares, una posibilidad prohibida durante décadas.

Source: El Gobierno arrienda viviendas sin terminar a personas que
pasaron más de 20 años en albergues | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1416222316_11306.html

Havana, how you hurt me!

Havana, how you hurt me! / Yoani Sanchez
Posted on November 16, 2014

Yoani Sanchez, Havana, 16 November 2004 – To be a Havanan is not having
been born in a territory, it's carrying that territory on your back and
not being able to put it down. The first time I realized I belonged to
this city I was seven years old. I was in a little town in Villa Clara,
trying to reach some guavas on a branch, when a bunch of kids from the
place surrounded my sister and me. "They're from Havana! They're from
Havana!" they shrieked. At that moment we didn't understand so much
uproar, but with time we realized that we had come by a sad privilege.
Having been born in this city in decline, in this city whose major
attraction is what it could be, not what it is.

I am totally urban, a city girl. I grew up in the Cayo Hueso
neighborhood where the nearest trees are more than 500 yards away. I am
the child of asphalt, of the smell of kerosene, of clotheslines dripping
from the balconies and sewer pipes that overflow from time to time. This
has never been an easy city. Not even on the tourist postcards, with
their retouched colors, can you see a comfortable and comprehensible Havana.

Sometimes now I don't want to walk it, because it hurts me. I am heading
up Belascoaín, my back the sea that I know so well. I arrive at the
corner of Reina Street. There is a Gothic-style church, which as a
little girl I perceived to be lost in the clouds. I saw my first
Christmas tree there when I was seventeen. I walk though the doors,
skipping a little to this side and that. Water trickles down some stairs
and a woman tries to sell me some milk caramels that are the same color
as the street.

I see the traffic light at Galiano, but the pace slows because there are
so many people. A cop turns the corner and some hide themselves behind
the doors or slip into stores as if they were going to buy something.
When the officer leaves, they return and offer their merchandise in
undertones. Because Havana is a city of cries and whispers. Those
immersed in their own blather may never hear the whispers. The most
important things are always said with a nod, a gesture or a simple
pursing of the lips that warns you, "be careful," "coming over there,"
"follow me." A language developed during decades of the clandestine and
illegal.

Neptune Street is nearby. I hear an old couple in front of a façade
saying, "Hey? Wasn't it here where there was…?" but I didn't manage to
hear the end of the sentence. Better that way, because Havana is a
sequence of nostalgia, memories. When you walk, it's like you're
traversing the path of the lost. Where a building collapses into rubble
that remains for days, for weeks. Later, the hole is made into a park,
or a metal kiosk is built to sell soap, trinkets and rum. A lot of rum,
because this is a city that drowns its sorrows in alcohol.

I reach the Malecon. In less than half an hour I've walked the slice of
the city that in my childhood seemed to contain the whole metropolis.
Because I was a "guajira de Centro Habana," an urchin of downtown, one
of those who thinks that "the green zones" start right after Infanta
Street. With time, I understood that this capital is too big to know the
whole of. I also learned that those born in the neighborhoods of Diez de
Octubre, el Cerro, el Vedado or Mariano, shared the same sensation of
pain. In any event, Havana shows its wounds in any neighborhood.

I touch the wall that separates us from the sea. It is rough and warm.
Where are those kids who, in my childhood, in a remote little village,
looked at me in astonishment because I was a Havanan? Will they want to
bear this burden? Have they also ended up in this city, living among its
dumpsters and lights? Does it pain them like it pains me? I'm sure it
does, because Havana is not just a location inscribed in our identity
documents. This city is a cross that is carried everywhere, a territory
that once you have lived it, you cannot abandon.

Source: Havana, how you hurt me! / Yoani Sanchez | Translating Cuba -
http://translatingcuba.com/havana-how-you-hurt-me-yoani-sanchez/

Viviendas sociales en Cuba, el lento y agridulce proceso para tener un hogar

Viviendas sociales en Cuba, el lento y agridulce proceso para tener un hogar
EFE - La Habana
17/11/2014 - 09:50h

Después de más de veinte años esperando en un albergue que el Gobierno
cubano le asignara una vivienda, Teresa Hermán, de 74 años, se llevó
"una gran decepción" cuando se trasladó a su nuevo hogar: "Estaba sin
acabar, el piso (suelo) sin tirar, la cocina y el baño sin azulejos".

Teresa, su hija, nieta y bisnieta son una de las 1.100 familias que han
obtenido una vivienda desde que se puso en marcha en 2013 un programa
para la construcción de 13 asentamientos en La Habana para personas sin
recursos que necesitan un hogar en la capital y que son más de 132.600
según datos oficiales.

Muchas de estas personas han vivido durante diez o incluso veinte años
en albergues o "comunidades de tránsito", a la espera de que el Estado
les entregue una vivienda.

A principios de este año, la familia de Teresa se trasladó a la
urbanización del distrito habanero de Marianao, el único de esos 13
asentamientos totalmente terminado y enteramente asignado a familias de
escasos recursos, aunque vio con tristeza cómo el ansiado hogar que
llevaba dos décadas esperando no cumplía con sus modestas expectativas.

Tanto Teresa como sus vecinos se quejaron a Efe de las "malas
condiciones" de las casas, entregadas sin pintar, sin puertas, con baños
y cocinas sin alicatar, suelo de mortero (cemento), sin línea telefónica
y con las tuberías defectuosas, problemas que algunos han solventado
poco a poco asumiendo los gastos de las mejoras.

Las casas se han levantado bajo el concepto de viviendas económicas, por
las que el Estado garantiza las "condiciones mínimas de funcionalidad y
habitabilidad", explicó al diario oficial "Granma" uno de los
responsables de este plan del Ministerio de Construcción.

"Desde que llegué aquí, he tenido que hacer una serie de arreglos e
inversiones, cuando en realidad no tengo ni donde caerme muerta",
lamenta Teresa.

Esa queja es generalizada en la urbanización de Marianao, según constató
Efe, y la mayoría de los vecinos no se pueden permitir ni siquiera los
gastos necesarios para acondicionar mínimamente su nuevo hogar.

"Yo todo lo que he podido hacer es pasarle una manita de pintura a las
paredes, que eran todo cemento", cuenta Daylenis Serrano, mujer jubilada
que vive con su marido y su padre enfermo, después de haber pasado 23
años en un albergue.

Daylenis confiesa que la alegría de tener por fin un hogar quedó
empañada a los tres días de la mudanza, cuando se le atascó todo el
sistema de tuberías y desagües de la casa, que quedó inundada de aguas
residuales.

Esta mujer, que padece asma y ha sufrido dos infartos cerebrales, afirma
que esas condiciones de insalubridad han agravado su salud: "Desde que
vivo aquí no he salido del hospital. Cogí una infección de garganta y un
hongo en el oído producto del polvo que se levanta por el suelo de
cemento", explica.

Otro motivo de malestar entre los vecinos es el régimen de ocupación de
la vivienda, ya que según dicen el Estado les prometió una vivienda en
propiedad y, sin embargo, se las han asignado en concepto de
"arrendamiento permanente".

"Eso quiere decir que la casa nunca será mía y la voy a tener que pagar
hasta que me muera", lamenta Alexis Cruz, un hombre de 70 años que vive
con su madre, de 91 años y con una discapacidad física.

Según el testimonio de los vecinos, el precio del alquiler mensual por
una casa de dos habitaciones es de 43 pesos cubanos (1,8 dólares), y de
55 (2,2 dólares) en el caso de una de tres dormitorios.

Algunas de estas familias viven de exiguas pensiones que rondan los 200
o 300 pesos cubanos (entre 8 y 12 dólares), por lo que el pago de estos
costes implica un esfuerzo titánico para cubrir sus necesidades.

A pesar de las dificultades, la mayoría de los vecinos están satisfechos
de tener por fin un hogar, después de las "pésimas condiciones" en las
que han vivido durante años en las llamadas "comunidades de tránsito",
más conocidas como albergues.

Además de las 1.100 viviendas sociales ya entregadas en La Habana entre
2013 y 2014, el Ministerio de la Construcción tiene previsto edificar
otras 1.480 casas para 2015.

En la concesión de las viviendas se da prioridad a aquellas personas que
llevan residiendo en las "comunidades de tránsito" más de 20 años, a
quienes habitan inmuebles en estado crítico o tienen alguna discapacidad.

El objetivo es que para 2016 no queden en los albergues de tránsito
familias con más de diez años de permanencia.

La vivienda es uno de los principales problemas sociales de Cuba, donde
el fondo habitacional asciende a más de tres millones de inmuebles, de
los que casi un 40 % está en mal estado, mientras el déficit general se
calcula en unas 600.000 casas.

Para paliar la situación, en 2010 el Gobierno abrió la concesión de
licencias de construcción y liberó la venta de materiales, además de
impulsar un plan de créditos y subsidios para reparar edificios el año
pasado.

En noviembre de 2011, se dio luz verde a la compraventa de viviendas
entre particulares, una posibilidad prohibida durante décadas y que ha
sido una de las medidas más populares del plan de reformas emprendido
por el presidente, Raúl Castro, para "actualizar" el modelo económico
socialista de la isla.

Source: Viviendas sociales en Cuba, el lento y agridulce proceso para
tener un hogar -
http://www.eldiario.es/sociedad/Viviendas-sociales-Cuba-agridulce-proceso_0_325467563.html

Sunday, November 16, 2014

La Habana en su 495 aniversario requiere más que "pintar fachadas"

La Habana en su 495 aniversario requiere más que "pintar fachadas"
Un esfuerzo extraordinario en los próximos cinco años para reconstruir
la villa San Cristóbal de La Habana, es el reclamo del Historiador de la
Ciudad, Eusebio Leal Spengler.
Agencias
noviembre 15, 2014

Buscando una imagen turística a su centenario puerto, punto de salida de
las flotas con riquezas del Nuevo Mundo hacia España, La Habana
festejará el domingo los 495 años de su fundación, adelatándose al día
en que la rada deje de ser comercial.

"Vamos a celebrar el 495 aniversario de la ciudad mirando al mar y ojalá
los 500 años podamos celebrarlos con una gran fiesta en la Bahía", dijo
a la prensa el arquitecto Orlando Inclán, refiriéndose a la magnitud de
las obras de construcción que se ejecutan en la zona del puerto de La
Habana.

Inclán es uno de los responsables del "Proyecto de Reanimación de la
Avenida del Puerto", considerado el más ambicioso de los que ha
emprendido el historiador de La Habana, Eusebio Leal, desde que fue
designado en 1981 al frente de la restauración y conservación de la ciudad.

Ese plan, que incluye la reconstrucción de inmuebles y la instalación de
nuevas redes eléctricas, hidráulicas, de gas y comunicación, todas
soterradas, forma parte de la transformación del puerto, que durante
cinco siglos centró el tráfico de mercancías en La Habana, tarea que
asumirá en un futuro cercano el megapuerto de Mariel, 45 km al oeste de
la capital.

Además de su costa a La Habana Vieja, la Bahía de la Habana de 5,2 km
cuadrados de espejo de agua y una profundidad media de nueve metros,
tiene en sus orillas los castillos coloniales del Morro, la Cabaña y la
Punta, así como los barrios de Casablanca y Regla.

Desde 1998 otras oficinas del gobierno comenzaron un programa de
descontaminación de la ensenada, que va recobrando poco a poco sus
especies marinas y la visita de gaviotas y otras aves.

Considerada una de las zonas más bellas del centro histórico de la
capital, de 2,2km cuadrados y Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
desde 1982, la avenida bordea una parte de la Bahía de La Habana, que
quedará reservada para cruceros.

Inclán asegura que una caminata por la Bahía, al compás de la suave
brisa del mar, será uno de los mayores atractivos que ofrecerá la ciudad
cuando concluya en 2015 la primera etapa de las obras en la Avenida del
Puerto.

Entre ellas sobresale la construcción del Paseo Marítimo de Paula, que
se levanta frente a la Alameda de Paula, el primer paseo marítimo que
tuvo la ciudad, construido en 1777, al que se adicionará un espigón
flotante de 156 metros, que penetrará 76 metros hacia el interior de la
rada.

"Será el primer paseo marítimo dentro del mar" de La Habana y andar por
él "será como caminar por la bahía", dijo Inclán a la AFP.

Cuatro pasarelas conducirán al espigón, que contará con iluminación,
mobiliario urbano y llegará hasta la cervecería belga inaugurada en
abril en el antiguo "Almacén de la Madera y el Tabaco" del puerto, según
el proyecto.

Fuera de la zona del puerto, la oficina de Leal trabaja en la reparación
general del emblemático Capitolio Nacional, inaugurado en 1929, y en un
hotel cinco estrellas, que administrará el grupo suizo Kempinski Hotels
en la antigua Manzana de Gómez, frente al Parque Central de La Habana.

Hay que dar una oportunidad para que en estos cinco años se haga un
esfuerzo valeroso por La Habana contra viento y marea, que no puede ser
sólo el de pintar fachadas
En el último año, la oficina de Leal entregó una veintena de obras en la
Habana Vieja, entre ellas el mítico Sloppy Joe's bar, frecuentado por
estrellas de Hollywood durante la ley seca en Estados Unidos
(1920-1933), y el Teatro Martí, una joya arquitectónica cerrada para su
restauración desde 1977.

Pero Leal, de 72 años, insiste en que el próximo quinquenio exigirá
grandes esfuerzos para continuar la obra que inició hace más de 30 años.

"Hay que dar una oportunidad para que en estos cinco años se haga un
esfuerzo valeroso por La Habana contra viento y marea, que no puede ser
sólo el de pintar fachadas", pues "serían sepulcros blanqueados", dijo
Leal a la prensa al abrir el lunes los festejos por el nuevo aniversario
de la ciudad.

Source: La Habana en su 495 aniversario requiere más que "pintar
fachadas" -
http://www.martinoticias.com/content/la-habana-festeja-495-de-su-fundacion/80224.html