Cuba need lacks adequate housing for it's people. Over 880,000 (official data 07/2017) houses need extensive repairs or have to be built. Houses could only be "exchanged" until recently. Now they can be sold. Often houses are impounded for "infractions". People that leave the country illegally lose their property rights. This site highlights the plight of Cubans. La vivienda: problema Cubana
Friday, June 17, 2016
Wednesday, June 15, 2016
Esperando la ayuda desde el 2008 tras paso del ciclón Ike
Esperando la ayuda desde el 2008 tras paso del ciclón Ike
Ramón Zamora Rodríguez
Este es el caso del holguinero Raúl Barnet Redonda, de 53 años de edad,
quien desde que fue afectado por el ciclón Ike se le prometió ayuda para
reparar su casa, pero la ansiada ayuda nunca llega.
El régimen cubano se ocupa de proveer y ayudar con apoyo médico,
medicina, materiales de construcción y un sinnúmero de variables
beneficios, a diferentes países en el orbe, que son afectados por
huracanes, sismos etc., e incluso a partir de convenios bilaterales. No
obstante ser un régimen tan benefactor hacia afuera, no lo es paro los
infelices cubanos que viven en la isla; los engaña prometiendo ayudas
que nunca llegan y que distan mucho de cumplirse.
Este es el caso del holguinero Raúl Barnet Redonda, de 53 años de edad,
quien siempre es citado por el gobierno y hasta la Contraloría General
de la República, desde que fue afectado por el ciclón Ike, que afectó
Cuba en el 2008 para reparar su casa, pero la ansiada ayuda nunca llega.
Habría que recordar que después del devastador tránsito del huracán Ike
por las zonas orientales, se activaron grupos gubernamentales para crear
una comisión, con el fin de visitar los casos más afectados por el
fenómeno, con el ánimo –según planteaban- de dar soluciones a los afectados.
Sería justo decir que algunas familias en diferentes comunidades de la
provincia, fueron beneficiadas, en dependencia de los daños parciales o
totales, pero otro gran número, aún sufre las causas de la adversidad y
lo más evidente, es que las valoraciones de los casos y los recursos,
terminaron en las personas equivocadas.
Raúl Barnet tiene varios años acudiendo a todas las instancias del
gobierno en la provincia Holguín y en el Comité Central del Partido
Comunista (PCC) en La Habana, rogando e implorando le permitan un
subsidio por lo menos para mejorar su pésima situación habitacional; no
obstante, todo queda en promesas.
Pero lo más triste, y que marca –sin dudas- a un régimen desalmado y
manipulador, es que el afectado presenta complicaciones de salud, pues
tiene confirmada las indicaciones médicas para diferentes operaciones:
catarata, fístula facial, hidrocele bilateral, osteomielitis tobillo
derecho y faringoamigdalitis; recogidas todas en un certificado médico
emitido por la Dra. Karina Téllez Aballe, con registro profesional
184348, del policlínico Mario Gutiérrez Ardaya, que se encuentra
evaluado de forma independiente por galenos de cada especialidad.
Las condiciones habitacionales de Barnet, no le permiten realizar las
intervenciones quirúrgicas manifestadas; tiene el techo lleno de huecos
y el colchón de su cama en un estado tan deplorable que ambos problemas
se convertirían en una seria complicación posquirúrgica.
Todo admite pensar que entre las autoridades que atienden el caso, no
existe alguien con la sensibilidad necesaria para darle solución a la
problemática que presenta este hombre que sin dudas es un problema social.
¿Con qué sensibilidad humana se atienden y resuelven los problemas del
pueblo? Y es que el régimen sabe que todos los mecanismos que ha creado
están basados en la dependencia total del Estado y es por eso que casos
como este no tienen solución.
Se conoce por los vecinos del lugar, y es algo que se ha hecho público,
que gran parte de estos materiales, destinados a los afectados; así como
contadores eléctricos y refrigeradores, fueron clandestinamente vendidos
por los funcionarios encargados de su control y distribución y otra
parte fue repartida entre ellos, y sus familiares.
Al ser pocos los casos resueltos por parte de los dirigentes corruptos,
el pueblo comienza a investigar y comenta algunas acciones que no se
pueden esconder, como el caso de Fernando Ávila Hernández, condecorado
con el "Hacha de Holguín", quien con motivo de la celebración de los 15
años de su hija, tapió toda la cerca perimetral de su casa con las
planchas de zinc que "sobraron" de las destinadas para los techos de los
afectados, según refirió Fernando a una "comisión" que llegó a su casa
por el gran ruido que tuvo el hecho en el pueblo.
También en conocimiento de algunos sucesos, Raúl Barnet denunció a la
Contraloría General de la República y al Comité Central del Partido
Comunista, a Bernabé Velázquez Zaragoza, quien es el delegado de El
Cedrón y Neriel Ávila Torres; ambos prestaron grandes beneficios a sus
familias con los materiales destinados al arreglo de viviendas afectadas
por el ciclón.
El afectado afirma que, como respuesta a las peticiones de solución a la
destrucción en que quedó su casa, siempre le refieren que no hay
materiales para asignarle.
Las denuncias de Barnet motivaron la ira, el odio, el ensañamiento e
incluso las represalias por parte de estos funcionarios, extendiendo sus
tentáculos de poder a tal grado, que los años pasan hartos de mentiras
disfrazadas de esperanzas para Raúl Barnet y su esposa Milenia Torres
Rodríguez de 61 años de edad con trastornos psíquicos.
Estos infelices ciudadanos, teniendo años de reclamo, identificados en
los expedientes Nº 104 de la Contraloría General de la República; Nº 174
en la Fiscalía, y el Nº 246 en el Gobierno Provincial de Holguín; se
mantienen día a día con la desilusión de no poder arreglar su vivienda,
ni obtener algunos muebles dignos para vivir; lo que permite pensar que
la negligencia y la corrupción en la dirección del país, se extiende a
todos los organismos estatales.
Source: Esperando la ayuda desde el 2008 tras paso del ciclón Ike -
http://www.martinoticias.com/a/afectados-de-ciclones-sin-ayuda-encuba/124134.html
Ramón Zamora Rodríguez
Este es el caso del holguinero Raúl Barnet Redonda, de 53 años de edad,
quien desde que fue afectado por el ciclón Ike se le prometió ayuda para
reparar su casa, pero la ansiada ayuda nunca llega.
El régimen cubano se ocupa de proveer y ayudar con apoyo médico,
medicina, materiales de construcción y un sinnúmero de variables
beneficios, a diferentes países en el orbe, que son afectados por
huracanes, sismos etc., e incluso a partir de convenios bilaterales. No
obstante ser un régimen tan benefactor hacia afuera, no lo es paro los
infelices cubanos que viven en la isla; los engaña prometiendo ayudas
que nunca llegan y que distan mucho de cumplirse.
Este es el caso del holguinero Raúl Barnet Redonda, de 53 años de edad,
quien siempre es citado por el gobierno y hasta la Contraloría General
de la República, desde que fue afectado por el ciclón Ike, que afectó
Cuba en el 2008 para reparar su casa, pero la ansiada ayuda nunca llega.
Habría que recordar que después del devastador tránsito del huracán Ike
por las zonas orientales, se activaron grupos gubernamentales para crear
una comisión, con el fin de visitar los casos más afectados por el
fenómeno, con el ánimo –según planteaban- de dar soluciones a los afectados.
Sería justo decir que algunas familias en diferentes comunidades de la
provincia, fueron beneficiadas, en dependencia de los daños parciales o
totales, pero otro gran número, aún sufre las causas de la adversidad y
lo más evidente, es que las valoraciones de los casos y los recursos,
terminaron en las personas equivocadas.
Raúl Barnet tiene varios años acudiendo a todas las instancias del
gobierno en la provincia Holguín y en el Comité Central del Partido
Comunista (PCC) en La Habana, rogando e implorando le permitan un
subsidio por lo menos para mejorar su pésima situación habitacional; no
obstante, todo queda en promesas.
Pero lo más triste, y que marca –sin dudas- a un régimen desalmado y
manipulador, es que el afectado presenta complicaciones de salud, pues
tiene confirmada las indicaciones médicas para diferentes operaciones:
catarata, fístula facial, hidrocele bilateral, osteomielitis tobillo
derecho y faringoamigdalitis; recogidas todas en un certificado médico
emitido por la Dra. Karina Téllez Aballe, con registro profesional
184348, del policlínico Mario Gutiérrez Ardaya, que se encuentra
evaluado de forma independiente por galenos de cada especialidad.
Las condiciones habitacionales de Barnet, no le permiten realizar las
intervenciones quirúrgicas manifestadas; tiene el techo lleno de huecos
y el colchón de su cama en un estado tan deplorable que ambos problemas
se convertirían en una seria complicación posquirúrgica.
Todo admite pensar que entre las autoridades que atienden el caso, no
existe alguien con la sensibilidad necesaria para darle solución a la
problemática que presenta este hombre que sin dudas es un problema social.
¿Con qué sensibilidad humana se atienden y resuelven los problemas del
pueblo? Y es que el régimen sabe que todos los mecanismos que ha creado
están basados en la dependencia total del Estado y es por eso que casos
como este no tienen solución.
Se conoce por los vecinos del lugar, y es algo que se ha hecho público,
que gran parte de estos materiales, destinados a los afectados; así como
contadores eléctricos y refrigeradores, fueron clandestinamente vendidos
por los funcionarios encargados de su control y distribución y otra
parte fue repartida entre ellos, y sus familiares.
Al ser pocos los casos resueltos por parte de los dirigentes corruptos,
el pueblo comienza a investigar y comenta algunas acciones que no se
pueden esconder, como el caso de Fernando Ávila Hernández, condecorado
con el "Hacha de Holguín", quien con motivo de la celebración de los 15
años de su hija, tapió toda la cerca perimetral de su casa con las
planchas de zinc que "sobraron" de las destinadas para los techos de los
afectados, según refirió Fernando a una "comisión" que llegó a su casa
por el gran ruido que tuvo el hecho en el pueblo.
También en conocimiento de algunos sucesos, Raúl Barnet denunció a la
Contraloría General de la República y al Comité Central del Partido
Comunista, a Bernabé Velázquez Zaragoza, quien es el delegado de El
Cedrón y Neriel Ávila Torres; ambos prestaron grandes beneficios a sus
familias con los materiales destinados al arreglo de viviendas afectadas
por el ciclón.
El afectado afirma que, como respuesta a las peticiones de solución a la
destrucción en que quedó su casa, siempre le refieren que no hay
materiales para asignarle.
Las denuncias de Barnet motivaron la ira, el odio, el ensañamiento e
incluso las represalias por parte de estos funcionarios, extendiendo sus
tentáculos de poder a tal grado, que los años pasan hartos de mentiras
disfrazadas de esperanzas para Raúl Barnet y su esposa Milenia Torres
Rodríguez de 61 años de edad con trastornos psíquicos.
Estos infelices ciudadanos, teniendo años de reclamo, identificados en
los expedientes Nº 104 de la Contraloría General de la República; Nº 174
en la Fiscalía, y el Nº 246 en el Gobierno Provincial de Holguín; se
mantienen día a día con la desilusión de no poder arreglar su vivienda,
ni obtener algunos muebles dignos para vivir; lo que permite pensar que
la negligencia y la corrupción en la dirección del país, se extiende a
todos los organismos estatales.
Source: Esperando la ayuda desde el 2008 tras paso del ciclón Ike -
http://www.martinoticias.com/a/afectados-de-ciclones-sin-ayuda-encuba/124134.html
Tuesday, June 14, 2016
Monday, June 13, 2016
Rain Causes 17 Building Collapses in the “Wonder City”
Rain Causes 17 Building Collapses in the "Wonder City" / 14ymedio, Luz
Escobar
14ymedio, Luz Escobar, Havana, 8 June 2016 – The residents of 418
Villegas Street, in Old Havana, were unhurt after a building collapse at
nine o'clock Wednesday morning. The collapse of the roof of the house on
the first floor was one of the 17 partial and total building collapses
that occurred in the Cuban capital, four of them in the historical
district, as a result of the heavy rains of recent days.
With very few belongings salvaged from the rubble, residents of the
place waited Wednesday afternoon for the authorities to address their
situation. "We'll sleep outside here, even though it's raining, so that
no one steals anything," said a young resident of the property, who
maintained the illusion that "some police officers to guard things"
would arrive.
Leticia Ramirez, seven months pregnant and also a resident of the
collapsed building, said that if something had happened "at six o'clock,
when everyone was in the house, it would have ended in a tragedy." She
explained that the collapse "could have been avoided" because the three
families affected by the collapse of part of the building had started
"years ago" the process to obtain a bank loan to undertake repairs.
However, Ramirez says that the bureaucratic process to obtain permits to
undertake the work in the Havana historical center took too long. "And
in the end look what happened." The woman enumerated all the problems,
pointing to a pile of rubble that on Wednesday blocked the passage of
cars and pedestrians.
The plight of the residents of the Villegas Street began long before the
June rains. Banking authorities took three years to approve a subsidy
request to allow them to purchase materials for the reconstruction of
the building. Money was only allocated last December.
From that moment there began a series of impediments from the
inspectors and specialists from the Office of the City Historian, in
particular with regards to the authorization to place scaffolding around
the façade of the building to undertake the repairs. The signature of
Eusebio Leal Spengler's office didn't arrive in time.
Ramirez's mother went back and forth for months, "from one office to
another," says the young woman, but "without resolving anything." The
pregnant woman stresses that she will not accept shelter near the
well-known Casa del Pedagogo "with a mattress thrown on the floor," a
place that frequently shelters neighbors who have lost their homes in
building collapses.
We are owners and nobody here wants to go into the shelter," insists the
woman, who noted sarcastically that a few hours before the building
collapse Havana had been declared a "Wonder City."
Older residents were clearly desperate over the loss of their roof and a
good part of their furniture and personal possessions. Adelaida said
that they had been awarded a subsidy but that there were so many
obstacles to "purchasing materials" that the work hadn't begun.
As night fell, they still remained at the site waiting for the fire
department to finish evacuating the contents of the building. As of noon
on Thursday, none of the affected residents had received a visit from
any representative of the People's Power.
Some 1.7 million households, representing 39% of the housing stock in
Cuba, is in fair or poor condition or worse, according to a report from
the Housing authorities. During 2015, only 23,003 new houses were built
throughout the country, of which 10,417 were built by people's own
efforts, a good part of them financed by loans awarded by state banks.
Between 2012, when the granting of credits to "natural persons" began,
to the end of 2015, they had awarded 5.1 billion pesos (212 million
dollars), of which 60% was earmarked for home repairs, according to the
official press.
Source: Rain Causes 17 Building Collapses in the "Wonder City" /
14ymedio, Luz Escobar – Translating Cuba -
http://translatingcuba.com/rain-causes-17-building-collapses-in-the-wonder-city-14ymedio-luz-escobar/
Escobar
14ymedio, Luz Escobar, Havana, 8 June 2016 – The residents of 418
Villegas Street, in Old Havana, were unhurt after a building collapse at
nine o'clock Wednesday morning. The collapse of the roof of the house on
the first floor was one of the 17 partial and total building collapses
that occurred in the Cuban capital, four of them in the historical
district, as a result of the heavy rains of recent days.
With very few belongings salvaged from the rubble, residents of the
place waited Wednesday afternoon for the authorities to address their
situation. "We'll sleep outside here, even though it's raining, so that
no one steals anything," said a young resident of the property, who
maintained the illusion that "some police officers to guard things"
would arrive.
Leticia Ramirez, seven months pregnant and also a resident of the
collapsed building, said that if something had happened "at six o'clock,
when everyone was in the house, it would have ended in a tragedy." She
explained that the collapse "could have been avoided" because the three
families affected by the collapse of part of the building had started
"years ago" the process to obtain a bank loan to undertake repairs.
However, Ramirez says that the bureaucratic process to obtain permits to
undertake the work in the Havana historical center took too long. "And
in the end look what happened." The woman enumerated all the problems,
pointing to a pile of rubble that on Wednesday blocked the passage of
cars and pedestrians.
The plight of the residents of the Villegas Street began long before the
June rains. Banking authorities took three years to approve a subsidy
request to allow them to purchase materials for the reconstruction of
the building. Money was only allocated last December.
From that moment there began a series of impediments from the
inspectors and specialists from the Office of the City Historian, in
particular with regards to the authorization to place scaffolding around
the façade of the building to undertake the repairs. The signature of
Eusebio Leal Spengler's office didn't arrive in time.
Ramirez's mother went back and forth for months, "from one office to
another," says the young woman, but "without resolving anything." The
pregnant woman stresses that she will not accept shelter near the
well-known Casa del Pedagogo "with a mattress thrown on the floor," a
place that frequently shelters neighbors who have lost their homes in
building collapses.
We are owners and nobody here wants to go into the shelter," insists the
woman, who noted sarcastically that a few hours before the building
collapse Havana had been declared a "Wonder City."
Older residents were clearly desperate over the loss of their roof and a
good part of their furniture and personal possessions. Adelaida said
that they had been awarded a subsidy but that there were so many
obstacles to "purchasing materials" that the work hadn't begun.
As night fell, they still remained at the site waiting for the fire
department to finish evacuating the contents of the building. As of noon
on Thursday, none of the affected residents had received a visit from
any representative of the People's Power.
Some 1.7 million households, representing 39% of the housing stock in
Cuba, is in fair or poor condition or worse, according to a report from
the Housing authorities. During 2015, only 23,003 new houses were built
throughout the country, of which 10,417 were built by people's own
efforts, a good part of them financed by loans awarded by state banks.
Between 2012, when the granting of credits to "natural persons" began,
to the end of 2015, they had awarded 5.1 billion pesos (212 million
dollars), of which 60% was earmarked for home repairs, according to the
official press.
Source: Rain Causes 17 Building Collapses in the "Wonder City" /
14ymedio, Luz Escobar – Translating Cuba -
http://translatingcuba.com/rain-causes-17-building-collapses-in-the-wonder-city-14ymedio-luz-escobar/
La Habana maravilla
La Habana maravilla
A diferencia de otras dictaduras, la cubana ha sido incapaz de crear una
arquitectura en que fundamentar su permanencia
Alejandro Armengol, Miami | 13/06/2016 9:49 am
Viernes 28 de junio de 1940. 6:00 a.m. Una caravana de limusinas
Mercedes Benz recorre los bulevares. Por pocas horas Hitler visita
París. Hosco y confiado, conquistador y turista, inspecciona más que
observa las maravillas de una ciudad que nunca volverá a ver.
Puerta de Tiananmen en la Ciudad Prohibida. Hay que recorrer poco más de
200 metros y un paso subterráneo para enfrentar la plaza. Pero a la
derecha de esa puerta, que el visitante atraviesa tras recorrer 900
edificios, obras de arte y objetos que pertenecieron a las colecciones
imperiales durante 500 años, un enorme cartel avisa del sitio donde Mao
declaró la república socialista china, el 1 de octubre de 1949.
Año 1980. Es noche en Moscú y de forma brusca un portero detiene al
hombre a la entrada del Hotel Ucrania, luego retrocede temeroso, al
darse cuenta del gesto brusco empleado con un turista extranjero. El
edificio tiene 34 pisos y fue construido en 1955. Forma parte de un
conjunto de siete rascacielos —las "Siete Hermanas"— edificados durante
los últimos años de la época de Stalin.
Una inscripción en el Palacio de los Oficios: "La tercera Roma se
extenderá desde las altas colinas a lo largo de las orillas de río
sagrado hasta las playas del Tirreno". Parecía llegado el turno, luego
de la antigua y la cristiana, a la Roma fascista. En 1922 Mussolini
organiza una marcha hacia la capital, entre el 27 y el 29 de octubre. Il
Duce forma gobierno el día 30 y se convierte en el primer ministro más
joven de la historia italiana. Pero la dictadura fascista no comienza de
inmediato, ya que aún se necesitarán meses para asegurar el control de
todos los mecanismos de poder político.
Otra ciudad, otra marcha y otra caravana. 8 de enero de 1959. Fidel
Castro entra en La Habana. Desde ese día y antes, la revolución cubana
nunca abandonará el solapado rencor campesino ante lo urbano, donde se
aprovechan las circunstancias pero rige la sospecha.
Los dictadores recelan de las ciudades, las consideran difíciles de
dominar, peligrosas en su esencia porosa, polos de atracción para las
mezclas más diversas, llenas de individuos que con frecuencia cambian de
residencia. Se atreven a conquistarlas solo cuando su poder se ha
desarrollado y nutrido alejado de ellas. Incluso en figuras como Hitler
y Mussolini, que incluyen la reconstrucción o edificación de capitales
imperiales entre sus sueños de grandeza, hay una notable "urbanofobia".
Hitler concibió edificios monumentales para Berlín, y así superar la
grandeza de París y de una Viena donde primero se sintió humillado —como
artista en su juventud— y luego fue saludado por una multitud equivoca y
entusiasta, aunque siempre mantuvo su inclinación —se podría decir hasta
su amor— por la pequeña Linz, en cuyas cercanías había transcurrido
parte de su infancia.
En sus comienzos un movimiento urbano de tendencia republicana, el
fascismo es posteriormente financiado por los terratenientes y las capas
más conservadoras de la sociedad italiana.
Tanto en Mussolini como en Hitler y Stalin, cualquier proyección
arquitectónica debe regirse por el principio del orden. La ciudad debe
ser reconstruida, ampliada —incluso magnificada— con el objetivo
primordial de controlarla.
Los objetivos de dominación tras la entrada de Castro en La Habana
transitan por un rumbo opuesto, aunque con un objetivo común: menoscabar
la ciudad para doblegarla.
Actitud y conducta contumaces desde su origen hasta hoy: el Movimiento
26 de Julio se sirve del terrorismo en las ciudades, pero siempre
considera y proclama la lucha en las montañas como el objetivo
fundamental. Destruir y causar caos y terror en la capital, para ganar
tiempo y así establecer las bases del poder en el campo. Tras el
triunfo, el prejuicio contra lo urbano sustenta y justifica la
desconfianza y el abandono. La capital, como centro de explotación y
pecado, tiene que pagar un precio de humillación y desprecio: sus
habitantes trasladarse a trabajar en el campo, los cines dejan de
brindar estrenos durante las temporadas de jornadas agrícolas.
Por décadas, La Habana admite con renuencia y entusiasmo a guajiros
analfabetos y toscos; jóvenes campesinas que llegan para aprender corte
y costura y no quieren volver a sus pueblos de origen; técnicos y
funcionarios soviéticos y de los países socialistas; idealistas de
cualquier parte del mundo; turistas en busca de la experiencia
revolucionaria o simples fornicadores, aventureros y estafadores;
becados de los más remotos confines y año tras año y hasta el momento a
los nacionales aspirantes a policías y represores: individuos que a
cambio de un techo colectivo y una comida mejor están dispuestos a
romperle la cabeza a cualquiera, especialmente a quienes ellos
desprecian y no entienden.
Y durante todo ese tiempo la capital cubana resiste esa transformación,
decretada cuando las tropas campesinas entraron a la ciudad dispuestas a
convertir al sitio en sus cuarteles de invierno o de verano, campamento
de descanso y entrenamiento guerrillero, cantera desde la cual
estudiantes, soldados y profesionales revolucionarios saldrían para
llevar los ideales fidelistas al resto de la nación y el mundo.
A diferencia de otras dictaduras, la cubana ha sido incapaz de crear una
arquitectura en que fundamentar su permanencia. Los pocos edificios que
pueden asociarse con el presente —o a estas alturas con el pasado—
revolucionario han sido víctimas de una apropiación que los desvirtúa
del objetivo original: es imposible hablar de la heladería Coppelia sin
asociarla a los homosexuales; las viviendas hechas por las microbrigadas
son apenas una mención para destacar el deterioro; la Ciudad
Universitaria José Antonio Echeverría (CUJAE) un proyecto a medias; el
Instituto Superior de Arte (ISA) un recinto sospechoso de creadores
disidentes; el Parque Lenin una referencia al refugio temporal del
escritor Reinaldo Arenas; un Centro de Convenciones —construido hace ya
bastante años— en recinto para reuniones que al final han tenido poco
alcance internacional; la reanimación del centro histórico de la ciudad
colonial convertida en fachada turística.
El verdadero centro de poder del país se ha limitado a la Plaza de
Revolución, un conjunto de edificios creados durante la dictadura de
Fulgencio Batista, del que se apropió Castro y adaptó a sus fines de
supervivencia.
Si bien la falta de un desarrollo de construcciones impetuoso y
desmedido ha cumplido —de forma indirecta y sin propuesta de
conservación alguna— una función no buscada de preservación urbana,
también ha contribuido para que en la imaginación literaria
―especialmente para los exiliados y extranjeros― La Habana continúe
gravitando sobre los pilares edificados por Alejo Carpentier, Lezama
Lima y Guillermo Cabrera Infante. Una capital que, a los ojos del mundo,
permanece en una esfera literaria más imaginada en el pasado que en el
presente.
Tantas décadas con un cuerpo narrativo centrado fundamentalmente en
acontecimientos y personajes —y con un paisaje urbano donde lo nuevo es
el envejecimiento urbano— conlleva a que el marco referencial más
inmediato y panorámico continúe siendo la literatura escrita 30, 40 o 50
años atrás. Un hecho acentuado por los años de una épica revolucionaria
centrada en lo rural y en el interés de varios escritores en crear —con
mayor o menor fortuna— una narrativa histórica. Definido entre la
destrucción y la ausencia, el actual conjunto arquitectónico capitalino
posrevolucionario ha llevado a una narrativa del deterioro.
La falta de un paradigma de la ciudad, como apogeo y auge de situaciones
y conflictos no limitados a la barbarie, ha llevado a una búsqueda de
modelos que se reducen a estereotipos, cuando se intenta rescatar un
atractivo más allá de lo insólito y la aventura fácil (y hasta cierto
punto segura).
El panorama a elegir retrocede todavía más cuando el interés se
circunscribe a un afán comercial tan inmediato como el turismo. Cabe
entonces la implicación más burda. Los tres músicos callejeros que
persiguen a los protagonistas de Nuestro hombre en La Habana de Carol
Reed son hoy por hoy la definición mejor de La Habana que se ofrece a
los extranjeros, con sones para turistas.
La visión de dos británicos —Reed, el director de cine y Graham Greene,
el autor de la novela en que se fundamenta la película— los convierte en
embajadores perfectos.
Pendiente aún una perspectiva mejor —esa que el tiempo le negó a
Greene—, de una Habana como otra Viena entre ruinas, y con un villano
quizá no tan simpático y atractivo como Harry Lime, pero igual de siniestro.
"En La Habana, de lo único que uno puede estar seguro, es de un tabaco".
La frase es del mismo actor pero de otro personaje. La pronuncia Orson
Welles no en El tercer hombre sino de The Voyage of the Damned. La
expresa bien vestido, con un puro en la boca, José Estedes, que
participa en la negociación —que resulta infructuosa— para permitir a
los refugiados judíos a bordo del St. Louis entrar en Cuba. Solo que a
lo dicho se le imponen dos cambios: en la actualidad ni siquiera un
tabaco es seguro en Cuba y ahora los refugiados en busca de asilo son
los cubanos.
Tras décadas de un proceso revolucionario descarriado, la capital cubana
representa la más tenaz resistencia a una transformación que, por otra
parte, ha vivido todo el país. Permanece como una referencia a una época
desaparecida para siempre, y ahora tanto el régimen, que aún persiste,
como los comerciantes extranjeros, que existirán siempre, buscan
explotarla de la forma más vil para el viejo Karl Marx: simplemente por
dinero.
Por ello —aunque no solo por ello— la ciudad merece más que una placa
alegórica a una selección tonta e interesada: Pese a todo y por todo,
aún La Habana maravilla.
Una versión de este artículo, abreviada por razones de espacio, aparece
en El Nuevo Herald.
Source: La Habana maravilla - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/la-habana-maravilla-325762
A diferencia de otras dictaduras, la cubana ha sido incapaz de crear una
arquitectura en que fundamentar su permanencia
Alejandro Armengol, Miami | 13/06/2016 9:49 am
Viernes 28 de junio de 1940. 6:00 a.m. Una caravana de limusinas
Mercedes Benz recorre los bulevares. Por pocas horas Hitler visita
París. Hosco y confiado, conquistador y turista, inspecciona más que
observa las maravillas de una ciudad que nunca volverá a ver.
Puerta de Tiananmen en la Ciudad Prohibida. Hay que recorrer poco más de
200 metros y un paso subterráneo para enfrentar la plaza. Pero a la
derecha de esa puerta, que el visitante atraviesa tras recorrer 900
edificios, obras de arte y objetos que pertenecieron a las colecciones
imperiales durante 500 años, un enorme cartel avisa del sitio donde Mao
declaró la república socialista china, el 1 de octubre de 1949.
Año 1980. Es noche en Moscú y de forma brusca un portero detiene al
hombre a la entrada del Hotel Ucrania, luego retrocede temeroso, al
darse cuenta del gesto brusco empleado con un turista extranjero. El
edificio tiene 34 pisos y fue construido en 1955. Forma parte de un
conjunto de siete rascacielos —las "Siete Hermanas"— edificados durante
los últimos años de la época de Stalin.
Una inscripción en el Palacio de los Oficios: "La tercera Roma se
extenderá desde las altas colinas a lo largo de las orillas de río
sagrado hasta las playas del Tirreno". Parecía llegado el turno, luego
de la antigua y la cristiana, a la Roma fascista. En 1922 Mussolini
organiza una marcha hacia la capital, entre el 27 y el 29 de octubre. Il
Duce forma gobierno el día 30 y se convierte en el primer ministro más
joven de la historia italiana. Pero la dictadura fascista no comienza de
inmediato, ya que aún se necesitarán meses para asegurar el control de
todos los mecanismos de poder político.
Otra ciudad, otra marcha y otra caravana. 8 de enero de 1959. Fidel
Castro entra en La Habana. Desde ese día y antes, la revolución cubana
nunca abandonará el solapado rencor campesino ante lo urbano, donde se
aprovechan las circunstancias pero rige la sospecha.
Los dictadores recelan de las ciudades, las consideran difíciles de
dominar, peligrosas en su esencia porosa, polos de atracción para las
mezclas más diversas, llenas de individuos que con frecuencia cambian de
residencia. Se atreven a conquistarlas solo cuando su poder se ha
desarrollado y nutrido alejado de ellas. Incluso en figuras como Hitler
y Mussolini, que incluyen la reconstrucción o edificación de capitales
imperiales entre sus sueños de grandeza, hay una notable "urbanofobia".
Hitler concibió edificios monumentales para Berlín, y así superar la
grandeza de París y de una Viena donde primero se sintió humillado —como
artista en su juventud— y luego fue saludado por una multitud equivoca y
entusiasta, aunque siempre mantuvo su inclinación —se podría decir hasta
su amor— por la pequeña Linz, en cuyas cercanías había transcurrido
parte de su infancia.
En sus comienzos un movimiento urbano de tendencia republicana, el
fascismo es posteriormente financiado por los terratenientes y las capas
más conservadoras de la sociedad italiana.
Tanto en Mussolini como en Hitler y Stalin, cualquier proyección
arquitectónica debe regirse por el principio del orden. La ciudad debe
ser reconstruida, ampliada —incluso magnificada— con el objetivo
primordial de controlarla.
Los objetivos de dominación tras la entrada de Castro en La Habana
transitan por un rumbo opuesto, aunque con un objetivo común: menoscabar
la ciudad para doblegarla.
Actitud y conducta contumaces desde su origen hasta hoy: el Movimiento
26 de Julio se sirve del terrorismo en las ciudades, pero siempre
considera y proclama la lucha en las montañas como el objetivo
fundamental. Destruir y causar caos y terror en la capital, para ganar
tiempo y así establecer las bases del poder en el campo. Tras el
triunfo, el prejuicio contra lo urbano sustenta y justifica la
desconfianza y el abandono. La capital, como centro de explotación y
pecado, tiene que pagar un precio de humillación y desprecio: sus
habitantes trasladarse a trabajar en el campo, los cines dejan de
brindar estrenos durante las temporadas de jornadas agrícolas.
Por décadas, La Habana admite con renuencia y entusiasmo a guajiros
analfabetos y toscos; jóvenes campesinas que llegan para aprender corte
y costura y no quieren volver a sus pueblos de origen; técnicos y
funcionarios soviéticos y de los países socialistas; idealistas de
cualquier parte del mundo; turistas en busca de la experiencia
revolucionaria o simples fornicadores, aventureros y estafadores;
becados de los más remotos confines y año tras año y hasta el momento a
los nacionales aspirantes a policías y represores: individuos que a
cambio de un techo colectivo y una comida mejor están dispuestos a
romperle la cabeza a cualquiera, especialmente a quienes ellos
desprecian y no entienden.
Y durante todo ese tiempo la capital cubana resiste esa transformación,
decretada cuando las tropas campesinas entraron a la ciudad dispuestas a
convertir al sitio en sus cuarteles de invierno o de verano, campamento
de descanso y entrenamiento guerrillero, cantera desde la cual
estudiantes, soldados y profesionales revolucionarios saldrían para
llevar los ideales fidelistas al resto de la nación y el mundo.
A diferencia de otras dictaduras, la cubana ha sido incapaz de crear una
arquitectura en que fundamentar su permanencia. Los pocos edificios que
pueden asociarse con el presente —o a estas alturas con el pasado—
revolucionario han sido víctimas de una apropiación que los desvirtúa
del objetivo original: es imposible hablar de la heladería Coppelia sin
asociarla a los homosexuales; las viviendas hechas por las microbrigadas
son apenas una mención para destacar el deterioro; la Ciudad
Universitaria José Antonio Echeverría (CUJAE) un proyecto a medias; el
Instituto Superior de Arte (ISA) un recinto sospechoso de creadores
disidentes; el Parque Lenin una referencia al refugio temporal del
escritor Reinaldo Arenas; un Centro de Convenciones —construido hace ya
bastante años— en recinto para reuniones que al final han tenido poco
alcance internacional; la reanimación del centro histórico de la ciudad
colonial convertida en fachada turística.
El verdadero centro de poder del país se ha limitado a la Plaza de
Revolución, un conjunto de edificios creados durante la dictadura de
Fulgencio Batista, del que se apropió Castro y adaptó a sus fines de
supervivencia.
Si bien la falta de un desarrollo de construcciones impetuoso y
desmedido ha cumplido —de forma indirecta y sin propuesta de
conservación alguna— una función no buscada de preservación urbana,
también ha contribuido para que en la imaginación literaria
―especialmente para los exiliados y extranjeros― La Habana continúe
gravitando sobre los pilares edificados por Alejo Carpentier, Lezama
Lima y Guillermo Cabrera Infante. Una capital que, a los ojos del mundo,
permanece en una esfera literaria más imaginada en el pasado que en el
presente.
Tantas décadas con un cuerpo narrativo centrado fundamentalmente en
acontecimientos y personajes —y con un paisaje urbano donde lo nuevo es
el envejecimiento urbano— conlleva a que el marco referencial más
inmediato y panorámico continúe siendo la literatura escrita 30, 40 o 50
años atrás. Un hecho acentuado por los años de una épica revolucionaria
centrada en lo rural y en el interés de varios escritores en crear —con
mayor o menor fortuna— una narrativa histórica. Definido entre la
destrucción y la ausencia, el actual conjunto arquitectónico capitalino
posrevolucionario ha llevado a una narrativa del deterioro.
La falta de un paradigma de la ciudad, como apogeo y auge de situaciones
y conflictos no limitados a la barbarie, ha llevado a una búsqueda de
modelos que se reducen a estereotipos, cuando se intenta rescatar un
atractivo más allá de lo insólito y la aventura fácil (y hasta cierto
punto segura).
El panorama a elegir retrocede todavía más cuando el interés se
circunscribe a un afán comercial tan inmediato como el turismo. Cabe
entonces la implicación más burda. Los tres músicos callejeros que
persiguen a los protagonistas de Nuestro hombre en La Habana de Carol
Reed son hoy por hoy la definición mejor de La Habana que se ofrece a
los extranjeros, con sones para turistas.
La visión de dos británicos —Reed, el director de cine y Graham Greene,
el autor de la novela en que se fundamenta la película— los convierte en
embajadores perfectos.
Pendiente aún una perspectiva mejor —esa que el tiempo le negó a
Greene—, de una Habana como otra Viena entre ruinas, y con un villano
quizá no tan simpático y atractivo como Harry Lime, pero igual de siniestro.
"En La Habana, de lo único que uno puede estar seguro, es de un tabaco".
La frase es del mismo actor pero de otro personaje. La pronuncia Orson
Welles no en El tercer hombre sino de The Voyage of the Damned. La
expresa bien vestido, con un puro en la boca, José Estedes, que
participa en la negociación —que resulta infructuosa— para permitir a
los refugiados judíos a bordo del St. Louis entrar en Cuba. Solo que a
lo dicho se le imponen dos cambios: en la actualidad ni siquiera un
tabaco es seguro en Cuba y ahora los refugiados en busca de asilo son
los cubanos.
Tras décadas de un proceso revolucionario descarriado, la capital cubana
representa la más tenaz resistencia a una transformación que, por otra
parte, ha vivido todo el país. Permanece como una referencia a una época
desaparecida para siempre, y ahora tanto el régimen, que aún persiste,
como los comerciantes extranjeros, que existirán siempre, buscan
explotarla de la forma más vil para el viejo Karl Marx: simplemente por
dinero.
Por ello —aunque no solo por ello— la ciudad merece más que una placa
alegórica a una selección tonta e interesada: Pese a todo y por todo,
aún La Habana maravilla.
Una versión de este artículo, abreviada por razones de espacio, aparece
en El Nuevo Herald.
Source: La Habana maravilla - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/la-habana-maravilla-325762
Sunday, June 12, 2016
Joven cubana protesta por condiciones de vivienda
Joven cubana protesta por condiciones de vivienda
junio 11, 2016
Martinoticias.com
En Reina y San Nicolás, una joven cubana sacó sus pertenencias y sentado
en el sillón, protestó por el deterioro del edificio en que habita ella
y 16 otras familias.
Bárbara Manuela Hernández, una joven residente de La Habana, se apostó
en horas tempranas de este sábado en la esquina de la Calle Reina y San
Nicolás, en Centro Habana, con todas sus pertenencias y sus dos hijos,
en protesta por las malas condiciones en que se encuentra el edificio
donde vive.
Además de las deterioradas condiciones de vida en el edificio no hay una
respuesta o plan por parte de las autoridades para solucionar el
problema. Desde horas tempranas la joven puso sus pertenencias en la vía
pública y expuso a los interesados que pasaban el objetivo del reclamo.
Ya se registró en el edificio de la joven un derrumbe anteriormente, y
según ella las autoridades piensas desahuciar a las 16 familias viven en
el inmueble.
Source: Joven cubana protesta por condiciones de vivienda -
http://www.martinoticias.com/a/desalojo-habana-protestas-barbara-hernandez/123900.html
junio 11, 2016
Martinoticias.com
En Reina y San Nicolás, una joven cubana sacó sus pertenencias y sentado
en el sillón, protestó por el deterioro del edificio en que habita ella
y 16 otras familias.
Bárbara Manuela Hernández, una joven residente de La Habana, se apostó
en horas tempranas de este sábado en la esquina de la Calle Reina y San
Nicolás, en Centro Habana, con todas sus pertenencias y sus dos hijos,
en protesta por las malas condiciones en que se encuentra el edificio
donde vive.
Además de las deterioradas condiciones de vida en el edificio no hay una
respuesta o plan por parte de las autoridades para solucionar el
problema. Desde horas tempranas la joven puso sus pertenencias en la vía
pública y expuso a los interesados que pasaban el objetivo del reclamo.
Ya se registró en el edificio de la joven un derrumbe anteriormente, y
según ella las autoridades piensas desahuciar a las 16 familias viven en
el inmueble.
Source: Joven cubana protesta por condiciones de vivienda -
http://www.martinoticias.com/a/desalojo-habana-protestas-barbara-hernandez/123900.html
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