Friday, April 24, 2015

Familia en Güira de Melena vive hacinada

Familia en Güira de Melena vive hacinada

Familia en Güira de Melena vive hacinada
A pesar de los esfuerzos que han realizado para obtener un terreno o
algún local para aliviar un poco la deplorable vida que llevan, todo ha
sido en vano
jueves, abril 23, 2015 | RCCC

ARTEMISA, Cuba. -En Guira de Melena, en avenida 85, # 9201 entre 90 y
92, vive una familia en condiciones difíciles. El núcleo está compuesto
por ocho personas, entre ellas cuatro menores. La cabeza de esta familia
es la señora Lourdes Rodríguez Ferrera, impedida física.

Mercedes de la Caridad Robaina Rodríguez, es la hija de Lourdes. Se ha
animado a contarnos su situación.

A pesar de los esfuerzos que han realizado para obtener un terreno o
algún local para aliviar un poco la deplorable vida que llevan, todo ha
sido en vano. Cada vez que acuden a las organizaciones del territorio en
busca de ayuda, solo encuentra indiferencia. Incluso Mercedes solicitó
una entrevista con la 1ra secretaria del PCC (Partido Comunista de Cuba)
del municipio, de nombre Mirurgia y todavía no ha sido atendida.

Apenas conteniendo el nerviosismo, la joven le comentó a esta
comunicadora: "Tengo tres hijos, de ellos una de apenas cinco meses de
nacida. Actualmente estoy de licencia de maternidad, soy maestra de
enseñanza primaria desde hace seis años y tengo que convivir con mi mama
y mis hermanos".

"El esposo de mi madre era enfermo mental. Imagínate, un día cogió
cogido un cuchillo y le cortó tres dedos de la mano izquierda a mi mamá.
De no ser por los vecinos la habría matado. Al final se suicidó. Esto
trajo como consecuencia que ella también se afectara psíquicamente."

"La casa donde vivimos tiene dos habitaciones. Mi padrastro comenzó –en
la medida de sus posibilidades- con los arreglos de la casa, entre ellos
improvisó un baño para tener al menos donde realizar las necesidades y
así fuimos tirando un tiempo. Luego vino lo de su enfermedad y la
tragedia vivida, que hizo que mi mamá tuviera que dejar de trabajar en
una escuela como auxiliar de limpieza."

El papá de las hijas de Mercedes las abandonó y ella le hace frente sola
a la crianza de ellas, con la ayuda de su mamá que recibe una pensión de
200 pesos mensuales, por su difunto padrastro. Destinan ese dinero a los
gastos de sus hermanos que eran hijos de él, y como es natural no le
alcanza para mucho más.

Lo único que pide esta joven es un local o un terreno para poder
ampliarse un poquito, ella recalca que no quiere dinero, ni ningún tipo
de ayuda económica del gobierno, solo necesita que su familia viva
dignamente.

(Martha Domínguez Calero)

Video:
https://youtu.be/RUSWXLOL2ZU

Source: Familia en Güira de Melena vive hacinada | Cubanet -
http://www.cubanet.org/mas-noticias/familia-en-guira-de-melena-vive-hacinada/

Tuesday, April 21, 2015

A la venta propiedades intervenidas?

¿A la venta propiedades intervenidas?
El gobierno cubano habría comenzado a desprenderse de inmuebles y
negocios expropiados
martes, abril 21, 2015 | Julio Cesar Álvarez

LA HABANA, Cuba. – Olivia Barnet Barnet, heredera de un negocio
expropiado por el gobierno revolucionario en 1959, hoy día vive en una
pequeña parte del inmueble, que le fue cedido a su familia como
vivienda. Muestra asombro por lo sucedido recientemente, cuando el
gobierno vendió a un 'cuentapropista' la otra parte de la propiedad
intervenida.

Olivia tiene 81 años. Es la heredera de Dulce Barnet, antigua
propietaria de la edificación, dentro de la cual funcionaba una
farmacia, también de su propiedad.

Según Olivia, su abuela compró el edificio, localizado en el capitalino
barrio de Lawton, y la farmacia con él, a finales de la década del 1940.

En 1960 el gobierno revolucionario intervino el inmueble. A Dulce le
dejaron como vivienda la parte de la planta baja que se comunicaba con
la farmacia. Aún hoy se conserva la puerta por donde su abuela entraba
al negocio desde la casa.

En la farmacia de su abuela se vendía de todo y era la más bonita de
Lawton, antes de que fuese expropiada, según comenta, nostálgica, Olivia.

"Se vendía jabón, perfume, medicamentos, de todo. El mostrador por
encima era un espejo, y lo demás era de cristal. Usted estaba comprando
y podía verse reflejado en el mismo, y arreglarse el peinado si quería",
recuerda Olivia.

Tiempo después de la intervención, funcionarios del gobierno retiraron
los espejos que decoraban el mostrador y las puertas de cristal
exteriores. También el vandalismo se ensañó con la fachada del lugar.

"En aquél tiempo, por la noche se sentía cómo individuos tiraban
piedras. Yo estaba acostada y me levantaba sobresaltada con el ruido de
los cristales rotos. Nosotros no sabíamos quiénes tiraban las piedras".

A la edificación y a la farmacia de San Francisco les aguardó el mismo
destino que a la mayoría de las instalaciones cubanas durante la era
revolucionaria: décadas de desidia. Pasó de ser la farmacia más bonita
de Lawton, a verse tan deslucida como casi todas las demás.

"Después que intervinieron el negocio, no teníamos medios para reparar
nada. Todo se fue deteriorando. Ya van dos veces que la farmacia se
inunda de aguas sucias por tupición", asegura Olivia.

Ironías del destino

La revolución cubana de 1959 no sólo expropió las grandes industrias,
sino que también intervino los pequeños negocios de los cubanos. Todos,
desde el vendedor de pan con croqueta hasta el dueño de un restaurante,
perdieron sus negocios.

Más de medio siglo después, ese mismo gobierno se ha visto obligado a
reformar la economía. Ha autorizado nuevamente la apertura de pequeños
negocios y sus dueños, llamados cuentapropistas, comienzan a expandirse
discretamente.

Irónicamente, uno de esos cuentapropistas compró recientemente toda la
planta alta de la edificación que perteneció a la abuela de Olivia, y ha
logrado hacer en unos meses lo que el gobierno revolucionario no pudo en
50 años.

"Este señor no solo compró la planta alta, sino que arregló y pintó la
edificación entera. También arreglará la farmacia, por lo que estamos
muy contentos. Es el dueño de Tecnopremier, el negocio de computación
que queda en la Calzada de 10 de Octubre y la calle San Francisco",
asegura Iván, dependiente de la farmacia.

Olivia hubiese deseado tener fuerzas y dinero para abrir un pequeño
negocio. Le hubiese gustado ser ella la compradora de la planta alta de
la propiedad que le intervinieron a su abuela. Así habría recuperado
algo del patrimonio familiar.

Y aunque la anciana no se ve en un futuro cercano como dueña de la
farmacia, ante la insistente pregunta de si le gustaría serlo, responde:

"Bueno, si mañana esto (el gobierno) se cae, yo no sé si me lo devolverían."

Source: ¿A la venta propiedades intervenidas? | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/a-la-venta-propiedades-intervenidas/

Sunday, April 19, 2015

Víctor Benítez teme por su vida

Víctor Benítez teme por su vida
Auxiliar de limpieza en un centro gastronómico de La Habana, el salario
no le alcanza para asumir las reparaciones de su techo
sábado, abril 18, 2015 | Ernesto Pérez Chang

LA HABANA, Cuba. -Aunque en incontables ocasiones los vecinos del
edificio número 909 ―ubicado en las intersecciones de la Calzada de
Infanta y la avenida de Carlos III en el municipio Centro Habana―, han
dado cuenta a las autoridades sobre el peligro que los acecha
constantemente, hasta el momento nadie ha atendido los reclamos y,
aceptando la usual indiferencia con que son atendidos otros casos
similares, la mayoría de los inquilinos se ha resignado a esperar el
peor de los desenlaces.

Víctor Benítez vive desde hace más de 50 años en el apartamento no. 15
en el último piso y es uno de los más afectados. Auxiliar de limpieza en
un centro gastronómico de la capital, el salario no le alcanza para
asumir las reparaciones de su techo y, aunque dice haber tramitado su
caso en las instancias correspondientes, no ha recibido una respuesta
efectiva por lo que teme por su vida:

"Hace ya varios años vinieron unas personas y lo único que hicieron fue
tomar notas. Después se desaparecieron", dice Víctor mientras nos
muestra cuán deteriorados están los techos de la sala, la cocina y el
cuarto: "Cuando llueve tengo que salir al pasillo porque, como ves, ya
casi no hay techo. Se cae a pedazos. Hay huecos por todos lados. Llueve
más adentro que afuera. Los vecinos que han podido han reforzado con
vigas pero aun así continúa el deterioro. Yo no tengo dinero para
reparar. El salario que gano como auxiliar de limpieza no me alcanza".

Desde la azotea de la edificación se puede calcular la verdadera
magnitud del desastre que se aviene. Algunas partes ya han colapsado y
otras comienzan a ceder debido a la humedad y a la extrema corrosión de
los viejos travesaños de acero:

"Ese hundimiento que ves y esos huecos están sobre mi cuarto y la sala.
Ya no duermo tranquilo porque sé que en cualquier momento todo eso me va
a caer encima", nos explica Víctor mientras nos indica por dónde caminar
con un mínimo de seguridad, sobre una superficie que, de un segundo a
otro y ante el mínimo descuido, podría irse abajo: "Los muchachos crían
palomas aquí arriba o la gente sube y aunque caminen despacio, los
trozos de cemento y piedra caen. Yo puedo ver a la gente desde mi
cuarto. Todos los apartamentos están en las mismas condiciones. Aquí
viven niños, ancianos y todos estamos en peligro de morir aplastados por
los escombros. […] ¿A dónde nos vamos a ir? Esta ha sido mi casa de toda
una vida. A nadie le importa eso. Ese apartamento de allí [nos indica un
extremo de la azotea] se derrumbó hace ya unos cinco años y no ha pasado
nada. La gente ha ido clausurando los cuartos o quitando las camas y los
muebles. Ya todo el mundo se acostumbró a que no hay solución".

Habitado por una treintena de familias de muy bajo nivel adquisitivo, el
inmueble está a punto de correr la misma suerte de otras edificaciones
aledañas que, a causa del deterioro, se han derrumbado dejando varias
víctimas mortales y cientos de personas sin hogar.

"Lo más que han logrado algunos es que los muden dentro de este mismo
edificio, incluso para locales aún peores, o la misma gente se ha mudado
pero eso no resuelve el problema. En esta misma calle [se refiere a la
Calzada de Infanta] ya han ocurrido varios derrumbes. Han muerto hasta
niños. Después vienen las excavadoras y lo convierten todo en un parque,
como si no hubiera pasado nada. Aquí puede ocurrir una tragedia en
cualquier momento. Ojalá que no pase nada malo pero todo parece indicar
que sí".

A pesar de que varios locales de la última planta colapsaron hace ya
varios años y la constante caída de escombros representa un peligro para
las personas que transitan por la acera, ni se han colocado avisos ni se
ha limitado el acceso a las inmediaciones de la casi centenaria
edificación, en cuyos bajos funcionan varios comercios estatales y
particulares.

Acostumbrados a ese panorama habitual de abandonos, infortunios y
desamparos, la gente parece no reparar en lo que, sin dudas, para el
gobierno es un caso más entre otros miles que jamás tendrán solución.
Mientras tanto, en el número 909 de la calle Carlos III, varias familias
como muchísimas otras, continuarán temiendo por sus vidas.

Source: Víctor Benítez teme por su vida | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/victor-benitez-teme-por-su-vida/