Thursday, June 30, 2016

Menos caros, pero más escasos

Menos caros, pero más escasos
Los materiales de construcción "desaparecen" de la red comercial
Jueves, junio 30, 2016 | Osniel Carmona Breijo

LA HABANA, Cuba.- La ausencia prolongada de materiales de la
construcción en los Mercados de Artículos Industriales y de Servicios
(MAIS), y en los rastros estatales habilitados para la venta de estos
productos en la capital, obstaculiza el desarrollo de las obras
constructivas acometidas por el sector privado.

Según reclaman numerosas personas entrevistadas para este diario, son
reiterados los periodos donde "desaparecen" de la red comercial un grupo
de materiales y artículos básicos para la actividad. Señalan,
fundamentalmente, las dificultades para adquirir bloques, cemento,
áridos, cabillas, herrajes y tanques de agua.

Wilfredo Estupiñán Díaz, quien realiza una remodelación a su vivienda,
expone que durante la última semana recorrió inútilmente el rastro de La
Güinera, en Arroyo Naranjo, el rastro del Cotorro en el municipio que
lleva ese mismo nombre, y el rastro de San José de las Lajas, provincia
Mayabeque. Buscaba cemento a granel y dos tanques de agua.

"Pensé que sería algo fácil, pero comienzas a caminar y a preguntar y
descubres que la realidad es diferente. Que si 'no hay' o que si tendrán
'para la semana que viene', o que 'estamos esperando pero no sabemos
para cuándo' fue todo lo que encontré; pero nada de lo que busco", comenta.

Al igual que Estupiñán, otros involucrados en procesos de construcción
que fueron abordados sobre el tema refieren que el déficit se percibe
desde finales de abril cuando el Ministerio del Comercio Interior
(MINCIN) inició una serie de rebajas entre el 20 y el 50 por ciento a
los precios de varios materiales y artículos de la construcción.

Isaura Ortega Curbelo, propietaria de una vivienda en proceso de
ampliación, expone que, dado el bajo nivel de suministros los nuevos
costos dispararon el negocio de la especulación en complicidad con los
administrativos de los puntos de venta, acrecentando los efectos de la
escasez.

Resalta Curbelo que "puedes ver llegar al camión con los materiales y no
tienes cómo reclamar que te vendan, porque te dicen que son para los
subsidios y cómo lo compruebas. La cosa es que cuando entran (los
materiales), los revendedores por detrás del telón ya lo tienen todo
comprado dándole 'un salve' (soborno) al administrador. Y luego, si
quieres resolver, terminas comprando más caro que antes de la rebaja".

La entrega de licencias para construir, y la reanimación de la red
comercial de materiales y artículos para dicho fin, son las últimas
estrategias implementadas por el gobierno para solucionar los problemas
de fondo habitacional en la isla, cuyo déficit, según cifras oficiales,
supera el medio millón de viviendas.

Source: Menos caros, pero más escasos | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/menos-caros-pero-mas-escasos/

Monday, June 27, 2016

Tan lento como la construcción de viviendas en Cuba

Tan lento como la construcción de viviendas en Cuba
Crece el turismo, pero también crece la demanda por un techo bajo el
cual vivir
Lunes, junio 27, 2016 | Ernesto Pérez Chang

LA HABANA, Cuba.- En los últimos 10 años, mientras la economía cubana ha
mostrado mejor panorama con grandes inversiones extranjeras y altos
ingresos por concepto de turismo y exportación de servicios, la
construcción de viviendas ha decrecido notablemente.

Comparando los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas
e Información, tan solo entre el 2006 y el 2014, el número de viviendas
construidas descendió de cerca de 112 mil a poco más de 25 mil por año,
de modo que la tasa de unidades por cada mil habitantes descendió a 2,3,
alcanzando un record negativo casi comparable con la peor etapa del
llamado Período Especial que sucedió al desplome del campo socialista.

Aunque el gobierno sitúa el déficit de viviendas para la población en
solo 600 mil, hay quienes hablan de una cifra muy superior al millón,
teniendo en cuenta otros factores como el estado constructivo y la
inhabitabilidad de aquellas construcciones que han sido ignoradas por
las estadísticas oficiales.

Al parecer, los actuales planes de crecimiento han postergado los
progresos en materia de vivienda para un futuro lejano que dependerá de
que las fórmulas de crecimiento económico rindan frutos y no sean igual
de erradas y erráticas que los experimentos anteriores, donde siempre el
déficit habitacional terminó condicionado negativamente por las
estrategias políticas en la dilatada construcción del socialismo.

"En los años 60 la construcción de la Escuela Nacional de Arte
[actualmente Instituto Superior de Arte] y sobre todo las cúpulas de
algunos de sus edificios, consumieron buena parte del cemento que estaba
destinado a la construcción de viviendas", explica el arquitecto y
restaurador Reinaldo Pérez, y añade: "Muchas construcciones de aquella
época fueron afectadas por esas y otras 'tareas de choque' (…) Hacía
falta materiales y se afectaba el plan de viviendas, eso y que siempre
ha existido el desvío de recursos porque lo que es de todos no es de nadie".

"En los ochenta pasó lo mismo con la terquedad de hacer refugios
antiaéreos por toda la isla", continúa Pérez, "y desde antes con la
planta electronuclear en Cienfuegos [Juraguá] (…) El domo del reactor se
chupó todo el hormigón de los planes de vivienda y ahí deben estar las
cifras de producción e importación [de materiales constructivos] para
confirmarlo, y otras pruebas son sobre todo las chapucerías que hoy
padecemos en Alamar, (…) el Reparto Eléctrico también, y todos los demás
barrios mal construidos por aquella época".

Según el especialista, "las instalaciones de los [Juegos] Panamericanos
[en 1991] vinieron a empeorar la situación en medio del Período
Especial. Lo más prudente hubiera sido suspenderlos pero ya sabemos cuál
fue el trágico desenlace (…) Cuando no era Angola, era el aeropuerto de
Granada o Nicaragua, si no cualquier otra aventura; pero siempre se ha
relegado el asunto de la vivienda, y tengo que acotar: vivienda para los
civiles, porque para los militares es otra la historia".

Para algunos, aunque el tema de la vivienda siempre ha estado en el
centro de los discursos de los principales dirigentes cubanos, no ha
sido una expresión de un programa bien diseñado para resolver el asunto
de una vez y por todas.

Un funcionario del Instituto de Planificación Física, que no desea
revelar su identidad, explicó a CubaNet las dificultades a las que se
enfrentan ellos como institución que regula los asuntos de la vivienda,
así como las autoridades de los gobiernos provinciales y municipales
encargadas de solucionar las necesidades de la población.

"Planes siempre ha habido, pero nunca hubo un verdadero programa,
pensado no para salir del atolladero y ya, sino para que los resultados
fueran duraderos y no provisionales", refiere.

Añade que "hubo una explosión demográfica en los 70 que vino acompañada
de planes con respecto a la vivienda pero, a la vez, de mucha
improvisación y corrupción (…) Los planes de las microbrigadas, luego
los contingentes y ahora más recientemente las brigaditas por 'esfuerzo
propio' han profundizado más los problemas que resolverlos (…) Entregas
el edificio hoy y ya mañana comienzan las quejas de la población por el
mal acabado".

"Algunas viviendas con dos o tres años de construidas ya están en
peligro de derrumbe", describe, antes de confesar que "en las oficinas
municipales de la vivienda [en La Habana], y supongo que en los
gobiernos, se recibe un promedio de unos 20 casos por día, tan solo
relacionados con el mal estado constructivo de viviendas recién
terminadas, ya no te hablo de las que tienen 50 o más de 100 años de
construidas".

"En la situación actual no hay solución a todo lo que se ha acumulado
siempre que pensemos, desde el gobierno, el problema de la vivienda como
asunto exclusivo del Estado (…) La solución es simple. En cuestiones de
vivienda, hay que abrir las inversiones no solo al capital extranjero,
que no tiene en cuenta nuestras necesidades, sino al capital nuestro y,
otra cosa, no obstaculizar tanto al sector cuentapropista. Déjenlo
crecer y actuar como empresas con todas las de la ley, y para siempre,
no como paliativo de una época de crisis. Darles la confianza de que se
acabó el experimento y que no hay vuelta a atrás", considera.

Si bien es cierto que trabajadores de sectores favorecidos
económicamente, como el de la Salud y el Turismo, han podido solucionar
en gran medida sus dificultades personales con respecto a la vivienda,
también lo es que la mejoría no responde a un incremento de las
construcciones en el país y sólo ha repercutido en la reparación y
reacondicionamiento de las viviendas que han heredado de familiares, una
realidad que se refleja en la cifra decreciente en las estadísticas
cuando, por lógica, debería notarse cierto despegue, sobre todo
transcurridos varios años desde la autorización de las compraventas de
casas, un mercado (al menos el registrado legalmente) cuyos actos de
ventas ejecutados se reducen a apenas un 4% del total de las viviendas
que existen en la isla.

Las personas que reciben remesas del exterior o que obtienen ganancias
de negocios privados tampoco han hecho gran diferencia en las
estadísticas. Los altos costos de construcción de una vivienda o de su
adquisición, la ausencia de un mercado minorista para la venta de
materiales constructivos, la imposibilidad del arrendamiento temporal a
precios asequibles al salario estatal promedio, la inexistencia de un
programa nacional de créditos inmobiliarios, así como los trámites
burocráticos para legalizar una propiedad, son algunos de los
principales frenos para los ciudadanos cubanos.

Sin embargo, para extranjeros la realidad es otra, aunque de acuerdo con
las estadísticas oficiales, tampoco han repercutido de manera notable en
un crecimiento constructivo, en tanto sus operaciones se limitan a
comprar con fines de adquirir espacios para negocios privados o con
intenciones especulativas en un futuro.

El total de las inversiones extranjeras, asociadas a las construcciones,
se vincula exclusivamente con el desarrollo inmobiliario dirigido a
atraer turismo pero, hasta el momento, y ya olvidados del programa de
"petrocasas" promovido por Hugo Chávez en Venezuela y que parecía
extenderse a Cuba, no existen proyectos similares para el desarrollo de
planes de viviendas populares de calidad ni a corto ni mediano plazos.

Source: Tan lento como la construcción de viviendas en Cuba | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/tan-lento-como-la-construccion-de-viviendas-en-cuba/

Sunday, June 26, 2016

Entre palacios, turistas y ruinas

Entre palacios, turistas y ruinas
FERNANDO DÁMASO | La Habana | 26 de Junio de 2016 - 11:11 am.

El municipio Habana Vieja, compuesto por los barrios de Paula, San Juan
de Dios, Santo Ángel, Santo Cristo, Santa Clara, San Felipe, San
Francisco, San Isidro, Santa Teresa, Templete, Atarés, Arsenal, Ceiba,
Colón, Chávez, Jesús María, La Punta, San Nicolás, Tacón y Vives,
atesora las calles, plazas, plazuelas y parques más antiguos de la
ciudad, así como la mayor cantidad de edificaciones de la época
colonial, tanto militares y religiosas como administrativas y civiles.

Su territorio se encuentra enclavado entre la Bahía de La Habana, La
Punta, Paseo del Prado, Agua Dulce y la Ensenada de Atarés. Algunas de
sus calles más importantes son Oficios, Mercaderes, Obispo, O´Reilly,
Muralla, Bernaza, Obrapía, San Isidro, Teniente Rey, Aguiar, Cuba,
Monserrate, Egido, Zulueta, la Avenida del Puerto, el Paseo del Prado y
las Calzadas de Monte y de Cristina.

Entre sus plazas, plazuelas y parques, cuenta con las plazas de Armas,
de la Catedral, de San Francisco, la Vieja, de las Ursulinas, de San
Juan de Dios y de Bayona; las plazuelas de Belén, Santa Clara, Santa
Catalina, Santo Domingo, Santo Cristo, Espíritu Santo, Puerta de Tierra,
Monserrate, Tallapiedra y Luz; y los parques de la Punta, Máximo Gómez,
Albear, Juan de Dios, Pepe Jérez (Supervielle), Central, de la
Fraternidad, Luz Caballero, Jesús María, Maestranza, América Arias y del
Anfiteatro.

Sus principales edificaciones militares son los castillos de la Real
Fuerza, San Salvador de la Punta y Santo Domingo de Atarés. Obviando las
primeras construcciones, la arquitectura colonial habanera incluye el
denominado "período formativo", correspondiente al siglo XVII, con
características árabe-andaluzas, que se manifestó principalmente en
templos y casas señoriales, siendo algunos de sus principales exponentes
las iglesias del Espíritu Santo, del Santo Cristo del Buen Viaje y la
de San Isidro Labrador, los conventos de Santa Clara, San Juan de Letrán
(Santo Domingo), San Agustín y Santa Catalina de Siena y las casas de
don Gaspar Riberos de Vasconcelos, Melchor de la Torre, Obrapías de
Peñalver y de Calvo de la Puerta, del Obispado y del marqués de Jústiz;
el "período barroco" en el siglo XVIII, que se compone del "barroco
herreriano", cuyos principales exponentes lo constituyen los conventos
de San Francisco de Asís y Santa Teresa, y las casas de los condes de
Jaruco y de Jibacoa, y el "barroco cubano", que se encuentra en el
palacio de los Capitanes Generales, en el del Segundo Cabo y en la Catedral.

Al "barroco" en general, corresponden también el oratorio, después
iglesia de San Felipe de Neri, el hospital de Nuestra Señora de Belén,
después iglesia y colegio de los jesuitas, el convento de Nuestra Señora
de la Merced, el hospital e iglesia de San Francisco de Paula, el teatro
El Coliseo (demolido), el colegio de San Ambrosio y la capilla de la
Orden Tercera, así como los palacios del marqués de Arcos, de Lombillo,
de los marqueses de Aguas Claras o condes de San Fernando, de los
marqueses de San Felipe y Santiago, de los condes de Casa Bayona,
Pedroso, la Reunión, Casa Barreto y Lagunillas y las casas de Félix de
Arrate, don Francisco Franchi Alfaro, Aguilera, las beatas Cárdenas,
obispo Espada, Gonzalo Chacón y la Cruz Verde.

Al "período neoclásico", que se desarrolló en el siglo XIX, corresponden
los ya inexistentes Mercados de Colón o del Polvorín y la Real Aduana.
Además, el convento e iglesia de las Ursulinas, la iglesia de Nuestra
Señora del Pilar, la Nueva Cárcel o Cárcel de Tacón, las Puertas de
Monserrate, el Palacio de los condes de Casa Moré (después de la
marquesa de Villalba), el edificio de la Pescadería, la Casa de Dementes
de San Dionisio, la Maestranza de Artillería, la Diputación Provincial,
El Templete, los palacios de los marqueses de Almendares, Larrinaga,
Esteban en Cuba, Arcos, Du-Quesne y Real Proclamación, de los condes de
Santovenia y Reunión de Cuba y del Obispado. También los teatros Tacón,
Villanueva, Albizu, Payret e Irijoa.

Muchas de estas edificaciones y otras se han perdido y ya no existen,
algunas han sido rescatadas y restauradas y, no pocas, han sido
dedicadas a otros usos (hoteles, hostales, salas de conciertos, museos,
galerías de arte, comercios, escuelas, hospicios, etcétera). También
resta un buen número en espera de alguna acción salvadora, como la
antigua Planta Eléctrica de Tallapiedra, clausurada y abandonada desde
hace más de 30 años.

Durante la etapa republicana se construyeron o reconstruyeron, sobre o
donde habían estado antiguas edificaciones, el Palacio Presidencial, el
Capitolio Nacional, el Palacio del Centro Asturiano, el de Balboa, la
Estación Central de Ferrocarriles, el Cuartel de Bomberos de Zulueta,
la Cruz Roja Nacional, la Cámara de Representantes, la Manzana de
Gómez, el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, el edificio
Bacardí, los hoteles Plaza, Sevilla, Pasaje, Gran Hotel y Saratoga, los
teatros Payret, Fausto y Martí (anteriormente Irijoa), los cines
Universal, Actualidades, Negrete, Cervantes, Habana, Capitolio e Ideal,
la Lonja del Comercio, la Aduana, después Muelle de San Francisco, el
Palacio Cueto, la casa-palacio de Velasco, los edificios de los bancos
Nacional, de La Habana, Gelats, The Trust Company of Cuba, Royal Bank of
Canada, National City Bank of New York y Bank of Nova Scotia y de La
Metropolitana, todos en el denominado Distrito Bancario, así como se
levantaron otras edificaciones importantes como el Museo Nacional de
Bellas Artes.

Debe señalarse, por su importancia, la existencia del Túnel de la Bahía,
cuya entrada forma parte del mismo, aunque la salida corresponda al
municipio Habana del Este.

Todas estas obras se deben a los magníficos arquitectos, ingenieros y
maestros de obras que las proyectaron y edificaron, tanto en el período
colonial como en el republicano. En el primero deben señalarse, entre
muchos, a Francisco de Carvajal, Mateo Aceituno, Miguel de Espila,
Francisco de Calona, Juan Bautista Antonelli, Cristóbal de Roda, Juan de
Síscara, Augusto Crame, Antonio Fernández de Trevejos, Mariano Carrillo
de Albornoz, Francisco de Albear y Fernández de Lara y Calixto de Loira.

En el segundo, entre otros, a Pedro Tomé Verecruisse, Eugenio Rayneri
Piedra, Carlos Mauri, Kenneth H, Murchison, Evelio Govantes, Félix
Cabarrocas, José María Bens Arrarte, Tomás Mur, Sarturnino Parajón,
Cristóbal Martínez, José Toraya, Rafael Goyeneche, Rafael Fernández
Ruenes, Eugenio Rayneri Sorrentino, Leonardo y Luis Morales Pedroso,
José F. Mata, Ricardo Mira y Miguel Rosich.

También existen obras de arte de escultores y pintores como Antonio
Solá, Jerónimo Martín Pinzón, J. Cuchiari, Giuseppe Gaggini, Giuseppe
Neri, Nicoli Manfredi, Angelo Zanetti, Pietro Costa, Juan de Bolonia,
José Villalta Saavedra, Aldo Gamba, Ramón Mateu Montesinos, Teodoro
Blanco Ramos, Juan José Sicre, Giuseppe Perovani, Jean Baptiste Vermay,
José Nicolás de la Escalera, Esteban Chartrand, Mariano Miguel
González, Armando Menocal, Hipólito Hidalgo de Caviedes y Esteban
Valderrama.

En la ciudad colonial se mezclaron nobles con títulos traídos de la
metrópoli y otros conseguidos en la colonia, por servicios prestados a
la corona, con clérigos, militares, marinos, carpinteros, albañiles,
calafates, sastres, armeros, fundidores, pregoneros, esclavos
domésticos, tahúres, prostitutas, caleseros, aventureros, panaderos y
cuantos oficios y profesiones existían en aquellos tiempos. En esta
composición heterogénea se oraba a las vírgenes y santos y surgieron los
templos, las procesiones, las canciones, los bailes y los pregones de
los blancos y los negros, y la villa fue adquiriendo, poco a poco, su
personalidad propia, que la diferenciaría de las restantes creadas.

Durante años, la actividad económica principal del municipio era
generada por sus muelles, almacenes, fábricas y comercios, así como la
financiera, la cual, con el tiempo, fue perdiendo importancia, al
desaparecer sus principales gestores. Hoy los muelles y almacenes se
encuentran en proceso de traslado hacia otros puertos y sus
instalaciones se reconstruyen con fines turísticos, ya que este
constituye la actividad económica principal, en aras de la cual desde
hace años se vienen realizando numerosas obras de rescate de la ciudad
colonial y republicana.

Así, existen actualmente calles, plazas, plazuelas, parques y
edificaciones que han sido totalmente restauradas, otras que se
encuentran en proceso de ella y muchas en estado desastroso, con
edificaciones en ruinas o a punto de colapsar. Esta situación ha
establecido una abismal diferencia entre lo recuperado y reconstruido y
el resto del municipio, donde proliferan las calles y aceras rotas, el
hacinamiento poblacional en ciudadelas, edificaciones en ruinas, las
malas condiciones de vida y la falta de limpieza y de higiene ambiental.

En el municipio se ha desarrollado el trabajo por cuenta propia, pero
con características diferentes: los que lo hacen en las áreas
restauradas, principalmente artesanos de diferentes manifestaciones y
vendedores-compradores de libros viejos, más algunos dedicados al giro
gastronómico, que están directamente bajo el control de la Oficina del
Historiador de la Ciudad, quien determina los espacios, lugares y, en
los dos primeros casos, los días en que pueden trabajar, y los que lo
hacen fuera de estas áreas, mayoritariamente ofertando comestibles,
están bajo el control de las autoridades municipales. Esta situación
constituye una limitante para su desarrollo.

Source: Entre palacios, turistas y ruinas | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1466900066_23379.html