Vivir bajo un techo a punto de derrumbarse y no tener a dónde ir
Mientras hoy en La Habana existen decenas de casa cerradas o destinadas
a la FAR o al MININT, centenares de personas viven bajo el riesgo de
morir aplastados por un derrumbe. Este el caso de Licet del Pino y su
familia
viernes, enero 16, 2015 | León Padrón Azcuy
LA HABANA, Cuba. -El peligro ante un desplome del céntrico edificio
Morales- Santa Cruz, en el Vedado, cuya construcción data de 1920,
mantiene horrorizados a todos los inquilinos del inmueble.
Ya a finales del 2013 la Unidad Inversionista de la Vivienda del
Municipio Plaza (UMIV) había dictaminado que el estado técnico de esta
edificación la convertía en inhabitable. Pero la incompetencia de las
autoridades locales pesó más que el peligro de accidente fatal.
"La edificación posee 22 apartamentos, distribuidos en 7 plantas, y sólo
con los desplazamientos del elevador, por la falta de mantenimiento y
por lo viejo del inmueble, los pisos y las paredes vibran como si fueran
a venirse abajo", declararon varios residentes.
Cubanet tuvo acceso al mencionado dictamen de la UMIV, a través de Licet
del Pino González, quien convive con su esposo, dos hijos y un hermano,
operado del corazón, en uno de los apartamentos más deteriorados y con
mayor peligro de derrumbe en el edificio.
Ella nos muestra el documento firmado por la Ingeniera Bárbara Gallo
Romero, y por la Jefa del departamento, Ingeniera Haydee García, donde
en una parte de este dictamen dice: "Se deben tomar todas las medidas
preventivas y de ejecución que corresponda tanto para el inmueble,
colindante, para los convivientes y la vía pública. El trabajo se
realizará con personal calificado de mutuo acuerdo con los vecinos.
Medidas Urgentes: Orden de demolición, apuntalamiento, orden de albergue
y orden de peligrosidad".
A decir de Licet, allí no se han tomado las medidas indicadas para
preservar la vida de los residentes de este edificio. "A mi apartamento,
en la 7ma planta, llegó una brigada y apuntalaron rápidamente el techo
con tablones de madera para evitar que la placa pandeada y con rajaduras
se nos viniera encima, y enseguida se retiraron del lugar".
El caso de la familia del Pino, quien ha enviado más de una veintena de
cartas a todas las instancias de gobierno alertando del peligro que
corre su hogar, es el más crítico de todos. Pero hasta el momento, su
reclamo por una nueva vivienda ha sido infructuoso, y ni siquiera le han
resuelto la posibilidad de un albergue de tránsito.
Consta en poder de Licet un documento donde el presidente del Instituto
de la Vivienda y la Unidad de Atención a Comunidades de Transito (UMACT)
le han planteado resueltamente que las recientes modificaciones de la
Ley General de la vivienda a partir del Decreto-Ley 288-11, dan al
traste con la demanda de necesidades de ubicación en capacidades o
albergues o en vivienda con carácter definitivo, culminando este asunto,
sin solución y sin razón.
En cuanto a las demandas dirigidas al Departamento de Atención a la
Población del Consejo de Estado, éste se limitó en responder que el caso
de la familia del Pino había sido trasladado al Gobierno provincial.
Según Licet, el Consejo de la Administración Pública (CAP) del citado
gobierno no tenía conocimiento de su caso.
Al sentirse defraudada, envía una nueva carta a María del Carmen Cedeño
Rodríguez, Jefa del Departamento de Atención a la población del Consejo
de Estado, donde le comunica del engaño y el peloteo de que ha sido
víctima, no solo por parte de su departamento, sino además por los
funcionarios del Gobierno Provincial.
Y concluye Licet en la misma carta: "…después de acudir a todos los
organismo e instituciones del gobierno sin obtener el interés que
requiere nuestro problema, ¡que están esperando, que nos caiga la casa
encima y lamentar tragedias como la de Infanta! Con la excepción que
nosotros sí lo hemos informado. Sepa usted que si esto sucede,
familiares, amigo, conocidos y hasta grupos de derechos humanos los
demandaran hasta donde se pueda".
Lo cierto es que mientras hoy en este municipio existen decenas de casa
cerradas o destinadas a la FAR o al MININT, como las existente en el
edificio Focsa y otras, además de los locales cerrados deteriorándose
como el ubicado en la calle 25 entre N y O perteneciente al MINAZ,
centenares de personas viven bajo el riesgo de morir aplastados por un
derrumbe.
leonpadron10@gmail.com
Source: Vivir bajo un techo a punto de derrumbarse y no tener a dónde ir
| Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/vivir-bajo-un-techo-a-punto-de-derrumbarse-y-no-tener-a-donde-ir/
Cuba need lacks adequate housing for it's people. Over 880,000 (official data 07/2017) houses need extensive repairs or have to be built. Houses could only be "exchanged" until recently. Now they can be sold. Often houses are impounded for "infractions". People that leave the country illegally lose their property rights. This site highlights the plight of Cubans. La vivienda: problema Cubana
Friday, January 16, 2015
Cuánto vale rentar un cuarto en La Habana?
¿Cuánto vale rentar un cuarto en La Habana?
El precio del alquiler de una casa o una habitación depende de quien
vaya a pagar, si cubano residente en la isla o extranjero
jueves, enero 15, 2015 | Ernesto Pérez Chang
LA HABANA, Cuba. -¿Cuánto cuesta el alquiler de una casa o una
habitación en Cuba? Hay muchas respuestas para esta sencilla pregunta,
según provenga de un cubano residente en la isla o de un extranjero.
La situación de caos que enfrenta la economía cubana y que el gobierno
intenta disfrazar de "reordenamiento", más las condiciones de
"ciudadanos de primera" y "ciudadanos de segunda" en que ha sido
dividida, o mejor dicho, fragmentada, la sociedad cubana por diversas
causas económicas, sociales y políticas, no permiten ofrecer una única
respuesta, mucho más cuando se examinan factores como el estado crítico
de la vivienda (más de la mitad del fondo habitacional se encuentra
deteriorado o en condiciones inhabitables) y los bajísimos salarios que
perciben los trabajadores, sean profesionales u obreros, de unos 20
dólares mensuales como promedio, lo cual sitúa la cifra entre los
sueldos más bajos a nivel mundial.
Si bien es cierto que, debido al populismo de los primeros años de la
dictadura, se construyó un buen número de viviendas, también lo es que
la falta de un concepto arquitectónico humanizado y de un proyecto
urbano que tuviera en cuenta el bienestar de las personas y el
crecimiento de las familias, terminó por crear un sinnúmero de barrios
espantosos (como Alamar, al este de La Habana; o El Eléctrico, al sur; o
San Agustín, al oeste) que hoy clasifican como zonas de marginalidad y
núcleos de alta criminalidad.
En consecuencia, son estas barriadas las que ostentan los precios más
bajos en cuanto a alquileres y ventas pero, aun así, las cifras son
inalcanzables para una familia que viva del salario estatal. Por
ejemplo, en Alamar, un apartamento pequeño de dos habitaciones y sin
muchas comodidades, incluso con deficiente servicio de abastecimiento de
agua, ronda los 60 dólares mensuales, lo cual supera los ingresos de un
matrimonio de profesionales. Ese es el mismo precio de una habitación
sencilla, sin salida independiente, en el centro de La Habana.
En cualquier edificio de la Habana Vieja, a pesar de la falta de agua o
de que el inmueble se encuentre declarado en peligro de derrumbe, los
apartamentos pequeños pueden superar los 100 dólares mensuales. En un
recorrido que hicimos por algunas viviendas de alquiler de la zona,
pudimos comprobar que las condiciones de muchas habitaciones, cuyos
costos oscilan entre 1 o 2 dólares diarios, no cuentan con las
condiciones mínimas para que una pareja pueda vivir cómodamente.
Algunas, carentes de ventilación y hasta de higiene, solo ofrecen una
cama maltrecha y un ventilador.
En estos casos, los dueños permiten al cliente utilizar el baño y la
cocina pero solo en momentos del día que han pactado con antelación,
incluso hay horarios en que la propia habitación suele ser alquilada a
otros, para encuentros sexuales, por un precio que oscila entre 1 y 5
dólares la hora, en dependencia del confort y hasta de la preferencia
sexual del cliente. Una pareja gay, por ejemplo, paga mucho más que un
matrimonio heterosexual.
Son numerosos los edificios y cuarterías de La Habana donde este negocio
de alquileres es la única fuente de ingresos de la mayoría de los
vecinos que, según nos confiesan algunos, no se arriesgan a sacar una
licencia para ejercerlo legalmente debido al proverbial nivel de
corrupción de los inspectores de la Oficina Nacional de Administración
Tributaria (ONAT) que luego recurrirían a la constante extorsión.
Las licencias otorgadas por la ONAT distinguen, obligatoriamente, entre
quienes alquilan a extranjeros y los que rentan a cubanos, y las cuotas
de los impuestos son muy diferentes. A un extranjero se le suele cobrar
entre cinco y diez veces sobre el valor real del alquiler y, en
consecuencia, los inquilinos relegan al cliente nacional.
En otras zonas de la ciudad como Miramar o Nuevo Vedado los precios
pueden elevarse a cifras astronómicas si continuamos comparando con el
salario promedio de un cubano. En estos barrios, una habitación
independiente (ya no un apartamento) con baño propio puede costar entre
25 y 40 dólares diarios. Una casa modesta suele alcanzar hasta los 100
dólares al día, pero una mansión puede superar los 500, que viene siendo
el salario de dos años de trabajo para un editor o un ingeniero, digamos.
Lo más curioso de estos alquileres "especiales" es que muchos ―bien
lujosos y en barriadas exclusivas donde se puede tener por vecinos a
altos dirigentes del país―, pertenecen a exdirigentes o exdiplomáticos,
ya jubilados o defenestrados; a viejos generales pasados a retiro o en
activo, que escudan su identidad detrás de un hijo, un sobrino o una
amante. Incluso, algunos hasta burlan el pago de impuestos ya que,
legalmente, sus casas pertenecen a las Fuerzas Armadas o a algún otro
ministerio o institución inmune a las leyes que ellos mismos promulgan.
La política del gobierno cubano ha sido hipócrita en muchos sentidos
pero en la cuestión de la vivienda es donde ha exhibido su mayor
cinismo. En Cuba, la idea de "propiedad" sobre un inmueble es de un
simbolismo desvergonzado porque es el Estado, y no la persona que lo
habita, quien decide sobre cada milímetro de lo que debiera ser un
espacio personal, privado.
Las Fuerzas Armadas son aún más deshonestas. Por ejemplo, bajo los
elásticos conceptos de "seguridad del Estado" y de "disposición
combativa", ha acaparado la mayoría de las mansiones y casas que fueron
expropiadas a sus legítimos dueños en los primeros años de la
revolución. Todos los militares de alto rango y los principales
dirigentes del país, habitan esos inmuebles e incluso exhiben mayor
nivel de vida que sus antiguos propietarios. En la actualidad, mientras
disminuye el plan de construcciones de viviendas o se condiciona la
entrega de los inmuebles al grado de fidelidad o complicidad con la
dictadura, los militares y principales dirigentes del país gozan del
privilegio de cambiar de casas a su antojo.
Mientras un ciudadano que depende de su parco salario y que no desea
comprometerse con la dictadura está condenado a crear una familia en la
misma vivienda donde convive con padres, abuelos, hermanos, tíos y
primos, sin esperanzas de adquirir alguna vez un espacio propio, los
dirigentes cubanos y los militares se adjudican propiedades y hasta el
derecho de expropiar y desalojar a cualquiera bajo el pretexto de velar
por la "seguridad del país". Todos en Cuba saben que si un dirigente
decide mudarse a determinado barrio, aquellos vecinos del lugar que sean
declarados no "confiables" políticamente, deberán sufrir cualquier tipo
de presiones y arbitrariedades.
Los altos precios de los alquileres, en contraste con el bajísimo
salario promedio, no es una situación que el gobierno desea resolver.
Muy por el contrario, es una estrategia que beneficia la política de
chantaje que siempre lo ha caracterizado. Los precios astronómicos no
solo de las viviendas sino de todo cuanto necesita una persona para
subsistir, son un mecanismo de control de las multitudes empobrecidas.
El ciudadano de a pie, desesperado por el cúmulo de carencias y
dificultades en que vive, es forzado por el propio gobierno a transitar
dos caminos muy similares: delinquir para satisfacer sus necesidades o
plegarse al chantaje político.
Source: ¿Cuánto vale rentar un cuarto en La Habana? | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/cuanto-vale-alquilarse-en-la-habana/
El precio del alquiler de una casa o una habitación depende de quien
vaya a pagar, si cubano residente en la isla o extranjero
jueves, enero 15, 2015 | Ernesto Pérez Chang
LA HABANA, Cuba. -¿Cuánto cuesta el alquiler de una casa o una
habitación en Cuba? Hay muchas respuestas para esta sencilla pregunta,
según provenga de un cubano residente en la isla o de un extranjero.
La situación de caos que enfrenta la economía cubana y que el gobierno
intenta disfrazar de "reordenamiento", más las condiciones de
"ciudadanos de primera" y "ciudadanos de segunda" en que ha sido
dividida, o mejor dicho, fragmentada, la sociedad cubana por diversas
causas económicas, sociales y políticas, no permiten ofrecer una única
respuesta, mucho más cuando se examinan factores como el estado crítico
de la vivienda (más de la mitad del fondo habitacional se encuentra
deteriorado o en condiciones inhabitables) y los bajísimos salarios que
perciben los trabajadores, sean profesionales u obreros, de unos 20
dólares mensuales como promedio, lo cual sitúa la cifra entre los
sueldos más bajos a nivel mundial.
Si bien es cierto que, debido al populismo de los primeros años de la
dictadura, se construyó un buen número de viviendas, también lo es que
la falta de un concepto arquitectónico humanizado y de un proyecto
urbano que tuviera en cuenta el bienestar de las personas y el
crecimiento de las familias, terminó por crear un sinnúmero de barrios
espantosos (como Alamar, al este de La Habana; o El Eléctrico, al sur; o
San Agustín, al oeste) que hoy clasifican como zonas de marginalidad y
núcleos de alta criminalidad.
En consecuencia, son estas barriadas las que ostentan los precios más
bajos en cuanto a alquileres y ventas pero, aun así, las cifras son
inalcanzables para una familia que viva del salario estatal. Por
ejemplo, en Alamar, un apartamento pequeño de dos habitaciones y sin
muchas comodidades, incluso con deficiente servicio de abastecimiento de
agua, ronda los 60 dólares mensuales, lo cual supera los ingresos de un
matrimonio de profesionales. Ese es el mismo precio de una habitación
sencilla, sin salida independiente, en el centro de La Habana.
En cualquier edificio de la Habana Vieja, a pesar de la falta de agua o
de que el inmueble se encuentre declarado en peligro de derrumbe, los
apartamentos pequeños pueden superar los 100 dólares mensuales. En un
recorrido que hicimos por algunas viviendas de alquiler de la zona,
pudimos comprobar que las condiciones de muchas habitaciones, cuyos
costos oscilan entre 1 o 2 dólares diarios, no cuentan con las
condiciones mínimas para que una pareja pueda vivir cómodamente.
Algunas, carentes de ventilación y hasta de higiene, solo ofrecen una
cama maltrecha y un ventilador.
En estos casos, los dueños permiten al cliente utilizar el baño y la
cocina pero solo en momentos del día que han pactado con antelación,
incluso hay horarios en que la propia habitación suele ser alquilada a
otros, para encuentros sexuales, por un precio que oscila entre 1 y 5
dólares la hora, en dependencia del confort y hasta de la preferencia
sexual del cliente. Una pareja gay, por ejemplo, paga mucho más que un
matrimonio heterosexual.
Son numerosos los edificios y cuarterías de La Habana donde este negocio
de alquileres es la única fuente de ingresos de la mayoría de los
vecinos que, según nos confiesan algunos, no se arriesgan a sacar una
licencia para ejercerlo legalmente debido al proverbial nivel de
corrupción de los inspectores de la Oficina Nacional de Administración
Tributaria (ONAT) que luego recurrirían a la constante extorsión.
Las licencias otorgadas por la ONAT distinguen, obligatoriamente, entre
quienes alquilan a extranjeros y los que rentan a cubanos, y las cuotas
de los impuestos son muy diferentes. A un extranjero se le suele cobrar
entre cinco y diez veces sobre el valor real del alquiler y, en
consecuencia, los inquilinos relegan al cliente nacional.
En otras zonas de la ciudad como Miramar o Nuevo Vedado los precios
pueden elevarse a cifras astronómicas si continuamos comparando con el
salario promedio de un cubano. En estos barrios, una habitación
independiente (ya no un apartamento) con baño propio puede costar entre
25 y 40 dólares diarios. Una casa modesta suele alcanzar hasta los 100
dólares al día, pero una mansión puede superar los 500, que viene siendo
el salario de dos años de trabajo para un editor o un ingeniero, digamos.
Lo más curioso de estos alquileres "especiales" es que muchos ―bien
lujosos y en barriadas exclusivas donde se puede tener por vecinos a
altos dirigentes del país―, pertenecen a exdirigentes o exdiplomáticos,
ya jubilados o defenestrados; a viejos generales pasados a retiro o en
activo, que escudan su identidad detrás de un hijo, un sobrino o una
amante. Incluso, algunos hasta burlan el pago de impuestos ya que,
legalmente, sus casas pertenecen a las Fuerzas Armadas o a algún otro
ministerio o institución inmune a las leyes que ellos mismos promulgan.
La política del gobierno cubano ha sido hipócrita en muchos sentidos
pero en la cuestión de la vivienda es donde ha exhibido su mayor
cinismo. En Cuba, la idea de "propiedad" sobre un inmueble es de un
simbolismo desvergonzado porque es el Estado, y no la persona que lo
habita, quien decide sobre cada milímetro de lo que debiera ser un
espacio personal, privado.
Las Fuerzas Armadas son aún más deshonestas. Por ejemplo, bajo los
elásticos conceptos de "seguridad del Estado" y de "disposición
combativa", ha acaparado la mayoría de las mansiones y casas que fueron
expropiadas a sus legítimos dueños en los primeros años de la
revolución. Todos los militares de alto rango y los principales
dirigentes del país, habitan esos inmuebles e incluso exhiben mayor
nivel de vida que sus antiguos propietarios. En la actualidad, mientras
disminuye el plan de construcciones de viviendas o se condiciona la
entrega de los inmuebles al grado de fidelidad o complicidad con la
dictadura, los militares y principales dirigentes del país gozan del
privilegio de cambiar de casas a su antojo.
Mientras un ciudadano que depende de su parco salario y que no desea
comprometerse con la dictadura está condenado a crear una familia en la
misma vivienda donde convive con padres, abuelos, hermanos, tíos y
primos, sin esperanzas de adquirir alguna vez un espacio propio, los
dirigentes cubanos y los militares se adjudican propiedades y hasta el
derecho de expropiar y desalojar a cualquiera bajo el pretexto de velar
por la "seguridad del país". Todos en Cuba saben que si un dirigente
decide mudarse a determinado barrio, aquellos vecinos del lugar que sean
declarados no "confiables" políticamente, deberán sufrir cualquier tipo
de presiones y arbitrariedades.
Los altos precios de los alquileres, en contraste con el bajísimo
salario promedio, no es una situación que el gobierno desea resolver.
Muy por el contrario, es una estrategia que beneficia la política de
chantaje que siempre lo ha caracterizado. Los precios astronómicos no
solo de las viviendas sino de todo cuanto necesita una persona para
subsistir, son un mecanismo de control de las multitudes empobrecidas.
El ciudadano de a pie, desesperado por el cúmulo de carencias y
dificultades en que vive, es forzado por el propio gobierno a transitar
dos caminos muy similares: delinquir para satisfacer sus necesidades o
plegarse al chantaje político.
Source: ¿Cuánto vale rentar un cuarto en La Habana? | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/cuanto-vale-alquilarse-en-la-habana/
Alerta para un desastre
Alerta para un desastre
[14-01-2015 18:54:34]
Enrique Díaz Rodríguez
(www.miscelaneasdecuba.net).- En Cuba, familias residentes en
edificación declarada inhabitable por el gobierno, advierten del peligro
que corren ante la negación de auxilio de entidades estatales.
La información fue suministrada a este reportero por los afectados, con
el propósito de dar conocer a la luz pública los sucesos.
En la popular zona del vedado, en calle 6 # 205 % Línea y 11; se ubica
un antiguo edificio construido en el año 1912. Su apariencia exterior en
nada delata la precaria situación que presenta la construcción, y menos
aún del peligro que supone para las personas que forzosamente lo albergan.
El 205, hubo de enfrentar diversos derrumbes parciales en el año 2013,
por lo cual fue declarado en estado crítico o irreparable. Hoy presenta
la denominación de Estática Milagrosa, emitida por la UMIV (Unidad
Municipal Inversionista de la Vivienda). Tal declaración, solo supone
que el inmueble puede desplomarse de un momento a otro.
¿Cómo es posible que se permita la permanencia de más 80 personas en un
lugar así?
Las diferentes declaraciones brindadas por los inquilinos del edificio
aclaran este dilema.
El primer testimonio lo ofrece Elena Permuy Acosta, quien convivía junto
a su hija de 14 años, Ana Laura Hernández Permuy, en el apartamento 28,
del cual es propietaria.
Permuy alega que las personas que viven en el edificio, entre las que se
encuentran ancianos y niños; poseen evidencias documentadas a fin de
probar que desde la década de los 80, o sea, más de 30 años, han estado
pidiéndole al gobierno cubano que les reparen el edificio, y cita una
carta reciente dirigida al primer viceministro de la república de Cuba,
el señor Miguel Díaz Cannel, en la cual explica la situación con lujos
de detalle, al igual que otras tantas enviadas a: Consejo de Estado,
Dirección Nacional de Federación de Mujeres Cubanas, Ministerio de
Economía y Planificación, y Fiscalía Municipal de Plaza de la Revolución.
A pesar de las misivas y de la gravedad de la situación, no han podido
lograr ser insertados en ningún plan de rehabilitación, remodelación y
menos aun, de reparación. Pone como ejemplo lo acontecido a su persona.
Ella posee una orden de albergue formulada a su nombre y emitida por la
UMIV en el año 2010, la cual especifica que su apartamento es
inhabitable, con peligro de derrumbe en entrepisos y cubiertas. Por no
tener en donde refugiarse, se mantuvo en el lugar hasta el mes de agosto
del 2014, cuando un desplome parcial, casi termina con su vida y la de
su hija. En la actualidad se encuentra viviendo en la calle.
Otro testimonio, es el de Lorenzo Jiménez, quien reside en compañía de
su familia en el apartamento 20.
Lorenzo plantea, que los funcionarios del consejo de Estado de la
República de Cuba, los han maltratado en las reiteradas ocasiones en las
que se han presentado pidiendo ayuda. Que apuntalaron el edificio por
dentro, cuando el país estaba en trámites de elecciones el año pasado.
Amplía diciendo, que los puntales se pusieron dentro pues por fuera
llamaba mucho la atención al ser un lugar céntrico; que todo fue una
estrategia para que los sufragios transcurrieran sin altercado alguno y
para que de paso, ellos votaran. ''Después que terminaron las elecciones
se olvidaron del problema nuestro, ni al estado, ni al gobierno, ni a
nadie, le interesan los problemas del pueblo''.
Teresa Aguilera Carrasano, ocupa el apartamento 35. La misma, en su
desesperación por la situación que atraviesa, ocupó una vivienda
deshabitada, no muy lejos del lugar.
Explica, que al instante fue sacada por fuerzas paramilitares que la
desalojaron sin escuchar razón alguna. La retornaron a la trampa mortal
que constituye su vivienda. Amplía diciendo, que la situación se ha
tornado intolerable, que los vecinos caminan con miedo en el inmueble,
pues temen que les caiga encima un trozo del mismo, o que se derrumbe.
Además, enfrentan tupiciones y filtraciones de aguas albañales en los
apartamentos, lo que ha originado el uso generalizado de jabas de nilón,
para hacer las necesidades fisiológicas.
La dirección Municipal de la Vivienda emitió a la señora Permuy, el 20
de noviembre del 2014, la siguiente respuesta: Por tanto su caso queda
con razón en parte y sin solución inmediata.
Según Permuy, ''la misma evidencia un total desconocimiento del asunto,
o peor, una total despreocupación''.
Los inquilinos del 205 siguen en espera de una solución, no porque sean
testarudos, simplemente no tienen donde guarecerse. Depositaron su fe en
el periodismo independiente; pero el milagro está ocurriendo ya, al
mantenerse el edificio en pie. Solo queda divulgar la realidad, aunque
algún que otro vecino exclame, '' Cuba dice, pero no hace ''.
Source: Alerta para un desastre - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/54b6ad5a3a682e0f70e3d5d8#.VLeTGSvF9HE
[14-01-2015 18:54:34]
Enrique Díaz Rodríguez
(www.miscelaneasdecuba.net).- En Cuba, familias residentes en
edificación declarada inhabitable por el gobierno, advierten del peligro
que corren ante la negación de auxilio de entidades estatales.
La información fue suministrada a este reportero por los afectados, con
el propósito de dar conocer a la luz pública los sucesos.
En la popular zona del vedado, en calle 6 # 205 % Línea y 11; se ubica
un antiguo edificio construido en el año 1912. Su apariencia exterior en
nada delata la precaria situación que presenta la construcción, y menos
aún del peligro que supone para las personas que forzosamente lo albergan.
El 205, hubo de enfrentar diversos derrumbes parciales en el año 2013,
por lo cual fue declarado en estado crítico o irreparable. Hoy presenta
la denominación de Estática Milagrosa, emitida por la UMIV (Unidad
Municipal Inversionista de la Vivienda). Tal declaración, solo supone
que el inmueble puede desplomarse de un momento a otro.
¿Cómo es posible que se permita la permanencia de más 80 personas en un
lugar así?
Las diferentes declaraciones brindadas por los inquilinos del edificio
aclaran este dilema.
El primer testimonio lo ofrece Elena Permuy Acosta, quien convivía junto
a su hija de 14 años, Ana Laura Hernández Permuy, en el apartamento 28,
del cual es propietaria.
Permuy alega que las personas que viven en el edificio, entre las que se
encuentran ancianos y niños; poseen evidencias documentadas a fin de
probar que desde la década de los 80, o sea, más de 30 años, han estado
pidiéndole al gobierno cubano que les reparen el edificio, y cita una
carta reciente dirigida al primer viceministro de la república de Cuba,
el señor Miguel Díaz Cannel, en la cual explica la situación con lujos
de detalle, al igual que otras tantas enviadas a: Consejo de Estado,
Dirección Nacional de Federación de Mujeres Cubanas, Ministerio de
Economía y Planificación, y Fiscalía Municipal de Plaza de la Revolución.
A pesar de las misivas y de la gravedad de la situación, no han podido
lograr ser insertados en ningún plan de rehabilitación, remodelación y
menos aun, de reparación. Pone como ejemplo lo acontecido a su persona.
Ella posee una orden de albergue formulada a su nombre y emitida por la
UMIV en el año 2010, la cual especifica que su apartamento es
inhabitable, con peligro de derrumbe en entrepisos y cubiertas. Por no
tener en donde refugiarse, se mantuvo en el lugar hasta el mes de agosto
del 2014, cuando un desplome parcial, casi termina con su vida y la de
su hija. En la actualidad se encuentra viviendo en la calle.
Otro testimonio, es el de Lorenzo Jiménez, quien reside en compañía de
su familia en el apartamento 20.
Lorenzo plantea, que los funcionarios del consejo de Estado de la
República de Cuba, los han maltratado en las reiteradas ocasiones en las
que se han presentado pidiendo ayuda. Que apuntalaron el edificio por
dentro, cuando el país estaba en trámites de elecciones el año pasado.
Amplía diciendo, que los puntales se pusieron dentro pues por fuera
llamaba mucho la atención al ser un lugar céntrico; que todo fue una
estrategia para que los sufragios transcurrieran sin altercado alguno y
para que de paso, ellos votaran. ''Después que terminaron las elecciones
se olvidaron del problema nuestro, ni al estado, ni al gobierno, ni a
nadie, le interesan los problemas del pueblo''.
Teresa Aguilera Carrasano, ocupa el apartamento 35. La misma, en su
desesperación por la situación que atraviesa, ocupó una vivienda
deshabitada, no muy lejos del lugar.
Explica, que al instante fue sacada por fuerzas paramilitares que la
desalojaron sin escuchar razón alguna. La retornaron a la trampa mortal
que constituye su vivienda. Amplía diciendo, que la situación se ha
tornado intolerable, que los vecinos caminan con miedo en el inmueble,
pues temen que les caiga encima un trozo del mismo, o que se derrumbe.
Además, enfrentan tupiciones y filtraciones de aguas albañales en los
apartamentos, lo que ha originado el uso generalizado de jabas de nilón,
para hacer las necesidades fisiológicas.
La dirección Municipal de la Vivienda emitió a la señora Permuy, el 20
de noviembre del 2014, la siguiente respuesta: Por tanto su caso queda
con razón en parte y sin solución inmediata.
Según Permuy, ''la misma evidencia un total desconocimiento del asunto,
o peor, una total despreocupación''.
Los inquilinos del 205 siguen en espera de una solución, no porque sean
testarudos, simplemente no tienen donde guarecerse. Depositaron su fe en
el periodismo independiente; pero el milagro está ocurriendo ya, al
mantenerse el edificio en pie. Solo queda divulgar la realidad, aunque
algún que otro vecino exclame, '' Cuba dice, pero no hace ''.
Source: Alerta para un desastre - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/54b6ad5a3a682e0f70e3d5d8#.VLeTGSvF9HE
Wednesday, January 14, 2015
La China duerme en el banco de un parque
La China duerme en el banco de un parque
Ellos son la cara oculta de las reformas castristas. Nadie los tiene en
cuenta. ¿Entrarán en las negociaciones Cuba-EEUU?
miércoles, enero 14, 2015 | Orlando Freire Santana
LA HABANA, Cuba. – Son casos que se multiplican por días, sin que las
autoridades hagan algo por detenerlo.
La China duerme habitualmente en uno de los bancos del Parque de la
Fraternidad, en el capitalino municipio de Centro Habana. El día que la
encontré eran más de las nueve de la mañana, pero ella continuaba
acostada en su banco a pesar de que los rayos solares ya castigaban ese
sitio.
Cuando se percató de que varias personas merodeaban por los alrededores
de su banco, se levantó y lo primero que hizo fue pedir un cigarro. Una
ocasión que aproveché para indagar acerca de su existencia. Y supe que
la China— le dicen así no obstante el color oscuro de su piel— vivía en
compañía de su hija y nieta, pero se le tornó imposible la vida después
de que la hija trajera a la casa a una nueva pareja, que cuando se
emborrachaba la emprendía a golpes contra todos los que convivían con él.
Entonces la China decidió abandonar el hogar y deambular de un lado para
el otro, aunque prefiere las zonas del Parque Central o el de la
Fraternidad, ya que según sus propias palabras "en esos lugares uno
puede inventar mucho más". Comoquiera que ella nunca trabajó, no posee
una pensión para pasar su vejez. Y a la pregunta de ¿qué come?,
respondió lacónicamente: "Lo que aparezca".
Aun sin reponerme del impacto que me causó la China, me topé en los
portales de la calle Reina, muy cerca de la tienda Ultra, a un hombre
sentado en el piso, con la cabeza entre las piernas, y la gorra
extendida en forma de alcancía. Además, un pequeño cartel anunciador de
su desgracia. "Soy un hombre enfermo, tengo un soplo en el corazón, y
necesito algún dinero para comer", era más o menos lo que se podía leer
en el texto.
Aunque no todos los transeúntes dejaban dinero en la gorra, la mayoría
se detenía ante el cartel, y así se enteraban del drama de esta persona.
A la postre, cuando decidían continuar su camino, todos coincidían en lo
terrible de la situación de ese hombre.
La jornada aún me depararía otra sorpresa, esta vez en la entrada de mi
edificio. Un hombre de mediana edad, con las ropas raídas y evidentes
signos de embriaguez, permanecía acostado en un pasillo contiguo a una
de las escaleras del inmueble, obstaculizando el paso de los vecinos.
Inútiles resultaron los intentos de convencer al hombre para que se
fuera. Solo atinaba a decir que él no se iba ni aunque viniera la
policía, ya que no tenía a dónde ir.
Y precisamente eso hizo uno de los vecinos: llamó a la policía. Pero la
respuesta que recibió fue desesperanzadora: la policía no está para
recoger a los menesterosos de la calle. Había que esperar a que el
hombre se marchara por su propia voluntad. Y, felizmente, al cabo de
varias horas, el indigente decidió alejarse del edificio.
Para colmo, cuando esa noche acudí a botar la basura, noté que uno de
los grandes recipientes destinados a la recepción de los desechos
sólidos se hallaba volteado, y la basura regada en el suelo. Era la
consecuencia de la labor de los "buzos". Es decir, esas personas que se
dedican, con perjuicio para su salud y la de los demás, a buscar algún
objeto "útil" en tan pestilente lugar.
Al parecer, ese día estuve en presencia de la cara oculta de la
actualización del modelo económico cubano.
Source: La China duerme en el banco de un parque | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/la-china-duerme-en-el-banco-de-un-parque/
Ellos son la cara oculta de las reformas castristas. Nadie los tiene en
cuenta. ¿Entrarán en las negociaciones Cuba-EEUU?
miércoles, enero 14, 2015 | Orlando Freire Santana
LA HABANA, Cuba. – Son casos que se multiplican por días, sin que las
autoridades hagan algo por detenerlo.
La China duerme habitualmente en uno de los bancos del Parque de la
Fraternidad, en el capitalino municipio de Centro Habana. El día que la
encontré eran más de las nueve de la mañana, pero ella continuaba
acostada en su banco a pesar de que los rayos solares ya castigaban ese
sitio.
Cuando se percató de que varias personas merodeaban por los alrededores
de su banco, se levantó y lo primero que hizo fue pedir un cigarro. Una
ocasión que aproveché para indagar acerca de su existencia. Y supe que
la China— le dicen así no obstante el color oscuro de su piel— vivía en
compañía de su hija y nieta, pero se le tornó imposible la vida después
de que la hija trajera a la casa a una nueva pareja, que cuando se
emborrachaba la emprendía a golpes contra todos los que convivían con él.
Entonces la China decidió abandonar el hogar y deambular de un lado para
el otro, aunque prefiere las zonas del Parque Central o el de la
Fraternidad, ya que según sus propias palabras "en esos lugares uno
puede inventar mucho más". Comoquiera que ella nunca trabajó, no posee
una pensión para pasar su vejez. Y a la pregunta de ¿qué come?,
respondió lacónicamente: "Lo que aparezca".
Aun sin reponerme del impacto que me causó la China, me topé en los
portales de la calle Reina, muy cerca de la tienda Ultra, a un hombre
sentado en el piso, con la cabeza entre las piernas, y la gorra
extendida en forma de alcancía. Además, un pequeño cartel anunciador de
su desgracia. "Soy un hombre enfermo, tengo un soplo en el corazón, y
necesito algún dinero para comer", era más o menos lo que se podía leer
en el texto.
Aunque no todos los transeúntes dejaban dinero en la gorra, la mayoría
se detenía ante el cartel, y así se enteraban del drama de esta persona.
A la postre, cuando decidían continuar su camino, todos coincidían en lo
terrible de la situación de ese hombre.
La jornada aún me depararía otra sorpresa, esta vez en la entrada de mi
edificio. Un hombre de mediana edad, con las ropas raídas y evidentes
signos de embriaguez, permanecía acostado en un pasillo contiguo a una
de las escaleras del inmueble, obstaculizando el paso de los vecinos.
Inútiles resultaron los intentos de convencer al hombre para que se
fuera. Solo atinaba a decir que él no se iba ni aunque viniera la
policía, ya que no tenía a dónde ir.
Y precisamente eso hizo uno de los vecinos: llamó a la policía. Pero la
respuesta que recibió fue desesperanzadora: la policía no está para
recoger a los menesterosos de la calle. Había que esperar a que el
hombre se marchara por su propia voluntad. Y, felizmente, al cabo de
varias horas, el indigente decidió alejarse del edificio.
Para colmo, cuando esa noche acudí a botar la basura, noté que uno de
los grandes recipientes destinados a la recepción de los desechos
sólidos se hallaba volteado, y la basura regada en el suelo. Era la
consecuencia de la labor de los "buzos". Es decir, esas personas que se
dedican, con perjuicio para su salud y la de los demás, a buscar algún
objeto "útil" en tan pestilente lugar.
Al parecer, ese día estuve en presencia de la cara oculta de la
actualización del modelo económico cubano.
Source: La China duerme en el banco de un parque | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/la-china-duerme-en-el-banco-de-un-parque/
Monday, January 12, 2015
Mientras Cuba y EEUU se arreglan, ellos viven en las calles
Mientras Cuba y EEUU se arreglan, ellos viven en las calles
Deambulan, hurgan en basureros. Mendigos o anónimos vendedores, buscan
algo para comer, pues tienen hambre
lunes, enero 12, 2015 | Ernesto García Díaz
LA HABANA, Cuba: – En la capital habanera crece la indigencia, cientos
de personas permanecen abandonadas, viven, duermen en las calles,
buscándose la vida. El Ministerio del Trabajo y Seguridad Social
reconoce a ese grupo de personas como deambulantes y dice contar con una
política intersectorial para atenderlos.
El gobierno cubano en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP)
celebrada a mediados de diciembre de 2014, ha tenido que reconocer la
existencia de la pobreza y la marginalidad. A los menesterosos,
necesitados, mendicantes, hambrientos, limosneros o vagabundos les llamó
"deambulantes".
Tal calificativo agrupa a un "ejército" de personas muy humildes, que no
solamente deambulan por las calles, sino que trabajan hurgando
basureros, de mendigos o anónimos vendedores, buscando algo para comer,
pues tienen hambre, la debilidad y sus enfermedades los va matando poco
a poco.
CubaNet constató nuevamente esa realidad. En esta ocasión varios
"deambulantes" accedieron a ser entrevistados.
Gerardo González Aguilera
Gerardo González Aguilera, habanero del reparto San Miguel del Padrón,
con una cinta lila en la cabeza, los collares de santo, cuatro
muñequitos, una jícara y una maraca rechinante junto a su San Lázaro,
impacta en muchos transeúntes, que le dejan diferentes ofrendas a su
santo o mejor dicho a él por intermedio del sanador:
¿Cómo ha sido tu vida?
Tengo 58 años, varios hijos y nietos, ya vez, como negro mi vida ha sido
muy fuerte, con poca instrucción, aunque sé comportarme educadamente. En
mi barrio, la guapería es fuerte, estuve preso muchas veces, no por
ladrón. Cosas de la vida. He cumplido con la sociedad, pero aunque me he
reivindicado, no me dan trabajo en ningún lado.
"Ahora, me busco la vida, como mendigo o limosnero, no me apena, qué voy
hacer. Si este gobierno no se ocupa de nosotros. La policía cada rato me
detiene, me llevan para la Unidad de Dragones, todo el día, algunas
veces me quitan el dinero y cualquier otra cosa que me reglan la gente.
Hay mucha inmoralidad."
¿Quisieras trabajar?
Claro que sí, lo he intentado, pero con este gobierno no se puede, si lo
que te pagan no da para vivir. Somos una clase nueva de esclavos. Ellos
se quedan con todo, con qué voy a vivir, si lo que pagan no dura ni una
semana. Ya no tengo otra opción, me muero con mi San Lázaro, aunque me
metan preso.
Humelia Marín Vizcaíno
Humelia Marín Vizcaíno nació en Cienfuegos en 1946, trabajó en la salud,
pero quedó desempleada en la década de los 90's, por lo que no pudo
completar su edad de jubilación y ahora con 68 años no tiene ayuda de la
seguridad social, es pobre, pero no mendiga, es vendedora ambulante de
diarios, cada día recorre los caminos del parque de la Fraternidad y la
calle Reina, sentada en el borde de una ventana en esta última vía,
esquina a la calle Amistad, pudimos conversar con la sexagenaria señora:
¿Qué le motiva a su edad deambular vendiendo periódicos?
Es largo de contar, traté de insertarme en los comedores sociales, el
plan ese que hay de atención a la familia sin amparo social. Aquello era
una porquería, nos daban todo mal cocinado, los alimentos falta de
grasa, para que contar. Decidí irme y buscarme la vida mientras tuviese
fuerza. Soy vendedora de diarios. De qué voy a vivir, si le pago en
impuestos lo poco que recaudo para comer.
"Nos tratan como marginados y si te pones a bobear, te mandan para el
hospital siquiátrico y de allí sales loco, con esos electroshock que
aplican para refrescar el celebro. Tú no sabes nada hijo. Como yo
cuántos salen de la casa y nunca más se sabe de ellos. Se pierden o que
se yo, si los asaltan o los matan, ahora hay mucha brujería, y trabajan
con todo. El Estado poco hace por nosotros."
Roberto
Roberto es un caminante, aparece y reaparece, hace unos días lo vi por
la Terminal del Ferrocarril Central, ahora lo encuentro sentado al pie
de una farola del Paseo del Padro, frente al Capitolio Nacional:
¿Te he visto deambulando, dónde vives?
Pido comida o dinero, tú me puedes dar algo?
¿Por qué estas descalzo, sin arreglarte, qué te pasa?
La vida se la entregue siendo joven a este gobierno, ahora mira cómo
estoy. Ellos dicen que soy un loco. Ahorita me recogen y en un calabozo
pasaré la noche.
Estadísticas del caso
Estadísticas del Censo de Población y Viviendas del 2012, reflejan que
Cuba, posee una tasa del 18.3% de sus naturales residentes envejecidos,
con más de 60 años de edad. Pero el gobierno comunista no se preparó
para este difícil momento que vive el adulto mayor.
Según el oficialista Granma, La Habana tiene 436 mil adultos que
representan el 20% de la población capitalina que necesitan los
servicios de las casas de los abuelos, hogares de ancianos, casas
diurnas, u otros tipos de centros donde le puedan prestar una adecuada
atención. Pero el país no cuenta con la infraestructura necesaria, para
enfrentar esos los servicios asistenciales.
Según sus informes la capital cubana necesita 79 instalaciones (Casas de
los Abuelos) para recibir ancianos y solo posee 26 con sus 1035 plazas
ocupadas.
Dicen que tienen identificado los casos por consejos populares, pero de
los 16 hogares de ancianos solo le funcionan 11 con un total de 1278
camas, el resto se encuentra cerrado por problemas constructivos; así
como la demanda supera las capacidades que pudieran tener en los
próximos años.
De ahí el fracaso que tendrá la política y el plan intersectorial para
el Programa de Atención Integral al Adulto Mayor, expuesto en la ANPP.
¿Entonces cómo podrán atender a los "deambulantes"? ¿A dónde los
llevarán? Si son los de mayor vulnerabilidad epidemiológica y social, y
siguen en las calles olvidados por la comunidad.
ernestogardiaz@gmail.com
Source: Mientras Cuba y EEUU se arreglan, ellos viven en las calles |
Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/mientras-cuba-y-eeuu-se-arreglan-ellos-viven-en-las-calles/
Deambulan, hurgan en basureros. Mendigos o anónimos vendedores, buscan
algo para comer, pues tienen hambre
lunes, enero 12, 2015 | Ernesto García Díaz
LA HABANA, Cuba: – En la capital habanera crece la indigencia, cientos
de personas permanecen abandonadas, viven, duermen en las calles,
buscándose la vida. El Ministerio del Trabajo y Seguridad Social
reconoce a ese grupo de personas como deambulantes y dice contar con una
política intersectorial para atenderlos.
El gobierno cubano en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP)
celebrada a mediados de diciembre de 2014, ha tenido que reconocer la
existencia de la pobreza y la marginalidad. A los menesterosos,
necesitados, mendicantes, hambrientos, limosneros o vagabundos les llamó
"deambulantes".
Tal calificativo agrupa a un "ejército" de personas muy humildes, que no
solamente deambulan por las calles, sino que trabajan hurgando
basureros, de mendigos o anónimos vendedores, buscando algo para comer,
pues tienen hambre, la debilidad y sus enfermedades los va matando poco
a poco.
CubaNet constató nuevamente esa realidad. En esta ocasión varios
"deambulantes" accedieron a ser entrevistados.
Gerardo González Aguilera
Gerardo González Aguilera, habanero del reparto San Miguel del Padrón,
con una cinta lila en la cabeza, los collares de santo, cuatro
muñequitos, una jícara y una maraca rechinante junto a su San Lázaro,
impacta en muchos transeúntes, que le dejan diferentes ofrendas a su
santo o mejor dicho a él por intermedio del sanador:
¿Cómo ha sido tu vida?
Tengo 58 años, varios hijos y nietos, ya vez, como negro mi vida ha sido
muy fuerte, con poca instrucción, aunque sé comportarme educadamente. En
mi barrio, la guapería es fuerte, estuve preso muchas veces, no por
ladrón. Cosas de la vida. He cumplido con la sociedad, pero aunque me he
reivindicado, no me dan trabajo en ningún lado.
"Ahora, me busco la vida, como mendigo o limosnero, no me apena, qué voy
hacer. Si este gobierno no se ocupa de nosotros. La policía cada rato me
detiene, me llevan para la Unidad de Dragones, todo el día, algunas
veces me quitan el dinero y cualquier otra cosa que me reglan la gente.
Hay mucha inmoralidad."
¿Quisieras trabajar?
Claro que sí, lo he intentado, pero con este gobierno no se puede, si lo
que te pagan no da para vivir. Somos una clase nueva de esclavos. Ellos
se quedan con todo, con qué voy a vivir, si lo que pagan no dura ni una
semana. Ya no tengo otra opción, me muero con mi San Lázaro, aunque me
metan preso.
Humelia Marín Vizcaíno
Humelia Marín Vizcaíno nació en Cienfuegos en 1946, trabajó en la salud,
pero quedó desempleada en la década de los 90's, por lo que no pudo
completar su edad de jubilación y ahora con 68 años no tiene ayuda de la
seguridad social, es pobre, pero no mendiga, es vendedora ambulante de
diarios, cada día recorre los caminos del parque de la Fraternidad y la
calle Reina, sentada en el borde de una ventana en esta última vía,
esquina a la calle Amistad, pudimos conversar con la sexagenaria señora:
¿Qué le motiva a su edad deambular vendiendo periódicos?
Es largo de contar, traté de insertarme en los comedores sociales, el
plan ese que hay de atención a la familia sin amparo social. Aquello era
una porquería, nos daban todo mal cocinado, los alimentos falta de
grasa, para que contar. Decidí irme y buscarme la vida mientras tuviese
fuerza. Soy vendedora de diarios. De qué voy a vivir, si le pago en
impuestos lo poco que recaudo para comer.
"Nos tratan como marginados y si te pones a bobear, te mandan para el
hospital siquiátrico y de allí sales loco, con esos electroshock que
aplican para refrescar el celebro. Tú no sabes nada hijo. Como yo
cuántos salen de la casa y nunca más se sabe de ellos. Se pierden o que
se yo, si los asaltan o los matan, ahora hay mucha brujería, y trabajan
con todo. El Estado poco hace por nosotros."
Roberto
Roberto es un caminante, aparece y reaparece, hace unos días lo vi por
la Terminal del Ferrocarril Central, ahora lo encuentro sentado al pie
de una farola del Paseo del Padro, frente al Capitolio Nacional:
¿Te he visto deambulando, dónde vives?
Pido comida o dinero, tú me puedes dar algo?
¿Por qué estas descalzo, sin arreglarte, qué te pasa?
La vida se la entregue siendo joven a este gobierno, ahora mira cómo
estoy. Ellos dicen que soy un loco. Ahorita me recogen y en un calabozo
pasaré la noche.
Estadísticas del caso
Estadísticas del Censo de Población y Viviendas del 2012, reflejan que
Cuba, posee una tasa del 18.3% de sus naturales residentes envejecidos,
con más de 60 años de edad. Pero el gobierno comunista no se preparó
para este difícil momento que vive el adulto mayor.
Según el oficialista Granma, La Habana tiene 436 mil adultos que
representan el 20% de la población capitalina que necesitan los
servicios de las casas de los abuelos, hogares de ancianos, casas
diurnas, u otros tipos de centros donde le puedan prestar una adecuada
atención. Pero el país no cuenta con la infraestructura necesaria, para
enfrentar esos los servicios asistenciales.
Según sus informes la capital cubana necesita 79 instalaciones (Casas de
los Abuelos) para recibir ancianos y solo posee 26 con sus 1035 plazas
ocupadas.
Dicen que tienen identificado los casos por consejos populares, pero de
los 16 hogares de ancianos solo le funcionan 11 con un total de 1278
camas, el resto se encuentra cerrado por problemas constructivos; así
como la demanda supera las capacidades que pudieran tener en los
próximos años.
De ahí el fracaso que tendrá la política y el plan intersectorial para
el Programa de Atención Integral al Adulto Mayor, expuesto en la ANPP.
¿Entonces cómo podrán atender a los "deambulantes"? ¿A dónde los
llevarán? Si son los de mayor vulnerabilidad epidemiológica y social, y
siguen en las calles olvidados por la comunidad.
ernestogardiaz@gmail.com
Source: Mientras Cuba y EEUU se arreglan, ellos viven en las calles |
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Sunday, January 11, 2015
O'Reilly - una calle del Distrito Bancario
O'Reilly: una calle del Distrito Bancario
FERNANDO DÁMASO | La Habana | 11 Ene 2015 - 11:56 am.
Por el estado de alguno de sus tramos, la vía habanera recuerda antiguos
nombres que tuvo: Del Sumidero y Del Basurero.
La calle O'Reilly, al igual que su vecina inmediata Obispo, se extiende
desde la Avenida del Puerto, al costado del Castillo de La Fuerza, hasta
la calle Monserrate, la oficialmente denominada Avenida de Bélgica. Debe
su nombre a que, precisamente por ella hizo su entrada a la ciudad el
general Alejandro O'Reilly, subinspector de las tropas españolas cuando
la restauración de La Habana en 1763, al producirse la retirada de las
fuerzas inglesas de ocupación.
El general O'Reilly, después de culminar la organización del ejército,
abandonó la Isla, viniendo a ella posteriormente su hijo, quien se
instaló aquí y creó una familia cubana, que sobresalió por la posición
importante que siempre ocupó, tanto durante la época colonial como
durante la primera republicana, debido a los cargos desempeñados por
algunos de sus miembros, así como por sus acciones benéficas a favor de
la ciudad.
O'Reilly ha tenido diferentes nombres: Calle Honda, Del Sumidero, Del
Basurero y De la Aduana. Los primeros nombres, por el mal estado del
terreno y por los fines a que la destinaban los vecinos, y el último,
por haberse encontrado situada en ella, en la proximidad de los muelles,
durante algún tiempo, las oficinas de la Aduana. Oficialmente tiene el
nombre de Presidente Zayas, pero muy pocos la conocen por éste.
Donde comienza, a su derecha, se encuentra el Castillo de La Fuerza. La
fortaleza original se hallaba a unos trescientos metros de la actual,
frente a la loma de Peña Pobre —después calle del mismo nombre—, cercana
a la entrada de la bahía. Fue construida en 1540, siendo gobernador Don
Hernando de Soto. Desde su inicio la construcción fue considerada
deficiente, tanto por su desventajosa ubicación como por sus
instalaciones defensivas, llegándose hasta a decir que "de fortaleza
sólo tenía el nombre".
Sin embargo, en La Fuerza tuvieron lugar los amores trágicos del
gobernador y su esposa Doña Isabel de Bobadilla, primera y única
gobernadora que tuvo la Isla. Esta fortaleza fue destruida en 1555, al
sitiar el corsario francés Jacques de Sores el poblado. Posteriormente
fue reedificada en el lugar que ocupa actualmente, habiendo sido
iniciada su construcción en 1558 por el ingeniero Bartolomé Sánchez,
durante el gobierno de Diego de Mazariegos, y terminada por Francisco de
Calona en 1577, gobernando Francisco Carreño.
La Fuerza constituye la más antigua fortaleza habanera que aún se
conserva, aunque una vez concluida, también fue severamente criticada
por encontrarse ubicada en una posición desventajosa con respecto a las
alturas de La Cabaña, tener un patio muy pequeño, faltarle escaleras,
parecer sus puertas más de ciudad que de fortaleza, carecer de agua y
tener el foso más alto que el nivel de las mareas, lo cual hacía difícil
llenarlo. Debido al temor de un asalto a La Habana, en 1587 llegó a la
ciudad el nuevo gobernador Don Juan de Tejeda, acompañado del ingeniero
militar Bautista Antonelli, siendo provista La Fuerza de ocho piezas de
artillería de bronce, municiones, pólvora y cuerda, así como se le
construyó una entrada encubierta a su alrededor.
La torre levantada en tiempos del gobernador Juan Betrián de Biamonte
—1630 a 1634—, donde se colocó una veleta a manera de giralda,
denominada La Giraldilla, que representa simbólicamente a La Habana, fue
modelada en bronce por el artífice fundidor escultor Gerónimo Martín
Pinzón en 1631.
En 1747 el gobernador Don Francisco Cajigal de la Vega mejoró y
embelleció la fortaleza. Mientras no se construyó la Casa de Gobierno,
en ella residieron, desde 1690 hasta 1790, muchos gobernadores y
capitanes generales de la Isla, siendo el primero Juan de Tejeda y el
último el conde de Ricla. En 1899 se instaló en ella el Archivo de la
Isla de Cuba, el cual permaneció allí hasta 1906, en que fuera
trasladado al antiguo cuartel de artillería en la calle Compostela.
Desde 1909 hasta 1938, La Fuerza estuvo destinada a Jefatura de la
Guardia Rural, Estado Mayor del Ejército y cuartel de un batallón de
artillería. En 1938 se trasladaron a ella los fondos de la Biblioteca
Nacional, institución que funcionó allí hasta el 21 de febrero de 1958,
en que se ubicó en su edificio propio en la Plaza Cívica.
Después de numerosos contratiempos, en que peligró su permanencia, La
Fuerza fue restaurada y convertida, primero en Museo de Armas y, al
trasladarse éste a la fortaleza de La Cabaña, en Museo de la Cerámica.
Junto con La Punta y El Morro blasona el escudo de la ciudad. Frente a
su muro perimetral, junto al Palacio del Segundo Cabo, se encuentra la
estatua del rey Fernando VII, que antes estuvo emplazada en el centro de
la Plaza de Armas, ahora temporalmente retirada por reparaciones en el
lugar.
De los Prácticos del Puerto al Harris Brothers
Donde comienza O'Reilly, a su izquierda, se encuentra el edificio de los
Prácticos del Puerto, ahora en reparación, y frente a él, un pequeño
parque con un sencillo monumento que recuerda a los marinos cubanos
muertos durante la Segunda Guerra Mundial.
Ya en la calle Baratillo se halla el conjunto formado por El Templete,
la Columna de Cajigal y una ceiba, en el lugar en que, según la
tradición, se celebraron la primera misa y el primer cabildo, dejando
fundada la ciudad de La Habana en el año 1519.
Cuenta la historia que en 1754, el gobernador Don Francisco Cajigal de
la Vega ordenó talar la ceiba que allí existía, levantar la columna que
lleva su nombre, la cual sostiene una imagen de la Virgen del Pilar, y
sembrar alrededor de ella tres ceibas. En 1828, por orden del gobernador
Don Dionisio Vives, se talaron las tres ceibas, se plantó una y se
edificó El Templete, de estilo neoclásico, que contiene en su interior
tres cuadros del pintor francés Jean Baptiste Vermay, radicado en la
Isla en 1816, que muestran la primera misa, el primer cabildo y, en el
centro, su inauguración oficial por el obispo Espada, en presencia del
gobernador, los aristócratas y notables de la ciudad. En el centro del
recinto interior se encuentra la urna que contiene los restos de Vermay
y de su esposa. El conjunto fue restaurado por los arquitectos Govantes
y Cabarrocas en 1927.
Continúa el lateral de la Plaza de Armas y, frente a ella, la
edificación que fuera Casa de Correos y Palacio de la Intendencia o del
Segundo Cabo, la cual constituye uno de los dos edificios levantados a
los lados de la Plaza, de los cuatro que se había propuesto el
gobernador Marqués de la Torre.
El inmueble se edificó en 1772, también bajo la dirección y, se cree,
según los planos del coronel ingeniero Antonio Fernández de Trevejos.
Aunque se conoció inicialmente como Casa de Correos, inmediatamente se
instaló en ella el Intendente de la Real Hacienda, cargo de reciente
creación entonces. Años más tarde, la Real Hacienda ocupó todo el
edificio y, cuando a fines de 1853 fue declarada anexa la
Superintendencia General de Rentas a la Capitanía General, se dispuso
que el Subinspector Segundo Cabo se estableciese allí. El primero en
ocupar el cargo fue Don Miguel Altarriba en1765, y después Alejandro
Ramírez en 1816, adquiriendo mayor importancia a partir de 1821, en que
fue ocupado por Claudio Martínez de Pinillos, Conde de Villanueva.
Durante la época republicana, el Palacio del Segundo Cabo se convirtió
en Palacio del Senado y, en 1926, fue restaurado por los arquitectos
Govantes y Cabarrocas. Al edificarse el Capitolio Nacional en 1929 y
trasladarse el Senado a éste, pasó a ser la sede del Tribunal Supremo de
Justicia hasta 1952, cuando se trasladó al Palacio de Justicia
construido en la Plaza Cívica. Entonces fue ocupado por las Academias de
Historia, Nacional de Artes y Letras y Correspondiente Cubana de la
Lengua, así como por la Sociedad Geográfica de Cuba. Después de 1959 ha
sido sede de la Comisión Nacional de Conservación y Restauración de
Monumentos Nacionales y del Instituto Cubano del Libro. En este momento,
después de una reparación parcial, se ha anunciado que será instalada en
él la sede del Centro de Interpretación de las Relaciones Culturales
entre Cuba y Europa.
Entre las calles Tacón y Mercaderes se encuentran, a la izquierda, el
lateral del antiguo Palacio de los Capitanes Generales o Casa de
Gobierno, actual Museo de la ciudad, y a la derecha , la Papelera
O'Reilly, oficinas de la Empresa Cuba Tabaco y el restaurante Dominica.
En la manzana formada por las calles O'Reilly, Obispo, Mercaderes y San
Ignacio, existe un edificio moderno construido entre 1956 y 1958, al
cual en las calles Mercaderes y O´Reilly se le han hecho cambios,
tratando de recordar la edificación existente en la época colonial: la
iglesia y el convento de San Juan de Letrán, también conocidos como de
Santo Domingo, por ser éste el fundador de la Orden de los Predicadores.
Esta iglesia y convento fueron construidos alrededor del año 1600,
habiendo sido reconstruidos en 1777. Tanto la puerta principal de la
iglesia como la del convento daban a la calle O'Reilly. En este convento
se fundó en 1728 la Real y Pontificia Universidad de La Habana, bajo la
advocación de San Gerónimo y la dirección de los dominicos. Al ser
expulsados éstos en 1841, el gobierno español instaló en el convento al
Cuerpo de Ingenieros del Ejército y, en 1842, fue laicizada la
Universidad, cambiando su nombre por el de Real Universidad Literaria,
permaneciendo allí hasta 1899.
En 1863 también se estableció, en la parte que da a la calle Egido, el
Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, permaneciendo en el lugar
hasta que se construyó su edificio en la manzana de las calles Zulueta,
Monserrate, Teniente Rey y San José. En 1898, al regresar los dominicos,
a cambio del convento y de la iglesia, recibieron la parroquia de El
Vedado, construyendo después también la iglesia de San Juan de Letrán en
la calle 19.
En 1917 la vieja edificación se vendió a particulares y comenzó su
demolición hasta que, por la calle Mercaderes, se edificó un edificio
moderno, cuyo estilo armonizaba con el del Palacio Municipal que se
alzaba al frente, pero éste y los últimos restos de la iglesia y del
convento fueron demolidos a finales de los años 50, para construir el
edificio de la Estación Terminal de Helicópteros. Al producirse el
cambio de poder en 1959, la edificación fue utilizada para oficinas
públicas, después como Ministerio de Educación y actualmente como
Pontificia Universidad de San Gerónimo.
A partir de la calle San Ignacio se encuentran el Café O'Reilly,
construido en 1898, y la Casa Víctor Hugo, dedicada a promover
actividades culturales. En la esquina con la calle Cuba, el hermoso
edificio que fuera The Bank of Nova Scotia y, cruzando ésta, el Hotel
Marqués de Prado Ameno.
En la esquina de la calle Aguiar, el Bar Bilbao y, más adelante,
Sargadelos, dedicado a la locería fina. A medianía de la calle Habana,
en el número 363, el local convertido en un deprimente establecimiento
de productos normados, donde estuvo la Casa Potín y, entre las calles
Compostela y Aguacate, donde estuviera el Convento Santa Catalina de
Sena hasta 1918 en que se trasladó para El Vedado, el edificio de The
National City Bank of New York, actualmente ocupado por el Banco
Metropolitano, y el denominado La Metropolitana, que perteneciera a la
Organización Godoy-Zayán, dedicada a los seguros, la capitalización y la
banca, hoy totalmente deteriorados todos sus pisos superiores, sin
puertas ni ventanas, donde se utiliza solo su planta baja, y cuya puerta
por la calle Aguacate ha sido tapiada, para evitar que los locales sean
ocupados por ciudadanos necesitados de vivienda.
Entre las calles Villegas y Bernaza se encuentran el que fuera el local
del denominado bufete de las tres C —Carlos Miguel de Céspedes, José
Manuel Cortina y Carlos Manuel de la Cruz— en estado de deterioro y, en
mal estado, los antiguos locales de Giralt, del restaurante Casa Tesla,
de la óptica Folch, de Abelardo Tous y Cía, importador de víveres, y de
La Casa de las Maletas. Enfrente, la entrada posterior de la tienda
Harris Brothers. Aquí termina O'Reilly, al desembocar en Monserrate.
La calle O'Reilly, rescatada su impronta colonial en la Plaza de Armas y
en sus alrededores, resulta agradable. Después, perdidas por abandono y
derrumbes muchas de sus edificaciones, tanto coloniales como
republicanas, presenta sectores en los cuales el mal estado de la misma
y de sus aceras, más los malos olores existentes, recuerdan sus antiguos
nombres de Del Sumidero y Del Basurero.
Habiendo formado parte, junto con Aguiar, Cuba, Obispo y otras calles
aledañas, del denominado Distrito Bancario de La Habana, la mayoría de
los sólidos y elegantes edificios construidos como sedes de los bancos y
de las organizaciones financieras, se encuentran en estado deprimente,
algunos remodelados arbitrariamente, y otros dedicados a usos para los
cuales no fueron diseñados.
Todas estas desgracias acumuladas, más la desidia e irresponsabilidad de
las autoridades gubernamentales durante años, han producido el
vergonzoso estado en que se encuentra una de las calles más importantes
del denominado casco histórico de la ciudad. Hoy se encuentra totalmente
cerrada al tránsito vehicular, mientras se realizan reparaciones en sus
redes soterradas. Sería conveniente que, una vez concluidas, no se
repitiera el triste caso de Obispo, la cual una vez reparada y
adoquinada, ha sido sometida a múltiples reparaciones parciales en sus
redes soterradas, que la han deteriorado nuevamente.
Source: O'Reilly: una calle del Distrito Bancario | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1420563673_12170.html
FERNANDO DÁMASO | La Habana | 11 Ene 2015 - 11:56 am.
Por el estado de alguno de sus tramos, la vía habanera recuerda antiguos
nombres que tuvo: Del Sumidero y Del Basurero.
La calle O'Reilly, al igual que su vecina inmediata Obispo, se extiende
desde la Avenida del Puerto, al costado del Castillo de La Fuerza, hasta
la calle Monserrate, la oficialmente denominada Avenida de Bélgica. Debe
su nombre a que, precisamente por ella hizo su entrada a la ciudad el
general Alejandro O'Reilly, subinspector de las tropas españolas cuando
la restauración de La Habana en 1763, al producirse la retirada de las
fuerzas inglesas de ocupación.
El general O'Reilly, después de culminar la organización del ejército,
abandonó la Isla, viniendo a ella posteriormente su hijo, quien se
instaló aquí y creó una familia cubana, que sobresalió por la posición
importante que siempre ocupó, tanto durante la época colonial como
durante la primera republicana, debido a los cargos desempeñados por
algunos de sus miembros, así como por sus acciones benéficas a favor de
la ciudad.
O'Reilly ha tenido diferentes nombres: Calle Honda, Del Sumidero, Del
Basurero y De la Aduana. Los primeros nombres, por el mal estado del
terreno y por los fines a que la destinaban los vecinos, y el último,
por haberse encontrado situada en ella, en la proximidad de los muelles,
durante algún tiempo, las oficinas de la Aduana. Oficialmente tiene el
nombre de Presidente Zayas, pero muy pocos la conocen por éste.
Donde comienza, a su derecha, se encuentra el Castillo de La Fuerza. La
fortaleza original se hallaba a unos trescientos metros de la actual,
frente a la loma de Peña Pobre —después calle del mismo nombre—, cercana
a la entrada de la bahía. Fue construida en 1540, siendo gobernador Don
Hernando de Soto. Desde su inicio la construcción fue considerada
deficiente, tanto por su desventajosa ubicación como por sus
instalaciones defensivas, llegándose hasta a decir que "de fortaleza
sólo tenía el nombre".
Sin embargo, en La Fuerza tuvieron lugar los amores trágicos del
gobernador y su esposa Doña Isabel de Bobadilla, primera y única
gobernadora que tuvo la Isla. Esta fortaleza fue destruida en 1555, al
sitiar el corsario francés Jacques de Sores el poblado. Posteriormente
fue reedificada en el lugar que ocupa actualmente, habiendo sido
iniciada su construcción en 1558 por el ingeniero Bartolomé Sánchez,
durante el gobierno de Diego de Mazariegos, y terminada por Francisco de
Calona en 1577, gobernando Francisco Carreño.
La Fuerza constituye la más antigua fortaleza habanera que aún se
conserva, aunque una vez concluida, también fue severamente criticada
por encontrarse ubicada en una posición desventajosa con respecto a las
alturas de La Cabaña, tener un patio muy pequeño, faltarle escaleras,
parecer sus puertas más de ciudad que de fortaleza, carecer de agua y
tener el foso más alto que el nivel de las mareas, lo cual hacía difícil
llenarlo. Debido al temor de un asalto a La Habana, en 1587 llegó a la
ciudad el nuevo gobernador Don Juan de Tejeda, acompañado del ingeniero
militar Bautista Antonelli, siendo provista La Fuerza de ocho piezas de
artillería de bronce, municiones, pólvora y cuerda, así como se le
construyó una entrada encubierta a su alrededor.
La torre levantada en tiempos del gobernador Juan Betrián de Biamonte
—1630 a 1634—, donde se colocó una veleta a manera de giralda,
denominada La Giraldilla, que representa simbólicamente a La Habana, fue
modelada en bronce por el artífice fundidor escultor Gerónimo Martín
Pinzón en 1631.
En 1747 el gobernador Don Francisco Cajigal de la Vega mejoró y
embelleció la fortaleza. Mientras no se construyó la Casa de Gobierno,
en ella residieron, desde 1690 hasta 1790, muchos gobernadores y
capitanes generales de la Isla, siendo el primero Juan de Tejeda y el
último el conde de Ricla. En 1899 se instaló en ella el Archivo de la
Isla de Cuba, el cual permaneció allí hasta 1906, en que fuera
trasladado al antiguo cuartel de artillería en la calle Compostela.
Desde 1909 hasta 1938, La Fuerza estuvo destinada a Jefatura de la
Guardia Rural, Estado Mayor del Ejército y cuartel de un batallón de
artillería. En 1938 se trasladaron a ella los fondos de la Biblioteca
Nacional, institución que funcionó allí hasta el 21 de febrero de 1958,
en que se ubicó en su edificio propio en la Plaza Cívica.
Después de numerosos contratiempos, en que peligró su permanencia, La
Fuerza fue restaurada y convertida, primero en Museo de Armas y, al
trasladarse éste a la fortaleza de La Cabaña, en Museo de la Cerámica.
Junto con La Punta y El Morro blasona el escudo de la ciudad. Frente a
su muro perimetral, junto al Palacio del Segundo Cabo, se encuentra la
estatua del rey Fernando VII, que antes estuvo emplazada en el centro de
la Plaza de Armas, ahora temporalmente retirada por reparaciones en el
lugar.
De los Prácticos del Puerto al Harris Brothers
Donde comienza O'Reilly, a su izquierda, se encuentra el edificio de los
Prácticos del Puerto, ahora en reparación, y frente a él, un pequeño
parque con un sencillo monumento que recuerda a los marinos cubanos
muertos durante la Segunda Guerra Mundial.
Ya en la calle Baratillo se halla el conjunto formado por El Templete,
la Columna de Cajigal y una ceiba, en el lugar en que, según la
tradición, se celebraron la primera misa y el primer cabildo, dejando
fundada la ciudad de La Habana en el año 1519.
Cuenta la historia que en 1754, el gobernador Don Francisco Cajigal de
la Vega ordenó talar la ceiba que allí existía, levantar la columna que
lleva su nombre, la cual sostiene una imagen de la Virgen del Pilar, y
sembrar alrededor de ella tres ceibas. En 1828, por orden del gobernador
Don Dionisio Vives, se talaron las tres ceibas, se plantó una y se
edificó El Templete, de estilo neoclásico, que contiene en su interior
tres cuadros del pintor francés Jean Baptiste Vermay, radicado en la
Isla en 1816, que muestran la primera misa, el primer cabildo y, en el
centro, su inauguración oficial por el obispo Espada, en presencia del
gobernador, los aristócratas y notables de la ciudad. En el centro del
recinto interior se encuentra la urna que contiene los restos de Vermay
y de su esposa. El conjunto fue restaurado por los arquitectos Govantes
y Cabarrocas en 1927.
Continúa el lateral de la Plaza de Armas y, frente a ella, la
edificación que fuera Casa de Correos y Palacio de la Intendencia o del
Segundo Cabo, la cual constituye uno de los dos edificios levantados a
los lados de la Plaza, de los cuatro que se había propuesto el
gobernador Marqués de la Torre.
El inmueble se edificó en 1772, también bajo la dirección y, se cree,
según los planos del coronel ingeniero Antonio Fernández de Trevejos.
Aunque se conoció inicialmente como Casa de Correos, inmediatamente se
instaló en ella el Intendente de la Real Hacienda, cargo de reciente
creación entonces. Años más tarde, la Real Hacienda ocupó todo el
edificio y, cuando a fines de 1853 fue declarada anexa la
Superintendencia General de Rentas a la Capitanía General, se dispuso
que el Subinspector Segundo Cabo se estableciese allí. El primero en
ocupar el cargo fue Don Miguel Altarriba en1765, y después Alejandro
Ramírez en 1816, adquiriendo mayor importancia a partir de 1821, en que
fue ocupado por Claudio Martínez de Pinillos, Conde de Villanueva.
Durante la época republicana, el Palacio del Segundo Cabo se convirtió
en Palacio del Senado y, en 1926, fue restaurado por los arquitectos
Govantes y Cabarrocas. Al edificarse el Capitolio Nacional en 1929 y
trasladarse el Senado a éste, pasó a ser la sede del Tribunal Supremo de
Justicia hasta 1952, cuando se trasladó al Palacio de Justicia
construido en la Plaza Cívica. Entonces fue ocupado por las Academias de
Historia, Nacional de Artes y Letras y Correspondiente Cubana de la
Lengua, así como por la Sociedad Geográfica de Cuba. Después de 1959 ha
sido sede de la Comisión Nacional de Conservación y Restauración de
Monumentos Nacionales y del Instituto Cubano del Libro. En este momento,
después de una reparación parcial, se ha anunciado que será instalada en
él la sede del Centro de Interpretación de las Relaciones Culturales
entre Cuba y Europa.
Entre las calles Tacón y Mercaderes se encuentran, a la izquierda, el
lateral del antiguo Palacio de los Capitanes Generales o Casa de
Gobierno, actual Museo de la ciudad, y a la derecha , la Papelera
O'Reilly, oficinas de la Empresa Cuba Tabaco y el restaurante Dominica.
En la manzana formada por las calles O'Reilly, Obispo, Mercaderes y San
Ignacio, existe un edificio moderno construido entre 1956 y 1958, al
cual en las calles Mercaderes y O´Reilly se le han hecho cambios,
tratando de recordar la edificación existente en la época colonial: la
iglesia y el convento de San Juan de Letrán, también conocidos como de
Santo Domingo, por ser éste el fundador de la Orden de los Predicadores.
Esta iglesia y convento fueron construidos alrededor del año 1600,
habiendo sido reconstruidos en 1777. Tanto la puerta principal de la
iglesia como la del convento daban a la calle O'Reilly. En este convento
se fundó en 1728 la Real y Pontificia Universidad de La Habana, bajo la
advocación de San Gerónimo y la dirección de los dominicos. Al ser
expulsados éstos en 1841, el gobierno español instaló en el convento al
Cuerpo de Ingenieros del Ejército y, en 1842, fue laicizada la
Universidad, cambiando su nombre por el de Real Universidad Literaria,
permaneciendo allí hasta 1899.
En 1863 también se estableció, en la parte que da a la calle Egido, el
Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, permaneciendo en el lugar
hasta que se construyó su edificio en la manzana de las calles Zulueta,
Monserrate, Teniente Rey y San José. En 1898, al regresar los dominicos,
a cambio del convento y de la iglesia, recibieron la parroquia de El
Vedado, construyendo después también la iglesia de San Juan de Letrán en
la calle 19.
En 1917 la vieja edificación se vendió a particulares y comenzó su
demolición hasta que, por la calle Mercaderes, se edificó un edificio
moderno, cuyo estilo armonizaba con el del Palacio Municipal que se
alzaba al frente, pero éste y los últimos restos de la iglesia y del
convento fueron demolidos a finales de los años 50, para construir el
edificio de la Estación Terminal de Helicópteros. Al producirse el
cambio de poder en 1959, la edificación fue utilizada para oficinas
públicas, después como Ministerio de Educación y actualmente como
Pontificia Universidad de San Gerónimo.
A partir de la calle San Ignacio se encuentran el Café O'Reilly,
construido en 1898, y la Casa Víctor Hugo, dedicada a promover
actividades culturales. En la esquina con la calle Cuba, el hermoso
edificio que fuera The Bank of Nova Scotia y, cruzando ésta, el Hotel
Marqués de Prado Ameno.
En la esquina de la calle Aguiar, el Bar Bilbao y, más adelante,
Sargadelos, dedicado a la locería fina. A medianía de la calle Habana,
en el número 363, el local convertido en un deprimente establecimiento
de productos normados, donde estuvo la Casa Potín y, entre las calles
Compostela y Aguacate, donde estuviera el Convento Santa Catalina de
Sena hasta 1918 en que se trasladó para El Vedado, el edificio de The
National City Bank of New York, actualmente ocupado por el Banco
Metropolitano, y el denominado La Metropolitana, que perteneciera a la
Organización Godoy-Zayán, dedicada a los seguros, la capitalización y la
banca, hoy totalmente deteriorados todos sus pisos superiores, sin
puertas ni ventanas, donde se utiliza solo su planta baja, y cuya puerta
por la calle Aguacate ha sido tapiada, para evitar que los locales sean
ocupados por ciudadanos necesitados de vivienda.
Entre las calles Villegas y Bernaza se encuentran el que fuera el local
del denominado bufete de las tres C —Carlos Miguel de Céspedes, José
Manuel Cortina y Carlos Manuel de la Cruz— en estado de deterioro y, en
mal estado, los antiguos locales de Giralt, del restaurante Casa Tesla,
de la óptica Folch, de Abelardo Tous y Cía, importador de víveres, y de
La Casa de las Maletas. Enfrente, la entrada posterior de la tienda
Harris Brothers. Aquí termina O'Reilly, al desembocar en Monserrate.
La calle O'Reilly, rescatada su impronta colonial en la Plaza de Armas y
en sus alrededores, resulta agradable. Después, perdidas por abandono y
derrumbes muchas de sus edificaciones, tanto coloniales como
republicanas, presenta sectores en los cuales el mal estado de la misma
y de sus aceras, más los malos olores existentes, recuerdan sus antiguos
nombres de Del Sumidero y Del Basurero.
Habiendo formado parte, junto con Aguiar, Cuba, Obispo y otras calles
aledañas, del denominado Distrito Bancario de La Habana, la mayoría de
los sólidos y elegantes edificios construidos como sedes de los bancos y
de las organizaciones financieras, se encuentran en estado deprimente,
algunos remodelados arbitrariamente, y otros dedicados a usos para los
cuales no fueron diseñados.
Todas estas desgracias acumuladas, más la desidia e irresponsabilidad de
las autoridades gubernamentales durante años, han producido el
vergonzoso estado en que se encuentra una de las calles más importantes
del denominado casco histórico de la ciudad. Hoy se encuentra totalmente
cerrada al tránsito vehicular, mientras se realizan reparaciones en sus
redes soterradas. Sería conveniente que, una vez concluidas, no se
repitiera el triste caso de Obispo, la cual una vez reparada y
adoquinada, ha sido sometida a múltiples reparaciones parciales en sus
redes soterradas, que la han deteriorado nuevamente.
Source: O'Reilly: una calle del Distrito Bancario | Diario de Cuba -
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