Otro candidato al derrumbe
Los inquilinos de un edificio en la céntrica calle 23 sienten su vida
amenazada
martes, enero 5, 2016 | León Padrón Azcuy
LA HABANA, Cuba.- "Nuestras esperanzas están desmoronadas. La situación
de la vivienda en Cuba seguirá siendo uno de los más graves problemas a
enfrentar en este 2016", dice Cecilio Betancourt, uno de los cinco
propietarios que viven en el edificio situado en calle 23, número 1051,
en el Vedado. Con más de un siglo de explotación, el inmueble se halla
en estado ruinoso y es candidato a desplomarse en cualquier momento.
No es un hecho insólito el gran número de inmuebles así, que se
derrumban cada vez que aparecen los aguaceros en la capital habanera.
Decenas cayeron en el recién pasado 2015, algunos trayendo consecuencias
fatales.
"En el año 1995 mi esposa Belkis Benítez Rivera tuvo que ser trasladada
urgentemente hacia el Hospital Manuel Fajardo, cuando un escache del
techo de nuestro apartamento se desplomó sobre su cabeza, produciéndole
una gran herida que posteriormente devino en una tumoración cerebral que
le quitó la vida, dejando huérfano a su único hijo, autista por demás",
expuso Cecilio Betancourt, que trabaja como extra en filmaciones para la
televisión y cine.
Tras aquel fatídico accidente, el temor se apoderó de todos los
inquilinos del edificio, vecinos de Cecilio, cuya insistencia en
demandar una y otra vez el apoyo de las autoridades a todos los niveles
ha sido infructuosa.
Apunta Betancourt que "la desesperación colmó a todos cuando la Unidad
de Atención a Comunidades (UMAC) perteneciente a la Dirección Municipal
de la Vivienda, respondió a una de las tantas quejas firmadas por todos
los inquilinos y dirigida a la Asamblea Provincial del Poder Popular. La
grosera respuesta firmada por Tamara Álvarez Delgado, la directora, y
Mirna Velázquez, técnica en atención social, dejaba claro que no habría
reparación para este inmueble, sino 'aplicación del artículo 7', que
prevé el traslado forzoso hacia un albergue".
Sin embrago, según los testimonios de otros inquilinos, la decisión
chocaba con la opinión de varios amigos con experiencia profesional en
el área de la construcción, entre los que se encuentra el arquitecto e
ingeniero civil Boris Abel Mérida. Concluyeron que la situación más
aguda del edificio está en la azotea y en el piso del segundo nivel,
debido a las filtraciones por el deterioro de las instalaciones
sanitarias; y que la reparación no es tan compleja: solo se necesitan
los recursos adecuados y no un desalojo.
Así las cosas, enviaron otra misiva fechada en el 2013 y dirigida al
Departamento de Atención a la Ciudadanía del Consejo de Estado y de
Ministros de la República de Cuba. "Los que redactamos y firmamos esta
carta, cuando lo hacemos a esa instancia es porque ya en la base nos
desgastamos por la indolencia de algunos dirigentes y la justificación
de otros antes los constantes planteamientos, para que se ejecute una
reparación en nuestro edificio", dice el documento, y concluye:
"Sabiendo que nuestro Estado Socialista no nos dejará olvidados nunca,
apelamos a la solidaridad de nuestro gobierno".
Al respecto Antonia Limonta, otra de las inquilinas del mencionado
edificio, maestra de profesión y madre, cuenta: "La respuesta a nuestras
peticiones no han pasado de una que otra bolsa de cemento para
impermeabilizar la azotea, el apuntalamiento limitado de algunas partes
de la edificación, (el complejo de comercio en la planta bajas, bodega,
carnicería y puesto de venta de viandas). En contraposición a esto,
hemos sido amenazados de ser albergados bajo tétricas condiciones en un
lugar distante de nuestro municipio. Lamentablemente mi sueldo no me
alcanza para pagar los altos precios de los materiales de la
construcción que necesito, así que no queda otra que confiar en Dios".
Otro entrevistado fue el profesor de Facultad Justo Pérez Blanco,
residente de este edificio por más de 40 años: "En agosto del 2012
recibimos una intempestiva visita de una comitiva gubernamental
integrada por el delegado del barrio, la Dirección municipal de
Inversiones de la Vivienda y la jefa del poder popular del municipio
Plaza en ese momento. Todos pensábamos que nuestros problemas finalmente
se resolverían, pero no fue así. El objetivo de los susodichos
funcionarios era convencernos de que teníamos que abandonar nuestras
casas y albergarnos como samaritanos en una nave sin condiciones de
ningún tipo, del municipio de Guanabacoa, a lo que nos negamos
rotundamente" asistió.
Para Marlon Ramírez Limonta, un joven de 21 años que vive con su madre
en el edificio de calle 23, "lo de esta gente del gobierno es un
descaro. Sabemos que la situación de este edificio es crítica, pero
también tenemos la certeza que es reparable, lo que jamás han tenido la
voluntad de hacerlo. Es más, en la escuela nos enseñan que en Cuba se
acabaron los desalojos desde el triunfo de la Revolución y a todos
nosotros nos querían desalojar de aquí", afirmó.
A la pregunta de si esperan alguna solución para el 2016, las cinco
familias que residen aquí coinciden: "Muy poco. Nuestra incertidumbre se
acrecienta cada día al ver disminuidas todas las esperanzas para remozar
lo que fuera una hermosa construcción".
En los últimos años, su inmueble sólo ha visto pasar una brigada del
Consejo de Gobierno de Plaza, que facturó el apuntalamiento de algunas
zonas con vigas de hierro, prometiendo venir después para encargarse de
iniciar la reparación de los techos, de las instalaciones sanitarias,
los repellos de las paredes, el levantamiento del piso de la azotea para
eliminar las filtraciones y otras necesidades. Todo esto, luego de la
negativa de los propietarios para abandonar el inmueble, bajo la amenaza
de desalojo por parte de la Dirección municipal de la Vivienda.
Source: Otro candidato al derrumbe | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/otro-candidato-al-derrumbe/
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