Monday, July 21, 2014

23 y E - Funcionan ascensores

23 y E: Funcionan ascensores
Mientras los generales y sus esposas conversan apaciblemente sobre el
color que estrenarán sus paredes para fines de año, multitudes de
personas rezan por sus techos cada vez que se acerca un ciclón
esto Pérez Chang

LA HABANA, Cuba.- En la esquina de 23 y E, en el mismo centro de El
Vedado, se alza un edificio de viviendas como existen pocos en el país:
amplios ventanales que tamizan la intensa luz del trópico, paredes de
materiales especiales que aíslan del calor y el ruido, ascensores que
funcionan a la perfección, parqueo soterrado, sistema de seguridad,
personal de mantenimiento, todos uniformados y dispuestos a servir a los
inquilinos. Es una edificación en apariencias modesta pero que, a
diferencia de las miles que padecen del abandono rutinario, cuenta con
reparaciones periódicas de las áreas interiores y exteriores y, lo que
pudiera ser algo así como la cereza en el pastel, con procesos de
selectividad a la hora de escoger a quienes lo habitan, una caterva de
ministros, viceministros y personas "importantes" a las que no se las
vería muy bien en un apartamento en San Agustín o el Reparto Eléctrico,
pero tampoco en un área residencial exclusiva para altos dirigentes.

Digamos que es un edificio para "personal leal pero excusable". Gente de
altísima confiabilidad política pero que aún permanece en esa condición
de "sujeto bajo sospecha". Es precisamente por eso que sus inquilinos
sufren a ritmo vertiginoso de constantes reemplazos y defenestraciones
que demanda el concepto de limpieza ideológica, la que ha practicado
siempre el gobierno de este país.

El edificio de 23 y E, comparado con los barrios insalubres de La Lisa,
Guanabacoa o Arroyo Naranjo, incluso con los solares (casas de vecindad)
cercanos, es un verdadero paraíso. Habitar ahí es privilegio de una
casta para la cual las palabras "sacrificio", "igualdad", o los
conceptos de "crisis económica" y "escases de recursos" no poseen el
mismo significado espeluznante que para los millones de personas que en
Cuba esperan, ya no por una vivienda digna, sino por un espacio propio
donde levantar un techo para sus hijos.

Mientras a un grupito de gente humilde se le premia la sumisión y el
aguante con casuchas miserables construidas con sus propios esfuerzos,
con materiales de malísima calidad, apelando a deudas insalvables con
los bancos, a una tropa de dirigentes, oficiales de las FAR (Fuerzas
Armadas) o del MININT (Ministerio del Interior) y a ciertos directivos
de empresas e instituciones estratégicas se los acomoda en edificios y
barriadas exclusivas, donde la penuria por el "bloqueo" y la "revolución
de los humildes" y para ellos es solo un cuento de terror para adormecer
a las "masas".

Recintos amurallados para militares de rango inferior, pero que
disfrutan de confortables viviendas con calentadores solares para el
agua. Repartos apartados en la periferia de la ciudad donde a los
elegidos, siempre personal de confianza, se les ofrecen casas totalmente
amuebladas, listas para ser vividas sin preocupaciones. Hasta apacibles
residencias con jardines y piscinas en Nuevo Vedado, fincas en el campo,
recrías de caballos de raza, retiros de jubilación en zonas de alta
demanda turística que son enmascarados bajo el concepto de "apoyo a los
planes de desarrollo del país".

Paralelo a este florecimiento de las construcciones para la oficialidad,
donde no se escatiman recursos ni se "sustituyen importaciones",
transcurre la vida de mujeres, hombres, ancianos, jóvenes y niños que se
apiñan, generación tras generación, en casuchas que solo un milagro ha
salvado del derrumbe pero solo por un tiempo breve, brevísimo.

Mientras los generales y sus esposas conversan apaciblemente sobre el
color que estrenarán sus paredes para fines de año, o sobre la mejor
madera para las puertas de los armarios, o sobre cuál barrio es el más
adecuado para criar a sus hijos y nietos, en la isla hay multitudes de
personas rezando por sus techos cada vez que el Instituto de
Meteorología anuncia que se acerca un ciclón devastador.

Source: 23 y E: Funcionan ascensores | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/23-y-e-funcionan-los-ascensores/

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