Wednesday, January 14, 2015

La China duerme en el banco de un parque

La China duerme en el banco de un parque
Ellos son la cara oculta de las reformas castristas. Nadie los tiene en
cuenta. ¿Entrarán en las negociaciones Cuba-EEUU?
miércoles, enero 14, 2015 | Orlando Freire Santana

LA HABANA, Cuba. – Son casos que se multiplican por días, sin que las
autoridades hagan algo por detenerlo.

La China duerme habitualmente en uno de los bancos del Parque de la
Fraternidad, en el capitalino municipio de Centro Habana. El día que la
encontré eran más de las nueve de la mañana, pero ella continuaba
acostada en su banco a pesar de que los rayos solares ya castigaban ese
sitio.

Cuando se percató de que varias personas merodeaban por los alrededores
de su banco, se levantó y lo primero que hizo fue pedir un cigarro. Una
ocasión que aproveché para indagar acerca de su existencia. Y supe que
la China— le dicen así no obstante el color oscuro de su piel— vivía en
compañía de su hija y nieta, pero se le tornó imposible la vida después
de que la hija trajera a la casa a una nueva pareja, que cuando se
emborrachaba la emprendía a golpes contra todos los que convivían con él.

Entonces la China decidió abandonar el hogar y deambular de un lado para
el otro, aunque prefiere las zonas del Parque Central o el de la
Fraternidad, ya que según sus propias palabras "en esos lugares uno
puede inventar mucho más". Comoquiera que ella nunca trabajó, no posee
una pensión para pasar su vejez. Y a la pregunta de ¿qué come?,
respondió lacónicamente: "Lo que aparezca".

Aun sin reponerme del impacto que me causó la China, me topé en los
portales de la calle Reina, muy cerca de la tienda Ultra, a un hombre
sentado en el piso, con la cabeza entre las piernas, y la gorra
extendida en forma de alcancía. Además, un pequeño cartel anunciador de
su desgracia. "Soy un hombre enfermo, tengo un soplo en el corazón, y
necesito algún dinero para comer", era más o menos lo que se podía leer
en el texto.

Aunque no todos los transeúntes dejaban dinero en la gorra, la mayoría
se detenía ante el cartel, y así se enteraban del drama de esta persona.
A la postre, cuando decidían continuar su camino, todos coincidían en lo
terrible de la situación de ese hombre.

La jornada aún me depararía otra sorpresa, esta vez en la entrada de mi
edificio. Un hombre de mediana edad, con las ropas raídas y evidentes
signos de embriaguez, permanecía acostado en un pasillo contiguo a una
de las escaleras del inmueble, obstaculizando el paso de los vecinos.
Inútiles resultaron los intentos de convencer al hombre para que se
fuera. Solo atinaba a decir que él no se iba ni aunque viniera la
policía, ya que no tenía a dónde ir.

Y precisamente eso hizo uno de los vecinos: llamó a la policía. Pero la
respuesta que recibió fue desesperanzadora: la policía no está para
recoger a los menesterosos de la calle. Había que esperar a que el
hombre se marchara por su propia voluntad. Y, felizmente, al cabo de
varias horas, el indigente decidió alejarse del edificio.

Para colmo, cuando esa noche acudí a botar la basura, noté que uno de
los grandes recipientes destinados a la recepción de los desechos
sólidos se hallaba volteado, y la basura regada en el suelo. Era la
consecuencia de la labor de los "buzos". Es decir, esas personas que se
dedican, con perjuicio para su salud y la de los demás, a buscar algún
objeto "útil" en tan pestilente lugar.

Al parecer, ese día estuve en presencia de la cara oculta de la
actualización del modelo económico cubano.

Source: La China duerme en el banco de un parque | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/la-china-duerme-en-el-banco-de-un-parque/

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