O'Reilly: una calle del Distrito Bancario
FERNANDO DÁMASO | La Habana | 11 Ene 2015 - 11:56 am.
Por el estado de alguno de sus tramos, la vía habanera recuerda antiguos
nombres que tuvo: Del Sumidero y Del Basurero.
La calle O'Reilly, al igual que su vecina inmediata Obispo, se extiende
desde la Avenida del Puerto, al costado del Castillo de La Fuerza, hasta
la calle Monserrate, la oficialmente denominada Avenida de Bélgica. Debe
su nombre a que, precisamente por ella hizo su entrada a la ciudad el
general Alejandro O'Reilly, subinspector de las tropas españolas cuando
la restauración de La Habana en 1763, al producirse la retirada de las
fuerzas inglesas de ocupación.
El general O'Reilly, después de culminar la organización del ejército,
abandonó la Isla, viniendo a ella posteriormente su hijo, quien se
instaló aquí y creó una familia cubana, que sobresalió por la posición
importante que siempre ocupó, tanto durante la época colonial como
durante la primera republicana, debido a los cargos desempeñados por
algunos de sus miembros, así como por sus acciones benéficas a favor de
la ciudad.
O'Reilly ha tenido diferentes nombres: Calle Honda, Del Sumidero, Del
Basurero y De la Aduana. Los primeros nombres, por el mal estado del
terreno y por los fines a que la destinaban los vecinos, y el último,
por haberse encontrado situada en ella, en la proximidad de los muelles,
durante algún tiempo, las oficinas de la Aduana. Oficialmente tiene el
nombre de Presidente Zayas, pero muy pocos la conocen por éste.
Donde comienza, a su derecha, se encuentra el Castillo de La Fuerza. La
fortaleza original se hallaba a unos trescientos metros de la actual,
frente a la loma de Peña Pobre —después calle del mismo nombre—, cercana
a la entrada de la bahía. Fue construida en 1540, siendo gobernador Don
Hernando de Soto. Desde su inicio la construcción fue considerada
deficiente, tanto por su desventajosa ubicación como por sus
instalaciones defensivas, llegándose hasta a decir que "de fortaleza
sólo tenía el nombre".
Sin embargo, en La Fuerza tuvieron lugar los amores trágicos del
gobernador y su esposa Doña Isabel de Bobadilla, primera y única
gobernadora que tuvo la Isla. Esta fortaleza fue destruida en 1555, al
sitiar el corsario francés Jacques de Sores el poblado. Posteriormente
fue reedificada en el lugar que ocupa actualmente, habiendo sido
iniciada su construcción en 1558 por el ingeniero Bartolomé Sánchez,
durante el gobierno de Diego de Mazariegos, y terminada por Francisco de
Calona en 1577, gobernando Francisco Carreño.
La Fuerza constituye la más antigua fortaleza habanera que aún se
conserva, aunque una vez concluida, también fue severamente criticada
por encontrarse ubicada en una posición desventajosa con respecto a las
alturas de La Cabaña, tener un patio muy pequeño, faltarle escaleras,
parecer sus puertas más de ciudad que de fortaleza, carecer de agua y
tener el foso más alto que el nivel de las mareas, lo cual hacía difícil
llenarlo. Debido al temor de un asalto a La Habana, en 1587 llegó a la
ciudad el nuevo gobernador Don Juan de Tejeda, acompañado del ingeniero
militar Bautista Antonelli, siendo provista La Fuerza de ocho piezas de
artillería de bronce, municiones, pólvora y cuerda, así como se le
construyó una entrada encubierta a su alrededor.
La torre levantada en tiempos del gobernador Juan Betrián de Biamonte
—1630 a 1634—, donde se colocó una veleta a manera de giralda,
denominada La Giraldilla, que representa simbólicamente a La Habana, fue
modelada en bronce por el artífice fundidor escultor Gerónimo Martín
Pinzón en 1631.
En 1747 el gobernador Don Francisco Cajigal de la Vega mejoró y
embelleció la fortaleza. Mientras no se construyó la Casa de Gobierno,
en ella residieron, desde 1690 hasta 1790, muchos gobernadores y
capitanes generales de la Isla, siendo el primero Juan de Tejeda y el
último el conde de Ricla. En 1899 se instaló en ella el Archivo de la
Isla de Cuba, el cual permaneció allí hasta 1906, en que fuera
trasladado al antiguo cuartel de artillería en la calle Compostela.
Desde 1909 hasta 1938, La Fuerza estuvo destinada a Jefatura de la
Guardia Rural, Estado Mayor del Ejército y cuartel de un batallón de
artillería. En 1938 se trasladaron a ella los fondos de la Biblioteca
Nacional, institución que funcionó allí hasta el 21 de febrero de 1958,
en que se ubicó en su edificio propio en la Plaza Cívica.
Después de numerosos contratiempos, en que peligró su permanencia, La
Fuerza fue restaurada y convertida, primero en Museo de Armas y, al
trasladarse éste a la fortaleza de La Cabaña, en Museo de la Cerámica.
Junto con La Punta y El Morro blasona el escudo de la ciudad. Frente a
su muro perimetral, junto al Palacio del Segundo Cabo, se encuentra la
estatua del rey Fernando VII, que antes estuvo emplazada en el centro de
la Plaza de Armas, ahora temporalmente retirada por reparaciones en el
lugar.
De los Prácticos del Puerto al Harris Brothers
Donde comienza O'Reilly, a su izquierda, se encuentra el edificio de los
Prácticos del Puerto, ahora en reparación, y frente a él, un pequeño
parque con un sencillo monumento que recuerda a los marinos cubanos
muertos durante la Segunda Guerra Mundial.
Ya en la calle Baratillo se halla el conjunto formado por El Templete,
la Columna de Cajigal y una ceiba, en el lugar en que, según la
tradición, se celebraron la primera misa y el primer cabildo, dejando
fundada la ciudad de La Habana en el año 1519.
Cuenta la historia que en 1754, el gobernador Don Francisco Cajigal de
la Vega ordenó talar la ceiba que allí existía, levantar la columna que
lleva su nombre, la cual sostiene una imagen de la Virgen del Pilar, y
sembrar alrededor de ella tres ceibas. En 1828, por orden del gobernador
Don Dionisio Vives, se talaron las tres ceibas, se plantó una y se
edificó El Templete, de estilo neoclásico, que contiene en su interior
tres cuadros del pintor francés Jean Baptiste Vermay, radicado en la
Isla en 1816, que muestran la primera misa, el primer cabildo y, en el
centro, su inauguración oficial por el obispo Espada, en presencia del
gobernador, los aristócratas y notables de la ciudad. En el centro del
recinto interior se encuentra la urna que contiene los restos de Vermay
y de su esposa. El conjunto fue restaurado por los arquitectos Govantes
y Cabarrocas en 1927.
Continúa el lateral de la Plaza de Armas y, frente a ella, la
edificación que fuera Casa de Correos y Palacio de la Intendencia o del
Segundo Cabo, la cual constituye uno de los dos edificios levantados a
los lados de la Plaza, de los cuatro que se había propuesto el
gobernador Marqués de la Torre.
El inmueble se edificó en 1772, también bajo la dirección y, se cree,
según los planos del coronel ingeniero Antonio Fernández de Trevejos.
Aunque se conoció inicialmente como Casa de Correos, inmediatamente se
instaló en ella el Intendente de la Real Hacienda, cargo de reciente
creación entonces. Años más tarde, la Real Hacienda ocupó todo el
edificio y, cuando a fines de 1853 fue declarada anexa la
Superintendencia General de Rentas a la Capitanía General, se dispuso
que el Subinspector Segundo Cabo se estableciese allí. El primero en
ocupar el cargo fue Don Miguel Altarriba en1765, y después Alejandro
Ramírez en 1816, adquiriendo mayor importancia a partir de 1821, en que
fue ocupado por Claudio Martínez de Pinillos, Conde de Villanueva.
Durante la época republicana, el Palacio del Segundo Cabo se convirtió
en Palacio del Senado y, en 1926, fue restaurado por los arquitectos
Govantes y Cabarrocas. Al edificarse el Capitolio Nacional en 1929 y
trasladarse el Senado a éste, pasó a ser la sede del Tribunal Supremo de
Justicia hasta 1952, cuando se trasladó al Palacio de Justicia
construido en la Plaza Cívica. Entonces fue ocupado por las Academias de
Historia, Nacional de Artes y Letras y Correspondiente Cubana de la
Lengua, así como por la Sociedad Geográfica de Cuba. Después de 1959 ha
sido sede de la Comisión Nacional de Conservación y Restauración de
Monumentos Nacionales y del Instituto Cubano del Libro. En este momento,
después de una reparación parcial, se ha anunciado que será instalada en
él la sede del Centro de Interpretación de las Relaciones Culturales
entre Cuba y Europa.
Entre las calles Tacón y Mercaderes se encuentran, a la izquierda, el
lateral del antiguo Palacio de los Capitanes Generales o Casa de
Gobierno, actual Museo de la ciudad, y a la derecha , la Papelera
O'Reilly, oficinas de la Empresa Cuba Tabaco y el restaurante Dominica.
En la manzana formada por las calles O'Reilly, Obispo, Mercaderes y San
Ignacio, existe un edificio moderno construido entre 1956 y 1958, al
cual en las calles Mercaderes y O´Reilly se le han hecho cambios,
tratando de recordar la edificación existente en la época colonial: la
iglesia y el convento de San Juan de Letrán, también conocidos como de
Santo Domingo, por ser éste el fundador de la Orden de los Predicadores.
Esta iglesia y convento fueron construidos alrededor del año 1600,
habiendo sido reconstruidos en 1777. Tanto la puerta principal de la
iglesia como la del convento daban a la calle O'Reilly. En este convento
se fundó en 1728 la Real y Pontificia Universidad de La Habana, bajo la
advocación de San Gerónimo y la dirección de los dominicos. Al ser
expulsados éstos en 1841, el gobierno español instaló en el convento al
Cuerpo de Ingenieros del Ejército y, en 1842, fue laicizada la
Universidad, cambiando su nombre por el de Real Universidad Literaria,
permaneciendo allí hasta 1899.
En 1863 también se estableció, en la parte que da a la calle Egido, el
Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, permaneciendo en el lugar
hasta que se construyó su edificio en la manzana de las calles Zulueta,
Monserrate, Teniente Rey y San José. En 1898, al regresar los dominicos,
a cambio del convento y de la iglesia, recibieron la parroquia de El
Vedado, construyendo después también la iglesia de San Juan de Letrán en
la calle 19.
En 1917 la vieja edificación se vendió a particulares y comenzó su
demolición hasta que, por la calle Mercaderes, se edificó un edificio
moderno, cuyo estilo armonizaba con el del Palacio Municipal que se
alzaba al frente, pero éste y los últimos restos de la iglesia y del
convento fueron demolidos a finales de los años 50, para construir el
edificio de la Estación Terminal de Helicópteros. Al producirse el
cambio de poder en 1959, la edificación fue utilizada para oficinas
públicas, después como Ministerio de Educación y actualmente como
Pontificia Universidad de San Gerónimo.
A partir de la calle San Ignacio se encuentran el Café O'Reilly,
construido en 1898, y la Casa Víctor Hugo, dedicada a promover
actividades culturales. En la esquina con la calle Cuba, el hermoso
edificio que fuera The Bank of Nova Scotia y, cruzando ésta, el Hotel
Marqués de Prado Ameno.
En la esquina de la calle Aguiar, el Bar Bilbao y, más adelante,
Sargadelos, dedicado a la locería fina. A medianía de la calle Habana,
en el número 363, el local convertido en un deprimente establecimiento
de productos normados, donde estuvo la Casa Potín y, entre las calles
Compostela y Aguacate, donde estuviera el Convento Santa Catalina de
Sena hasta 1918 en que se trasladó para El Vedado, el edificio de The
National City Bank of New York, actualmente ocupado por el Banco
Metropolitano, y el denominado La Metropolitana, que perteneciera a la
Organización Godoy-Zayán, dedicada a los seguros, la capitalización y la
banca, hoy totalmente deteriorados todos sus pisos superiores, sin
puertas ni ventanas, donde se utiliza solo su planta baja, y cuya puerta
por la calle Aguacate ha sido tapiada, para evitar que los locales sean
ocupados por ciudadanos necesitados de vivienda.
Entre las calles Villegas y Bernaza se encuentran el que fuera el local
del denominado bufete de las tres C —Carlos Miguel de Céspedes, José
Manuel Cortina y Carlos Manuel de la Cruz— en estado de deterioro y, en
mal estado, los antiguos locales de Giralt, del restaurante Casa Tesla,
de la óptica Folch, de Abelardo Tous y Cía, importador de víveres, y de
La Casa de las Maletas. Enfrente, la entrada posterior de la tienda
Harris Brothers. Aquí termina O'Reilly, al desembocar en Monserrate.
La calle O'Reilly, rescatada su impronta colonial en la Plaza de Armas y
en sus alrededores, resulta agradable. Después, perdidas por abandono y
derrumbes muchas de sus edificaciones, tanto coloniales como
republicanas, presenta sectores en los cuales el mal estado de la misma
y de sus aceras, más los malos olores existentes, recuerdan sus antiguos
nombres de Del Sumidero y Del Basurero.
Habiendo formado parte, junto con Aguiar, Cuba, Obispo y otras calles
aledañas, del denominado Distrito Bancario de La Habana, la mayoría de
los sólidos y elegantes edificios construidos como sedes de los bancos y
de las organizaciones financieras, se encuentran en estado deprimente,
algunos remodelados arbitrariamente, y otros dedicados a usos para los
cuales no fueron diseñados.
Todas estas desgracias acumuladas, más la desidia e irresponsabilidad de
las autoridades gubernamentales durante años, han producido el
vergonzoso estado en que se encuentra una de las calles más importantes
del denominado casco histórico de la ciudad. Hoy se encuentra totalmente
cerrada al tránsito vehicular, mientras se realizan reparaciones en sus
redes soterradas. Sería conveniente que, una vez concluidas, no se
repitiera el triste caso de Obispo, la cual una vez reparada y
adoquinada, ha sido sometida a múltiples reparaciones parciales en sus
redes soterradas, que la han deteriorado nuevamente.
Source: O'Reilly: una calle del Distrito Bancario | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1420563673_12170.html
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