Escambray: Edificaciones tragadas por la selva
HÉCTOR REYES | Santa Clara | 16 Jul 2015 - 11:11 am.
Eran viviendas, o pertenecían a entidades turísticas, a Agricultura, o a
los militares. Nadie parece interesado en darles utilidad.
El Escambray expone una colección de edificios a medio terminar que, a
ojos del visitante o de los propios vecinos, no representa sino otra de
las barrabasadas constructivas que generaron en la Isla gastos en mano
de obra, producción de materiales e importaciones.
Desde Tres Palmas, en la frontera de Villa Clara con Sancti Spíritus;
Topes de Collantes, en la cúspide de la serranía, hasta Trinidad; o
desde el Escambray cienfueguero hasta el litoral sur, existen edificios,
escuelas, campamentos, naves, almacenes, comunidades y casas
deshabitadas y semiderruidas.
En algunos casos, un ciclón las destruyó; en otros, las edificaciones
fueron abandonadas luego de comenzadas las obras y dejadas a merced de
los elementos. Muchas han sido tragadas por la manigua en espera de una
resurrección útil.
En un país que se cansa de pregonar la falta de recursos constructivos y
donde el déficit de viviendas es uno de los problemas más serios, estos
inmuebles fantasmales son una contradicción.
"Ya no se trata —dice un ingeniero— de la 'imposibilidad' de reconstruir
el Hospital Pedro Borras, en La Habana, cuya estructura no tiene
solución. Sino de comunidades, campamentos, edificios y casas,
construidos en plena efervescencia revolucionaria, y abandonados por
desidia".
A tres kilómetros de Tres Palmas se erige la comunidad La Una,
constituida por una docena de casas pertenecientes a recogedores de café
que debieron abandonar sus viviendas por el mal estado de los caminos y
la desaparición del transporte.
Frente a la base de campismo popular Manacal hay unas naves
pertenecientes al Complejo Turístico de Topes de Collantes. "A nadie le
interesa —continúa el ingeniero— Podrían utilizarse para cría de
animales y el complejo se ahorraría comprar carne a particulares".
Otras comunidades sufren el mismo destino. Los Puriales, Aguacate,
Guanayara; campamentos de pioneros y militares construidos con un fin y
luego abandonados. Hasta un helipuerto es devorado por la natura en las
inmediaciones de Topes de Collantes.
"Se construyó para recibir vuelos de excursión desde otros polos
turísticos —comenta una fuente militar del Complejo— pero los vuelos
eran caros y no dieron resultado. Tampoco la jefatura lo usa mucho.
Entonces, se decidió cancelar los vuelos y el estado de este".
En el Complejo Turístico de Topes de Collantes, en la zona perteneciente
a la Villa Caburní, existen dos edificios de cuatro planta totalmente
destruidos. Eran apartamentos de un solo cuarto para hombres que
laboraban en el hotel cuando Batista señoreaba en estas lomas.
Se declararon inhabitables —dice un lugareño— porque al Complejo le
molestaba que existieran edificios de apartamentos con civiles dentro de
una entidad del Ejército. Las paredes fueron derrumbadas a mandarriasos
y clausuraron sus entradas para que nadie pudiera instalarse en ellos.
El diario oficial Granma en su edición digital del 8 de julio pasado
publicó que "Topes de Collantes constituyó la parada más reciente de la
cruzada gubernamental concebida para reanimar asentamientos y poblados
rurales" en la cordillera del Escambray, "impactando en medio centenar
de comunidades con beneficios tangibles para más de 20.000 habitantes".
En el mismo lapso de tiempo, este periodista recorrió algunas
comunidades sin llegar a percibir algún eco de tal "cruzada".
Entrevistados algunos lugareños, ninguno afirma haber sido visitado por
representante gubernamental alguno.
La Filial Universitaria de Montaña en el Escambray (FAME) fue un "logro"
esgrimido con frecuencia por el Gobierno; hoy se encuentra deshabitada y
semidestruida. El EJT (Ejército Juvenil del Trabajo) y Gaviota se
disputan su propiedad. "Deberían convertirla en apartamentos para
nuestros hijos y nietos", dice un campesino.
A escasamente un kilómetro de la Filial Universitaria está El 9, que fue
un campamento militar del EJT. La estructura quedó abandonada con todo
lo que lleva una residencia: los baños, herrajes, las cocinas con sus
mesetas, los comedores.
Veinte kilómetros al sur, en la comunidad Manuel Ascunce, la Empresa
Provincial de la Agricultura posee edificios de ocho apartamentos que
albergan solo a tres familias.
Un directivo de Vivienda explicó a la prensa local, refiriéndose que la
comunidad Manuel Ascunce, que el Ministerio de Agricultura "estudia la
posibilidad de desvincular algunos [edificios] y concentrar a las
personas en uno para rehabilitar el resto". Hasta el mes de julio no
había cambios a respecto.
Source: Escambray: Edificaciones tragadas por la selva | Diario de Cuba
- http://www.diariodecuba.com/cuba/1436981287_15721.html
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