San Rafael, ni sombra de lo que fue
Sus espacios han desaparecido o convertidos en viviendas familiares, 
como uno de sus hoteles que está desconocido y transformado en un buen solar
miércoles, junio 3, 2015 |  Jorge Luis González Suárez	
LA HABANA, Cuba – Una de las calles más populares de nuestra urbe 
habanera ha sido desde tiempos pasados San Rafael. Esta arteria 
fundamental, ubicada dentro de la céntrica Habana, tiene dentro de sus 
cinco cuadras principales el privilegio de ser un sitio a recorrer por 
sus habitantes y visitantes. El lugar ha dado origen a frases y 
comentarios diversos de intelectuales y gente común, dentro de ellos la 
conocida expresión "la esquina del pecado" (San Rafael esquina a Galiano).
Félix Soloni, en su novela "Virulilla", publicada en 1927, nos 
proporciona una amplia imagen del referido sitio en esos tiempos y nos 
dice que "es la gran vitrina de la ciudad, el escaparate de todos, 
pobres y ricos, aristócratas y plebeyos". Agrega después: "Allí van 
todas las mujeres de La Habana, y en consecuencia todos los habaneros".
En estos tiempos se transita bastante por su boulevard, pero ha perdido 
ese encantamiento que tenía en la antigüedad.
Nuestro autor, en su descripción, señala que: "Ir de tiendas,- ese sport 
femenino tan complicado y costoso para la economía doméstica-, no tiene 
razón de ser si, en el recorrido, no se pasa por San Rafael". Pues por 
esta estrecha calzada desfilan "todas las mujeres", que servía además 
como un lugar de "carteles anunciadores" y con sus vidrieras 
"modernísimas", con sus decorados hechos por expertos publicistas para 
atraer al comprador, "hacen derroche de buen gusto y originalidad".
Las tiendas que existieron en la mencionada vía pública servían para 
hallar "todo absolutamente todo, lo que significa confort, buen gusto y 
arte" pues "comprar un artículo por insignificante que sea… supone en el 
mismo un sello de garantía, de distinción, de elegancia, y se da el caso 
de que a veces, estos almacenes, sometidos por la competencia… venden 
sus artículos a precios más reducidos que los establecidos en otras 
calles de menos lujo".
El sitio de referencia más significativo de la citada esquina fue El 
Encanto, desaparecido tras el incendio del 13 de abril de 1961. 
Constituyó un modelo de mercado de su género, pues tenía seis plantas y 
65 departamentos. Sus propietarios y gerentes fueron César Rodríguez 
González, quien sería después el primer presidente de "El Corte Inglés" 
en España y Pepín Fernández y Ramón Areces, quienes ampliaron el negocio 
con sucursales por toda Cuba.
Este gran almacén, fue sitio de visitas de grandes personalidades del 
mundo cinematográfico de Hollywood, además de ser fuente de compra, casi 
obligada, de la clase acomodada cubana. Llegó a ser además, 
distribuidora exclusiva de los productos del famoso diseñador Christian 
Dior, entre otras exclusividades que se ofertaban en el suntuoso 
establecimiento
Una forma de calificar hoy este breve tramo de calle, sería decir que 
"no es ni sombra de lo que fue". El Parque edificado donde estuvo su más 
significativa tienda es anacrónico y recibió en su inauguración el 
calificativo de "La Gran Estafa" porque de la millonaria colecta popular 
para reconstruir dicho bazar, solamente se erigió este bodrio.
La otra tienda tan importante como la anterior "Fin de Siglo", que aun 
se halla en pie en esta zona, tiene como uso un solo piso por los 
artesanos y los otros cuatro subutilizados, algo parecido a "Indochina" 
que nada más aprovecha dos pisos. Los locales más pequeños tienen 
algunos comercios que venden artículos en divisa y otros que 
comercializan productos del mercado paralelo en moneda nacional, todos 
semi-vacios con una oferta de productos de pésima calidad y costosa.
Los vistosos cines que llenaron esta gran vía hoy son nada más que 
ruinas, donde lo único que mantienen es sus fachadas, excepto el 
Cinecito, que casi no brinda funciones. Otros espacios han desaparecido 
o convertidos en viviendas familiares, como uno de sus hoteles que está 
desconocido y transformado en un buen solar.
Aquellos que conocimos nuestra capital en su gran esplendor, miramos con 
tristeza y horror la enorme destrucción de la ciudad y sus mercados. Si 
Cabrera Infante resucitara exclamaría: regreso al cielo porque esto es 
un infierno.
Source: San Rafael, ni sombra de lo que fue | Cubanet - 
http://www.cubanet.org/actualidad-destacados/san-rafael-ni-sombra-de-lo-que-fue/
 
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