Monday, March 18, 2013

El Art Deco despide al hospital Borrás

Urbanismo

El Art Deco despide al hospital Borrás

Ruinas del hospital Pedro Borrás, La Habana. (A.C.SAN MARTIN ALBISTUR)
A. C. San Martin Albistur | La Habana | 18 Mar 2013 - 10:33 am.

El edificio, en un enclave privilegiado, será demolido después de varios
intentos fallidos de restauración.

Próximo a desaparecer, en la capital subsiste un edificio que es tema de
obligado debate cuando se reúnen más de dos arquitectos para hablar del
deterioro urbanístico de la ciudad: el Hospital Municipal de la
Infancia, nombrado después de 1961, Pedro Borrás Astorga.

Erigido en la Avenida de los Presidentes entre las calles 27 y 29, en el
municipio Plaza, el valor arquitectónico y ambiental del edificio cobró
fuerza por la forma en que fue emplazado, junto al semicírculo
distinguido por el mausoleo dedicado a José Miguel Gómez (otrora
amenazado con ser demolido). Fue proyectado y construido en estilo Art
Deco por la firma de los arquitectos Félix Cabarroca Ayala y Evelio
Govantes Fuertes, dos profesionales que legaron al patrimonio
urbanístico habanero obras como el Capitolio, la Plaza Cívica, el
Palacio de Bellas Artes y otras de igual significación.

Por estos días un comité de expertos del Ministerio de la Construcción
ha dictaminado que el edificio es irrecuperable, por lo que será
demolido. Las señales se distinguen a simple vista en su debilitada
estructura, víctima de años de abandono, saqueo y malversación de los
recursos dispuestos para su rehabilitación. Pues, antes de llegar a este
punto, fueron varios los intentos de recuperarlo.

En 1984, sin dejar de prestar servicio como hospital infantil, el
edificio atravesó por un mantenimiento preventivo. Varios testigos
involucrados aseguran que esas labores resultaban apreciables en lo
exterior, aunque en su interior se escondían cubículos clausurados.

Al concluir la construcción del Hospital Pediátrico de Marianao Juan
Manuel Márquez, este se proclamó como logro del régimen revolucionario y
los servicios del hospital Pedro Borrás pasaron a la nueva institución.
En 1986, decretado el Período Especial, las autoridades solicitaron
colaboración internacional para reconstruir el patrimonio urbanístico. A
través de Medicuba, empresa que manejaba las inversiones en el sector de
la salud, en 1987 comenzó una reparación capital del inmueble. España
aportó para ello un presupuesto del cual no se registran cifras en la
actualidad, aunque se estima que ascendió a más del 40% de la reparación
del edificio. Asimismo, colaboraron también varias organizaciones no
gubernamentales europeas.

La malversación de recursos por parte de los dirigentes de turno de la
Industria de Materiales, desvió de esos fondos hacia el mercado negro 9
millones de dólares entre áridos y cemento.

En 2005, mientras se reforzaba la estructura, ocurrió el primer desplome
en una de las alas del edificio. En abril de 2007 se produjo el segundo
desplome, que ocasionó la muerte de uno de los reclusos que trabajaban
en la obra y causó heridas a otro. Y, de igual modo, prosiguió el
desplome de toda una sección de las partes restauradas.

Fue entonces que salieron a relucir los cortes en el cronograma de
reparación, la utilización de presos como mano de obra barata y el
desvío de 9 millones de dólares en materiales. Todo lo cual provocó
medidas gubernamentales como la fusión de la Industria de Materiales con
el Ministerio de la Construcción. Sin embargo, ninguna disposición
oficial alcanzó a devolver la energía urbanística a la edificación. Las
obras de restauración fueron detenidas, y como único culpable de ese
estado de cosas quedó el "Período Especial". El silencio bibliográfico
sobre el tema permite, sin embargo, suponer que existen muchos más
culpables.

El edificio quedó entonces a merced de los depredadores. Para "evitar
daños", se ordenó la desmantelación toda la carpintería del edificio, de
la cual se desconoce el paradero. El resto de la edificación continuó
bajo el asedio de los saqueadores que cargaban en las noches con los
ladrillos, pisos de terrazo y las piedras de Jaimanitas.

Recientemente, el Gobierno solicitó una propuesta para el uso inmediato
de la explanada que dejará la demolición y han surgido opiniones acerca
de lo conveniente de construir allí un nuevo hospital con otras
características arquitectónicas y la misma proyección y altura. Tal idea
surge de la necesidad de ampliar el servicio pediátrico del municipio.
Aunque, según profesionales vinculados al proyecto, el diagnóstico
territorial ha hecho prosperar la opción de un parqueo de autos que
solucione la demanda de los hospitales y centros estatales de los
alrededores.

"Las reuniones sobre la recuperación del patrimonio en el municipio
Playa, terminan tratando la recuperación de Centro Habana", me comentó
uno de los arquitectos consultados para este trabajo. Pues el deterioro
de la capital es de tal dimensión que resulta difícil establecer
prioridades.

Los comentarios surgidos del XII Congreso Mundial de Art Decó que
sesiona por estos días en La Habana nada han mencionado del viejo
hospital. Las ruinas del Borrás resultan irrelevantes en tanto se habla
del deterioro del edificio López Serrano (Ly 13, Vedado) y del esplendor
del remodelado edificio Bacardí.

Ambos de estilo Art Deco, el primero de ellos se vanaglorió durante
muchos de años de ser el edificio más alto del país, y hoy presenta
sedimentación del terreno, filtraciones interiores y derrumbes de la
fachada. Mientras que el Bacardí, bendecido por las obras de
restauración llevadas a cabo por la Oficina del Historiador de la
Ciudad, oculta con su esplendor el patrimonio urbanístico en ruinas de
los alrededores, que cede terrenos a la construcción de parqueos para
los autos que no tenemos.

En cuanto al hospital Borrás, se aguarda por la culminación del XII
Congreso Mundial de Art Deco para demoler lo que alguna vez fuera
recuperable.

http://www.diariodecuba.com/cuba/1363599187_1890.html

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