Jueves, Octubre 20, 2011 | Por Miriam Leiva
LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Los bloques de barro invaden
Bayamo, porque la población no los compra a pesar de la gran necesidad
de ellos para construir viviendas ligeras, en un terreno inestable y
poco firme, para mitigar la gran carencia de moradas. En el amplio
artículo "Producción de bloques de barro. Situación para ponerse a
pensar", del periódico Granma publicado el 18 de octubre, se describe la
acumulación de 826 mil bloques de barro, el 53% del más de millón y
medio producidos entre enero y septiembre pasados en la fábrica
conocida como Cerámica Roja.
Esa Unidad Empresarial de Base de Elementos de Hormigón y Barro está
situada en Granma, una de las 5 provincias orientales, donde existe
gran deterioro en las edificaciones mayoritariamente muy antiguas y de
madera, y nuevas demandas por el aumento de la población en los
pasados 52 años. Además, los huracanes han sido devastadores, en
particular los ocurridos en 2008 con grandes daños en la región, cuando
el gobierno se negó a recibir la mayor parte de las donaciones
internacionales ofrecidas, al proclamarse autosuficiente, sin que
entregara ni vendiera a la población los materiales de construcción para
reparar o reponer las pérdidas totales.
Sin embargo, entre el alivio a las prohibiciones anunciado por Raúl
Castro estuvo la concesión de permisos para la reparación y ampliación
de viviendas. Posiblemente esa sea la causa de que en Bayamo se
prefiera "levantar un segundo o tercer piso", como se aduce en el
mencionado artículo para argumentar la necesidad de los boques de barro
más ligeros que los de hormigón. Parece una solución lógica a la
ampliación del reducido espacio compartido quizás por varias
generaciones de la familia en la vivienda de los abuelos, ya que resulta
casi imposible obtener un permiso para adquirir un terreno y otro para
construir en él, y si se lograra, no se dispondría de capital suficiente
para acometer la obra en un plazo prudencial.
Resulta un contrasentido que haya casi una ilimitada demanda y mucha
producción, pero los bloques de barro permanezcan aglomerados en los
alrededores de la planta. Incluso que se prefiera adquirir los de
hormigón, a pesar de ser más pesados. Sencillamente, un bloque de barro
grande cuesta 22 pesos, mientras el de hormigón vale 5 pesos.
Recientemente, el gobierno aprobó la "venta liberada" de materiales de
construcción, por lo que de los dos millones de unidades fabricadas en
Bayamo, se supuso que el Ministerio de Comercio Interior asumiría 1 400
000 para vender a la población en los "puntos de venta liberada", pero
muy poco o nada se ha vendido al amparo de los nuevos precios, señala el
artículo.
Los bloques de barro continuaron sorprendiéndonos al aparecer montañas
de ellos, en el Noticiero de Television del mediodía el 19 de octubre.
Pero no eran bayameses, sino de la Fábrica Antonio Suárez del Combinado
de Elementos Aligerados de Camagüey. Se han acumulado a niveles
críticos, alarmantes, fundamentalmente en el curso de los últimos 4
meses debido a que no 'tienen salida' en las tiendas por el aumento de
los precios, según explicó el director. Más de 120 000 auguran que si
persiste la situación, tendrán que paralizar la producción, ya
disminuida considerablemente. Un trabajador se refirió a los daños
económicos, que repercuten en menos salarios y algunos beneficios que
deberían recibir los obreros por cumplir o sobre cumplir la producción.
Son los llamados estímulos, en realidad concebidos para compensar los
muy bajos salarios. Según explicaron, ante la crisis parece que la
Empresa decidirá sustituir el barro por el hormigón, cuyos bloques
tienen mejor venta.
La historia de los precios aparece por todos lados, se trate de
implementos deficitarios para los trabajos en la agricultura, productos
agropecuarios con menor calidad o envejeciendo, así como materiales de
construcción en La Habana y otras zonas del país. Tanto en los
periódicos como en la televisión y la radio se exponen reportajes sobre
esos problemas. Al parecer se trata de demostrar una apertura en la
información y que la población haga catarsis, liberando sus quejas con
la vaga esperanza de que mejore la oferta y disminuyan los precios.
Ciertamente han existido casos tan abrumadores, como los instrumentos
para laborar en las tierras entregadas en usufructo, que se han
rebajado, causando la sospecha de que no solo hubo incompetencia, sino
también ambición de exprimirle los bolsillos al pueblo, que los tiene
más bien vacíos.
Los precios se fijan arbitrariamente desde los niveles superiores, sin
participación de los empresarios, conocedores de sus planes y costos de
producción, que tendrían que evitar pérdidas y lograr ganancias
mediante el ajuste de toda la cadena productiva, teniendo en cuenta la
demanda local y procurando mercado en otros territorios, donde
seguramente escasean sus productos. De tal forma también se
complementarían mediante el flujo natural de oferta y demanda como ha
ocurrido en el mercado desde épocas ancestrales, así como beneficiarían
al pueblo.
http://www.cubanet.org/articulos/%c2%bfcual-bloqueo-tiene-la-culpa/
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