¿Bajo costo para quién?
LOURDES GÓMEZ | Santiago de Cuba | 21 Abr 2016 - 2:17 am.
Desde un año antes de la celebración de su medio siglo, en julio de
2015, Santiago de Cuba está envuelta en un fervor constructivo que no
cesa. No solo se han reparado múltiples inmuebles del Casco Histórico de
la ciudad, sino que se han implementado y reanimado negocios
gastronómicos y artesanales, algunos de ellos rentados al cuentapropismo.
Pero sin dudas las construcciones más vistosas son los edificios de
viviendas que se levantan por todos lados. Sobresalen por sus diseños y
colorido, su construcción es acelerada, utilizando para ello la
introducción de tecnologías de rápido montaje y materiales no
convencionales como el sistema VHICOA: estructura de acero y zinc, con
exterior de placas de cartón atornillado.
Barrios pobres como San Pedrito y la Playita están siendo trasladados
poco a poco a estos edificios multifamiliares. Las autoridades están
orgullosas de mostrar el trabajo que vienen realizando, así lo hicieron
el pasado febrero durante la visita mediática de Raúl Castro a la ciudad.
Los vecinos acogen la entrega de estos apartamentos con entusiasmo, no
les importa que unos de los requisitos para recibirlos sea demoler sus
paupérrimas casas con lo que tengan a mano. Lo importante es mejorar las
condiciones de vida.
Para acelerar el proceso de entrega, se ha creado la modalidad de bajo
costo, que consiste en entregar la vivienda con parte de la obra sin
terminar.
"Los primeros apartamentos se entregaban completos", comenta Jesús,
vecino de Micro 9, que recibió su vivienda hace un año. "Recuerdo que
para los edificios construidos por las brigadas ecuatorianas trajeron
hasta los muebles; pero, finalmente, como todo en este país, los muebles
tomaron otro camino".
Jesús, como otros muchos moradores, está a la espera de la propiedad y
de la estimación del precio de la nueva vivienda. El valor de la
propiedad demolida no se tomará en cuenta, pero al menos esperan que se
valoren los gastos de obra que deben hacer en su nueva casa: Enchapar
todo el suelo, enlosar baño y cocina, poner las puertas interiores de
las habitaciones, y falso techo en los sistemas VHICOA, trabajos que la
mayoría no puede costearse.
El costo mínimo por enchapar el suelo es de 500 pesos convertibles
(CUC), y es un trabajo que debería ser prioritario. La endeble capa de
cemento que los recubre es propensa a las rajaduras que ya se muestran
en algunos apartamentos, por lo que está vedado limpiar con excesiva agua.
Para Sonia, ama de casa recién mudada en un edificio VHICOA, terminar la
construcción sería una tarea imposible. Ni siquiera posee muebles, los
colchones en los cuartos están en el suelo.
"Al fin salí de la cuartería", dice, no obstante. "Nosotros éramos
propietarios, pero no toman nada de eso en cuenta. No creo que pueda
poner baldosas en el piso con el sueldo de barrendero de mi marido, pero
intentaremos enlosar la meseta de la cocina con retazos de azulejos".
Es una opción viable. Se recolectan trozos de azulejos desechados en
otras obras para crear un enlosado multicolor, solución que permite
prescindir de la compra de las costosas losas disponibles solo en CUC.
Los flamantes edificios multifamiliares padecen de malas terminaciones.
El cumplimiento de los plazos de entrega y los constantes robos de
materiales repercuten en ello. Los moradores, conscientes, tratarán de
minimizar los daños y mejorar sus apartamentos, pero sin el
establecimiento de una venta de materiales asequibles les resultará difícil.
Lo sentenció Andrés, otro nuevo vecino, sentado frente a su apartamento:
"Serán de bajo costo, solo para las inversiones del Gobierno".
Source: ¿Bajo costo para quién? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1461177904_21817.html
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