La taimada práctica del desalojo
WALDO FERNÁNDEZ CUENCA | La Habana | 7 Ago 2015 - 9:51 am.
Dos casos más, en el Vedado y en El Cerro, de una práctica gubernamental
extendida: el desalojo de familias.
Hace más de un mes que Rafael Mollinedo Reyes, un hombre de 60 años y
con dos isquemias cerebrales vive en la calle. Este señor de raza negra
fue desalojado de la precaria morada donde vivía desde hace 10 años y su
improvisada casucha fue totalmente desmantelada.
A principios del pasado mes de julio las autoridades le dijeron que su
endeble vivienda de la calle C entre 1ra y 3ra iba a ser totalmente
desmantelada porque allí el Gobierno planea hacer un edificio. De
repente se vio en la calle y perdió parte de sus equipos electrodomésticos.
Debido a su delicado estado de salud, Rafael no hizo la menor
resistencia, pero desde ese momento malvive por los alrededores y se
gana la vida como parqueador. Rafael asegura haber sido de la seguridad
personal de Fidel Castro durante diez años en los años 70. Pero hace
décadas que no recibe ninguna ayuda gubernamental y no tiene pensión.
Por esos habituales contrastes tercermundistas, frente a donde vivía
Rafael se alza uno de los residenciales más lujosos de la Habana, el
edificio Atlantic, donde viven muchos extranjeros adinerados y personal
diplomático. Sin embargo, Rafael no piensa moverse de la zona porque no
tiene a dónde ir y culpa de su desgracia al Gobierno. Demanda que aunque
sea le den un albergue, y cuando habla de su situación no logra evitar
que sus ojos se agüen y la tristeza lo invada. Este es un capítulo más
de los muchos desalojos que suceden en Cuba a diario y de los cuales la
prensa oficial nunca se entera.
Bajo amenaza de desalojo forzoso se encuentran también cinco familias
residentes en una edificación en ruinas de la calle Tulipán 410, en El
Cerro. La edificación data de 1828 y los historiadores aseguran que en
ese lugar radicó por un breve tiempo el Héroe Nacional José Martí. Uno
de los afectados señala que antiguamente la edificación tuvo tres pisos
pero una brigada del Gobierno comenzó a demoler los pisos superiores en
octubre de 2014 por encontrarse en muy malas condiciones, y aprovecharon
para vender todas las maderas preciosas que encontraron.
Esa demolición provocó el derrumbe total en la edificación contigua, el
pasado 5 de junio, y desde ese día las familias tuvieron que abandonar
sus viviendas, muchas de las cuales están apuntaladas. Otra de las
afectadas, Regla Milián Martínez, señala que el pasado 28 de julio "vino
la vicepresidenta del Gobierno municipal y la Directora de Albergue
dándonos la noticia que iban a demoler toda la edificación y nos iban a
mandar para un albergue, pero le dijimos que si demolían sería con
nosotros adentro porque no pensamos ir para un albergue a esperar por
casa indefinidamente".
Y agrega: "Hay personas que llevan en albergues 20 o 30 años. O sea, nos
querían desalojar de aquí para que no siguiéramos reclamando".
Desde ese día todas esa familias malviven en la calle, dependiendo de la
caridad de los vecinos para hacer sus necesidades fisiológicas o tomar
agua fría bajo el sofocante calor. Entre ellos hay varias personas
mayores discapacitadas y dos niñas.
María del Carmen Salazar, también afectadaa, señala que "nuestro caso
llegó a oídos de Eusebio Leal, el cual ha dado la orden de que la
edificación debe conservarse y restaurarse por su connotación histórica,
pero a ciencia cierta no sabemos si eso va a suceder. Creemos que hay
muy poca voluntad para resolver nuestro caso. Tiene que haber muertos
para que a los afectados les den casa, como el derrumbe ocurrido en la
Habana Vieja recientemente, pues a todos los afectados enseguida les
dieron casa para callarles la boca y que no hicieran declaraciones a la
prensa".
La grave crisis habitacional del país y la galopante corrupción en todas
las instancias de Vivienda hacen que los expedientes casi siempre, y
como por arte de magia, se extravíen debido a que estas personas no
tienen dinero como para que algún funcionario "pueda ayudarlos".
Para colmo de males, cuenta Regla Milián Martínez que al presentar su
situación en la Oficina de Atención a la Población de la dependencia
municipal del Partido Comunista en El Cerro y decir que estaban
expuestos a un desalojo, la funcionaria le dijo que "desalojo era otra
cosa y que en Cuba no existía el desalojo".
Cuando repite estas palabras, Regla abre los ojos y termina riéndose. Su
risa intenta aliviar la amargura de la desesperanza y la frustración que
la embarga. No teme dar su nombre para que se sepa de su caso y el de
sus vecinos, víctimas de un cruel desamparo que parece no tener fin.
Source: La taimada práctica del desalojo | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1438906189_16187.html
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