Tuesday, June 10, 2014

668, un número para el desastre

668, un número para el desastre
[10-06-2014 12:27:15]
Enrique Díaz Rodríguez

(www.miscelaneasdecuba.net).- Familias en Cuba peligran ante la
posibilidad de morir aplastadas bajo los escombros de sus viviendas.
Ubicado en la calle Zanja % Aramburu y Soledad, se encuentra un solar
habanero, marcado con el número 668. Una oxidada reja custodia la
entrada del local. La solidez de sus fierros, desentonan con la
apariencia ruinosa de las viviendas que en su interior apenas logran
mantenerse en pie. ¡La imagen que logra captar el ojo curioso es deprimente!

Al cruzar el umbral, se experimenta la sensación de estar en una trampa
mortal. El peligro acecha a las diversas personas, que habitan las
deterioradas viviendas que componen el solar.

Recorriendo la construcción, se observa que las paredes sanas son las
menos existentes. Se aprecian los arquitrabes desechos, dejando ver
vigas fatigadas y oxidadas que son el soporte vital de la construcción.
Todo el tercer piso está destruido, faltando algunas secciones.
Desafiando las leyes de la gravedad, el inmueble se mantiene apuntalado
en la planta baja, por horcones de madera, los cuales evitan que los
balcones se desplomen, al igual que el piso central.

El certero aviso de un vecino, quien alerta de la posible caída de un
trozo de escombro, denota que trasladarse es peligroso. Solo el buen
hombre, tras alertar, continúa como si nada en busca de un pomo de refresco.

Investigo con un joven que se encuentra sentado en el pasillo (quien no
quiso revelar su nombre) ¿si vive en el solar?, y si es así, ¿por qué
vive en condiciones tan peligrosas?

Este responde con tono afligido "Hace dos años que esto se está cayendo
a pedazos, somos unas 19 familias que no tenemos donde meternos y nadie
acaba de resolver el problema".

Agrega que diferentes personas, a diferentes niveles, han prometido
resolver la situación, pero la realidad habla por sí sola.

Una antigua escalera destartalada, conduce los pasos hasta la planta
alta. Se ve a una anciana descalza, sentada dentro de una lúgubre
habitación. A su lado un señor mayor mantiene una charla incoherente con
el viento. La anciana se nombra Concepción Bonfante, y no puede caminar.
El hombre que la acompaña es Francisco Torres Bonfante, quien tiene
serios problemas mentales.

Lo que una vez fue un refugio seguro para todos ellos, hoy languidece
bajo el triste destino impuesto por la indiferencia, el de convertirse
en el sepulcro de valiosas vidas humanas.

Source: 668, un número para el desastre - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5396dd833a682e14c0425c3c#.U5bwmfmSwx4

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