Friday, October 4, 2013

Una convivencia oscura

Una convivencia oscura
[03-10-2013]
José Antonio Sánchez Santoyo
Periodista Independiente

(www.miscelaneasdecuba.net).- La Habana. El historiador de la ciudad
Eusebio Leal, laboreado por más de una universidad en el mundo y
conocido mundialmente es el historiador de la Ciudad de La Habana y
precursor de la rehabilitación de la vida de San Cristóbal de La Habana,
y fabricante de los cristales de sus fachadas, la UNESCO le ha otorgado
unos cuantos millones para esos fines y creo varias corporaciones y ha
reconstruido sitios importantísimos.
Pero su ojo de arquitecto también con el correr de los años se le ha
empañado y parece que en sus reconstrucciones no están concebidos los
sitios arquitectónicos donde viven o vivieron personas de tez oscura, y
al referirme a él en estos términos no estoy dudando de su capacidad ni
mucho menos de su proverbial sapiencia, pero a él y su cultura también
se le ha escapado algún que otro detalle y a éste es el que me refiero.

En pleno corazón de La Habana, en la calle Águila no. 822 entre Apodaca
y Gloria en la barriada de Jesús María en la Habana Vieja, hay una casa
donde nació el más grande violinista que recuerda la historia, me
refiero a Claudio José Domingo Brindis de Salas. En la casa existe una
placa donde dice que allí nació ese genial músico. Sin embargo se
encuentra en un deplorable estado constructivo sin que hasta ahora los
cuantiosos donativos que el historiador de la ciudad maneja no ha podido
disponer para el arreglo de la misma ni un solo saquito de cemento, pues
los que viven allí en la actualidad son personas pobres y de tez también
oscura.

Tres cuadras más abajo y en la calle Revillagigedo no.264 1er piso entre
Esperanza y Vive también en la misma barriada y no lejos del parque que
lleva el nombre del General Quintín Bandera existe la casa donde este
señor nació y hoy es un derrumbe donde los vecinos depositan escombros y
basura sin que la mano del famoso historiador llegara a extenderse para
evitar que se hubiese destruido esa vivienda, pero también el general
que allí nació y vivió tenía la tez oscura y parece ser que el señor
Leal ese color le molesta para poder ver las edificaciones.

Todos los grandes palacios, conventos y casonas del centro de la ciudad
que los turistas fotografían y llevan de recuerdo de su estancia en La
Habana han sido reconstruidos por la oficina del historiador y en su
estructura ha creado un comercio con el fin de buscar divisas.

Pero en esa planificación de reconstrucción dentro del mismo casco
histórico de la ciudad que él se vanagloria de su reconstrucción existen
unos cuantos solares que nunca han visto ni una sola lata de pintura y
mucho menos un saco de cemento de los tantos que ha gastado para vender
la imagen de una ciudad conservada y donde cada piedra forma parte de la
historia de los que aquí vivimos.

Eso a mi modo de ver es bochornoso y una total falta de ética, parece
ser que sólo este señor ha reconstruido los sitios donde antiguamente
vivía la aristocracia y ha dejado a un lado las viviendas de los pobres
aunque cuenta con los recursos para arreglarla, dueño y señor de todo un
imperio, y cuenta en sus manos con todo recursos técnico en materia
constructiva, además goza del beneplácito de los señores que gobiernan.
Sin embargo a la hora de construir le da prioridad a las iglesias y
conventos donde una vez estuvo en sus años de seminarista y parece ser
que en sus sueños de juventud también atesoró la idea de pertenecer a
esa aristocracia.

En suma el señor Eusebio Leal es leal a sus sueños de grandeza y también
su personalidad se apega a los principios esclavistas pasados ya que hoy
pertenece a los esclavistas presentes, su andar en esta bendita ciudad
es un andar visto por su prisma clasista y no un andar de un historiador
que tenga como fin preservar las edificaciones para el patrimonio de una
nacionalidad.

Es a mi juicio que su convivencia es oscura como los sentimientos que
adornan su proverbial filosofía y que hace distinción en sus juicios a
quien le corresponde ensalzarlo o denigrarlo, su dedicación por
preservar el ambiente está visto por su ojo a través del cristal de la
conveniencia o el interés marcado de sus bolsillos, espero que ustedes
opinión publica sean los que juzguen su actitud, sólo hasta aquí es mi
punto de vista y mi índice acusador a todo lo mal hecho.

LA PALABRA DEBE ESTAR AL SERVICIO DE LA VERDAD

Source: "Una convivencia oscura - Misceláneas de Cuba" -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/524d3e073a682e0ed4eebab9

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