El estado no puede lucrar a costa de la miseria del pueblo
Lunes, 03 de Junio de 2013 02:38
Escrito por Gessica Castelnau Jorrin
Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) El aumento del número de 
edificaciones derrumbadas o en mal estado se acrecienta a diario. Cuando 
se recorren las calles de la Habana, ya no es sorpresa para nadie, 
encontrarse con casas en ruinas o casi desmoronadas.
Pero si hablamos con personas que tienen que vivir en estas condiciones 
infrahumanas, no podemos salir del asombro. Lo peor es que esto ocurre 
bajo los ojos del gobierno, sin que este tome ninguna medida.
Pedro Jesús Santos, junto a su pequeña hija y su esposa, reside en la 
calle Calzada entre J y K, en el municipio capitalino El Vedado. Habita 
actualmente en el sótano de lo que fue un día su domicilio. Conocí su 
historia al encontrarme con él, a las afueras de su triste casa, cuando 
realizaba una investigación sobre el aumento de los desplomes de 
edificios en el país. Me llamó mucho la atención ver deterioradas 
prendas de vestir tendidas en el exterior de esa edificación, la cual 
está destruida en casi el 90 porciento.
Cuando me acerqué para preguntarle si conocía sobre el proceder de esa 
ropa, me dijo que era suya y de su familia. Extrañada le pregunté si no 
temía tender su ropa en ese sitio, que estaba prácticamente destruido. 
Me comentó que sí, pero que no podía hacer otra cosa, porque esas ruinas 
eran su residencia. Estupefacta por lo que me contaba, indagué un poco 
más para averiguar cuál era la razón por la que vivía así. Me explicó 
que no contaba con los medios monetarios suficientes para arreglar su hogar.
Le aconsejé que le diera a conocer su problema a las instituciones 
gubernamentales que, supuestamente, debían ayudarlo, como por ejemplo, 
la Reforma Urbana. Me respondió que había ido, junto a dos familias más, 
que conviven en esas pésimas condiciones, a los lugares correspondientes 
y no habían tenido contestación.
Me explicó Jesús que le escribió al gobierno, contándole de este 
problema. En la carta, hizo hincapié en que tenía una hija de sólo 5 
años de edad. Pero la respuesta que recibió fue que tenían que desalojar 
el lugar.
Para muchos, esto sería lo más lógico. Cualquiera que pasase por el 
sitio y viera tan desolador panorama, pensaría que abandonar la vivienda 
es lo más conveniente. Pero no para ellos. La peor noticia que pudieron 
recibir fue esa, ya que no tienen dónde irse.
Lamentablemente, circunstancias como esta las tienen que enfrentar día a 
día, muchos cubanos. Sin embargo, para los gobernantes, el sufrimiento 
de una gran cantidad de personas sirve para su provecho. Cuando se 
desploman los edificios, el Estado aprovecha ese espacio para construir 
hoteles y tiendas que comercializan sus ofertas en moneda libremente 
convertible.
Sin duda alguna, la ciudadanía necesita que las autoridades actúen para 
resolver sus dificultades. El estado no puede lucrar a costa de la 
miseria del pueblo. Los máximos dirigentes del país tienen que darse 
cuenta de que su bienestar no puede ser a costa de la desgracia de 
otros. Para lograrlo, los oprimidos tienen que hacer valer sus derechos. 
No deben permitir que los reduzcan al silencio.
Para Cuba actualidad: oromilesun1990@yahoo.es
reportasincensuracuba.blogspot.com
http://primaveradigital.org/primavera/destacados/117-politica/7604-el-estado-no-puede-lucrar-a-costa-de-la-miseria-del-pueblo.html
 
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