Tuesday, December 6, 2011

El derecho a una vivienda digna

El derecho a una vivienda digna
Martes, 06 de Diciembre de 2011 05:00
Veizant Boloy González

Boyeros, La Habana, (PD) No estaba pensando con claridad mi pobre abuela
cuando rechazó irse a España donde sus antecesores. Ella escogió creer
ciegamente, como tantos otros, en las promesas del gobierno
revolucionario de proporcionar una vivienda digna para todos. Hoy tras
más de cinco décadas, no puede más que mirar al cielo y preguntarse con
las manos alzadas: ¿cómo fue y es posible asimilar tanta mentira?

Fidel Castro, en un discurso pronunciado el 20 de febrero de 1960, en la
Habana, manifestó: "La Revolución puso fin a la explotación de la
vivienda (...) Esto es lo que hizo la revolución, sustituir aquel
sistema de explotación por un sistema de justicia, donde las familias
adquirirán la propiedad de aquella casa, cuando amortizaran el capital."

El Estado cubano, por mandato constitucional (artículo 9), debe trabajar
por lograr que no haya familia que no tenga una vivienda confortable. Si
tomamos la idea de Castro de que la Constitución es hija de la
Revolución, debemos asumir también que esta Ley es una traición
documentada de las expectativas del pueblo.

La situación de la vivienda en Cuba no deja de ser penosa y absurda. Las
limitaciones imperantes hasta ayer, unidas a la poca voluntad del
Estado, que tiene el poder sobre quienes trabajan y ofrecen sus
servicios, lejos de revertir la situación, la agudiza, y se culpa al
embargo económico de sus propias miserias.

La crítica al Sistema Nacional de Vivienda está muy lejos de ser dulce y
divertida, la triste verdad no da lugar a interrogantes.

Aunque un sector de la población le da más valor a la hipócrita
intención de cambiar que a los errores que padecimos y criticamos
durante años, el tiempo suele darme la razón. No siempre lo nuevo es
bueno, y decir que estos cambios han desafiado los principios de sus
creadores, sería ingenuo.

No hay ser prodigio para prever dónde se puede torcer el camino. Aunque
no todos tenemos el poder de hacer cambios, éstos pueden surgir de
todos, hasta de los más humildes.

La fórmula brindada por este sistema al problema de la vivienda, ha sido
un fracaso, y aunque no lo reconozcan, salta a la vista de todos.
Muestra de ello son las reformas que se están introduciendo en este
sentido, que quizás resulten para los que tengan suficiente dinero para
adquirir un inmueble.

El Estado siempre ha mediado en todo trámite legal que de propiedad se
trate. Inocentes los que piensen que ahora será diferente. Ya vemos cómo
sacarán tajada con sus gravámenes.

En resumidas cuentas, mi abuela, que fue despojada de su vivienda para
que el Estado construyera una represa, y que tras una lucha dura y
prolongada, a los 20 años del suceso, fue que obtuvo la propiedad, ayer
fue víctima de la estafa, por las garras del inescrupuloso pero
necesario mercado negro inmobiliario, por la ausencia del Decreto Ley
288, puesto en vigor, referente a uno de los derechos elementales del
propietario: disponer libremente del bien.

veizant@gmail.com

http://primaveradigital.org/primavera/sociedad/la-consulta/2832-el-derecho-a-una-vivienda-digna

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