La falta de espacio donde vivir no deja de agobiar a los cubanos, pero
el año pasado se edificaron menos casas en la isla que en el 2009.
Roberto Casin | martinoticias.com 20 de mayo de 2011
Según cifras oficiales, el déficit de viviendas sobrepasa las 500 mil.
El año pasado fue el peor de los últimos seis en términos de
construcción de viviendas en Cuba, según datos oficiales difundidos por
la Oficina Nacional de Estadística de la isla (ONE).
En un informe titulado "Construcción en Cifras – Cuba 2010", la ONE dio
a conocer que el año pasado se edificaron en el país 33.901 nuevas
viviendas, de las que 11.433 no fueron hechas por el Estado sino por
particulares.
La cifra representa un número de casas mucho menor que las construidas
por año desde el 2005 a la fecha, y lo peor es que no se pudo
incrementar la cantidad de viviendas en comparación con el 2009, cuando
fueron terminadas poco más de 35 mil.
Los datos también indican que, en un país donde el déficit oficial de
viviendas sobrepasa las 500 mil, en buena medida la solución de un
problema vital para la población sigue pensando más sobre las espaldas
de la gente que sobre las del gobierno.
De acuerdo con informaciones difundidas por la propia prensa cubana, las
construcciones "con el esfuerzo propio de la población" se cumplieron en
2010 al 158,8 por ciento, mientras que las realizadas por el Estado no
lograron llegar a la meta prevista por las autoridades.
En 2009, el Instituto de la Vivienda abrió la concesión de licencias a
la población para que emprendiera por su cuenta la construcción de
casas, y el gobierno autorizó la creación de mecanismos para facilitar
la venta estatal de materiales de construcción.
También suavizó algunas de las restricciones impuestas sobre los
alquileres y simplificó parte de los tediosos trámites relacionados con
la vivienda en la isla para paliar la aguda crisis de los cubanos con la
falta de techo.
Pero todo ha sido insuficiente a pesar de que se autorizó el
arrendamiento de viviendas y de habitaciones y espacios considerados
parte de inmuebles en transacciones directamente concertadas con el
arrendatario, lo mismo con fines de utilizarlos como hospedaje que para
trabajos "por cuenta propia".
El déficit de viviendas es tan grave en la isla que ni siquiera bastaría
con que el régimen le permita al cubano, sin distinciones, hacer con su
casa lo que en cualquier país sano del mundo nunca ha dejado de ser
lícito: alquilarla, venderla, y hasta regalarla a quien a uno le venga
en gana.
La angustia de infinidad de familias con hijos pero sin sitio o espacio
suficiente para vivir es mucho más patética debido a que el Estado
dispone de un cuantioso, envidiable y bien acicalado inventario de
residencias confiscadas a cientos de miles cubanos que se han ido del
país, solamente reservadas para dirigentes del gobierno, militares, y
extranjeros selectos.
http://www.martinoticias.com/noticias/cuba-vivienda-122326539.html
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