El precio de la indolencia
Por Granma Viernes 26 de Noviembre de 2010 04:11
En la playa La Panchita, del municipio de Corralillo, Villa Clara, se
construyeron a la vista de todos más de 300 viviendas temporales, y para
ello, entre otras cosas, utilizaron casi 10 kilómetros de vías férreas
al emplear raíles para horcones, columnas, portales, cercas, y otros
fines, además de angulares de torres eléctricas de alta tensión,
traviesas, etc.
Cuando el descontrol, la indiferencia y el irrespeto por la
institucionalidad se apoderan de un lugar sucede lo ocurrido en el
asentamiento costero Playa La Panchita, del municipio de Corralillo, en
Villa Clara.
Ante los ojos de todos, de las autoridades competentes, organismos
políticos y de masas y vecinos de la localidad, han sido edificadas más
de 300 viviendas temporales, de las cuales 173 pertenecen a
temporadistas, empleando para ese fin materiales y recursos del Estado,
la mayoría de ellos de dudosa procedencia como lo demuestran las
investigaciones realizadas hasta el momento.
Todo comenzó tras el paso del potente huracán Michelle por la provincia
en noviembre del 2001, el cual dio cuenta de gran parte de las casas del
poblado La Panchita, incluyendo las edificadas por decenas de familias
para su disfrute en la etapa veraniega.
Ante la insistencia de los propietarios de las viviendas temporales, en
el año 2003 se decidió autorizar la reposición de dichas moradas,
siempre y cuando resultaran concebidas con esfuerzos y medios propios,
además de cumplir las regulaciones y normativas establecidas por la
Dirección de la Vivienda, Planificación Física, el CITMA y otros
organismos competentes.
En las Regulaciones Generales del Asentamiento Costero Playa La
Panchita, emitidas por la Dirección de Planificación Física de
Corralillo el 5 de abril de 2004, quedaban explícitas en 46 artículos,
las obligaciones de los interesados.
Pero lo que no previó esa instancia fue que dichas medidas dejaban
resquicios a las ilegalidades y el despilfarro de los recursos del
Estado, amparados en el descontrol y la falta de rigor de quienes debían
velar por la legitimidad de dichos bienes.
Así, por ejemplo, en el artículo No 9 quedaba plasmado que los pilarotes
o lingotes podían ser rieles o raíles de línea, jata u otra madera.
Refugiados en ese y otros artículos comenzó el desorden, y los raíles
que debía tener de 70 a 80 centímetros, según lo establecido, alcanzaron
cinco, siete y hasta más de 10 metros en horcones, columnas, portales,
cercas y otros fines.
Según informes preliminares de una comisión conformada por especialistas
de la Fiscalía provincial, en los 328 terrenos inspeccionados, donde
existen 240 viviendas terminadas, 44 en estructura y 30 en fase de
terminación, se emplearon 9 631 metros de carriles, es decir casi 10
kilómetros de vías, la mayor parte de ellos en buen estado de
conservación y con valor de uso.
Derivado de la inspección se determinó que el 82 % de
las viviendas revisadas emplearon en su construcción raíles, ya sea en
la estructura, cercas perimetrales o tanques elevados, la mayor parte de
los cuales proceden del MINAZ, según han declarado los propietarios.
También se ha podido patentizar que buena parte de las casas usaron
traviesas de hormigón en su cimentación, sumando un total de 714
elementos de ese tipo, valorados en más de 19 000 dólares y 15 000 pesos
en moneda nacional; así como crucetas y angulares de los que sostienen
las torres de las líneas de alta tensión y postes telefónicos.
Aunque la mayoría de las viviendas emplearon en sus cubiertas guano,
tejas, fibrocemento y zinc, como estaba estipulado, algunos techos
muestran fibrocemento nuevo y planchas de zinc importado, recursos
entregados por el Estado para los damnificados de los huracanes que nos
han azotado en los últimos años.
Otras evidencias detectadas fueron viviendas sobredimensionadas,
carencia de títulos de propiedad, de certificados de Derechos Perpetuos
de Superficie, violaciones en los proyectos constructivos, inexistencia
de Regulaciones Urbanas, así como carencia de Actas de Terminación,
Certificaciones de Numeración, Licencias Sanitarias y proyectos sin
avalar por arquitectos de la comunidad.
Otro hecho asombroso, cuando tanto se demanda de la producción agrícola,
es que 33 de esas viviendas se encuentran enclavadas en tierras de la
Cooperativa de Producción Agropecuaria Hermanos Castillo.
Cabría preguntarse cómo es posible que una inspección de la fiscalía
pueda detectar estas y otras anomalías y los encargados por el Gobierno
de realizar esas funciones no sean capaces de hacerlo.
Como han reconocido autoridades del Gobierno en el municipio, de la
Dirección de la Vivienda y de Planificación Física, además de otros
funcionarios entrevistados, solo el descontrol y la falta de
responsabilidad puede explicar la ocurrencia de tales hechos.
Pero el desorden va más allá, porque se ha comprobado que en varios
expedientes consta la autorización para el uso de rieles, fruto de la
indolencia de algunos empresarios que desarticularon 25 kilómetros de
línea, incapaces de razonar que podían ser reutilizados en bien de la
economía y de la sociedad.
Especialistas consultados han reconocido la utilidad de los mismos en la
reconstrucción de la red vial que lleva adelante el Ministerio de
Transporte, a fin de mejorar el traslado de pasajeros y de miles de
toneladas de mercancías que hoy se mueven en camiones y otros medios,
mucho más costosos que el ferrocarril, con lo cual el país se hubiera
ahorrado millones de pesos.
Del mismo modo, especialistas de la Fábrica de Soldar Carriles de
Placetas han reconocido el beneficio de los ramales desarticulados, en
capacidad de ser usados como pilotes y cabezales en el resarcimiento de
puentes, a manera de largueros metálicos y en conexiones de vías
secundarias, además de aprovecharse en la señalización de las vías y
cruceros.
Igual sucede con los 59 angulares o crucetas encontrados en diferentes
casas de La Panchita. Mientras el país libra una batalla sin cuartel
contra el robo de esos elementos de las torres de alta tensión, por el
daño que causan a la economía y a sus estructuras, algunas personas se
dedican a robar o desviar esos materiales para satisfacer intereses
personales.
Hechos como esos fueron los que propiciaron que, entre el 2006 y el
2009, Villa Clara, junto a Holguín y Santiago de Cuba se destacaran como
las provincias de mayor afectación en este delito, con el 46% del total.
Tolerante impunidad
Los mismos propietarios se han encargado de precisar la procedencia de
buena parte de las traviesas y carriles, provenientes, en su mayoría, de
los ramales hacia los Centros de Acopio de las empresas "Quintín
Banderas", de Corralillo; "Panchito Gómez Toro", de Quemado de Güines;
"26 de Julio", de Santo Domingo; 10 de Octubre, de Ranchuelo; José Smith
Comas, de Cárdenas y de la Cooperativa "Marcelo Salado", de La Habana.
Una comisión de trabajo formada por el actual Director del Grupo
Empresarial Azucarero en Villa Clara ha podido determinar, hasta la
fecha, que en los últimos años se desarticularon dos importantes tramos
de líneas de ferrocarril en la zona.
El primero, que alcanzaba una distancia aproximada de 9,5 kilómetros,
cubría el tramo entre la Empresa Azucarera "Quintín Banderas" y el
Centro de Acopio ubicado en Casa de Tabla, el cual se vendió a la UEB
Ferroviaria del "Panchito Gómez Toro" en el 2004, y el otro, de 14
kilómetros, comprendía la distancia entre este último central y
República, desmantelado en 1987.
La explicación que dan los funcionarios entrevistados por la comisión es
que la mayor parte de esos recursos fueron a parar a proyectos de
desarrollo agropecuario como organopónicos, corraletas, vaquerías, etc,
aunque no existen evidencias documentales de tal entrega.
Es decir, la UEB Ferroviaria de Panchito adquirió esos recursos,
incluyendo traviesas, puentes y raíles, entre otros elementos, valorados
en más de un millón de pesos, de los cuales no existe ninguna
documentación, lo que es igual a decir que se desarmó la línea, la
pagaron, pero no la llegaron a vender.
Algunas verificaciones realizadas en el terreno han podido determinar
que las cifras de traviesas y raíles utilizados en fines agropecuarios
resultan ínfimas, comparadas con las dimensiones de los ramales
desarticulados. Evidentemente, han ido a parar a otro destino, sin que a
nadie se le haya ocurrido detener esta sangría a la economía nacional.
Situaciones como las descritas merecen la más profunda reflexión. En
circunstancias en las que el país requiere del mayor control y
racionalidad posibles, resulta inadmisible que sucedan hechos de esa
naturaleza, de los cuales debíamos extraer las lecciones pertinentes si
de verdad queremos salvar la Revolución.
Como expresó el Comandante en Jefe Fidel Castro en una ocasión, los que
no quieren buscarse problemas, los tolerantes, los que congenian con lo
mal hecho, son los que más daño hacen a la Revolución. De ahí que la
impunidad ante estos sucesos sea lo más desmoralizante que puede ocurrir
en una sociedad.
Cabría preguntarse de que han servido para estos cuadros y funcionarios
los llamados del Segundo Secretario del Comité Central del Partido y
Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército
Raúl Castro, quien nos ha alertado de manera reiterada acerca de la
necesidad de restituir la institucionalidad y el orden en el país.
Dónde estaba la dirección del Partido y del Gobierno en ese territorio
que no fueron capaces de neutralizar a tiempo ese nocivo fenómeno y
permitieron que llegara a este extremo, provocando un daño económico y
moral de incalculable valor.
Por qué no se tuvieron en cuenta a tiempo las alertas realizadas por la
Presidenta del Consejo Popular, quien de manera reiterada expresó su
preocupación por lo que ocurría en La Panchita, ante las cuales hubo
oídos sordos.
Cómo es posible que puedan haber visto como algo normal el tráfico de
carriles, techos, traviesas, angulares y madera que a diario se producía
en esa zona.
Cuesta trabajo admitir el razonamiento de la Directora de Planificación
Física de ese municipio, quien de manera irresponsable incluyó en las
regulaciones la autorización para utilizar los raíles, la misma
funcionaria que no recuerda que se hiciera un control conjunto a esa
área para comprobar la marcha del proceso constructivo.
casas-de-rieles-7Por qué se permitió, como reconoció el Director de la
Unidad Inversionista de la Vivienda en el municipio, que se entregaran
más de 200 licencias que no tenían nada que ver con las casas
derrumbadas por el ciclón Michelle o que hubiera viviendas que se
ejecutaban sin ningún tipo de permiso. ¿Había necesidad de alertarlos de
lo negativo de tales fenómenos?
Con cuadros como esos la Revolución jamás logrará sobreponerse y salir
adelante ante las dificultades internas y externas que nos amenazan.
Cuando Fidel concibió los Comités de Defensa de la Revolución les dio
una tarea esencial, la vigilancia revolucionaria, que no es solo contra
el enemigo externo, ese que tantas veces protagonizó actos terroristas
en esa zona y particularmente contra ese poblado de pescadores. La
guardia también es contra ese enemigo interno que pretende minarnos
desde adentro con el descontrol, el desvío de recursos y otros fenómenos
ajenos a la ideología de la Revolución. Eso también falló en La Panchita.
Lo sucedido en Corralillo demuestra la certeza de la alerta expresada
por Fidel el 17 de noviembre del 2005 en el Aula Magna de la Universidad
de La Habana, reiterada por el Comandante en Jefe en fecha reciente, el
imperialismo jamás podrá destruir a la Revolución, pero nosotros si
podemos hacerlo con actos tan irresponsables como estos, donde la
corrupción, el favoritismo y la complacencia ante lo mal hecho se han
dado la mano.
Otras playas descarriladas
traviesasLas numerosas violaciones detectadas en las verificaciones
fiscales desarrolladas en la Dirección Municipal de la Vivienda y la
Unidad Inversionista, pertenecientes al territorio de Corralillo, con
relación a las casas de veraneo construidas en el asentamiento costero
de La Panchita, determinaron la necesidad de comprobar el estado del
problema en otras playas de la provincia, como Nazábal y Juan Francisco,
pertenecientes a los municipios de Encrucijada y Camajuaní, respectivamente.
Para confirmación de los investigadores, en esos sitios también asomó la
mano negra del descontrol. Datos preliminares de la pesquisa han podido
determinar que estos lugares presentan similar situación a la existente
en La Panchita, aunque en menor cuantía.
Los controles realizados hasta la fecha han corroborado que las
viviendas construidas allí emplearon una cantidad apreciable de rieles,
fundamentalmente en marcos de puertas y ventanas, así como postes de cercas.
Por la naturaleza de las presuntas ilegalidades observadas, se notificó
a la Dirección Provincial de la Vivienda para que investigue y dictamine
acerca del caso, proceso que tiene lugar en estos momentos, el cual
concluirá en breve, según refirió Norbelio Rodríguez Machado, Director
Provincial de la Vivienda en Villa Clara."
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