Saturday, July 1, 2017

Reparto Caribe, un monumento socialista a la chapucería en Guantánamo, Cuba

Friday, June 30, 2017

Vivienda intenta desalojar por cuarta vez a una madre y sus dos hijos

Vivienda intenta desalojar por cuarta vez a una madre y sus dos hijos
JORGE ENRIQUE RODRÍGUEZ | La Habana | 29 de Junio de 2017 - 20:37 CEST.

Funcionarios de la Dirección Municipal de Vivienda en Centro Habana
realizaron este miércoles otro intento de desalojo contra Elidiorquis
Perdomo Gattorno y sus dos hijos. En esta ocasión violentaron la puerta
y las ventanas de su casa, y arrojaron todas las pertenencias de la
familia a la vía pública.

Vecina de la calle Príncipe #178, entre Espada y San Francisco, es la
cuarta vez que Perdomo Gattorno sufre un incidente de este tipo.

Según relató, todo "empezó sobre las 7:00 de la mañana, cuando me
rompieron la puerta sin apenas mediar palabra".

"Como me negué a bajar mis cosas, fueron ellos quienes las tiraron en la
calle para después subirlas a un camión que nos llevó para un albergue
de tránsito en La Habana Vieja, que es la opción obligada que me dan
para quedarse con mi casa".

La orden de decomiso de su vivienda, de la cual es propietaria única
desde el año 2004, data de junio de 2016 como resultado del
encausamiento de su esposo por "tráfico de drogas".

"En esta casa a mi marido nunca le ocuparon ninguna droga. En el
registro solo encontraron una pesa que, según la Policía, tenía rastros
de marihuana. Eso les bastó para condenarlo a siete años de privación de
libertad", señaló.

"Edwin ni siquiera es copropietario de esta casa. No está en el registro
de dirección ni en la libreta. Esta casa y las pertenencias de mis hijos
y mías no se obtuvieron con dinero de tráfico alguno. Contra mí tampoco
existió ninguna acusación, ni fui citada como testigo en aquel juicio",
agregó.

"No entiendo por qué intentan quitarme la casa que es mía y de mis
hijos", lamentó.

Lester González, un vecino de Perdomo Gattorno, declaró que las
autoridades "no tuvieron en cuenta siquiera que su hijo de 12 años es
síndrome de Down y tuvo que pasar por todo el espectáculo que armaron
los de Vivienda y la Policía".

"Cerraron todo el acceso a la cuadra y no querían que la gente filmara o
hicieran fotos porque, según los policías, solo los periodistas están
autorizados. Una de las funcionarias de Vivienda llegó a la desvergüenza
de decir que en vez de estar grabando tanto lo que tenía que hacer era
ayudar a subir las cosas de Elidiorquis al camión".

Segundo acto del desalojo

Las condiciones generales en el albergue de tránsito de La Habana Vieja
eran pésimas por las filtraciones y las tupiciones. Según narró Perdomo
Gattorno, el cubículo que le asignaron no tenía servicio eléctrico.

"Los vecinos del albergue me dijeron que allí no tenían gas y que
cocinaban con hornillas eléctricas, pagando hasta 300 pesos mensuales de
electricidad. Al ver aquellas condiciones me negué a que bajaran mis
cosas del camión hasta que no viniera alguien del Gobierno con una
solución. Pero tras esperar tres horas, las funcionarias de Vivienda y
el camionero decidieron irse dejándome mis cosas tiradas en la calle
nuevamente".

"Decidí alquilar otro camión y regresé para mi casa, pero allí estaban
las funcionarias de Vivienda de La Habana Vieja custodiando que nadie
entrara a mi casa, incluyéndome a mí".

Leonel Rodríguez, otro vecino de la cuadra, relató que al llegar del
trabajo vio "las cosas de Elidiorquis tiradas en plena calle. Lester se
tuvo que llevar al niño [con síndrome de Down] para su casa, para que no
siguiera viviendo aquello", denunció.

"Sobre las 6:00 de la tarde llegó un patrullero y preguntó a Elidiorquis
qué pasaba. Al explicarle, el policía se solidarizó y dijo a las
funcionarias que ellas eran responsables de todo aquel espectáculo, y
que tenían que resolver el problema. Al parecer se asustaron porque una
de ellas, llamada Nancy, le dijo que subiera otra vez sus cosas para la
casa bajo su responsabilidad".

Tras este cuatro intento de decomisar la vivienda de Elidiorquis Perdomo
Gattorno y sus dos hijos, varios vecinos opinaron que se trata de "una
camancola para quitarle la casa y después trapichear con ella".

"Vivo asustada porque sé que contra el Gobierno siempre perderé la
pelea. Ya demostraron que no les importan mis dos hijos ni la condición
del más chiquito", dijo Perdomo Gattorno.

En un reportaje de América Noticias, de hace dos meses, Perdomo Gattorno
y una vecina habían denunciado los intentos de desalojo anteriores. Allí
expusieron el testimonio sobre un funcionario de Vivienda que fue
sorprendido haciendo fotos a su casa y a quien posteriormente se le
escuchó decir durante una llamada telefónica: "El apartamento está en
buenas condiciones, pero todavía no han sacado a la gente de ahí".

Al cierre de esta nota, Elidiorquis Perdomo Gattorno no tenía restaurado
el servicio de gas y no había podido reparar la puerta de su vivienda.

Source: Vivienda intenta desalojar por cuarta vez a una madre y sus dos
hijos | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1498761478_32226.html

Tuesday, June 27, 2017

Funcionarios admiten serios problemas alrededor de los subsidios a la construcción

Funcionarios admiten serios problemas alrededor de los subsidios a la
construcción
DDC | La Habana | 27 de Junio de 2017 - 17:20 CEST.

La concesión de subsidios para la construcción enfrenta irregularidades
relacionadas tanto con el proceso de otorgamiento, como con el
cumplimiento de lo establecido en el contrato, además de trabas
burocráticas que impiden a las familias aspirantes, al final, cumplir
con los plazos establecidos para las obras.

Así lo reconocen autoridades involucradas en el proceso en declaraciones
que recoge el sitio oficial Cubadebate.

Aunque más de 53.000 casos han logrado obtener los subsidios y "han
mejorado su hábitat", dice, hay numerosos casos como el de Idalberto
Cejas Barba, residente en Santiago de Las Vegas, que continúan esperando.

En enero de 2012 el Gobierno implementó una "nueva política de
subsidios" para ciudadanos "con baja solvencia económica" que
necesitaban "construir, reparar, ampliar sus viviendas o pagar la mano
de obra correspondiente".

La cantidad en subvenciones oscilaba entre los 9.800 —para reparaciones
de baños y cocinas— hasta 85.000 pesos (moneda nacional), que incluía la
sustitución de cubierta o reparación total de la vivienda.

Burocracia desgastante en el orden del día

Según María Josefina Aguilar Figueredo, jefa del Departamento de
Subsidio en la Oficina de Vivienda de Plaza de la Revolución, para
solicitar el dinero se debe tener original y fotocopia del título de
propiedad, documento legal (carné de identidad), y tres cartas de
solicitud donde se plantee su necesidad de reparación de la vivienda. El
propietario es quien solicita el trámite.

El proceso comienza cuando la persona hace la solicitud. El expediente
empieza el recorrido: Dirección de Trabajo y Seguridad Social, Consejo
de la Administración Municipal (CAM), Banco, otra vez Vivienda, y los
rastros. Allí el suministro de los materiales fluctúa (hay poca
disponibilidad) y la situación con el transporte de estos es grave.

"Los beneficiados van al rastro con el documento que le da el banco (un
vale de compra) y piden los materiales en el rastro. Con ese modelo
regresan al banco y se les rebaja, del total, el dinero del coste por
los materiales. Luego se le entrega otro modelo que tiene que llevar de
vuelta al rastro para pagar los materiales y así concluir ese complicado
proceso burocrático", señala Cubadebate.

El medio detalla otros procesos en los que el Gobierno determina quiénes
pueden aspirar a los subsidios y cómo se determina el monto. También se
hace eco de "irregularidades y obstáculos" en estas concesiones, así
como de quejas de quienes las han sufrido.

Ejemplos

Según Fidel Rendón Matienzo, delegado a la Asamblea Provincial del Poder
Popular y periodista de la oficial Agencia Cubana de Noticias, "ha
habido de todo, como en botica" en referencia a otorgamientos "a
familias y personas que no lo necesitan".

"(…)Un asunto tan serio como la vivienda, que es uno de los problemas
sociales más grandes que tiene el país no ha tenido todo el seguimiento,
ni la atención que merece", critica.

Lectores del sitio oficial se han quejado de que "a veces no hay
cemento, acero (cabillas) y algunos elementos de terminación, (herrajes,
sobre todo). Sin embargo, muchos de esos productos los ofertan
particulares, pero el banco no permite hacer otras transacciones con
ellos más allá del pago de la fuerza de trabajo y la transportación".

Un comentarista identificado como DSB escribió su odisea: "A mi abuela
de 83 años le otorgaron el subsidio (para las condiciones constructivas
deplorables en que se encontraba la vivienda no le dieron el monto que
correspondía). Pasé mil trabajos, muchas madrugadas en el rastro y
ausencias a mi centro de trabajo. Muchas veces falté en vano, porque no
resolví nada, y todo para lograr adquirir una parte de los materiales
(otros en el transcurso de casi un año nunca aparecieron). El estado no
disponía de transporte para transportar los materiales".

"Nunca pude conseguir quien me realizara la mano de obra pues siempre
que veían el estado del inmueble me decían que era muy poco dinero con
el que contábamos para pagarles (…) Fin de la historia: se venció el
plazo del subsidio, también la prórroga solicitada. Hubo que hacer
renuncia y entregarlo todo. Mi abuela falleció con el sueño no cumplido
de tener una vivienda con las condiciones mínimas para habitarla.
Verdaderamente triste", concluyó.

Edificio Lefont: 78 familias en un limbo legal

Cubadebate incluyó en su artículo la situación en que se encuentran 78
familias que "permanecen en un limbo legal". Muchas de estas personas
habitan en el edificio Lefont, ubicado en la Calzada del Cerro.

A finales de los años 90, la Dirección Municipal de Salud otorgó el
inmueble a trabajadores de ese sindicato. Pero la mayoría de los
inquilinos, que viven en un estado deplorable (expertos han declarado
que el inmueble está para demoler), no tienen la titularidad de sus
respectivas viviendas.

Lenka Terry, vicepresidenta del Gobierno municipal, dice que la
situación de los vecinos del lugar "es complicada" y que "no está en sus
manos resolver algunas cosas, sino que depende de instancias a nivel
provincial".

El edificio ni siquiera consta como inscrito en la Dirección Municipal
de Justicia con el número con el que les fue otorgado.

La carencia de "estatus legal" no ha permitido a los habitantes del
Lefont realizar determinadas gestiones como cambios de dirección,
solicitud de tarjeta de abastecimiento en el municipio, contrato de
servicios como gas y agua o la solicitud de un subsidio que permita a
algunos mejorar las condiciones de su vivienda.

Esther Brunet, una de las afectadas, aseguró que en reiteradas ocasiones
ha acudido ante las autoridades del Cerro en busca de una solución para
su vivienda, pero no ha recibido respuestas concretas.

"Me dicen que no tienen un lugar donde meterme y yo lo que sé es que no
puedo seguir aquí. Este cuarto se moja completo y las paredes están
cuarteadas. Los que han venido a ver la casa han dicho que lo que lleva
es demolición, pero no se ha podido hacer nada porque la Vicepresidenta
de Construcción a nivel municipal, dice que no tiene un local para el
que podamos ir".

Source: Funcionarios admiten serios problemas alrededor de los subsidios
a la construcción | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1498576856_32173.html

Monday, June 26, 2017

The Lethargy Of A Coastal Town In Camagüey

The Lethargy Of A Coastal Town In Camagüey

14ymedio, Reinaldo Escobar, Florida, Cuba, 26 June 2017 — "The sea water
cleans everything," Agustin reflects as he calls out his
merchandise. This 74-year-old forensic assistant now works renting
inflatable boats for the fishermen of Playa Florida, in Camagüey, a
coastal strip where tourists rarely come and the economic crisis is
strongly felt.

"I came here to escape the odor of death, and I did," jokes the worker,
one of the few residents in the unpopulated streets on Friday. On every
side many of the few houses that do not seem vacant exhibit a "for sale"
sign. "All of Playa Florida is for sale but no one wants to buy it," a
resident jokes.

Lacking the natural beauty of the north coast, with no functioning
industries and no important crops, the area is experiencing times of
hardship that have worsened in recent years. On the entrance road, a
rusted out anchor gives visitors a preview of the lethargy they will
find here.

Only 24 miles separate the fishermen's village from the municipal
center, but it takes between four and six hours to cover the route due
to the poor state of the road and the lack of public transport. On both
sides of the road, the invasive marabou weed rises defiantly.

Lack communication characterizes the village. Nowhere among its crowded
streets has a public telephone been installed and cell phones only
manage to pick up a signal near the medical clinic, due to the poor
coverage of the area.

The lack of mobility also sinks the area's small businesses. The private
restaurant Comida Criollo barely survives after being opened five
years. Alfredo, the paladar's chef, says that "from time to time a
foreign tourist arrives." People who "explore every corner with a map in
hand," but they are fewer and fewer.

Of the 4 million visitors who arrived in Cuba last year, only a few
dozen came to this coast without white sands or crystal clear water,
where to take a dip the bather must wear shoes to avoid the mud, stones
and mangrove roots.

"Without tourists there is no money," Bururu, an informal realtor,
tells 14ymedio. The high number of homes for sale has caused a collapse
of prices in the area. "A two-room house with a covered porch, cistern
and garden can cost less than 1,000 CUC (roughly $1,000 US)," he says.

"They put a jacuzzi in the bathroom and all the furniture inside is from
the mall," says Bururú while pointing to a newly painted building. The
dealer takes his time to describe the characteristics of each house,
hoping to make at least one sale.

"People do not want to stay because there is nothing to do here," he
explains to the 14ymedio. The man blames the stampede on the fact that
"there are no recreational options and also nowhere to work". "[The
fishing] is not as good as in other places, so it gives you something to
eat but not enough to make a living," he emphasizes.

Near the coastline, a fisherman removes the scales from a sea bass he
caught that morning. "I promised it to a family that wants to celebrate
the birthday of their youngest son," he tells a woman who inquires about
the price of fish.

"The fishing is very affected since they built the embankment," says the
fisherman. "This area used to get a lot of oysters, but that has
decreased a lot," he adds.

The narrow and rugged access road divides the wetland in two and it has
lost a part of the mangroves in its southern area. "Experts came here to
research it and said that cutting the flow of water had increased the
salinity and that is killing the mangroves."

In 2009 the United Nations Small Grants Program provided more than
$40,000 in funding for ecosystem recovery, but eight years later the
damage has hardly been reversed. "The sea water has entered the river
Mala Fama inland," says the fisherman.

The coast has also been affected by rising sea levels, to the extent
that rumors of relocating the village have increased in recent
years. Wooden palisades are trying to slow down the push of the waves
during hurricanes, but they seem like ridiculous chopsticks in the face
of the immensity of the Caribbean.

The picture of deterioration is completed by the Argentina Campsite.
where for months there has been neither electricity nor water. Julia,
the guard who watches the entrance of the abandoned place, is
categorical. "Here in Florida Beach, the only thing that is abundant is
gnats and mosquitoes."

Source: The Lethargy Of A Coastal Town In Camagüey – Translating Cuba -
http://translatingcuba.com/the-lethargy-of-a-coastal-town-in-camaguey/

El letargo de un pueblo costero en Camagüey

El letargo de un pueblo costero en Camagüey
REINALDO ESCOBAR, Florida | Junio 26, 2017

"El agua de mar lo limpia todo", reflexiona Agustín mientras pregona su
mercancía. Este antiguo ayudante de forense, a sus 74 años, se dedica a
alquilar cámaras inflables para los pescadores de Playa Florida, en
Camagüey, una franja costera donde los turistas apenas llegan y la
crisis económica se hace sentir con fuerza.

"Vine aquí para quitarme el olor a muerto y lo logré", bromea el
trabajador, uno de los pocos vecinos que este viernes se veía en las
despobladas calles. A cada lado, muchas de las pocas casas que no
parecen vacías, exhiben un cartel de "se vende". "Toda Playa Florida
está a remate pero nadie la quiere comprar", ironiza un residente.

Carente de la belleza natural de la costa norte, sin industrias
funcionando ni importantes cultivos, la zona atraviesa tiempos de
penurias que se han agudizado en los últimos años. En la carretera de
entrada, un ancla carcomida por el óxido adelanta al visitante el
letargo que encontrará en el lugar.

Solo 40 kilómetros separan al poblado de pescadores de la cabecera
municipal, pero se necesitan entre cuatro y seis horas para cubrir el
trayecto debido al mal estado del camino y al poco flujo de transporte.
A ambos lados de la vía, el marabú se alza desafiante.

La incomunicación se ceba con el pueblo. En ningún lugar entre sus
apretadas calles se ha instalado un teléfono público y los celulares
solo logran captar la señal en los alrededores del consultorio médico,
debido a la mala cobertura del área.

La escasa movilidad también ahoga a los pequeños negocios de la zona. El
restaurante particular Comida Criolla sobrevive a duras penas después de
cinco años abierto. Alfredo, el chef de la paladar, cuenta que "de vez
en cuando llega algún turista extranjero". Gente que "anda explorando
todos los rincones con un mapa en la mano", pero son los menos.

De los 4 millones de visitantes que arribaron a Cuba el pasado año,
apenas unas decenas llegaron hasta esta costa sin arenas blancas ni agua
cristalina, donde para darse un chapuzón el bañista debe usar calzado y
evadir el fango, las piedras y las raíces de los mangles.

"Sin turistas no hay dinero", cuenta a 14ymedio Bururú, un improvisado
agente inmobiliario. El elevado número de viviendas en venta ha
provocado un desplome de los precios en la zona. "Una casa de dos
habitaciones, con portal, cisterna y jardín puede costar hasta menos de
1.000 CUC", comenta.

"A esta le pusieron un jacuzzi en el baño y todos los muebles que tiene
adentro son de la shopping", afirma Bururú mientras señala un inmueble
recién pintado. El negociante se toma su tiempo para describir las
características de cada vivienda, deseoso de poder concretar al menos
una venta.

"La gente no quiere quedarse porque aquí no hay nada que hacer", explica
a 14ymedio. El hombre achaca la estampida a que "no hay opciones
recreativas y tampoco dónde trabajar". "[La pesca] no es tan buena como
en otros lugares, así que da para comer pero no para vivir del mar",
remacha.

Apostado cerca de la costa, un pescador quita las escamas a un róbalo
que ha capturado en la mañana. "Lo tengo comprometido a una familia que
lo quiere para celebrar el cumpleaños del hijo más chiquito", le
responde a una mujer que indaga por el precio del pescado.

"La pesca está muy afectada desde que hicieron el terraplén", asegura el
pescador. "En esta zona antes se conseguía una buena cantidad de
ostiones, pero eso ha disminuido mucho", agrega.

La estrecha y accidentada carretera de acceso parte en dos el humedal
que ha perdido parte del mangle en su zona sur. "Aquí vinieron expertos
a revisar y dijeron que al cortar el flujo de agua había aumentado la
salinidad y eso está matando al mangle".

El Programa de Pequeñas Donaciones de las Naciones Unidas entregó en
2009 un financiamiento de más de 40.000 dólares para la recuperación del
ecosistema, pero ocho años después los daños apenas se han revertido.
"El agua de mar ha entrado por el río Mala Fama tierra adentro", comenta
el pescador.

La costa también se ha afectado con la subida del nivel del mar, hasta
el punto de que los rumores de trasladar el pueblo han aumentado en los
últimos años. Unas empalizadas de madera intentan frenar el empuje de
las olas durante los huracanes, pero parecen ridículos palillos frente a
la inmensidad del Caribe.

El cuadro del deterioro lo completa la base de campismo Argentina donde
desde hace meses no llega el suministro de electricidad ni de agua.
Julia, la custodia que vela a la entrada del abandonado local, se
muestra categórica. "Aquí en Playa Florida lo único que hay en
abundancia son jejenes y mosquitos".

Source: El letargo de un pueblo costero en Camagüey -
http://www.14ymedio.com/nacional/Playa-Florida-salitre-abandono-unen_0_2243175666.html