Saturday, August 13, 2016

Unidad contra el desalojo, única salida para los residentes en una finca de Bacuranao

Unidad contra el desalojo, única salida para los residentes en una finca
de Bacuranao
ADRIANA ZAMORA | La Habana | 13 de Agosto de 2016 - 05:05 CEST.

Habitantes de la finca La Espinosa, en el pueblo de Bacuranao, han
logrado detener al menos momentáneamente el desalojo de algunos vecinos.

La Espinosa pertenece a Manuel Atía, quien la heredó de su padre,
Clemente Atía Barquet, propietario de los terrenos desde 1948. Durante
años, tanto Clemente como Manuel donaron espacio dentro de sus terrenos
a diversas personas, sobre todo sus trabajadores, para la construcción
de sus viviendas. Actualmente, la finca tiene 22 viviendas, cuatro de
ellas de madera, pues sus moradores no han tenido hasta el momento
posibilidades económicas para mejorar las construcciones.

El miércoles 10 de agosto llegaron al lugar inspectores de Planificación
Física del municipio de Guanabacoa, al cual pertenece el pueblo de
Bacuranao. Los acompañaban una patrulla de la PNR y un camión con
mandarria, presto a demoler las cuatro casas de madera.

"No hubo ningún aviso oficial", aseguran los residentes. "Llegaron para
demoler y ya".

"Ellos no le dicen desalojo, sino 'extracción forzosa', que es lo mismo.
Se supone que en Cuba no hay desalojo desde el Gobierno de Batista, así
que nosotros le preguntamos a ellos si son batistianos".

Ante la negativa de los vecinos a permitir la demolición, llegó al lugar
el vicepresidente del gobierno municipal, un funcionario llamado Alexis
quien, según testimonio de varios vecinos, dijo: "Yo no vine a hablar
con todos ustedes, nada más con las cuatro casas que voy a demoler. ¿A
ustedes qué les importa, si no van a demoler sus casas?".

Sin embargo, los vecinos de la finca no son del mismo parecer que el
funcionario.

"El que es buen vecino se preocupa por el que tiene al lado y sufre sus
problemas. Nosotros somos una comunidad unida y no vamos a dejar que le
hagan daño a nadie aquí adentro".

Así, los funcionarios y policías tuvieron que retirarse sin cumplir con
su objetivo.

Una pelea de hace tiempo

Este intento de desalojo no es un hecho inesperado, pues la comunidad
lleva tiempo luchando por legalizar su estatus.

"Por aquí han pasado montones de inspectores, primero de la Vivienda y
después de Planificación Física. Hemos pagado multas, pero siempre se
nos ha dicho que van a legalizar las casas".

Según los vecinos, algunos inspectores han pedido dinero para ayudarlos
con la gestión.

"Pero aquí nadie ha pagado un centavo. Nosotros estamos aquí porque el
dueño de las tierras no los ha permitido, no hemos robado ni ocupado
tierras del Estado".

Manuel Atía lo confirma: "Ellos están aquí con mi consentimiento".

"Todo esto es porque la cooperativa quiere quedarse con las tierras",
opinan los vecinos de la finca. "Van a empezar por las casas de madera,
pero después seguirán con las demás".

De hecho, en septiembre de 2015, Manuel Atía fue citado por una
funcionaria llamada Belkis, directora municipal de Agricultura, para una
reunión en la oficina de Oscar, jefe de la cooperativa local.

En esta reunión la funcionaria le pidió a Atía que presentara los
documentos de propiedad de la finca, los recogió y no se los ha devuelto
hasta la fecha. Desde entonces varios vecinos afirman haber escuchado a
los funcionarios decir que Manuel Atía no es dueño de ninguna tierra.

En la oficina de la cooperativa, situada a escasos metros del inicio de
la propiedad, afirman: "No existe ninguna finca La Espinosa en
Bacuranao", aunque a 20 kilómetros de allí hay personas del pueblo que
sí la conocen y pueden indicar exactamente su ubicación.

Los vecinos han enviado cartas al Poder Popular municipal, la Delegación
de Agricultura, la Federación de Mujeres Cubanas, los Comités de Defensa
de la Revolución, el Partido municipal, el periódico Trabajadores, al
programa Cuba Dice y hasta el Consejo de Estado. No han recibido
respuesta ninguna.

"El vicepresidente Alexis nos dijo que él no tenía conocimiento de las
cartas, que el acuse de recibo lo había firmado una recepcionista",
cuentan los vecinos de La Espinosa. "Como si la función de la
recepcionista no fuera esa, para luego entregar las cartas a los
funcionarios que se tienen que ocupar del tema".

Los vecinos se quejan del poco interés del gobierno municipal en
atenderlos. El día 4 de agosto los citaron y los despacharon sin querer
continuar el debate.

"Después de la tercera entrevista nos mandaron a irnos, porque no
estamos de acuerdo con sus argumentos y ellos no quieren reconsiderar su
posición", relatan.

"A la tercera entrevistada le dijeron que el gobierno municipal estaba
abogando por los guanabacoenses, que no querían gente de otras
provincias viviendo en el territorio".

Vamos a seguir unidos

El día 10, Alexis, vicepresidente del gobierno local, dijo a los
residentes de la finca unas palabras parecidas: "No podemos permitir que
personas de otras provincias vengan a invadir Guanabacoa".

"Aquí en la finca hay gente de toda Cuba, desde Pinar del Río hasta
Holguín. También hay gente de Isla de la Juventud y de La Habana", dicen
los vecinos. "Pero no hay ningún delincuente y las personas decentes no
podemos ser ilegales dentro de nuestro propio país".

La mayoría de ellos vive hace años en La Habana y, de perder sus casas
en La Espinosa, no tendrían dónde ir.

Los niños asisten a la escuela de la comunidad, sus padres trabajan en
La Habana. Todos pertenecen al CDR local y pagan electricidad, teléfono
y alcantarillado.

"Hasta votamos por el delegado del Poder Popular, que dice que nos
representa, pero no conoce a la mayoría de la gente. No entendemos cómo
tenemos derecho a votar aquí, pero no a vivir aquí".

Los vecinos de la finca culpan de su situación al gobierno municipal de
Guanabacoa.

"Es el peor de toda Cuba", opinan. "No nos quieren escuchar, nos
maltratan y no les importan los derechos humanos que dicen defender,
porque quieren botar para la calle a mujeres embarazadas y niños".

Aunque al marcharse este miércoles el vicepresidente dijo "nos
volveremos a ver", los habitantes de la finca están preparados.

"Vamos a seguir unidos", dicen. "Porque la Revolución no se hizo para
destruir a nadie".

Manuel Atía opina que la unidad es lo mejor que tiene su comunidad.
"Somos una sola familia", asegura. "Este miércoles hicimos algo muy
difícil de lograr, porque hasta ahora, cuando han ido a desalojar, han
cumplido el objetivo".

Source: Unidad contra el desalojo, única salida para los residentes en
una finca de Bacuranao | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1471039914_24558.html

Friday, August 12, 2016

Punto Cero, la casa de Fidel Castro ya no es un secreto

Punto Cero, la casa de Fidel Castro ya no es un secreto
ALFONSO CHARDY
achardy@elnuevoherald.com

Que Pokémon Go haya sido vinculado con Punto Cero, aunque de burla,
quizás sirva como reconocimiento de que la fuertemente resguardada
propiedad donde vive Fidel Castro, en un poblado costero del oeste de La
Habana, ha ganado fama mundial.

La página de Internet satírica cubana El Lumpen publicitó la "noticia"
el 19 de julio de que un individuo fue detenido por entrar a Punto Cero
mientras jugaba el popularísimo juego para teléfonos móviles.

Es un vasto complejo de casas, edificios y terrenos que se asemejan a
una comunidad cerrada o una base militar. Está ubicado en más de 70
acres en Jaimanitas, un poblado costero del oeste de La Habana. Allí ha
recibido al papa Francisco, a varios presidentes latinoamericanos, a
simpatizantes como Maradona y al director Oliver Stone. No faltan, en
tono más íntimo, aliados y 'alumnos', como Nicolás Maduro, Rafael
Correa, Daniel Ortega y Cristina Fernández de Kirchner.
Edición: Mario Mateo Fotos: Subministradas - AFP - Getty - AP- Google

"Melanio Arrozarena, natural de Guanajay, fue arrestado ayer cuando
fuerzas de Tropas Especiales lo sorprendieron cuando saltó la cerca del
ala este de Punto Cero", informó El Lumpen. "Según su abogada defensora,
que fue asignada de oficio, Melanio estaba jugando Pokémon Go cuando se
le aparecieron varios, en la citada dirección, 'detrás del muro', y
Melanio decidió saltar la cerca para capturarlos".

Nada de esto ocurrió, porque todo fue una de las muchas farsas que
publica El Lumpen, pero sirvió para confirmar que el anteriormente
ultrasecreto lugar es en la actualidad quizás tan conocido como El
Castillo del Morro, a la entrada de Bahía de La Habana.

Cuando Fidel Castro cumpla 90 años el sábado 13 de agosto, es más que
probable que su familia lo celebre en Punto Cero, que no es una casa
sino un vasto complejo de casas, edificios y terrenos que se asemejan a
una comunidad cerrada o una base militar.

Ahí vive Fidel Castro con su esposa, Dalia Soto del Valle, sus ocho
hijos y muchos nietos. Es también su lugar favorito para recibir a
algunos visitantes destacados, como al Papa Francisco y la ex presidenta
de Argentina Cristina Fernández de Kirchner.

Punto Cero fue habilitado para Castro y su familia en la década de 1970
en propiedades que antes de la revolución cubana en 1959 pertenecían a
un antiguo campo de golf, fundado originalmente hace más de 90 años,
antes de que naciera Castro en el pueblo de Birán en el oriente de la isla.

El lugar, conocido entonces por muy pocos fuera del circulo de la
familia Castro, salió intempestivamente a la luz pública en un video que
la ex novia de uno de los hijos de Fidel Castro ayudó a sacar de Cuba
cuando huyó de la isla en el 2002.

Dashiell Torralba, la ex novia de Antonio Castro Soto del Valle,
compartió el video con Univisión23 para la serie especial La vida
secreta de Castro.

"Lo guardé al principio como un recuerdo", dice Torralba en la
entrevista televisada. "Pero ya después, en vista de que no veía luz por
ningún lado, mi cabeza empezó a pensar en que esto podía ser algo como
una forma como para hacerle llegar a Dalia todo el daño que ella me
había hecho".

En el video se pueden ver a niños jugando en jardines o posando frente a
una piscina.

También se pueden ver imágenes de un hombre, que parece ser Fidel
Castro, y una mujer que parece ser su esposa Dalia, comiendo en una gran
mesa junto con sus hijos y nietos. A Castro se le ve vestido con una
camiseta negra en una esquina de la mesa mientras su esposa acomoda
platos y sirve la comida.

Según varios artículos publicados en páginas de Internet sobre Cuba, el
complejo conocido como Punto Cero está en el municipio Playa, provincia
Ciudad Habana, en la calle 232 en Jaimanitas, en lo que era un antiguo
campo y club de golf. El lugar está a unos 25 kilómetros de La Habana y
tiene un área de aproximadamente 75 acres.

Juan Reinaldo Sánchez, quien fue escolta de Fidel Castro durante 17
años, habló de Punto Cero como una de muchas propiedades del ex
gobernante cubano en su revelador libro La vida oculta de Fidel Castro,
publicado originalmente en francés en junio del 2014.

"A lo largo de toda su vida, Fidel no se ha cansado de repetir que no
poseía ningún patrimonio, a excepción de una modesta 'cabaña de
pescador' en alguna parte de la costa", escribió Sánchez en su libro.
"Salta a la vista que ese lugar se ha transformado en una lujosa
residencia de verano que moviliza medios logísticos considerables para
su vigilancia y mantenimiento. A lo cual cabe añadir otra veintena de
inmuebles, empezando por Punto Cero, su inmensa propiedad de La Habana,
próxima al barrio de las embajadas".

Otras propiedades de Castro

Entre otras residencias y lugares de descanso y diversión que ha usado
Castro, según Sánchez, están Cayo Piedra, cerca de Bahía de Cochinos,
donde tuvo lugar la fracasada invasión de exiliados cubanos financiada y
organizada por la CIA; La Caleta del Rosario, que tiene una marina
privada en la Bahía de Cochinos; La Deseada, un chalet en Pinar del Río
donde ha ido a cazar patos.

En la versión en inglés del libro, titulado The Double Life of Fidel
Castro (La doble vida de Fidel Castro), Sánchez ofrece más detalles
sobre Punto Cero.

Dice que en Punto Cero cada miembro de la familia tiene su propia vaca
lechera. De esa manera, escribió Sánchez, las botellas llegaban a la
mesa cada una con una etiqueta numerada.

Por ejemplo, dice Sánchez, la botella de Antonio, uno de los hijos de
Castro con Dalia, llevaba el No. 8, mientras que la Fidel Castro tenía
el No. 5.

Además, agrega Sánchez en el libro, Punto Cero requiere de cuatro
jardineros para mantener los árboles, plantas y flores de la estancia.
Según Sánchez, Punto Cero tiene también seis invernaderos donde se
cultivan frutas y legumbres.

Dos cocineros preparan los alimentos que un mayordomo sirve a la
familia, dice Sánchez.

"Con sus árboles de naranjas, limones, mandarinas, toronjas y plátanos,
el lugar se asemeja al jardín del Edén, especialmente si se le compara
con el requerimiento para el resto de los cubanos, incluyendo a los
escoltas de Castro, de usar la libreta de racionamiento para comprar
alimentos", dice Sánchez, quien murió en Miami en mayo del 2015 a los 66
años.

Un articulo de Luis Domínguez en la página de Internet Llamado
32/Secretos de Cuba, dice que originalmente el campo de golf se llamaba
Jaimanitas Club en la década de 1920. Luego, alrededor de 1933, dice el
artículo, se convirtió en el Havana Biltmore Yacht and Country Club.

Gradualmente, luego del video de Torralba, han surgido más imágenes de
Punto Cero, incluso algunas que los ávidos de más información han
encontrado en Google, que ofrece vistas desde el espacio en las cuales
la propiedad se asemeja a un complejo de residencias en un área suburbana.

También se ha podido observar en diversas fotos el interior de la casa
cuando Castro se ha reunido con líderes extranjeros o visitantes
prominentes.

Se observa mayormente un solo salón, que bien podría ser la sala, o un
estudio donde Castro recibe a visitantes o donde escribe sus periódicas
columnas, Reflexiones del compañero Fidel, que van desde comentarios
sobre el presidente Barack Obama hasta el yoga.

Con Putin y el Papa

Un visitante conocido que ha estado en Punto Cero para ver a Castro fue
el presidente ruso Vladimir Putin, que fue fotografiado en el lugar en
julio del 2014. En la foto con Putin, publicada en todo el mundo, Castro
y el líder ruso se ven en una habitación donde hay una pintura grande
enmarcada en una pared y al fondo se puede ver lo que parece es un reloj
redondo en otra pared y una maceta colgada en la pared junto al reloj.

Cuando el papa Francisco se reunió con Castro en Punto Cero en
septiembre del 2015, la foto que se distribuyó muestra a Castro sentado
junto a su esposa Dalia frente al Papa. Atrás se ve la misma pintura de
las flores amarillas.

Otro visitante prominente fue Luiz Inácio "Lula" da Silva, ex presidente
de Brasil, que en una foto del 2010 publicada en la página Habana
Memorias se le ve hablando con los hermanos Castro junto a lo que se
describe en el pie de foto como la "ostentosa piscina" en Punto Cero.
Detrás de la piscina se ve una casa de dos pisos.

En una imagen de enero del 2014, se ve a Castro recibiendo al presidente
mexicano Enrique Peña Nieto en la misma sala donde se veía la lámpara
estilo candelabro y obras de arte colgadas en la pared, con una maceta
llena de flores moradas.

En otra foto, de agosto del 2014, se ve a Castro hablándole a un niño
vestido con uniforme y al lado izquierdo del ex gobernante se observa
una mesita donde encima se ve una botella de plástico con agua y una
banderita, y debajo varios libros.

El niño posteriormente fue identificado como Marlon Méndez Cabrera, de 8
años en ese entonces, que coleccionaba fotos de Castro y había llenado
una pared de su casa con más de 200 imágenes del ex líder cubano.

Los medios describieron a Marlon como "ejemplo supremo de la famila
revolucionaria entregada a la veneración del patriarca en retiro".

Siga a Alfonso Chardy en Twitter: @AlfonsoChardy

Source: Punto Cero, la casa de Fidel Castro ya no es un secreto | en
Cuba Hoy - http://www.encubahoy.com/ultimas-noticias/article95124042.html

Thursday, August 11, 2016

Villegas 5 - Diez familias entre las ruinas

Villegas 5: Diez familias entre las ruinas
ADRIANA ZAMORA | La Habana | 11 de Agosto de 2016 - 17:00 CEST.

Pese al derrumbe parcial que sufrió a principios de junio el edificio,
en Villegas 5, La Habana Vieja, todavía viven personas. El inmueble
ahora exhibe puntales. A primera vista parece una ruina abandonada, pero
en una segunda ojeada se percibe que hay habitantes en varios apartamentos.

A pesar de que las autoridades municipales aseguraron que priorizarían
la tarea de evacuar a los vecinos hacia nuevas viviendas, aún diez
familias habitan entre las ruinas.

"Es que todavía no se han terminado de construir las casas para donde
nos van a mandar", explica uno de los habitantes. "Alguna gente va a ir
para la Villa Panamericana o otros para el reparto Bahía", añade.
"Esperamos que para el mes que viene todo esté resuelto".

La mayoría de los habitantes del inmueble son usufructuarios gratuitos,
pero al menos una de las familias tiene propiedad del apartamento en que
habita.

"La familia que es propietaria todavía está aquí, porque exigieron que
les dieran una casa en propiedad", explica otro de los vecinos del
inmueble. "Ellos no van a aceptar que los manden para un albergue o para
un cuarto en usufructo, por eso no se van. Si yo fuera propietario,
haría lo mismo".

Según los que aún viven en Villegas, algunos de sus vecinos han recibido
buenas casas o apartamentos. "Pero estoy seguro de que ahí hubo dinero
de por medio", especula un hombre, "porque no tiene lógica que una
familia de tres personas reciba una casa grande y a una de siete le
ofrezcan un cuarto en un solar, como ha pasado".

Este es otro problema del que los vecinos se quejan: las ofertas de
reubicación que han recibido son deficientes.

"A mi familia le propusieron un cuarto pequeño y sin ventanas aquí
mismo, en La Habana Vieja y no nos fuimos porque somos muchos y no
cabíamos allí", termina el hombre.

El edificio de Villegas 5 lleva años en peligro de derrumbe y nunca las
autoridades se preocuparon por repararlo mientras aún se podía.

"Siempre nos decían que lo iban a reparar, pero nunca lo hicieron",
recuerdan los habitantes.

La zona, muy céntrica, solo a unos metros del Memorial Granma y el Museo
de Bellas Artes, ha llamado la atención de muchos extranjeros. Según los
vecinos de la cuadra, ha habido propuestas de inversores extranjeros
para comprar el espacio en el que se haya el edificio. Por eso hay quien
piensa que nunca se arregló a propósito.

"Mientras nosotros estemos aquí no pueden vendérselo a nadie, ni lo
podemos hacer nosotros, porque la mayoría no somos propietarios. Pero
pasa dentro de unos meses para que veas que va a haber un hotel o un
restaurante en esta esquina", comentan.

Así, los que aún viven entre las ruinas responsabilizan a las
autoridades de su situación.

"Vivimos aquí hace más de 40 años y no quisiéramos irnos", dicen. "Pero
como nunca lo arreglaron, no nos queda otro remedio. Ahora, que se
ocupen de ubicarnos en algún lugar decente, porque nosotros no tenemos
la culpa del derrumbe".

Source: Villegas 5: Diez familias entre las ruinas | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1470924363_24526.html

No aguanto una injusticia más

"No aguanto una injusticia más"
Este vecino del poblado de Jaimanitas nació y se crió en la casa de la
que fue desalojado
Miércoles, agosto 10, 2016 | Frank Correa

LA HABANA, Cuba.- José Misael Chomat García, vecino de la calle 5ta G,
entre 238 y 240, Jaimanitas, Playa, quiere denunciar una cadena de
injusticias y maltratos contra su familia, por parte de policías de la
estación de Siboney.

"Mi madre Nancy García Gay tiene 58 años y nació en 1957 en esta
vivienda, y siempre ha residido allí. Era una casa de madera y papel
cartón, con piso de cemento, donde vivía también su hermana Olga Aimara
García Gay, que contrajo matrimonio en 1985 con un hombre residente en
el reparto Martí, municipio Plaza de la Revolución, donde estuvo
viviendo por 31 años, hasta que recientemente terminó la relación. Ahora
Olga Aimara ha regresado, exigiéndonos absurdamente que tenemos que
irnos y dejarle la casa".

Cuenta José Misael que ante la negativa de su madre de renunciar al
sitio donde ha vivido toda la vida, Olga Aimara arremetió contra ella,
golpeándola y provocándole lesiones. José Misael se encontraba
trabajando como fumigador y cuando regresó a la casa fue junto a su
madre a la estación de Siboney para levantar una denuncia por agresión,
acusación que jamás fue verificada o siquiera encausada.

"Pero el día 25 de julio, Olga Aimara se presenta frente a nuestra
vivienda en un camión de Aguas de La Habana con sus pertenencias y, ante
la negativa de mi madre de dejarla entrar, llamó al patrullero 064, con
dos policías que nos pidieron acompañarlos a la unidad, para evitar
alteraciones del orden público".

"Era una treta. Allí nos esperaba el oficial Hiroldys, chapa número
05745, quien estaba en contubernio con Olga Aimara porque insultó a mi
madre todo lo que quiso, le impuso una multa de 30 pesos y nos dijo que
regresáramos a pie. Pero al llegar a nuestra casa nos esperaba en la
puerta Olga Aimara, que preguntó: '¿Se van por fin?' Y mi madre le
responde: '¿Por qué me voy a ir, si nací y he vivido toda la vida aquí?'
Entonces vuelve a llamar a la patrulla, que se lleva a mi madre
nuevamente a la unidad, donde sufre intimidación e insultos de los
policías. Luego de varias horas sin permitirle ni siquiera tomar agua,
le imponen otra multa de 30 pesos y tiene que regresar otra vez a pie
desde la estación de Siboney".

Los vecinos del barrio comenzaron a aglomerarse frente a la casa de José
Misael, mostrando inconformidad ante lo que parecía una injusticia,
entonces aparecieron varios autos de policía y se llevaron nuevamente a
Nancy, esta vez junto a su hijo Norberto.

"Luego me detienen a mí, en mi centro de trabajo, y me meten con mi
hermano Norberto en un calabozo desde el 25 de julio a la cinco de la
tarde hasta el día 26 a la 1:30 p.m. A mi madre le aplican una medida
preventiva que en la estación llaman 'Ok', que consiste en ir a firmar a
la estación todos los lunes, miércoles y viernes; medida que se aplica a
personas de conductas violentas, no a una persona mayor, mujer,
cristiana y maestra de profesión".

"También quiero denunciar a la teniente coronel Elena, jefe de la unidad
policial de Siboney, quien nos indicó hipócritamente que estableciéramos
un acuerdo moral con Olga Aimara y las dejáramos entrar, porque ese
problema era de vivienda y no de la policía; pero solo era una
distracción, porque mientras estábamos presos en la unidad llamaron a
Olga Aimara, que procedió a romper el candado de la reja con un hacha y
después la puerta de la casa, sacaron todas nuestras pertenencias para
el portal y se apropió de la vivienda".

José Misael Chomat García asegura que la policía de Siboney ha amparado
toda esta serie de injusticias y abusos de poder. "La más grande de
todas fue cuando la teniente coronel Elena, jefe de unidad de Siboney,
fue hasta mi celda y me dijo: 'Estoy harta de todo esto. Lo que tienes
que hacer para acabar este problema es coger un machete y arrancarle la
cabeza'".

Uno de los vecinos de los afectados, Osvaldo Pérez Martínez, confiesa
que jamás había visto a Olga Aimara hasta el día de la violación al
domicilio de Nancy. Pablo Guzmán, vecino de Tercera C, atestigua que
tanto Nancy como su hijo, José Misael Chomat, nacieron en esa vivienda y
poseen todo el derecho de vivirla. Dizmay Dimet, natural de Jaimanitas,
corrobora lo expuesto en esta querella y expresa que los vecinos de la
cuadra acordaron ir a protestar a la estación de policía, para apoyar a
Nancy y a sus hijos.

También Ángel Ramírez Romero y Alain Soto, vecinos de 5ta G, están
dispuesto a servir como testigos ante cualquier indagación sobre este
caso y concuerdan que es una buena oportunidad para que el gobierno
demuestre que en este país "no existe la impunidad ante lo mal hecho".

"Hemos recurrido a la oficina de Atención a la ciudadanía de la Plaza de
la Revolución", dice José Misael. "También a la Fiscalía Militar y a las
direcciones municipal y provincial de la Vivienda, pero nada han hecho.
Ya no aguanto una injusticia más. Los propios vecinos me indicaron que
revelara esta infamia a la prensa; un atropello donde quieren sacar para
la calle a una familia que nació y vivió toda la vida en una vivienda,
que ahora una intrusa con el apoyo de las autoridades pretende usurpar".

Source: "No aguanto una injusticia más" | Cubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/no-aguanto-una-injusticia-mas/

Tuesday, August 9, 2016

En Cuba - contra la vida

En Cuba: contra la vida
agosto 8, 2016
Verónica Vega

HAVANA TIMES — Se dice que una imagen vale más que mil palabras. Se sabe
que el tiempo, implacable e irreversible, transforma todo lo vivo y
hasta lo aparentemente estático. Que donde único permanecen intactos los
rostros y cuerpos, las impresiones, y los escenarios de nuestra vida en
continua secuencia, es en la memoria.

Pero es inevitable que un lugar asociado a recuerdos felices, si se le
ve deteriorado, roto, olvidado, uno sienta que algo (o alguien) se burla
del valor del pasado, del esfuerzo y los recursos que requirió
construir, y de la alegría arrebatada a las generaciones presentes o
venideras.

En un artículo del diario Cubanet vi unas fotos del parque Lenin y del
Acuario Nacional que me recordaron estas hechas en mi presencia, de la
Piscina Gigante, de Alamar, una opción que en los 90 reemplazaba a la
playa, y nos libraba de las guaguas repletas y las molestias de la
distancia.

El mismo aplastante deterioro que duele, como si junto al óxido, la
suciedad y los escombros se remolcaran nuestras propias vivencias, se
pisotearan nuestras más preciadas nostalgias.

Se puede y se debe por lógico, aceptar el cambio, pero cuando se demuele
para construir, mejorar, permear cada rincón del pasado, con progreso.

En esta realidad surrealista de Cuba, las culpas se barajan, y los
culpables se escurren. Hay responsables visibles solo para el éxito.
Pero ¿qué cadena de acciones, decisiones, determina el abandono de
instalaciones recreativas que han sido parte de la infancia de varias
generaciones?

¿Por qué están en semejante estado el parque Lenin y el Acuario
Nacional? ¿Por qué se perdió esa Piscina Gigante, fuente de diversión
para niños, jóvenes, adultos y, supuestamente, solo la primera de unas
siete que serían construidas a lo largo de la costa?

¿Por qué en el parque José Martí, también en Alamar, no funcionan ya la
mayoría de los aparatos traídos con gran pompa de Tarará (otro lugar de
recreación arrebatado a los cubanos)?

Cuando paso por el cine de esta "Ciudad del Futuro", que lucía radiante
en los 80 con su bellísimo lobby acristalado, y hace años entregado a la
corrosión de los elementos, no puedo evitar acordarme de un señor que
conocí, fundador de Alamar y jefe de obra de sus instalaciones más
importantes, quien junto a esas brigadas de cascos blancos, impulsadas
por Fidel, confiaban en estar moldeando un mundo mejor para sus hijos.

"Ayer pasé por el cine y lloré", me confesó ese hombre. Le propuse
entrevistarlo y accedió, pero el día previsto para el encuentro tuvo que
ir al hospital, luego me enteré de que había vendido su casa y emigrado
a Estados Unidos.

Por una conversación casual de la que fui involuntaria testigo, supe que
el gobierno municipal de la Habana del Este, en diálogo con varias
iglesias protestantes, planteó a la misión cristiana la necesidad de
enfocar a los jóvenes en entretenimientos constructivos que los alejen
de hábitos perniciosos como la droga. La propuesta fue construir una
pista de patinaje para la que ya están disponibles todos los recursos,
solo falta la aprobación gubernamental.

Aun conociendo la larga y viscosa cadena de burocracia, uno llega a
preguntarse qué impide que se autorice la construcción de algo bueno,
útil, necesario. Algo que disfrutarán tantos.

¿Acaso hay algún eslabón roto en la cadena donde se diluye el flujo de
orden y mando?

Si la historia se cuenta por sus conquistas, también se revela por sus
derrotas. La apatía de los cubanos empieza con la contemplación de tanto
menoscabo, tantos indicios de omisión, de exclusión, que son la voz
inaudible donde se expresa el lugar que tiene la población para el Estado.

Ese lugar que se ve en las asambleas de rendición de cuenta, adonde los
suscriptores ya no quieren ir porque se sienten burlados, estafados,
porque sus continuos planteamientos reciben respuestas ambiguas o
sentencias lapidarias.

Cuando miro tantas obras entregadas a la demolición (no de una guerra,
no de un cataclismo natural, sino de esa mezcla letal resultante de la
pésima administración gubernamental, la densidad burocrática y la
desidia ciudadana), entiendo que justo aquí empieza la compulsión del
cubano por irse, por salir del estatismo de no poder decidir ni qué va a
pasar con los baches, la basura, la falta de alumbrado público, de
opciones de recreación. Es la necesidad natural de aspirar aire de
evolución, no de estancamiento. De ser parte de la vida, de lo que se
mueve, no de lo que se atrofia o se paraliza.

Source: En Cuba: contra la vida - Havana Times en español -
http://www.havanatimes.org/sp/?p=117441

In Cuba: Against Life

In Cuba: Against Life
August 8, 2016
Veronica Vega

HAVANA TIMES — They say that a picture is worth more than a thousand
words. It's a well known fact that time, relentless and irreversible,
transforms every living thing and even what appears to be static. The
only place where faces and bodies, sensations and the backdrops of our
lives remain intact in a continuous stream is in our memory.

However, if we see a place associated with so many happy memories, run
down, broken, forgotten, it's inevitable that we feel like something (or
someone) is mocking what our past is worth, the hard work and resources
that were needed to build it, and the joy that has been snatched away
from present and future generations.

In an article published on Cubanet, I saw some photos of Lenin Park and
the National Aquarium which reminded me of the Giant Swimming Pool in
Alamar, an option in the '90s that substituted going to the beach and
saved us the journey in packed buses and the trouble of having to go so
far away.

The same crushing damage that pain us, as if our own experiences were
being dragged down along with the rust, dirt and rubble, our most
treasured nostalgia being trampled on.

We can and it's only natural that we should accept change, but only when
things are knocked down so they can be built again, improved, and thus
filling every corner of the past with progress.

In Cuba's surreal reality, blame is shifted and those who are
responsible slip away. People responsible are only seen when it's for
something successful. But, what chain of actions and decisions leads to
the abandonment of leisure facilities that were a part of so many
generations' childhood?

Why is Lenin Park and the National Aquarium in the state they're in? Why
have we lost this Giant Swimming Pool, which was a source of fun for
children, young people and adults alike, and which apparently was the
first of seven that were going to be built along the coast?

Why is it that in Jose Marti Park, which is also situated in Alamar,
most of the playground equipment which was brought from Tarara (another
recreational space snatched from us Cubans) with great fanfare no longer
works?

When I walk past the cinema in this "City of the Future", which once
radiated in the '80s with its beautiful crystalline lobby, and which
surrended to the corrosion of Nature's elements years ago, I can't help
but remember a man I met, the founder of Alamar and the construction
manager of its most important facilities, who along with the "white
helmet" brigades, promoted by Fidel, believed that they were building a
better world for their children.

"Yesterday, I walked past the cinema and began to cry," this man
confessed to me. I proposed to interview him and he accepted, but the
day we were meant to meet, he had to go to the hospital. I only found
out later that he had sold his house and had immigrated to the US.

In an informal conversation that I just happened to listen in on, I
learnt that the municipal government in East Havana, which was talking
with several Protestant churches, had suggested to the Christian mission
that they needed to steer young people towards constructive forms of
entertaintainment that would keep them away from harmful habits like
drugs. Their proposal was to build a skating rink which they already had
all the resources for. All they needed was the government's stamp of
approval.

Although we know how long and cumbersome this bureaucratic process can
be, you might ask yourself what would impede the government from
authorizing the construction of something good, useful and necessary.
Something which many, many people can enjoy.

Surely there's a broken link in this bureaucratic chain somewhere where
command and control dissolve?

If history is told narrating its conquests, it should also reveal its
defeats. The apathy of Cubans begins when we think about the extent of
all the damage that has been done, of all the instances of neglect and
exclusion, which are the inaudible voice of the place the public has for
the State.

This place which can be seen in the neighborhood Assemblies where
citizens no longer want to go because they feel like they're being
mocked, swindled, because their never-ending proposals are only met with
ambiguous responses or solemn sentences.

When I look at just how many buildings have been handed over to be
demolished (not because of war or a natural catastrophe, but the result
of a lethal mix of disastrous government administration, bureaucratic
density and civil apathy), I understand that it's here where the Cuban
people's obsession with leaving, with getting out of this centralized
system begins. Where they can't even decide what is going to happen with
potholes, the garbage, the lack of public street lighting and
recreational options. It's a natural human need to breathe in the air of
evolution, not stale air. People want to be a part of life, of the
animate, not to be part of what is atrophied or paralyzed.

Source: In Cuba: Against Life - Havana Times.org -
http://www.havanatimes.org/?p=120373