Thursday, June 19, 2014

Demolición

Demolición
[18-06-2014 14:02:06]
Juan Carlos Díaz Fonseca
Red Cubana de Comunicadores Comunitarios

(www.miscelaneasdecuba.net).- En la calle Máximo Gómez entre H y 28 de
Enero, en el capitalino municipio de Guanabacoa, el pasado día 4 de mayo
de se efectuó una demolición de los albergues que allí se encontraban.
Las familias que los habitaban fueron reubicadas en edificios en el
Reparto La Hata, quedando todo el escombro en el lugar y todavía las
instituciones competentes no lo han recogido.

El vecindario se queja del mal aspecto y la suciedad que representa esta
cantidad de escombros, y nadie entiende por qué los han dejado tirados ahí.

Source: Demolición - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/53a17fbe3a682e0f9c46f8f0#.U6K3EfmSwx4

Sunday, June 15, 2014

Barrio amarillo clarito

junio 13, 2014
Daisy Valera

HAVANA TIMES—El primer contacto que tuve con la cultura china fue
mediante un amigo de la infancia, Javier. El chinito invitaba a los
niños del barrio a su apartamento y hacia que su abuelo comenzara a leer
periódicos viejos; y claro que la lectura era en chino, de otra forma no
hubiese sido tan divertido la experiencia.

El otro acercamiento fue de tipo gastronómico y resulta casi un
misterio. No imagino cómo logré encontrarme con rollitos de primavera y
maripositas chinas durante los rigores del período especial.
.
Los recuerdos de los restaurantes espirituanos Yangtsé y Shanghái me
arrastraron a visitar el Barrio Chino de La Habana. A finales del 2005
atravesé por primera vez el inmenso pórtico diseñado según la
arquitectura del período Minh, y terminé comiendo espaguetis. El precio
del arroz frito era demasiado para mi bolsillo de estudiante universitaria.

En los últimos años he recorrido decenas de veces el que una vez fue el
mayor y más próspero Barrio Chino de América Latina; hoy es muy difícil
encontrar vestigios de su esplendor de antaño.

Posiblemente lo más distintivo del barrio chino actualmente son las
cubanitas sin ojos rasgados, apretadas dentro de imitaciones de vestidos
tradicionales y acosándote para leerte el menú de los restaurantes.

No queda mucho de los negocios tradicionalmente impulsados en Cuba por
esa comunidad; ni puestos de frituras de frijoles caritas, ni helados de
agua, ni frutas envueltas en papel de celofán, ni tintorerías. Las
fondas han cedido su espacio a restaurantes repletos de comida criolla o
italiana.

La Danza del León, el sonido de una corneta y unos pocos practicantes de
artes marciales redondean lo poco que nos queda de la influencia china.
Ya no podemos asombrarnos, como lo hizo Carpentier, con las destrezas
acrobáticas y la ópera del que llamó "barrio amarillo".

De los miles de chinos que se habían establecieron en Cuba, hoy se
pueden contar menos de 400 ancianos y apenas suman 11 las asociaciones
que siguen en funcionamiento de las 36 existentes en 1959.

El principal éxodo de este grupo poblacional tuvo que ver con la
expropiación de sus negocios por el Estado en 1968. Los chinos,
escaparon de la Revolución Cubana como lo hicieron de la de Mao; se
fueron con su música y su charada a otra parte.

Cada mes de junio se celebra la llegada de los primeros chinos
("culíes") al puerto de La Habana. El pasado día 3 se cumplieron 167
años. El plan de desarrollo Integral de la capital, promovido por la
Oficina de Historiador, intenta revitalizar cultural y
arquitectónicamente el Barrio Chino pero al esfuerzo continúa faltándole
una comun

Source: Barrio amarillo clarito - Havana Times en español -
http://www.havanatimes.org/sp/?p=96585

The Fading Splendor of Havana’s Chinatown

The Fading Splendor of Havana's Chinatown
June 13, 2014
Daisy Valera

HAVANA TIMES — I had my first contact with Chinese culture thanks to a
childhood friend, Javier. He was a Chinese kid who would invite kids
around the neighborhood to his house and make his grandfather read old
newspapers. What he read was in Chinese, of course, which is what made
the experience so much fun for us.

The other early contact with this culture I had was of the culinary kind
and it is still almost a mystery to me. I can't imagine how it is I
managed to come across spring rolls and Chinese dumplings during the
harsh years of the Special Period in the '90s.

My memories of Sancti Spiritus' Yangtse and Shanghai restaurants
encouraged me to visit Havana's Chinatown. The first time I walked
through the immense gate, designed in the style of the Minh dynasty, was
in 2005. I recall I ended up eating spaghetti there. The price of a
modest fried rice was too high for my university student pockets.

In recent years, I have visited this, what was once the largest and most
prosperous Chinatown in Latin America, dozens of times. Today, it is
difficult to find any vestiges of its former splendor.

The most distinctive aspect of today's Chinatown is quite possibly the
young Cuban women (without slanted eyes) who wear tight-fitting
imitations of traditional Chinese dresses and stalk passersby to inform
them of different menu offers.

Not many of the businesses established by the Chinese community in Cuba
remain. One no longer finds fried-snack kiosks, exotic ice-cream
vendors, fruits wrapped up in cellophane or dry cleaners. The taverns of
old have retreated to give way to restaurants stuffed with traditional
Cuban or Italian food.

The Lion Dance, the sound of a bugle and a handful of martial arts
practioners sum up what little remains of Chinese culture on the island.
We can no longer stand in awe, as did renowned Cuban novelist Alejo
Carpentier, before the acrobatic feats and operas staged at what he
called "the yellow town."

Of the thousands of Chinese immigrants who once settled in Cuba, less
than 400 elders remain, and a mere 11 Chinese associations (of the 36
that existed in 1959), are still in operation.

The main exodus of this community took place following the
nationalization of their businesses by the Cuban State in 1968. The
island's Chinese fled the Cuban revolution in the same way they had fled
Mao's – they took their music and their charade elsewhere.

Every June, Cuba celebrates the arrival of the first Chinese immigrants
to Havana's port. The 167th anniversary of this event took place on June
3rd. The comprehensive restoration plan being implemented in Old Havana
by the Office of the Historian seeks to revitalize Chinese culture and
repair the architectural heritage of Chinatown, but these efforts
continue to lack a community with links

Source: The Fading Splendor of Havana's Chinatown - Havana Times.org -
http://www.havanatimes.org/?p=104251

Documental Cubano : "Alamar la Ciudad del Hip Hop Cubano" 2014

La ciudad sin futuro

La ciudad sin futuro
VERÓNICA VEGA | La Habana | 14 Jun 2014 - 4:03 pm

Presentada en su momento como solución a los problemas habitacionales
del país, Alamar es hoy un ciudad que agoniza.

Alamar, ciudad al este de La Habana que nació en los 70 como solución al
grave problema de la vivienda en Cuba, fue llamada la "ciudad del futuro".

Visitada personalmente por Fidel Castro, quien acogió el proyecto con
particular entusiasmo, prometía desplazar en importancia a repartos de
más solera.

Cuatro décadas después, un paseo por sus calles nos muestra, más que ese
natural deterioro de las villas cercanas al mar, algo mucho más ríspido
que cualquier nostalgia.

El cine cuyo enorme lobby lo colocaba entre los más atractivos del país,
zozobra sin que ninguna iniciativa oficial le conceda un milímetro de
esperanza. La maldición se completa con el cine particular en 3D
levantado en un local estatal destinado a salvar a una juventud
condenada al hastío. Abortado en plena gestación por un violento cambio
en la política del cuentapropismo, hoy corre el mismo destino que su
homólogo analógico.

A lo largo de la costa, lo que prometió ser un complejo de albercas se
redujo a una sola piscina y a un segundo intento abandonado. La Piscina
Gigante, que en los 90 libraba a niños, jóvenes y adultos de la eterna
tribulación del transporte hacia las playas del este, sucumbe hoy bajo
la corrosión del salitre y el tiempo.

La Casa de la Cultura, inmueble de gran longitud y condiciones que no
tienen muchas sedes homólogas en La Habana, produce igual sensación de
estancamiento. Hasta el taller literario por el que pasaron nombres
reconocidos de la literatura nacional, se disolvió cuando el último
asesor, muy entusiasta, era "sólo un poeta" sin título universitario.

La galería Fayad Jamís, centro de ebullición creativa en plena crisis de
los 90, cumple a empujones su programa anual con exposiciones cada vez
menos exigentes que incluyen artistas sin madurez conceptual o académica.

Alrededor, calles que alimentan huecos, residuos de lluvia y aguas
albañales, animales que sufren y ostentan las secuelas del abandono.

Pero la visión más recurrente, el indicio más palpable de la caída en
desgracia de esta ciudad, son los archipiélagos de basura que arruinan
el paisaje natural, única contrapartida estética de una de las peores
soluciones arquitectónicas que dejó tras de sí la experiencia socialista.

Se hostiga a la población con fumigaciones, pero se ignoran las
extensiones de desperdicios donde bolsas de nailon y otros objetos
acumulan agua suficiente para perpetuar focos de mosquitos. Cadáveres en
descomposición (de perros atropellados o animales sacrificados como
ofrenda religiosa), orines, heces, contaminan el otrora aire puro, un
privilegio de antaño.

El poeta Ángel Escobar, que vivió en uno de estos edificios "feos como
decretos", escribió: "Alamar es el sitio", y tuvo razón. Pese a ser
calificada de ciudad dormitorio y despreciada por su ubicación
periférica, entre su población heterogénea hay obreros necesitados de
vivienda, gente que se creyó el mito de su glorioso porvenir y emigró
desde otros puntos de la ciudad, técnicos extranjeros (la mayoría
soviéticos), refugiados políticos latinoamericanos, etc.

Ahora, en la ciudad crece la contracultura, un desesperado intento por
dotar a este bodrio urbano de cierta identidad.

A Alamar se le recuerda aún como "la ciudad del rap", porque fue en su
tierra pedregosa donde germinó el festival alternativo sembrado en el
colindante reparto Antonio Guiteras. Fue un evento intervenido y
disuelto por la Asociación Hermanos Saíz cuando ya había atraído la
atención de celebridades como el músico Quincy Jones y los actores Harry
Belafonte y Danny Glover.

Tentados también por la ilusión de que la creación autónoma era posible,
germinaron aquí los proyectos El Quijote, Arte Nativa, la popular peña
La Bicicleta, Criterio Alternativo y OmniZonfranca.

Hoy todos han desaparecido, excepto Omni, que trasladó el festival
Poesía sin Fin (también desarticulado en pleno esplendor) a casas
particulares porque a sus miembros no se les permite usar los muchos
espacios públicos disponibles.

Sin embargo, con su bello barranco cayendo sobre el río Cojímar —también
repleto de desechos humanos—, su vegetación exuberante y maltratada,
Alamar trata de sobrevivir.

De repente surgen performances inesperados del censurado OmniZonafranca,
conciertos en garajes (que también fueron prohibidos so riesgo de ser
confiscado los locales), proyectos audiovisuales independientes,
productoras que enfrentan carencias y vigilancia.

Luchando contra trabas institucionales, en el anfiteatro que colmaba el
público de rap, el proyecto Misceláneo organiza un concierto-homenaje a
un joven músico alternativo. Nace una revista de arte independiente.
Aparece un cubano emigrado que propone buscar fondos para restituir la
belleza de la galería Fayad Jamís. Artistas proponen hacer recogidas
masivas de basura, por medios propios, hacer reaccionar la desidia
ciudadana, la inercia institucional.

Hoy, Alamar, la ciudad que ya no recibe caravanas de visitas oficiales,
a la que se le arrebató el futuro prometido, exige su derecho a un presente.

Source: La ciudad sin futuro | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1402754639_9050.html